x
1

Bestia de Gévaudan



La bestia de Gévaudan (en francés, La Bête du Gévaudan, pronunciado /la bɛt dy ʒevodɑ̃/; en occitano, La Bèstia de Gavaudan) es el nombre histórico atribuido a un críptido devorador de hombres, semejante a un lobo, perro o perro lobo, que asoló la región de Gévaudan, ubicada actualmente en el departamento francés de Lozère, región de Occitania, en el sur de Francia, entre 1764 y 1767.[3]​ Los ataques, que cubrieron un área que se extiende desde 90×80 km (56×50 millas), se dicen que habían sido cometidos por uno o varios animales que tenían formidables dientes e inmensas colas, según testigos contemporáneos.

El número de víctimas difiere según las fuentes. En 1987, un estudio estimó que había ocurrido 210 ataques, resultando en 113 muertes y 49 heridos, 98 de las víctimas habían sido parcialmente devoradas.[3]​ Sin embargo, otras fuentes afirman que las víctimas mortales fueron entre 60 y 100 adultos y niños, así como contabilizaron más de 30 heridos.[3]

Las víctimas eran usualmente encontradas con sus gargantas destrozadas. La bestia de Gévaudan superó rápidamente a todas las noticias de la época, al punto de que el Reino de Francia utilizó una cantidad considerable de mano de obra y dinero para cazar al animal, convocando la movilización de tropas reales, nobles, soldados y cazarrecompensas. Las hipótesis sobre la naturaleza de la bestia fueron varias, desde la de un lobo con anormales dimensiones, un animal exótico, un hombre lobo y hasta incluso un asesino en serie. También se barajó la idea de una bestia infernal o la de una criatura encargada de ejecutar un castigo divino a los pobladores.

Menos de un centenar de ataques equivalentes se dieron a lo largo de la historia de Francia, donde todas las regiones fueron infestadas por cerca de 20.000 lobos. El problema fue oportuno para la prensa posterior a la Guerra de los Siete Años: el Courrier d'Avignon a nivel local, La Gazette de France a nivel nacional y luego los periódicos internacionales, vieron la oportunidad de aprovecharse de este hecho para hacer una serie de artículos dramáticos sobre el tema durante varios meses.[4]

De 1764 a 1767, dos animales (uno identificado como un lobo grande y el otro como un cánido parecido a un lobo) fueron abatidos. El primero respectivamente fue fusilado por François Antoine, porta-arcabuz del Rey de Francia, en septiembre de 1765, en el dominio de la Real Abadía de Chazes. A partir de esta fecha, los periódicos y la corte del Rey se desinteresaron en Gévaudan y en las muertes atribuidas a la bestia y lamentadas anteriormente. El segundo animal fue abatido por Jean Chastel, vecino de La Besseyre-Saint-Mary, el 19 de junio de 1767. Según la tradición, el animal matado por Chastel habría sido la bestia de Gévaudan, debido a que, después de esta fecha, ninguna muerte ni ataque le fue atribuida.

La primera persona atacada por la bestia fue una vaquera que vivía cerca de Langogne, pero en ese momento unos bueyes se aproximaron a ella e hicieron huir al feroz animal. Como resultado solo fue desgarrada la ropa de la mujer. La primera víctima oficial fue Jeanne Boulet, una joven de 14 años, muerta el 30 de junio de 1764,[5]​ en el pueblo de Hubacs (cerca de Langogne), en la parroquia de Saint-Étienne-de-Lugdarès en Vivarais.

La víctima fue enterrada "sin sacramentos", no habiendo podido confesarse antes de su muerte. Sin embargo existe un registro del día de su muerte en la que el párroco dice que ella fue víctima de la bestia feroz, lo que sugiere que no fue la única víctima, pero si fue la primera documentada.[6]

La segunda víctima fue reportada el 8 de agosto, tenía también 14 años y vivía en la aldea de Masméjean, parroquia de Puy-de-Laurent.[7]​ Tanto esta como la otra murieron en la ciudad de Allier. Las siguientes, desde finales de agosto hasta septiembre, fueron asesinadas en los alrededores del bosque de Mercoire.[8]

El administrador de la Diócesis de Mende, Etienne Lafont, que se encontraba en Marvejols a finales de agosto, decidió enviar a ese lugar a unos cazadores, dirigidos por el señor Mercier, como ayuda debido a que ya se acercaban a Langogne.[5]​ Sin embargo, pronto Lafont se dio cuenta de que estas cacerías eran insuficientes, por lo tanto, advirtió de la situación al señor de Saint-Priest, al intendente de Languedoc y al conde de Montcan, gobernador de la provincia. Es este último quien dio la orden al capitán Duhamel, que se encontraba en Langogne con sus dragones, de que lleve a cabo la misión de conducir las operaciones para cazar a la bestia.[9]

A partir del 15 de septiembre, el capitán Duhamel y sus dragones comenzaron su cacería.[9]​ No estaban solos, sino que los campesinos se armaron y se dispusieron para ayudarlo. Ese año había cuatro compañías de dragones, voluntarios de Clermont, estacionados en Pradelles o Langogne y comandados por Duhamel, el capitán y asistente mayor. Estos soldados estaban presentes en los alrededores de la región de Cevennes, debido a conflictos con los camisards a principios del siglo (1702-1715). Durante las muchas cacerías llevadas a cabo en el bosque de Mercoire, la bestia nunca apareció, incluso se dice que huyó rápidamente de esa zona, debido a ellas. Luego se traslada a los confines de la Margeride y Aubrac, a principios de octubre.

El 7 de este mes, una joven fue asesinada en el pueblo de Apcher, parroquia de Prunières, y su cabeza se encontró ocho días después. Al día siguiente, un vaquero de 15 años fue atacado cerca de La Fage-Montivernoux. Ese mismo día, la bestia atacó a otro vaquero, entre Prinsuéjols y el castillo de la Baume, propiedad del conde de Peyre. Sin embargo, el muchacho se refugió entre sus vacas, para lograr esconderse de la bestia. Poco después, los cazadores que salían de un bosque cercano se dieron cuenta de que la bestia todavía estaba al acecho del joven.[10]​ Dos de los cazadores dispararon a la bestia, que en dos ocasiones cayó y se levantó. Nadie pudo atraparla, de modo que huyó hacia el bosque. La caza, que fue organizada para el día siguiente, también resultó un fracaso. Dos campesinos dijeron que habían visto al animal salir cojeando durante la noche. Así, por primera vez, la bestia fue herida.[9]​ En octubre de 1764, la bestia dirigió sus ataques al Sur, siendo la responsable de la muerte de María Solinhac, atacada en Brouilhet, en la ciudad de Hermaux.

