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Castropol



Extensión del concejo en el Principado de Asturias.

Castropol es un concejo de la comunidad autónoma del Principado de Asturias, España, una parroquia de dicho concejo y una villa comprendida en esta parroquia. La villa de Castropol es la capital del concejo.

El concejo de Castropol cuenta con una población de 3510 habitantes (INE, 2017). Limita al norte con el mar Cantábrico, al oeste con la ría del Eo[1]​, que lo separa del concejo gallego de Ribadeo, al este con los de Tapia de Casariego, El Franco y Boal, y al sur con los de Vegadeo y Villanueva de Oscos.

Los primeros restos que tenemos en este concejo pertenecen a la cultura achelense, como son las hachas bifaces de cuarcita encontrados en Espiela (Villadún) y los cantos trabajados de Arnao-Figueras.

De la Edad del Bronce y del Hierro, son los restos de la cultura castreña, cuyo elemento más característico es el castro, o poblado fortificado. Tiene la más alta densidad de castros catalogados de Asturias: se pueden mencionar el castro costero de Punta del Corno en Villadun (Barres), con un complejo defensivo compuesto por tres recintos fortificados; Os Castros en la población del mismo nombre en la parroquia de Piñera y atravesado por la carretera nacional; el pequeño castro de La Corona de Iramola, en San Juan de Moldes; Los Castros en Tol, Os Castros en Santalla (Presno); en Seares, así como la posible existencia de otros dos más en la parroquia de Castropol, uno en la propia villa y capital (haciendo caso de la toponimia y a los hallazgos arqueológicos que han tenido lugar durante el 2019[2][3][4][5][6][7][8][9]​) y otro en Cal en la misma parroquia. Solo ha sido objeto de intervención arqueológica el yacimiento de Os Castros (Piñera), siendo, por tanto, muy limitados los hallazgos de los que podemos dar relación aquí.[10][11]​ Hay que mencionar, como uno de los más relevantes, el molde bivalvo de hoz, procedente del concejo de Castropol, y adscribible a la Edad del Bronce. Algunos autores sitúan a los egobarros como pobladores de ésta comarca, pueblo que pertenecía según el parecer romano a los galaicos lucenses y adscrito por tanto al conventus lucense, que penetraba en las tierras asturianas hasta la corriente del río Navia, predominio que seguiría durante mucho tiempo marcando esta zona.

Muchos de estos asentamientos son reutilizados por Roma, tras la conquista y sometimiento de este territorio, y empleados como parte de la estructura de explotación económica, no solo agropecuaria (a través de villæ), sino también minera. De esta explotación minera aurífera romana existen ejemplo en torno al río Fornelo, así como prospecciones mineras del mismo periodo histórico en busca del preciado metal.[12]

En la Edad Media ya aparecen reflejados en documentación escrita, lugares del actual concejo. Uno de los asentamientos más mencionados es el monasterio de Taule (Tol). Unos años más tarde pasó en usufructo vitalicio el convento y todas sus pertenencias al conde Gundemaro y a su mujer. También sobre esta zona se dejó sentir el influjo del poderoso monasterio de San Juan de Corias. Esta zona estuvo durante largo tiempo en continuas disputas con la zona de Lugo. Del mismo modo, y aunque de un modo algo más impreciso, algunos autores plantean la posibilidad de que el topónimo Grislupollar que se menciona en algunas sagas nórdicas, pueda corresponder a Castropol.

En el siglo XIII, el rey Alfonso VII de León, pone fin a las disputas cediendo al obispo de Lugo, las tierras gallegas que estaban bajo la jurisdicción del prelado de Oviedo y a este, las tierras que se extienden entre el río Eo y el Navia. En una fecha que no se puede precisar pero si alrededor de 1275, Alfonso X el Sabio funda la Puebla de Rovoredo (actual Reboledo), de la que no se conserva su instrumento fundacional, que sin duda es la primera surgida en Asturias. Esta Puebla debió de hacerse a instancias del propio concejo de Ribadeo, pero la reacción no tardó mucho por parte señorial y el Obispo don Fernando comunica al concejo de Ribadeo la decisión de crear una nueva puebla en Castropol, lugar defensivo y comercial. Este proceso es el único caso del establecimiento de una pola que supuso el abandono de otra.

En el siglo XIV, Castropol se implantará como cabeza económica y administrativa entre las zonas del Navia y el Eo. Será el obispo don Alfonso quien les dará la concesión de un mercado semanal. De todos modos, las disputas con la comunidad de Ribadeo perdurarán hasta el siglo XVIII, en este siglo las tropas inglesas tomaron Castropol y otros pueblos de la ría, los cuales se vieron obligados a pagar por su independencia.

