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Augusto Leopoldo de Sajonia-Coburgo y Braganza



Casa de Braganza

Augusto Leopoldo Filipe Maria Miguel Gabriel Rafael Gonzaga de Saxe-Coburgo e Bragança (Petrópolis, 6 de diciembre de 1867 - Schladming, 11 de octubre de 1922), apodado el Príncipe Marinero,[1]​ fue príncipe de Brasil y oficial de la armada imperial brasileña así como de la armada austrohúngara. Fue el segundo hijo de la princesa de Brasil Leopoldina de Braganza y su marido, Luis Augusto de Sajonia-Coburgo-Gotha.

Augusto Leopoldo fue el segundo hijo de Leopoldina de Braganza, princesa de Brasil, y de Luis Augusto de Sajonia-Coburgo-Gotha.[2]​ Sus abuelos paternos eran el príncipe Augusto de Sajonia-Coburgo-Gotha y la princesa Clementina de Orleans (hija del rey Luis Felipe I de Francia) y sus abuelos maternos eran el emperador Pedro II de Brasil y Teresa Cristina de Borbón y Dos Sicilias.[3]

La aparente esterilidad de la princesa Isabel de Brasil, que solo tuvo un hijo tras once años de matrimonio, obligó a los padres de Augusto a firmar un acuerdo en el que se comprometían a residir parte del año en Brasil y a que, si Leopoldina de Braganza se quedaba embarazada antes que su hermana, sus hijos nacieran en territorio brasileño.[4][5]​ Tras sufrir un aborto espontáneo el 2 de mayo de 1865,[6]​ Leopoldina dio a luz al primer nieto de Pedro II el 19 de marzo de 1866, el príncipe Pedro Augusto.[7][8]

Pocas semanas después del nacimiento del primogénito, la joven pareja fue de viaje a Europa, donde la princesa quedó embarazada nuevamente.[9]​ La pareja volvió a Brasil en septiembre de 1867 y Leopoldina dio a luz a Augusto Leopoldo el 6 de diciembre en Petrópolis.[10]​ El emperador anunció su nacimiento en un discurso del trono el 9 de mayo de 1868:

Al volver a Europa, Leopoldina envió noticias de su benjamín a su hermana:

Augusto vivió muy poco con su madre, pues esta murió el 7 de febrero de 1871, cuando él tan solo tenía 3 años.[15]​ Su padre decidió instalarse definitivamente en Austria, donde sus hijos se quedaron a cargo de la abuela paterna.[16]​ La princesa Isabel aún no había tenido ningún hijo cuando murió su hermana y la ausencia de herederos empezaba a inquietar a los brasileños. En carta fechada el 4 de marzo de 1871 el embajador brasileño en Viena, Francisco Adolfo de Varnhagen (futuro vizconde de Porto Seguro) le decía al emperador:

Durante su primer viaje a Europa, en 1871, Pedro II decide llevar a sus nietos a Brasil para criarlos como posibles herederos al trono.[18]​ Un consejo familiar decidió que los dos hijos mayores de Leopoldina estuvieran al cuidado de los abuelos maternos y se les educara y criara en Brasil.[5]​ De esta manera, el 1 de abril de 1872, Pedro Augusto y Augusto Leopoldo volvieron a Río de Janeiro donde fueron recibidos con gran entusiasmo.[19]

La readaptación a su patria natal fue difícil para los hermanos. Acostumbrados al lujo de los palacios de Viena y de Estiria, pasaron a vivir en el modesto y antiguo Palacio de São Cristóvão, donde no podría jugar debido a la estricta rutina de estudios impuesta por su abuelo.[20]​ Tuvieron los hermanos como preceptor del colegio Pedro II a Manuel Pacheco da Silva, (futuro barón de Pacheco[21]​), y se pasaban los días cazando y estudiando a los clásicos franceses, retórica, historia, geografía, idiomas y música.[6]

A pesar de que su hermano mayor gozaba del "estatus" de nieto predilecto de Pedro II, por la pasión de ambos por los estudios, otros cronistas escribieron que el temperamento de Augusto, completamente opuesto al del abuelo, era lo que lo hacía su preferido.[22]

Habiendo heredado del padre y del abuelo paterno el gusto por la armada, ingresa en la Academia Naval en diciembre de 1882, con quince años.[23]​ Debido a su expediente brillante, Augusto se forma como guardiamarina en 1886.[23]