El 2 de noviembre, Duhamel y sus 57 dragones salieron de Langogne, para instalarse en Saint-Chély, en la posada de Grassal.[11]​ Sin embargo, el 11 de noviembre ellos pudieron realizar su primera cacería, debido a la nieve. Al ver la falta de resultados de las cacerías hasta esa fecha, los estados de Languedoc se reunieron el 15 de diciembre, y propusieron una recompensa de 2000 libras a quien matara a la bestia. Después de esto, cinco personas más murieron y uno de estos ataques le fue atribuido a la bestia, durante el mes de diciembre.[12][8]

El 31 de diciembre de 1764 el obispo de Mende, monseñor Gabriel-Florent de Choiseul-Beaupré, también conde de Gévaudan, llamó a la oración y la penitencia. Este llamamiento pasó a la historia como la "Orden del obispo de Mende".[N 1]​ Todos los sacerdotes de la diócesis tenían como orden anunciarla a sus seguidores. En este texto, el obispo llamó a la bestia “la plaga enviada por Dios para castigar a los hombres por sus pecados”. Citó a San Agustín para discutir la "justicia de Dios" y también usó la Biblia para mostrar, según su punto de vista, amenazas expuestas por Dios por boca de Moisés: "Yo armaré contra ellos los dientes de bestias feroces”.[13]​ El mandato impuso asimismo que se recitaran oraciones de cuarenta horas durante tres domingos consecutivos.

Pero las oraciones parecían vanas, porque la bestia continuó con su masacre a principios del año 1765. Durante los meses de enero y febrero, las cacerías de Duhamel y sus dragones no tuvieron éxito. Además fueron acusados de no pagar el alojamiento y comida, y de destruir las cosechas. Entonces el consejero del rey Luis XV, Clement Charles Francois L'Averdy, envío un cazador, Normand, el Sir Denneval (o Enneval) como reemplazo. Era considerado el mejor cazador de lobos del reino, ya que mató a más de 1200. Martin Denneval y su hijo fueron a Gevaudan a mediados de febrero.

Antes de la llegada de los Denneval, el 12 de enero, la bestia atacó a siete niños de Villaret, parroquia Chanaleilles. La lucha y el valor que pusieron los pastores jóvenes quedaron demostrados en los archivos anuales. Desde la aparición de la bestia, se recomendó no enviar a los niños solos a cuidar el ganado. El ganado en esta región estaba compuesto de vacas y ovejas. Sin embargo, los hombres estaban a menudo ocupados con el trabajo agrícola. Para evitar la situación desventajosa que tenían los niños, se formaron grupos de jóvenes para el cuidado de los animales.

Este es el caso de los siete hijos de Villaret, cinco varones y dos niñas de entre ocho y doce años de edad. La bestia los atacó, girando en torno a los niños que tenían una posición defensiva. Se apoderó de uno de los chicos más jóvenes, pero los demás lograron pinchar a la bestia con la ayuda de palos, hasta que lo soltó. Aun así, tuvo tiempo para devorar una parte de la mejilla derecha de su víctima. Luego volvió al ataque, sosteniendo a Joseph Panafieu, el más joven, por el brazo y se lo quería llevar. En ese momento, uno de los jóvenes sugirió huir, mientras la bestia estaba ocupada, pero otro, Jacques André Portefaix, dijo lo contrario. A continuación, se apresuraron a rescatar a su desafortunado compañero, tratando de picar los ojos de la bestia. Encontraron la forma de hacerlo y logran que la bestia lo deje ir. Luego, debido a los gritos, llegó un grupo de hombres, pero la bestia huyó a un bosque cercano.[15]

El señor de Saint-Priest informó al Sr. Averdy de esta lucha y como premio por su valentía, el rey se ofreció a pagar la educación de Jacques Portefaix. De este modo, el 16 de abril de 1765, Portefaix fue admitido en los “Hermanos de la Doctrina Cristiana”, de Montpellier. Allí permaneció hasta noviembre de 1770, fecha en la cual entró en la Escuela Real de Artillería de Corps. Después, se convirtió en teniente con el nombre de Jacques-Villaret, y murió el 14 de agosto de 1785, a la edad de 32 años.[16]

El 17 de febrero de 1765 los Denneval llegaron a Clermont-Ferrand, donde fueron presentados al intendente de Auvernia, el Sr. Ballainvilliers. Al día siguiente estaban en La Chapelle-Laurent y dos días después en Saint Flour.[17]​ A principios de marzo llegaron a Gévaudan.

En ese mes de marzo se escuchó el testimonio de la lucha heroica de Jeanne Jouve por salvar a sus hijos.[18]​ Jeanne Chastang, la esposa de Pierre Jouve vivía en Vessière (St. Albans). El 14 de marzo a mediodía se encontraba fuera de su casa con tres de sus hijos. De repente, alertada por un ruido, se dio cuenta de que su hija de 9 años de edad acababa de ser capturada por la bestia, la cual había pasado encima de un muro. Al ver esto, Jeanne Jouve se lanzó sobre la bestia y se las arregló para que soltase a su hija.

La bestia vino a atacar a la más joven de sus hijos, una niña de catorce meses, pero no alcanzó a tomarla porque la madre la protegió. Luego, la bestia se arrojó sobre el otro niño, Jean-Pierre, de 6 años y lo agarró del brazo. Jeanne Jouve se lanza nuevamente sobre la bestia. A ello siguió una larga batalla, donde Jeanne Jouve fue lanzada al suelo repetidas veces, entre arañazos y mordidas. Finalmente, la bestia suelta a Jean-Pierre y se las arregla para escapar, pero poco después, se encuentra con los dos hermanos mayores, los cuales, ya se preparaban para llevar a las ovejas a pastar. Fueron capaces de liberar a su hermano menor y la bestia huyó. Sin embargo, Jean-Pierre, sucumbió debido a sus graves heridas varias horas después. Como recompensa por su acto heroico, Jeanne Jouve recibió 300 libras como gratificación de parte del rey.[19]

Los Denneval se establecieron en Gévaudan. A su llegada, querían que la cacería fuera exclusiva para ellos y para lograr esto debían eliminar a Duhamel. A continuación, hablaron con monsieur Averdy, el 8 de abril. Duhamel y sus dragones debieron abandonar el país para su nuevo destino en Pont-Saint-Esprit.[20]​ Sin embargo, los Denneval tardaron mucho en iniciar la cacería. La primera intervención fue el 21 de abril. El objetivo parecía ser traer a la bestia a Prunières, bosques pertenecientes al conde de Morangiès. Pretendían acercarse a la bestia, pero esta pudo escapar sin que pudiesen disparar.

En abril de 1765, la historia de la bestia se extendió por toda Europa. Le Courrier d'Avignon relata que los periodistas británicos se burlaban del hecho de que no se podía matar a un solo animal. Mientras tanto, el obispo y los comisarios se enfrentaban a una afluencia masiva en el correo. Las personas de toda Francia proponían métodos extravagantes para vencer a la bestia.[21]

El 1 de mayo, la bestia se encontraba cerca del bosque de Rechauve, entre el Malzieu San Alban. Mientras se preparaba para atacar a un joven pastor, un hermano Marlet, de la aldea de La Chaumette, ubicada al sureste de St. Alban, la vio desde la ventana de su casa a unos 200 metros de distancia. A continuación, advirtió a sus dos hermanos y a todos los que estuviesen dispuestos a armarse, para salir de la casa. La bestia habría recibido dos disparos y habría caído, pero aun herida, logra escapar. Al día siguiente, Denneval, fue al sitio y continúa a lo largo, en compañía de veinte hombres. Todo el mundo pensaba que la bestia había sido herida de muerte, pero el anuncio de que una mujer fue atacada y muerta por la tarde en la parroquia de Venteuge los desengañó.