En el siglo XIX, con la invasión francesa y la toma por ellos de las principales ciudades de la provincia, se trasladó la Junta Superior de Asturias a Castropol, ya que era el principal concejo de la zona libre, pero en esa misma zona estaban los grupos adversarios de la Junta y en 1810 se constituyó la Junta Permanente del Partido de Castropol y se vota la disolución de la Junta Superior. Este fue el punto culminante de la crisis, y hace que se manden tropas dirigidas por Francisco Losada para establecer el orden asambleario. Hay una gran cantidad de cambios para la Villa de Castropol en este siglo, así se quitan los elementos que daban un aire medieval a la villa, también habrá cambios administrativos, llegando a ser difícil distinguir el centro comarcal, trasladando la capital judicial a Vegadeo y luego volviéndose a trasladar a Castropol.

A partir de 1905 fue el concejo de Castropol escenario de un interesante intento político de renovación. Promovido por Vicente Loriente Acevedo, un castropolense que había hecho fortuna en Cuba, se creó el Partido Independiente de Castropol, popularmente conocido como Partido Novo, con el objetivo declarado de luchar contra el caciquismo conservador y regenerar no sólo la vida política sino también la educativa y cultural de la Asturias occidental. El Partido Independiente obtuvo significativos éxitos en elecciones locales y provinciales, pero fracasó en su desafío máximo a los conservadores en las elecciones a Diputados nacionales de 1910, en las que Loriente no logró, por muy poco, el deseado escaño. La formación castropolense terminó integrándose en el Partido Reformista liderado por el político republicano Melquíades Álvarez, y fue este el que en 1914[13]​ logró por fin la elección como diputado del distrito de Castropol, y en calidad de tal llegó a ser Presidente del Congreso de los Diputados.

Con la dictadura de Primo de Rivera, desapareció por la censura militar el decenario Castropol[14]​, que fuera voz del Partido Novo. Habría que esperar al final de la década de los 30, para que un grupo de jóvenes estudiantes y universitarios castropolenses inicien un proyecto cultural sin parangón en la España de la época. Se inició la andadura de la Biblioteca Popular Circulante de Castropol,[15][16]​ junto a la que pronto se suma la publicación del periódico El Aldeano, altavoz de esta institución cultural que se extendería por todo el concejo y por los vecinos, a través de una red de sucursales, con las que lleva la lectura, la educación, la formación y la cultura, a todos los rincones del concejo.

El exilio del rey Alfonso XIII y la proclamación de la Segunda República se recibió en el Concejo de Castropol con ilusión por una parte de la sociedad, con aprobación en los liberales y con oposición entre los conservadores. Pero las cosas no tardaron en torcerse. En las primeras elecciones municipales que tuvieron lugar en abril de 1933, la violencia y la intimidación ejercida por los socialistas, y que fue amparada por las autoridades socialistas provinciales, causó una gran consternación. Pese a ello, el Partido Reformista (heredero y continuista del Partido Independiente de Castropol) de Vicente Loriente logró revalidar la alcaldía.

Uno de los proyectos de alfabetización que lleva a cabo la II República será el de las Misiones Pedagógicas, que recalaron en la villa y en el concejo en el verano de 1935.[cita requerida]

El periodo entre 1933 y 1936 fue muy violento y traumático en todo Asturias. En intento de golpe de estado contra la República perpetrado por el PSOE y la izquierda en octubre de 1934, y la fuerte represión militar posterior, así como los asesinatos de Alfredo Martínez (líder provincial del Partido Reformista) en Oviedo, del diputado monárquico José Calvo-Sotelo y del Presidente del Congreso de los Diputados y Diputado por Castropol Melquíades Álvarez a manos de la izquierda causaron una gran impresión.

La Guerra Civil lleva a Castropol primero a la zona republicana y más tarde a la zona sublevada. Ambos bandos cometieron asesinatos y crímenes de guerra durante su dominación de Castropol. En este momento se trasladaron algunos organismos de la capital provincial.

Una vez acabada la contienda empieza un ligero declive y un descenso del 20% de población por la competencia de Vegadeo y Ribadeo.

La capital del concejo se asienta sobre un promontorio en la orilla oriental de la ría del Eo. Fue fundada como puebla (Pola de Castropol) a comienzos del siglo XIV por el obispo de Oviedo, en un lugar estratégico que sin duda había sido ya asentamiento humano desde tiempos prerromanos.

En el año 1587 «quemó la villa de Castropol y sus casas», razón por la cual son muy escasos en el pueblo los restos anteriores a dicha época. Hay que añadir a ello que diversos derrumbamientos, causados por la erosión marina y la acción atmosférica, ocurridos a lo largo de los siglos (el último, en el año 2003) en la abrupta ladera nororiental del peñón en que se asienta la villa han producido un desplazamiento de la misma en dirección meridional, habiéndose abierto varias calles en diversas épocas para compensar la pérdida de espacio edificable.

Vivió Castropol su época más brillante en los siglos XVIII y XIX, alcanzando una cierta importancia comercial, administrativa e incluso marítima, patente esta última en los astilleros de la ensenada de la Lieira, activos durante más de tres siglos. Ya entrado el XX sin embargo, absorbida la capitalidad comarcal de facto por sus vecinas Vegadeo y Ribadeo, se sumió Castropol en una creciente crisis económica y demográfica; crisis de la que sólo ha empezado a salir en los últimos lustros, gracias principalmente al auge del turismo y las estancias vacacionales, y más recientemente al polígono industrial abierto en Barres.