En la armada imperial brasileña, Augusto llegó a lo que hoy sería teniente y sirvió en la corbeta Niterói, en el acorazado Riachuelo y en el crucero Almirante Barroso, y también fue ayudante del almirante Eduardo Wandenkolk.[23]

El 15 de noviembre de 1889, el príncipe se encontraba en Oriente a bordo del Almirante Barroso, que realizaba su primer viaje de circunnavegación[nota 1]​ cuando un golpe de Estado puso fin al régimen monárquico en Brasil.[24]​ Las dificultades de la comunicación impidieron que la tripulación fuese informada de lo que ocurrido hasta diciembre.[24]​ Los telegramas del almirante Wandenkolk, ahora ministro de Marina del gobierno provisional, obligaron al comandante del crucero a sustituir las insignias imperiales de las banderas y a persuadir a Augusto de que dimitiera.[24]​ Tras consultar a su abuelo y a su tío, el conde de Eu, el príncipe decide no dimitir sino solicitar un permiso de dos meses.[24]​ Por telegrama, el ministro responde a la petición:

Augusto desembarcó en Colombo, Ceilán, donde la tripulación le ofreció una cena de despedida. Emocionado, el príncipe repartió sus pertenencias entre los compañeros.[25]

Unos meses después se unió a su familia y permaneció con su abuelo Pedro II hasta su muerte, el 5 de diciembre de 1891. Posteriormente se instaló en Viena, donde consiguió gracias a su padre un permiso especial del emperador Francisco José I para incorporarse a la marina austrohúngara.[26][27]​ Tras aprobar los exámenes de ingreso fue admitido en la reserva naval austríaca a pesar de ser ciudadano brasileño, como explicó en una carta del 6 de mayo de 1893 al barón de Estrela, su administrador en Brasil:

A servicio de la marina austríaca (donde alcanzaría el rango de Kapitän zur See, equivalente a capitán de navío[28]​), Augusto tuvo la oportunidad de visitar otros países donde aún era recibido con la deferencia reservada a los miembros de las casas reinantes. En 1897, a bordo del acorazado guardacostas Wien visitó Portugal, donde fue recibido por el rey Carlos I, e Inglaterra, donde fue recibido varias veces por la reina Victoria.[26]

Debido al agravamiento de los problemas mentales de su hermano, los monárquicos brasileños empezaron a presionarle para que asumiera el trono de Brasil, aunque los planes de restauración de la monarquía fracasaron.[29][nota 2]

Augusto se casó en Viena, en el Palacio Imperial de Hofburg, el 30 de mayo de 1894 con la archiduquesa Carolina María de Habsburgo, hija del archiduque Carlos Salvador de Austria-Toscana y de la princesa María Inmaculada de Borbón-Dos Sicilias.[30]​ La ceremonia fue oficiada por Anton Josef Gruscha, obispo cardenal de Viena, y contó con la presencia de Francisco José I, la emperatriz Isabel de Baviera (Sissí) y otros príncipes y soberanos.[30]​ Los padrinos de la boda fueron el rey Francisco II de las Dos Sicilias y Fernando IV de Toscana.[30]​ El matrimonio tuvo ocho hijos:[26]

Siguiendo las tradiciones de los Braganza, todos sus hijos recibieron en el bautizo los nombres Miguel Gabriel Rafael Gonzaga.[26]​ Esta decisión se expresó por primera vez en una carta al barón de Estrela, cuando Augusto anunció el nacimiento de su primogénito:

En los últimos años de su vida, Augusto desarrolló el típico gusto de sus familiares paternos por las colecciones y empezó a coleccionar obras hechas de marfil.[26]​ Nunca se llegó a acostumbrar totalmente a la vida en Europa y mantenía estrechos vínculos con otros brasileños.[26]​ El castillo Gerasdorf, su residencia en los alrededores de Viena, estaba decorado con objetos y fotos de Brasil.[26]

La revocación de la Ley de Destierro, que impedía el desembarco de cualquier miembro de la antigua familia real de Brasil, le supuso al príncipe una inmensa alegría y la esperanza de volver a su tierra natal.[31]​ Estuvo preparándose para volver al país con toda la familia para la celebración del centenario de la independencia de Brasil en 1922, pero cayó muy enfermo y no pudo realizar el ansiado viaje.[31]

Falleció en Schladming, en la región de Estiria el 11 de octubre de 1922, con 54 años. Su cuerpo fue sepultado en la cripta de la iglesia de San Agustín en Coburgo.[28][32]



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