El día después de la caza, el marqués Pierre-Charles de Morangiès escribió una queja al presidente de la comunidad Etienne Lafont Denneval, en la que decía: “El Sr. Denneval llegó haciendo tanto alarde y como de costumbre, el resultado fue penoso. Usted que es un político, está obligado a revelar la desfachatez de ellos, que de cazadores solo tienen la figura”. El 18 de mayo, Morangies hizo una nueva carta de queja a Lafont, sobre la cacería sin éxito de Denneval. El 8 de junio, bajo las órdenes del rey François Antoine, el portador de arcabuz de su majestad, salió de París hacia Gévaudan. Fue acompañado por su hijo menor, Robert François Antoine de Beauterne, y también por ocho capitanes de la guardia real, seis guardas de caza, un sirviente, y dos detectives.[17]

El 20 de junio llega a Saint-Flour, con autorización del Rey, el cazador real Antoine. Se trasladó a Malzieu el 22 de junio donde Antoine y sus hombres se aliaron con Denneval ejecutando diferentes cacerías. Sin embargo, pronto surgieron diferencias no poniéndose de acuerdo en la conducción de la misión, razón por la cual, Denneval tuvo que salir del país el 18 de julio por orden de Rey. Para Antoine, la bestia no era más que un simple lobo, en uno de sus escritos dijo: “las huellas obtenidas no ofrecen ninguna diferencia con las de un lobo grande".[22]​ La cacería se ve dificultada por la geografía del país y por lo tanto trae nuevos perros como refuerzo.[22]​ También recibe la ayuda del conde de Tournon, un caballero de Auvernia.

El domingo 11 de agosto se organizó una gran cacería. Sin embargo, esta fecha no está en la historia por este hecho, sino, por la hazaña lograda por "la Dama de Gévaudan". Marie-Jeanne Valet, de 20 años, sirvienta del cura de Paulhac. Ella tomó prestada, junto con otras campesinas, una escalerilla[N 2]​ para cruzar un pequeño arroyo, pero inmediatamente, son atacados por la bestia. Las otras retroceden, pero la bestia se abalanza sobre Marie-Jeanne. Entonces, ella le clavó su lanza en el pecho. La bestia cayó al río y desapareció en el bosque. La historia llega rápidamente a Antoine, quien fue a la escena para ver la lanza que estaba cubierta de sangre, y que los restos encontrados fueran similares a los de la bestia. En una carta dirigida al ministro él la llama "Doncella de Gévaudan".[23]

Unos días más tarde, el 16 de agosto, se produce un evento que podría permanecer en el anonimato si no hubiera estado ligado a la familia de Chastel, en donde Jean, el padre, es reconocido como el asesino de la bestia. Hasta ese momento, una caza en general se organizó en el bosque Montchauvet. Jean Chastel, y sus dos hijos, Pierre y Antoine, participaron. Dos de los guardabosques de François Antoine Pelissier y Lachenay, fueron a su lado y le preguntaron su opinión sobre el terreno, antes subir a caballo, en un camino de hierba, entre dos bosques.[23]​ Ellos quieren asegurarse de que no se trata de pantanos, en complicidad, los Chastel garantizan la seguridad de este terreno, entonces Pelissier se confía, e inmediatamente su caballo se quedó atascado y luego fue lanzado. Con dificultad se las arregla y con la ayuda de Lachenay, logra salir del pantano, mientras que los Chastel se reían de la situación. Los dos guardas de caza toman al más joven de los Chastel, para llevarlo a François Antoine.

El anciano y el padre toman a Lachenay y le exigen que libere al joven. Mientras Pelissier acude en su ayuda, él también estaba metido en este problema. Los guardabosques, por lo tanto se ven obligados a la retirada. Por la noche, ellos escriben un par de minutos para denunciar los hechos, y bajo la orden de François Antoine, los Chastel son detenidos y encarcelados en Saugues. La instrucción que se dio a los jueces y cónsules de la ciudad, por Antoine es: "No los dejes salir más que cuatro días, después de nuestra salida de esta provincia".[24]​ El hecho de que hubo una disminución de los ataques de la bestia durante este período de reclusión, muestra según algunos autores, un vínculo entre la familia Chastel y la bestia.[25]

Durante la segunda quincena del mes de septiembre, entre 20 o 21, François Antoine es advertido de que un gran lobo, tal vez la bestia, anda merodeando cerca del bosque de las damas de la Abadía de Chazes, cerca de St. Julien-des-Chazes. A pesar de que la bestia nunca había estado en ese lado del río Allier, Antoine decide dirigirse allí. Rodearon el área del bosque de manzanos, con la ayuda de 40 tiradores de Langeac. Y fue él, François Antoine, el que elimina al animal, el cual se encontraba a 50 pasos de él. Él dispara y la bestia cae, se levanta y lo ataca. El guardia Rinchard, que estaba cerca, tira a su alrededor y derriba al animal. Según los escritos de François Antoine, este animal no era más que un lobo de gran tamaño que pesaría unas 130 libras. A continuación, lo transportaron a Saugues, en donde sería disecado por el Sr. Baker, un cirujano de la ciudad. Según el informe oficial, varios testigos confirmaron que este fue el animal que los atacó. Entre los testigos estaban Marie-Jeanne Valet y su hermana.[27]

Casi inmediatamente después de la redacción del informe judicial, Antoine de Beauterne, el hijo, carga del animal en su caballo para ir a París. Sin embargo, paso por Saint-Flour para mostrárselo al señor Montluc. Llegó a Clermont-Ferrand en la noche. Allá él hizo embalsamar el animal. El 27 de septiembre, Antoine de Beauterne dejó Clermont y con el animal llegó a Versalles el 1 de octubre. El animal fue expuesto en los jardines del Rey. Mientras tanto, François Antoine y sus guardabosques se quedaron en Auvernia y continuaron con la caza en los bosques y en los alrededores de la abadía real de Chazes, lugar en donde, una loba y sus cachorros habían sido reportados. El último de estos cachorros fue asesinado el 19 de octubre. François Antoine y aquellos que lo acompañaban salieron del país el 3 de noviembre.

Oficialmente, la bestia de Gévaudan está muerta, asesinada por el porta – arcabuz del Rey, François Antoine. Poco importaban los eventos siguientes, igualmente el lobo de Chazes era reconocido como la bestia. Esto se confirmó en 1770 cuando François Antoine fue visto, portando un lobo moribundo, que simbolizó la bestia.[29][N 3]

El mes de noviembre se desarrolló, sin ningún ataque detectado. El pueblo comenzó a considerar que en realidad Antoine había acabado con el animal que había estado aterrorizando al país. En una carta fechada del 26 de noviembre, Lafont también indica al intendente de Languedoc: "No se oye hablar de nada relacionado con la bestia".[30]​ Pero pronto, los rumores comenzaban a relatar los ataques presuntamente cometidos por la bestia entre Lorcières y Saugues. Estos ataques son esporádicos hasta principios de 1766, y tanto Lafont como la gente no sabían si atribuir estos males a la bestia o a los lobos. Sin embargo, el 1 de enero, el señor de Montluc, en una carta al intendente de Auvernia, parece convencido de que la bestia ha reaparecido.[31]​ Esto alerta al rey, pero él no quiere oír hablar de esta bestia, a la cual según su arcabuz, ya estaba muerta. A partir de ese momento, los periódicos comenzaron a dar informes de más ataques ocurridos en Gévaudan o al sur de la región de Auvernia.

