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Filarmónica de Viena



La Orquesta Filarmónica de Viena (en alemán, Wiener Philharmoniker) es una orquesta sinfónica de Austria, considerada como una de las mejores del mundo.

La sede de sus abonos de conciertos está, desde 1870, en el Musikverein. Los miembros de la orquesta son escogidos de la Orquesta de la Ópera Estatal de Viena. Este proceso es muy largo, con cada músico probando su capacidad por un mínimo de tres años tocando para la Ópera y el Ballet. Una vez pasado este tiempo pueden solicitar a la Plana de la Wiener Philharmoniker ser considerados para obtener un puesto en la orquesta.

Podemos rastrear los orígenes de la orquesta hasta 1842, cuando Otto Nicolai formó lo que llamó una "Academia Filarmónica"; se trataba de la primera orquesta profesional de Viena, independiente de las orquestas estables de los teatros. Nicolai, que desde 1841 era el director del Kärntnertortheater (el antecesor de la actual ópera estatal) presentó a su orquesta con motivo del primer concierto, como compuesta por "todos los miembros de la orquesta del Teatro de la Corte Imperial". Desde ese primer momento, se establecieron normas que siguen vigentes en la Filarmónica de Viena actual:

El primer concierto de la Filarmónica tuvo lugar en la Redoutensaal del Palacio Imperial, el 28 de marzo de 1842.[1]

Cuando Nicolai dejó Viena en 1847, la orquesta acusó la pérdida de él, que era su líder artístico y administrativo, y cesó su actividad hasta el 15 de enero de 1860, cuando Carl Eckert, director de la ópera de la Corte, organizó un concierto en el Kärntnertortheater que dio inicio a una nueva serie de "Conciertos Filarmónicos" por suscripción que no se ha interrumpido hasta la actualidad. A partir de ese momento se instauró el sistema de invitación a prestigiosos directores que se hacían cargo de todos los conciertos de una temporada. Este sistema se mantuvo hasta 1933.

Durante la etapa en la que Otto Dessoff se hizo cargo de la dirección de los Conciertos Filarmónicos (1860 - 1875), además de afianzar el repertorio de la orquesta, así como sus principales reglas de funcionamiento, se produjo el traslado a la sede definitiva, al principio de la temporada 1870/71, en el nuevo edificio de la Musikverein.

Entre 1875 y 1883 Hans Richter fue el director principal,y la orquesta ofreció bajo su dirección los estrenos de las Segunda y Tercera sinfonías de Brahms, además de la , , y sinfonías de Bruckner (1877), (1888), (1899), (1892). Bajo su dirección, la orquesta alcanzó su prestigio internacional, y afianzó su sólida tradición interpretativa.

Gustav Mahler tomó el puesto de 1898 a 1901, y bajo su dirección la orquesta hizo giras fuera de Austria por primera vez (en la Exposición Universal de París (1900)). Después de que Mahler dejara la Filarmónica y la ópera, asumieron el puesto Felix von Weingartner (1908–27), Wilhelm Furtwängler (1927–30) y Clemens Krauss (1930–33). A partir de 1933, desde que se abandonó el sistema de suscripción, la orquesta dejó de tener un único director titular, aunque Furtwängler se convirtiera de hecho en su director principal hasta su muerte en 1954. Durante la época del régimen nazi en Austria, desde 1938, la orquesta sufrió la persecución por parte de las autoridades de los artistas de origen judío, de la misma forma que la Ópera Estatal. A pesar de los esfuerzos del propio Furtwängler, que consiguió la anulación de varios expedientes de expulsión, la orquesta tuvo que lamentar la muerte de seis de sus miembros, de origen judío, en los campos de concentración.

Tras la Segunda Guerra Mundial, la orquesta continuó trabajando con los principales directores de orquesta de todo el mundo, que eran invitados a participar en los Conciertos Filarmónicos. Entre ellos han estado buen número de los directores más conocidos mundialmente, como Karl Böhm, Herbert von Karajan, Georg Solti, Erich Kleiber, Carlos Kleiber, Carlo Maria Giulini, Leonard Bernstein, Riccardo Muti, Claudio Abbado o Valery Gergiev.

Desde el año nuevo de 1941, la orquesta da un concierto dedicado a la música de la familia Strauss, y, en especial, a la de Johann Strauss (hijo): el Concierto de Año Nuevo de Viena.

