x
1

Cabezas clavas



Las cabezas clavas son monolitos escultóricos que representan a cabezas de seres míticos, pertenecientes a la cultura Chavín, una cultura arqueológica preincaica del Perú antiguo. Se hallaban empotradas en fila horizontal y en forma equidistante en los muros del Templo de Chavín de Huántar. Actualmente, solo una se mantiene en su lugar original. Se denominan clavas pues cada cabeza escultórica tiene una espiga o estructura alargada en su parte posterior, la misma que servía para fijarla en las concavidades de las paredes, a manera de clavos. Son de diferentes formas y dimensiones. Aproximadamente la mitad de ellas presentan rasgos antropomorfos (humanos) mientras que la otra mitad zoomorfos (felinos y aves de rapiña).[1]

Entre 1919 y 1941, el arqueólogo Julio C. Tello logró identificar y recuperar 42 cabezas clavas en Chavín de Huántar,[3]​ las mismas que originalmente se hallaban empotradas en la fachada del Templo o Castillo. Para albergar estas y otras piezas de la cultura chavín, Tello ambientó un lugar como museo, pero todas ellas desaparecieron en el aluvión de 1945 que cubrió el sitio arqueológico. Actualmente solo se disponen de réplicas. Una sola cabeza clava original se mantiene todavía en su emplazamiento.

Posteriormente han sido halladas más cabezas clavas en el curso de las excavaciones realizadas en el sitio, desde la década de 1960 hasta los años 2000. El último descubrimiento es de julio de 2013: los arqueólogos John Rick y Luis Guillermo Lumbreras dieron a conocer el hallazgo de dos cabezas clavas casi intactas, en buen estado de conservación. Estas se encontraban sepultadas en un corredor muy estrecho y debieron caer junto con la pared en la que se hallaban empotradas, a consecuencia de un terremoto ocurrido hacia el año 200 d. C. Miden 103 cm de largo por 39 cm de ancho y 43 cm de altura, y cada uno pesa aproximadamente 250 k. Como en las demás cabezas clavas conservadas, muestran en sus rostros rasgos específicos, en este caso: pupilas dilatadas, músculos faciales contraídos y las fosas nasales abiertas; tienen, además, los labios en posición de estar silbando o soplando y las caras cubiertas con diseños serpentiformes (en forma de culebras).

Por desgracia muchas de las cabezas clavas se han perdido, no solo por los desastres naturales, sino también por robos y destrozos causados por el hombre. Actualmente, el Museo Nacional de Chavín guarda unas 100 cabezas clavas completas o casi completas.[4]

De acuerdo a las cabezas originales conservadas (algunas muy dañadas) y las copias que disponemos, se les puede dividir en tres clases: antropomorfas, zoomorfas y mitológicas.

Sobre su función, algunos investigadores afirman que hacían el papel de fieros guardianes de los templos, o posiblemente servían para ahuyentar a los malos espíritus.

Según Tello, representan cabezas trofeos de sus enemigos, costumbre muy arraigada en las zonas selváticas, lo que encajaba en su tesis del origen selvático de la cultura chavín.

Eduardo de Habich sostuvo que podrían ser retratos de los sacerdotes chavines, representados en el marco de rituales religiosos en donde se usaban sustancias alucinógenas (como el cactus de San Pedro). Los efectos de esta droga estarían retratados alegóricamente en los rostros de cada cabeza clava, a manera de secuencia. Los ojos circulares y muy abiertos representarían las pupilas dilatadas; y las culebras esculpidas en los rostros revelarían las alucinaciones.

Para Federico Kauffmann Doig se tratarían de rostros de personajes míticos o sobrenaturales, mayormente de forma humana, con rasgos de aves de rapiñas y felinos mezclados. Los ojos circulares revelarían la intención del artista de retratar ojos de ave.[8]



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Cabezas clavas (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!