El 24 de marzo, los administradores de Gévaudan se encontraban en la ciudad de Mende. Etienne Lafont y el joven marqués de Apcher (defensor de envenenar a los cadáveres de los perros y llevarlos a los pasajes habituales de la bestia). Los ataques también se incrementaron durante el mes de marzo y los Señores del país, se dieron cuenta de que su salvación no provenía de la corte del rey. La bestia, parece que ya no había ganado tanto terreno como antes. En efecto, ella se fija en la región de las tres montañas: el Monte Mouchet, Monte Grand y el Monte Chauvet. Estos tres picos están separados por unos 15 kilómetros el uno del otro. Las medidas adoptadas son ineficaces. Pese a que las pequeñas batidas estuvieron bien organizadas, esto fue en vano. La bestia continuó sus ataques durante todo el año 1766. Sin embargo, parece que su procedimiento había cambiado un poco, era menos audaz y más cautelosa. En cualquier caso, eso es lo que se encuentra escrito en varias cartas, como las del cura de Lorcières, canónigo de Ollier, dirigidas al administrador Étienne Lafont.[32]

A principios del año 1767, se siente una ligera pausa en los ataques.[33]​ Pero en primavera de este mismo año, los ataques recrudecen. La gente entre tanta incertidumbre no hacer otra cosa más que rezar. Mientras tanto los peregrinajes se multiplican, principalmente hacia Notre Dame de Beaulieu[N 5]​ y Notre Dame De Estours.[N 6]​ Un hecho conocido sucedió a principios del mes de junio, según la leyenda, Jean Chastel hizo bendecir tres esferas, que luego fueron fundidas en medallas para el sombrero de la Virgen María.[34]

El 18 de junio, se informa que el Marqués de Apcher, había visto un día anterior a la bestia cerca de las parroquias de Nozeyrolles y Desges. La víctima, Jeanne Bastide de 19 años en la ciudad de Lesbinières.[8]​ El marqués decide llevar a cabo un golpe en esta región, el monte Monte Mouchet en el bosque de la Ténazeire, el 19 de junio. Varios vecinos se ofrecen como voluntarios para acompañarlo, entre ellos Jean Chastel, un cazador de muy buena reputación.[33]

El último caso fue encontrado en un lugar conocido como sogne d'Auvers,[N 7]​ el animal fue visto en un cruce de caminos, y recibió un disparo en el hombro. Rápidamente, los perros del marqués llegaron para tomar a la bestia.[33]

A partir del disparo, la leyenda[28]​ conserva el discurso de Pierre Pourcher que ha estado en su familia por generaciones: «Cuando llegó la bestia, Chastel recitó las Letanías de la Virgen María, las recordó muy bien, pero por un sentimiento de compasión y confianza con la Madre de Dios, el terminó sus oraciones luego cerró su libro, guardó sus lentes en su bolsillo y tomó el arma y mató en un instante a la bestia».[35]

Ocho días después de que Jean Chastel había destruido a la bestia, según varios testimonios, el 25 de junio, un lobo había sido visto, el cual fue asesinado por Jean Terrisse, cazador del monseñor de Tour d'Auvergne.[33]​ Recibió cerca de 48 libras de gratificación.[36]

La bestia es llevada al castillo de Besque, en Charraix, residencia del Marqués de Apcher. El notario Marin establece un informe muy preciso de las dimensiones del animal. Lo acompañana el señor Boulanger, cirujano de Saugues, y sus hijos, junto con el médico[37]​ de Agulhon de la Mothe. La bestia es disecada por Boulanger y a su vez expuesta en el castillo de Besque. Al Marqués de Apcher no le molestaron los prodigiosos gastos hechos para recibir a la multitud que se dio cita para ver a la bestia. Numerosos testimonios de víctimas atacadas también se inscribieron en el informe de Marin. La bestia estuvo un largo tiempo en Besque (doce días[33]​). El Marqués solicita a un sirviente llamado Gilbert que la lleve a Versalles para mostrársela al Rey. Enseguida, los escritos del cura Poucher confirman que Jean Chastel efectivamente fue de viaje. Mientras que, varios estudios durante el año 2010 a firman que el sirviente Gilbert efectivamente había llevado a la bestia a París, pero no existen pruebas de que Chastel haya viajado igualmente.[38][39]

Al llegar al castillo del rey, el animal estaba en un estado de putrefacción avanzado. Boulanger había sido el encargado de vaciar las entrañas y reemplazarlas con paja. El trayecto y el calor no favorecieron a la conservación del cuerpo. En el momento en que Chastel (o Gilbert) pidieron una entrevista con el rey para presentarle a la bestia, esta petición fue cancelada debido al estado del animal. Es entonces cuando Georges-Louis Leclerc de Buffon en persona decide examinar a la bestia y concluye que se trataba de un lobo de gran tamaño.[33]​ Posteriormente, la bestia es enterrada en un jardín del castillo sin nada para preservarla. No ha quedado rastro de lo que Buffon haya podido escribir sobre la bestia.[39]​ En una reunión efectuada el 9 de septiembre, los estados particulares de Gévaudan otorgaron a Jean Chastel una modesta recompensa por el valor de 72 libras.[33]·.[35]

La bestia causó estragos principalmente en el país de Gévaudan, cuyos límites son esencialemente los mismos que los del departamento de Lozère. Igualmente, fue vista en Velay (Haute-Loire), Haute-Auvergne (Cantal), y Rouergue (Aveyron). Considerando la división administrativa de los años 2000, la bestia ha cobrado cerca de 80 víctimas[40]​ en la región de Auvernia y más de 70 en Languedoc-Roussillon. A nivel de departamentos, la Lozère es la más afectada con más de 70 víctimas, por delante de la Haute-Loire que acumulan más de 60. Los poblados de Saugues, Pinols y Malzieu son los que presentan mayor número de víctimas con 34, 23 y 22 personas respectivamente.[41]

Desde el punto de vista geográfico, la bestia ha estado presente mayoritariamente en las montañas de Margreride, y en ciertas ocasiones en los montes de l'Aubrac. Primeramente, causó estragos al este de Gévaudan, hacia Langogne y el bosque de Mercoire, antes de migrar hacia Margeride y la zona de los Tres Montes: el monte Chauvet, Montgrand y el monte Mouchet.

En el siglo XVIII, el medio ambiente de Gévaudan estaba constituido por valles y montañas boscosas. Sin embargo existen en Margeride, numerosas turberas (también llamadas «sagnes» o «molières» ) lo que las hace difícil de mover. Es por eso que las ciudades se encontraban dispersas, y con infraestructura limitada para construir vías de acceso. En cuanto al clima, no era extraño que el invierno sea muy largo. De hecho, las primeras nevadas podían ya ocurrir en septiembre, y la temporada invernal podía durar hasta el mes de mayo.

