Atentado contra la escuela de policía General Santander nació en Colombia.
El atentado a la Escuela de Cadetes de Policía General Santander fue un ataque terrorista perpetrado por el Ejército de Liberación Nacional (ELN), que consistió en la explosión de un carro bomba el 17 de enero de 2019 en las instalaciones de la escuela de formación de oficiales de la Policía en Bogotá, Colombia.
El autor material del atentado fue identificado como José Aldemar Rojas Rodríguez, quien conducía una camioneta Nissan Patrol cargada con explosivos y colisionó intencionalmente contra un alojamiento femenino en un ataque suicida, hecho sin precedentes en la historia de Colombia. El ELN ratificó el suicidio al expresar públicamente que Aldemar Rojas tomó la decisión de inmolarse en el pleno de sus facultades físicas y mentales ya que se trató de un plan estratégico.
La detonación de al menos 80 kilos de pentolita cobró la vida de 23 personas —incluido el perpetrador y una cadete ecuatoriana que recibía formación policial allí—, y dejó casi 100 más heridas; la mayoría de ellos, jóvenes cadetes que realizaban su formación como oficiales de policía. También entre los heridos se encuentran 2 cadetes panameños y otra cadete ecuatoriana, quienes recibían formación militar en la escuela policial.
A las 9:30 del 17 de enero de 2019, una camioneta Nissan Patrol gris de placas LAF-565 del año 1993, conducida por José Aldemar Rojas Rodríguez, se presentó en el ingreso por la Autopista Sur de la Escuela de Cadetes General Santander para ingresar a sus instalaciones.
Mientras los guardias de la entrada efectuaban el registro al vehículo para permitir su ingreso el conductor, temiendo ser descubierto con la carga explosiva en el auto, reaccionó acelerando violentamente el vehículo al interior de la escuela, arrollando a un integrante de la guardia. Ante la huida, los miembros de la guardia persiguieron la camioneta hasta los alojamientos del personal femenino donde chocó, detonando inmediatamente su carga explosiva.
La explosión afectó a varios cadetes que se encontraban al interior de la escuela, cumpliendo con sus actividades académicas dentro de su formación como oficiales. Se presume que el objetivo de la camioneta era llegar al patio de armas, lugar donde se realizaba una ceremonia de distinción a un personal de cadetes (curso 113 de oficiales) por oficiales de la policía. En las investigaciones, se descubrió que José Aldemar Rojas era miembro y experto explosivista del Frente Domingo Laín del Ejército de Liberación Nacional, ELN.
Sin embargo, posteriores investigaciones y videos difundidos por noticias Uno y Red+ noticias , muestran que el carro bomba entró a la escuela de la policía sin ninguna medida de seguridad y sin dificultades para poder movilizarse dentro de la misma. Los videos registran que ya adentro, un auxiliar bachiller de Policía trató de abordarlo. Ante eso, Rojas dio reversa, llegó frente a un dormitorio de mujeres, y el carro estalló.
Los afectados por el atentado fueron en su mayoría alumnos de la escuela, entre los que estaban dos estudiantes ecuatorianas y dos estudiantes panameños. Cerca de las 17:00, el Centro Regulador de Urgencias y Emergencias (CRUE) de Bogotá presentó un listado oficial de personas ingresadas a hospitales junto con la edad y sus lesiones o estado de salud:
Policlínico del Olaya
Clínica Colombia
Fundación Santa Fe de Bogotá
Hospital Militar
Hospital de Kennedy
Los cadetes fallecidos por el atentado son:
El autor material del hecho fue José Aldemar Rojas Rodríguez, nacido el 13 de mayo de 1962 en Puerto Boyacá, quien ya tenía una amputación de su mano derecha.
Rojas Rodríguez residía en la Vereda Boja de Cubará, norte de Boyacá, una zona limítrofe con Venezuela donde existe amplia presencia del ELN.
Hasta el 21 de enero de 2019, ningún grupo armado ilegal se había atribuido la autoría del atentado; sin embargo el gobierno colombiano, a través del Ministro de Defensa, acusó al ELN de haberlo perpetrado. En horas de la noche del viernes 18 de enero, el presidente, Iván Duque, dio oficialmente por finalizado el proceso de paz con la guerrilla del ELN y ordenó la captura inmediata de todos sus cabecillas, incluyendo los miembros de la mesa negociadora, como respuesta al atentado. El 21 de enero, el ELN emite un comunicado adjudicándose la responsabilidad por el ataque. En la misiva, argumenta que el motivo del atentado fue una respuesta a las acciones militares realizadas por el gobierno contra el ELN cuando este había declarado un cese al fuego temporal durante la época de fin de año, lo que le permitió ganar posiciones militares en sus territorios de influencia, así como un ataque que el estado habría realizado, presuntamente, contra un campamento insurgente el 25 de diciembre de 2018. También esgrime que la Escuela de Cadetes de Policía (blanco del ataque) es una instalación militar y un centro de formación para combatir insurgentes por lo que el ataque, a su juicio, es lícito dentro del derecho de guerra.
El ataque del ELN provocó por parte del Gobierno de Colombia, en cabeza de Iván Duque, la ruptura de los diálogos de paz que el anterior gobierno venía sosteniendo con la guerrilla del ELN para acabar el conflicto armado entre las partes, reactivando las órdenes de captura (con sus respectivas circulares de Interpol) contra los negociadores de la guerrilla y la persecución contra el grupo armado insurgente.
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