El sonido característico de la Filarmónica de Viena puede ser atribuido en parte al uso de instrumentos y estilos de ejecución que son fundamentalmente diferentes que el usado por otras orquestas importantes:[2]

A lo largo de la historia, algunos instrumentos han quedado en desuso, y se han perdido para la tradición instrumental de la orquesta. Este es el caso de la flauta vienesa, que se seguía utilizando a finales del siglo XIX, y que Gustav Mahler, durante su época de director de la Staatsoper, erradicó de la misma, sustituyéndola por la más brillante y de mayor sonido flauta Böhm, contratando incluso instrumentistas holandeses, expertos en el uso de este instrumento. Mahler estimaba que el sonido de la flauta vienesa no era suficiente para destacar en medio de la densa instrumentación de las óperas y obras sinfónicas posteriores a Wagner, incluyendo sus propias sinfonías.

Estos instrumentos (que en su mayor parte solo se utilizan en algunas orquestas austriacas o vienesas, y, en algún caso, solo en la Filarmónica de Viena) y sus característicos colores sonoros han sido el objeto de estudios científicos por el Profesor Asociado Magíster Gregor Widholm del Instituto para Cultura Musical de la Academia para la Música y Artes Escénicas.[4][3]

Aunque la orquesta es ampliamente reconocida como una de las mejores del mundo, ha recibido ciertas críticas porque hasta 1997 no permitió que las mujeres fuesen miembros de pleno derecho en la orquesta (aunque algunas mujeres tocaron con la orquesta, no eran miembros de pleno derecho). En 1997 la primera mujer, la arpista Anna Lelkes, se hizo miembro después de tocar con la orquesta como "no-miembro" durante más de veinte años. Después del retiro de Lekles, Charlotte Balzereit, otra arpista, la reemplazó como la única integrante de la orquesta. [1] Hasta noviembre de 2005, cuando Simone Young la dirigió, ninguna mujer había dirigido la orquesta.

Históricamente, la orquesta no ha aceptado a miembros que visiblemente pertenecieran a minorías étnicas, aunque no hubiera ninguna norma escrita al respecto. No obstante, en 2001, un violinista que era medio asiático se hizo miembro. [2]

Algunas personas asociadas con la organización han sido criticadas por decir lo importante que es mantener la uniformidad étnica de la orquesta (es decir, europeos blancos) para mantener los altos estándares de ejecución. El violinista judío Fritz Kreisler fue dado de baja cuando solicitó un puesto en la sección de cuerdas, y aunque Gustav Mahler se convirtió del judaísmo al catolicismo un año antes de que fuese nombrado director, solo mantuvo el puesto por cuatro temporadas.

En 1970, Otto Strasser, un antiguo presidente de la Filarmónica de Viena, escribió en sus memorias:

El primer flautista en la Filarmónica de Viena dijo en una entrevista transmitida por radio en 1996:

En 2003, un miembro de la orquesta comentó en una entrevista en una revista:

La orquesta ha rechazado emplear las audiciones totalmente ciegas, donde se juzgan a los músicos detrás de una pantalla para poder juzgar su calidad objetiva sin consideración alguna de prejuicios sexistas y racistas. La gran mayoría de las demás orquestas importantes emplean las audiciones ciegas.

Desde finales de los años 90 ha habido significativas protestas contra la mentalidad excluyente de la orquesta tanto por personalidades como por la Alianza Internacional para la Mujer en la Música (International Alliance for Women in Music).

La Filarmónica de Viena nunca ha tenido directores titulares. Cada año elegían un artista para dirigir todos los conciertos de la respectiva temporada en el Musikverein de Viena. Estos directores se conocían como Abonnementdirigenten (Directores por Subscripción) pues dirigían todos los conciertos incluidos en los abonos de la Filarmónica en el Musikverein. Algunos de esos contratos anuales se renovaban por varios años, otros han durado solo unos pocos años. Al mismo tiempo la Filarmónica de Viena también trabajaba con otros directores, por ejemplo para el Festival de Salzburgo, para grabaciones u ocasiones especiales. Con la ampliación de las actividades de la Filarmónica la orquesta decidió abandonar este sistema en 1933. Desde entonces solo hay directores invitados para cada concierto, tanto en Viena como en otras partes.


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