El 20 de junio de 1767, después de que Jean Chastel haya dado muerte al animal, el notario real Roch Étienne Marin redacta el informe de autopsia de la bestia realizado en el castillo de Besque, propiedad del Marqués de Apcher, en la ciudad de Charraix (Haute-Loire). Este informe fue hallado en 1958, y ofrece cierta información sobre la naturaleza del animal.[42]​ Aquí se muestra una parte de las dimensiones (teniendo como referencia que un pie es igual a 32,4, una pulgada mide 27mm y una línea tiene 2,25mm).

(la leyenda describe el peso del animal como superior a los 50 kg.)[43]

Además, este informe muestra detalles sobre las fauces del animal. Así se puede notar que la mandíbula superior tiene 14 dientes, 6 incisivos, 2 colmillos y 6 molares. La mandíbula inferior se compone de 22 dientes: 12 incisivos y 10 molares. Esta fórmula dental no tiene equivocaciones: se trata de un cánido. Se incluyen también varios testimonios de personas que han visto al animal, así como también de heridas y cicatrices de las víctimas.

Las estadísticas suelen variar según los autores y el periodo donde fueron escritos. Sin embargo, deben ser conocidas por varias razones. En primer lugar no hay evidencia de que todas las víctimas calificadas como oficiales sean realmente atribuidas a la bestia. Las muertes de algunas personas pudieron ser atribuidas a la bestia sin comprobación. Por otro lado, siguiendo una orden del obispo, en algunos registros de entierro no se incluyó información que indicara que el asesinato fue obra de la bestia, porque de ser así eso era considerado como pecado. Del mismo modo, luego de la salida de François Antoine, las fuentes son menos frecuentes.

Las fuentes calificadas como oficiales indican que un poco más de 80 personas fueron asesinadas.[44][45]​ Igualmente se informa de una treintena de personas heridas y otras cincuenta que fueron atacadas.[46]

Parece exacto el hecho de que la bestia no registró muertes entre adultos varones, ni tampoco tenía preferencia entre mujeres y hombres. Sin embargo, atacó con más frecuencia a niños que a personas adultas.[45]​ En efecto, estos últimos eran los que se encargaban de criar ganado en los pastizales y por lo tanto, eran los más expuestos a los ataques.

Si la historia de la bestia de Gévaudan continúa siendo contada después de los acontecimientos y su desaparición, es porque posee muchos misterios.

Principalmente, su naturaleza morfológica. De hecho, ninguno de los animales capturados por François Antoine o Jean Chastel fueron conservados. Si nos atenemos al informe de Marin, podría referirse a la descripción de un perro, pero de aspecto poco habitual.[47]​ De todas formas, muchos testigos que acostumbran ver lobos en sus campos, no reconocieron a este animal como un lobo, sino que lo denominaron directamente con el término bestia, "la bête" en lengua occitana.

En segundo lugar, muchos relatos sugieren una relativa invulnerabilidad de esta bestia. La ineficacia de las armas alimentó la teoría de que la bestia tenía una piel de jabalí como coraza, como los perros que fueron utilizados en la guerra a comienzos del siglo XIX. Muchos relatos indican que la bestia fue herida por una o más balas disparadas por los cazadores de buena reputación, pero aun así continuaba de pie. Los testimonios atribuyen a la bestia el poder de estar en varios lugares al mismo tiempo. Había sido vista en un intervalo de tiempo en varios lugares con varios kilómetros de distancia entre uno y otro. Sin embargo, estas distancias pueden ser consideradas para un solo animal.

Dos características de la bestia que llaman la atención son su familiaridad y su audacia. Un poco después de la salida de François Antoine, ya no parece alertarse ante la gente. Cuando la bestia se encuentra con la resistencia de una víctima o de sus acompañantes, se aleja "40 pasos", a veces se sentaba por unos momentos, y si no era perseguida, atacaba. La bestia podía o no alejarse de la escena del crimen. Muchas veces, las víctimas fueron atacadas en la ciudad[N 8]​ y la mayor parte de testigos indicaban que los ataques tuvieron lugar a plena luz del día.[48]

Por último la bestia era muy agresiva y ágil.[49]​ Esta agresividad estaba caracterizada por el empeño que no siempre estaba impulsado por el hambre. Su agilidad se atribuye a la habilidad de saltar sobre las paredes, lo cual ningún perro normal puede hacer.

La familia Chastel pasó a la historia por varias razones. En primer lugar, porque Jean Chastel fue la persona que mató a la bestia de Gévaudan. Pero también porque varios autores acusaron a Chastel, incluyendo a Antoine, hijo de Jean, de haber domado y adiestrado a la bestia. Jean Chastel vivía en un pueblo de La Besseyre-Saint-Mary, y era conocido con el sobrenombre "de la masca" que significaba "(hijo) de la bruja". Él sabía leer y escribir, lo demostraba firmando frecuentemente los registros. Con esas firmas consiguió su oficio. Aunque, era una persona trabajadora, también gustaba del cabaret y la cerveza.[50]

Dos hijos de Jean Chastel están relacionados con la historia de la bestia: Antoine y Pierre. Fueron encarcelados al mismo tiempo que su padre en agosto de 1765. Desde allí el escribe los libros de Abel Chevalley y Henri Pourrat, mientras Antoine vivió en el bosque de la Ténazeyre no muy lejos de donde se escondía la bestia, sin embargo este suceso no se cuenta en la leyenda, y no hay un escrito de esa época que lo afirme[50]·.[51]

La casa de la Molette de Morangiès es un pequeño señorío situado en Molette, hoy en día conocido como el pueblo de Prévenchères. Por otra parte pertenecía a Garde-Guérin.[52]​ En 1410, Jean de Molette hereda el castillo y el señorío de Morangiès, cerca de Molette.[53]​ En 1608, François de Molette de Morangiès se casa con Marie de Louet de Calvission,[54]​ heredera del señorío de Saint-Alban.[N 9]​ El 31 de diciembre de 1726, Pierre-Charles de la Molette de Morangiès desposa a Loiuse-Claudine de Guérin de Châteauneuf-Randon de Tournel. Esta unión permite a los Morangiès adquirir la baronía de Tournel, y el derecho de entrada a los estados de la región de Languedoc.

Se instala entonces en el castillo de Boy en Valdonnez, el cual posee una belleza notable.[55]​ En 1741 compró por más de 20 000 libras[56]​ una parte de la baronía de Canilhac, pero igualmente los derechos de entrada a los estados de Gévaudan y Languedoc que en ese entonces estaban asociados. Luego hizo que transfirieran el título de propiedad a Saint-Alban por decisión real.[53]

Pierre-Charles de Molette se nombra Marqués de Morangiès, Conde de Saint-Alban, Barón y Señor de muchos lugares. En 1745 se distinguió en la batalla de Fontenoy, cuando era mariscal de brigada. Estos hechos le permiten recibir la cruz de caballero de Saint-Louis y es nombrado teniente general. Luego fue llevado como prisionero en la Guerra de los Siete Años, y resulta afectado por la desgracia del mariscal Soubise después de la derrota de Rossbach. Se retira entonces a un hotel particular en París, antes de regresar a Saint-Alban. En 1765 el obispo de Mende le informa que el rey le devuelve su confianza.[53]

Tuvo cuatro hijos y dos hijas. Uno de ellos formó parte de la historia de la bestia de Gévaudan. Se trata de Jean-François-Charles, conde de Monrangiès. Nació el 22 de febrero de 1728 en el castillo de Boy. A sus 14 años, fue mosquetero del rey. Fue coronel del regimiento de infantería de Languedoc durante la batalla de Minorque en 1756. Entre otras cosas también fue nombrado gobernador de Minorque por el mariscal de Richelieu.[53]​ Permaneció allí hasta 1763. En 1753 contrajo matrimonio con Marie-Paule-Thérèse de Beauvilliers de Saint-Aignan, hija de un duque, con quien tuvo dos hijos.

La baronía de Apchier es una de las ocho baronías de Gévaudan, las cuales daban derecho de entrada a los estados particulares de Gévaudan, e igualmente,[N 11]​ los alrededores de los estados de Languedoc. Esta baronía está situada, desde el siglo XX, entre Bes y Truyère; llega a obtener poder cuando Garin de Châteaunef-Randon, co-señor con su hermano Odilon de la baronía de Châteaunef-Randon, desposa a Alix de Apchier, heredera de la baronía.[57]​ El castillo principal de la baronía se encuentra ahora en el pueblo de Apcher, hoy conocida como el pueblo de Prunière en Lozère.

En 1638, la heredera de la baronía es Marguerite, esposa de François de Crussol, duque de Uzès. Su nieto, Charles de Crussol, vende la propiedad para pagar sus deudas.[57]​ Fue Pierre Bouniol, juez general del "condado de Apchier" quien compra la mayor parte de la baronía. Luego vuelve a venderla con el derecho de entrada a los estados de Gévaudan, entre 1717 y 1719 al Marqués de Roquelaure, Emmanuel de Besuéjouls.[57]

En 1764, el Marqués de Apcher es Jean-Joseph. Nació el 3 de junio de 1745 en el castillo de Besque. Es hijo de Joseph de Randon y Henriette de la Rochefoucauld. En 1765 tenía 20 años cuando poco a poco toma la delantera en la caza contra la bestia de Gévaudan. Fue él quien organizó el grupo de búsqueda del 19 de junio de 1767, donde Jean Chastel derrotó a la bestia.

Gabriel-Florent de Choiseul-Beaupré fue obispo de Mende, y consecuentemente, conde de Gévaudan desde 1723. Proviene de la familia de Choiseul, y durante su episcopado sus primos César Gabriel de Choiseul-Praslin y Étiene François de Choiseul se ocuparon de puestos de alto rango[N 12]​ en el reino. Él buscaba continuamente cuidar de los habitantes de Gévaudan. Pero no dudó en criticar sus costumbres desde su mandato hasta la posteridad. Fue también él quien decidió retirar Saint Sévérien de la lista de obispados de Mende, lo cual es tomado por el cura Pourcher para describir a la bestia como "el azote de Dios".

El padre Trocellier, cura de Aumont-Aubrac, organizó numerosas batidas en su parroquia y más allá. Igualmente, fue testigo ocular de la bestia, a la que había descrito en cartas de forma múltiple. Él escribió también que "... la bestia se levanta sobre sus patas traseras, y en esta posición expone sus patas delanteras, por lo que consigue la estatura de un hombre promedio". Esta habilidad de pararse en dos patas evoca la idea de un mandril, para determinar a que animal corresponde la apariencia de la bestia, escrita en una carta dirigida al fiducidiario Lafont. Él grabó sus impresiones en el registro parroquial y diseñó también un retrato de la bestia.

El Conde de San Florentin: Louis Phélypeaux de San Florentin fue un ministro del rey II. Fue un interlocutor privilegiado de correspondencias entre los gentiles hombres de Gévaudan y la corte del rey.

El Señor de l'Averdy: como el conde de San Florentin, Clemente de l´Averdy fue un ministro del rey, interventor general de finanzas e intervino en una correspondencia con Gévaudan.

Capitán Duhamel: Jean Baptiste Lois Francois Boulanger, señor de Duhamel, teniente del régimen de “Cambis“ a partir de 1747. En 1756 y hasta 1758 formó parte de un regimiento del “Royal Roussillon Cavalerie”. Después estuvo encargado como ayuda superior del batallón del regimiento de voluntarios de Clermont-Price. En el año 1758 obtiene el grado de capitán. Él venía de un batallón de “Dragons“ en 1760. Los primeros ataques de la bestia fueron en 1764, adonde comandó sus tropas en la región de Langogne.

Señor Denneval: Jean Charles Marc Antoine Vaumes d´Enneval, algunas veces nombrado Martín, nació en 1703. Fue un gran jefe de lobos en Normandie desde 1703 a 1769. Fue a Gévaudan con Jean Francois.

Antoine de Beauterne: Francois Antoiné, nacido alrededor de 1695, fue portador arcabucero del rey Luis XV, teniente de cazas e inspector del bosque de la capitanía de San Germán en Laye. Fue igualmente un gran jefe de loberos del reino y caballero de la orden de San Luis. Fue a Gévaudan con su tercer hijo, Robert Francois Antoine de Beauterne, quien había nacido el 26 de junio de 1748 y era portador de arcabuz sucesor y guardia civil del rey. Este fue el último que tuvo el nombre de ”Beauterne”, independientemente de cualquier heredero familiar. Ellos fueron asistentes junto al guardia Lacoste, los guardias civiles de la capitanía real de San Ferman Pélissier, «Régnault y Dumoulin», los guardias civiles en caballo de “Duc d´Orléans“, Lacour y Rinchard y los guardias de “Duc de Penthiévre”.

El término de “fléau“ está empleado desde 1765 por monseñor de Choiseul-Beaupré en su mandato: La plaga extraordinaria es una plaga que no son partículas y que no porta con carácter sorprendente y si es visible de la cólera de Dios. La bestia no es un lobo, ni cualquier animal conocido, pero es una bestia única enviada por Dios para castigo a la gente de sus pecados. Esta teoría es de un lugar que considera como la primera historia de la bestia, el cura Pierre Poucher. Éste nació en Mazet, cerca de Julianges. El cura estuvo en Saint Martin de Boubaux y estampó por sí mismo los libros que escribió. Para él, esta plaga fue enviada por Dios, principalmente a causa de la desaparición de “Sévérien” de la lista de Obispos de Mende. “Sévérien”, quien había sido discípulo de “Martiel de Limoges“ por mucho tiempo fue considerado como el evangelizador de Gévaudan en el transcurso del siglo III. Sin embargo, él pudo de esta hacer una buena o mala interpretación de textos quien hizo confundir a “Sévérien de Gabala“ en “Syrie“ con Sévérien del país de Gabales. Por esta razón es que el obispo Gabriel Florent fue desclasificado de la lista de Obispos en 1763, poco después de los primeros ataques.

Oficialmente, todos los animales cazan en Gévaudan, por tanto los cazadores contra la bestia están todos los días con los lobos. Es todo un caso dice el señor de Buffon, a propósito del animal muerto o cazado para François Antoine, como compañía para Jean Chastel. La teoría de lobos antropófagos evoca una familia de lobos desde los años 1960. Estos tres lobos, según el obispo Xavier Pic, habían sido cazados por los hermanos Marlet de la Chaumette. Jacques de Bayac llegó a una conclusión similar, la misma posibilidad de la presencia de cuatro lobos. Guy Crouzet y el canónigo Felix Buffière son mucho menos precisos sobre su número, pero concluyen igualmente en la "culpabilidad" de varios lobos. La teoría de los lobos se basaría en que estarían sometidos a la bestia y contraerían la enfermedad de la rabia, que había provocado la muerte del animal en algunos meses.

Una de las primeras teorías, avanzó en el momento de los acontecimientos, que quien vio a la bestia la calificó de animal exótico. El contenido de la evocación en efecto fue: Una bestia feroz, desconocida en el ambiente. El animal con más frecuencia considerado sería la hiena que se escapó de la famosa feria de Beaucaire. Guy Crouzet la evocó con prudencia, además de que Gérard Mématory emitió la hipótesis de que esta hiena había estado acompañada, asociando al animal exótico con la intervención humana.

Para corroborar la hipótesis de la hiena es que ésta aparece en un pequeño fascículo que se publicó en 1819 y que lo vendió a un jardinero. Este fascículo evocó a una hiena traída de oriente: Un animal feroz e indomable, de la especie de los lobos. Habita en Egipto, recorrió las tumbas para arrancar los cadáveres, en el día ataca a los hombres, mujeres y niños, los devora. Lleva una melena sobre su espalda, como el tigre real. Ésta es de la misma especie que la que vieron en el gabinete de historia natural y quien devoró en Gévaudan a una gran cantidad de personas.

Entre otros animales que también fueron considerados como la bestia de Gevaudan figuran el glotón o un tigón. Igualmente fueron considerados: león,[58]​ pantera, leopardo, un gran mono como el babuino o el mismo oso.

El doctor Puech, profesor catedrático de la universidad de medicina de Montpellier avanzó de este hipótesis en 1910. Según él, los cadáveres abandonados por el sádico habían sido carcomidos por los lobos. Es la presencia de misteriosos recubiertos de piel de lobos quienes estuvieron entrenados por el miedo y la acusación de un tonto.

El término sádico, se relaciona en una escena de ciertos asesinatos, donde las cabezas fueron encontradas cortadas y los niños desnudos. Es decir fueron atacados por la bestia, muchos niños fueron encontrados desnudos, lejos de su vivienda, dispersos. Se puede hacer referencia, por ejemplo, a una carta de Lafont a Saint-Priest:

Las artimañas similares son descritas por Antoine de Beauterne en el proceso verbal regido el 9 de septiembre de 1765.

Esta hipótesis responde de igual forma sobre los muchos casos de decapitaciones. Según el autor Michael Louis: "Es una aberración creer que un animal decapite a sus víctimas. Desde un punto de vista nutricional, la cabeza de un hombre no sería una de las partes más interesantes". Un total de 14 víctimas fueron encontradas decapitadas, entre éstas, la joven Agnés Mourgues:

Cabe recalcar que ningún escrito relata que un habitante de Gévaudan haya visto a la bestia decapitar una de sus víctimas. Según Gérard Ménatory, los casos de degollamiento humano por los animales existen. Pero ningún caso de decapitación puede ser revelado. Ni la mandíbula de un lobo sería suficiente para hacer esto. Esta hipótesis tuvo una repetición pero no implica más que a uno, máximo dos personas.

Abel Chevalley y Henri Pourrat popularizaron la teoría según la cual la bestia de Gévaudan es un animal que mató, acompañado de muchos humanos. Un noble descarriado de la región, Jean-François-Charles de Morangiès y un campesino solitario llamado Antoine Chastel, son las siguientes personas designadas como domadores. Abel vio a la bestia una mañana y una hiena del África con Antoine, el último hijo que tuvo como cómplice. Para Henri es lo mismo quien adiestró a la bestia, cubierto por su padre, quien finalmente derribó al animal. Raymond-Francis Dubois va un poco más lejos de esta pista. En defensor de los lobos, el acusa a un perro. Este perro, fue adiestrado para la guerra como existía en el siglo XVI, estuvo cubierto de un blindaje. La piel de jabalí, muy recia, tupida y apretado, habría podido constituir una protección eficaz contra las balas. Es ahí donde Antoine Chastel quien habría elevado y guiado a este animal, siguiendo órdenes de un noble del país. Michel Louis, fundador y director del parque zoológico de Amnéville, es partidario de esta teoría. Para él, la raya negra constatada sobre la espalda de la bestia no corresponde al pelaje de un lobo, sino por lo contrario, caracteriza a un jabalí. Él revela que esta característica no se observó sobre el cadáver de distintos animales asesinados.

La teoría de un animal asesinado por la intención de notables de la región se estuvo repitiendo frecuentemente desde los años 1990 por las producciones literarias, como en El pacto de los lobos, ficción de Christophe Gans.

La región donde cayó la bestia, así como los alrededores, utilizan la leyenda para su provecho. Entre los museos, estatuas y centros pedagógicos que hacen referencia a la bestia se encuentran:

La historia de la bestia de Gévaudan fue adaptada al teatro en una obra de tres actos escrita por Jacques Audiberti. La obra se estrenó en 1936 y tuvo por nombre La bestia negra (La Bête noire). Audiberti la presentó en 1948 en París, Huchette, y luego la renombró La fiesta negra (La Fête noire). Los nombres históricos no se conservaron. Esta obra presenta una lucha entre los campesinos y los aristócratas locales.

En 2008 una nueva obra fue montada con el nombre de La bestia está ahí..., con Geneviève y Robert Sicard y con enfoque en escena de Patricia Capdeveille. Es una adaptación de un libro de Laurent Fournier titulado Pequeña historia de los grandes estragos de una bestia malvada (Petite histoire des grands ravages d'une méchante bête).

Muchas películas tomaron inspiración de la historia o leyenda de la bestia de Gévaudan.

En ella, los actores Samuel Le Bihan y Mark Dacascos interpretan respectivamente al botánico y exsoldado Grégoire de Fronsac y su ayudante indio Mani, contratados por la corona francesa para documentar científicamente la verdadera naturaleza de la bestia de Gévaudan y abatirla. Jugando con los hechos reales y las invenciones para el guion, Gans postula la posibilidad de que los grandes lobos muertos en 1767 no fuesen de verdad la bestia, sino que estas capturas fuesen un fraude cometido por el propio Luis XV para acabar con el problema de cara a la galería.

Según la película, el verdadero responsable sería realmente una bestia entrenada desde la infancia por el noble Jean-François de Morangias, destacado durante unos meses en Senegal y que a la vuelta se había traído una camada de cachorros de lupus alimonatis (en realidad leones, solo que en la película esto no es específico) tras matar a su madre. Morangias, miembro de una sociedad secreta tradicionalista llamada El Pacto de los Lobos, con importantes miembros en la nobleza local y la Iglesia, pretendía con ello socavar el prestigio de la Corona y causar la caída del rey, acusado de ser demasiado moderno por los estamentos tradicionales.

Esta historia también ha sido objeto de muchos reportajes y documentales, como:

El escritor escocés Robert Louis Stevenson atravesó Gévaudan en 1878, como lo cuenta en su relato Viajes con una burra por los montes de Cévennes (Travels with a Donkey in the Cévennes). Describió así a la bestia: "Era el país del siempre memorable animal, el Napoleón Bonaparte de los lobos".

La bestia volvió a resurgir a partir de los años 1970. Entre 1970 y 1990, la bestia aparece en los dibujos de Didier Comès, de Claude Auclair, y del dúo formado por Pierre Christin y Enki Bilal. Ciertos autores de historietas, como Didier Convard, tratan de alejarse ligeramente de la historia al no citar ningún nombre en particular.

En los años 2000, el dúo Adrien Pouchalsac y Jan Turek sacaron una trilogía, La bestia, que pretende ser lo más fiel posible a la historia. Ocurre lo mismo en la novela La bestia de Gévaudan (La Bête du Gévaudan) de Jean-Louis Pesch y en El secreto de Portefaix, el niño de Gévaudan (Le Secret de Portefaix, l'enfant du Gévaudan), de Cyrille Le Faou y Roger Lagrave. Otros novelistas de ficción fueron igualmente inspirados en la historia de la bestia para sus relatos, como por ejemplo Gévaudan, de Philippe Mignabal, o El perro de Dios (Le Chien de Dieu), de Patrick Bard.

La historia de la bestia de Gévaudan además sirvió de trama para un videojuego que salió a la venta en 1985. Este videojuego fue desarrollado y editado por C.I.L. (Compañía Informática Lúdica). Se representa con su forma en un juego de aventura textual, sobre los microordenadores Apple II. La historia presenta la hipótesis según la cual la bestia fue un hombre lobo. El jugador enfrenta a la bestia y debe encontrar un medio de curarla el mal. Para muchos, el rapero francés MC Solaar hizo en un abrir y cerrar de ojos a la bestia de Gévaudan en la canción Cash Money, sobre el álbum Mach 6. En esta canción quien evoca una mujer superficial y materialista, y él le dice que "Si lo ama, todo dormirá dentro y tendrás el collar en dinero de la bestia de Gévaudan".

En el juego de rol Hombre lobo: el Apocalipsis, la bestia de Gévaudan es puesto como un hombre lobo y 3 parientes lupinos de la tribu de los Señores de las sombras el cual terminó siendo eliminado junto con sus parientes por parientes homínidos de los señores de las sombras para evitar que este descorriera el velo

En el juego de cartas Mitos y leyendas comercializado en Chile por la empresa Salo S.A se usa la leyenda de esta bestia para la carta "Guevadan" en la edición "Mundo Gótico" donde representa a un licántropo uno de los tantos personajes principales de esa edición en el juego

Por otra parte, su nombre es atribuido al hombre lobo de la saga de juegos de mesa Atmosfear, conocida en España en sus inicios como "pesadilla", siendo una ficha de jugador en todas sus entregas ("Atmosfear", "Atmosfear: Barón de Samedi", "Atmosfear: Anne de Chantraine", "Atmosfear: Elizabeth Bahtory", "Atmosfear: Los Emisarios", "Atmosfear: El Guardián" y por último "Atmosfear: Khufu la momia")

Se le atribuye la muerte de más de 130 campesinos, en su mayoría mujeres y niños, que fueron encontrados despedazados por los dientes de algún animal. En algunos casos las víctimas fueron encontradas decapitadas o partidas por la mitad, lo que demuestra la enorme violencia con la que fueron asesinadas. Son menores los casos de animales domésticos muertos por la bestia, pues parece que ésta prefería la carne de los pastores a la de sus ganados.

Según el testimonio de uno de los capitanes de los dragones, logró ver cara a cara a la bestia antes de que ésta consiguiese huir. Era tan grande como su propio caballo, pero pronto lo dejó atrás con facilidad, pues lo superaba ampliamente en velocidad y agilidad. Mientras huía, él y los hombres que le acompañaban descargaron varias decenas disparos contra ella que ni siquiera parecieron atravesar su piel.

El asunto de la bestia de Gévaudan traspasó fronteras y llegó a considerarse un problema serio para el gobierno de Luis XV, entonces recién salido de la Guerra de los Siete Años. Las potencias extranjeras comentaban jocosas cómo el ejército francés podía pensar siquiera en la victoria si sus mejores tropas no eran capaces de capturar un "simple" lobo en mitad de su propio país. Pronto se retiraron de la zona a las autoridades locales por considerarlas inútiles, y se pescó a más de un cazador particular que ponía pistas falsas para despistar a los dragones y aspirar a cobrar la recompensa matando él mismo la bestia. Se pusieron trampas y se rastreó el monte día y noche, pero la bestia siempre aparecía en otro lugar y continuaba su siniestra matanza.

El nerviosismo se apoderó de la población y estallaron disturbios. Se acusó públicamente a algunos vecinos de ser hombres lobo que se convertían por las noches en la bestia; otros se volvieron contra los gitanos, a los que acusaron de criar alguna bestia salvaje en su circo que había escapado al monte. Los sacerdotes predicaban contra el rey, responsable indirecto de la crisis, o decían que las víctimas eran jóvenes lascivas a las que Dios había enviado la bestia como castigo. Incluso se llegó a poner en el punto de mira a un noble que había estado en África y criaba en los jardines de su palacio hienas, tigres, leones y perros de presa, acusándolo de cruzar los animales hasta dar con una bestia asesina e indestructible.

Fuese ella o no, lo cierto es que en 1767, con más de 130 muertes en la región, un campesino armado abatió en Gévaudan un lobo descomunal, más grande que cualquiera de los que se podían encontrar en Francia. Poco después se mató una loba también de gran tamaño. La leyenda cuenta que los responsables de las capturas emplearon balas de plata hechas tras fundir medallas de la Virgen María, algo que ha pasado posteriormente al imaginario colectivo como la única forma de matar un hombre-lobo. Al menos uno de los ejemplares fue llevado a París, donde llegó en un estado de putrefacción muy avanzado, lo que impidió disecarlo. Su esqueleto fue expuesto en el Museo Real de la ciudad hasta su destrucción en un incendio. A pesar de que el esqueleto se ha perdido, las descripciones parecen indicar que se trataba de una gran subespecie de lobo de los Alpes, extinta en el siglo XIX. La falta de animales grandes que estos lobos encontraron en su nuevo hogar les habrían impulsado a alimentarse de los humanos, fáciles de capturar y matar. Desde entonces, no se ha producido ningún ataque similar a los de la bestia.

Ateniéndonos a las descripciones de la época (muy probablemente exageradas en cuanto al tamaño y cualidades de la bestia del Gévaudan), se pueden sacar varias conclusiones que nos pueden ayudar a la hora de establecer su identidad:

Los ataques ocurridos en Gévaudan no fueron casos aislados. Un siglo antes, en 1693, ocurrieron ataques similares en Benais, donde hubo cerca de 100 víctimas, la mayoría mujeres y niños. La bestia responsable fue descrita de forma muy similar a la de Gévaudan. Durante los sucesos de Gévaudan fue vista una bestia el 4 de agosto de 1767 en Sarlat, una región con cuevas prehistóricas situada cerca de Gévaudan. Cuatro décadas después, entre 1809 y 1813, hubo más ataques en Vivaris, donde hubo al menos 21 víctimas (niños y adolescentes). Entre 1875 y 1879, hubo más ataques en L'Indre. Todos estos ataques ocurrieron en periodos de 4 años. Existen informes de ataques y avistamientos de criaturas similares hasta 1954.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Bestia de Gévaudan (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!