Fue en la primera mitad del siglo XX cuando una serie de literatos [nota 1]​ dieron en inspirarse en Castropol, con su nombre real o bajo el disfraz de uno ficticio, para reflejar un pueblo tétrico y solitario, azotado por gélidos temporales y vientos que enloquecen a sus escasos y fantasmales habitantes. Entre realidad y ficción, ese tópico de un Castropol triste, misterioso y poco habitado perduró durante varias décadas; y el programa de los «Festejos en honor de Nuestro Excelso Patrón Santiago Apóstol» de 1964 lo asumía desafiantemente: «Al turista superficial que pasa por los lugares sin enterarse de nada, que necesita ruido de altavoces, bullicio de gente y luces de neón para llenar un vacío interior, poco será lo que le diga Castropol. [...] Los turistas de este tipo es preferible que sigan de largo».

Arquitectónicamente, lo más notable de la población es la capilla del Campo (siglo XV), los Palacios de Valledor y de los Marqueses de Santa Cruz de Marcenado (siglos XVI-XVIII), la Casa de las Cuatro Torres (siglo XVIII), y el conjunto modernista, de principios del XX, formado por el Parque de Vicente Loriente, el Casino/Casa de Cultura (sede actual de la afamada Biblioteca Popular, fundada en 1921 y considerada de las mejores, si no la mejor, de su clase en España) y el monumento a Fernando Villaamil; no quedando prácticamente ningún rastro del Castillo del Fiel que desde la Edad Media había materializado el poder de los obispos de Oviedo sobre la villa y su concejo. Pero es quizá el conjunto del pueblo y su característica silueta, visible tanto desde Figueras como desde Ribadeo, lo que produce una impresión más imborrable.

El militar Pedro Bermúdez de Santirso (siglo XVI), el químico, polígrafo y Rector de la Universidad de Barcelona, José Ramón Fernández de Luanco (1825-1905), el marino Fernando Villaamil (1845-1898), el ya citado político e indiano Vicente Loriente (1859-1939), el profesor y ensayista Pedro Penzol (1880-1965) y el poeta Pedro G. Arias (1892-1980) figuran entre los castropolenses más preclaros; mientras que ha sido el deporte del remo, con los repetidos éxitos nacionales e incluso internacionales del Club de Mar de Castropol, fundado en 1949, lo que ha hecho que el nombre de Castropol haya aparecido numerosas veces en los medios de comunicación, y que la villa haya sido sede en varias ocasiones de Campeonatos de España de Remo y todos los años de una regata de traineras ya clásica: la Bandera Príncipe de Asturias.

En el año 1997, la villa de Castropol recibió el Premio «Pueblo Ejemplar de Asturias», otorgado por la Fundación Príncipe de Asturias, en atención a que «Castropol, villa y capital del concejo de su nombre, ha sido desde siempre un ejemplo de respeto a las mejores tradiciones ilustradas de Asturias, pero también referencia a unas formas de vida colectiva cuyas características se han proyectado sobre un grupo humano vital y despierto. Esta comunidad ha mantenido vivo el respeto hacia el patrimonio cultural que le fue legado históricamente, a la vez que ha puesto en marcha iniciativas de la más alta significación». El Premio fue entregado por S.A.R. el Príncipe Don Felipe en el curso de su visita a Castropol en octubre de dicho año.

En el año 2004 el Conjunto Histórico de la Villa de Castropol fue declarado oficialmente Bien de Interés Cultural del Patrimonio Histórico Español.

Según el nomenclátor del INE 2017, el concejo de Castropol está dividido en nueve parroquias:

Hasta el siglo XIX, pertenecían también al Concejo de Castropol las parroquias de Serantes, Tapia de Casariego, Campos y La Roda (hoy pertenecientes al Concejo de Tapia de Casariego).

Su zona montañosa está a cuatro kilómetros de la costa, yendo desde pequeñas colinas de 200 metros en San Marcos, hasta alcanzar los 490 metros en el Polvoriedo y ascendiendo hasta los 645 metros en Pousadoiro, desde donde desciende hasta el río Suarón, para volver a ascender a picos más pronunciados como La Bobia de 1202 metros que es el más elevado del concejo. Otras alturas a destacar son: el pico de Galiga, peña Coba, el pico de Trombadello, el pico Selar, la peña Boa, etc.

Entre sus ríos están el Eo, el Suarón, el Tol, el Anguileiro, etc. La orografía tiene condiciones muy favorables para el desarrollo de la agricultura, aunque ha ido perdiendo importancia en favor de la ganadería, dedicada sobre todo a la producción láctea.

Este concejo tiene un rico patrimonio tanto de tipo religioso como de carácter civil, localizados en sus diferentes núcleos. Destacaremos:

Castropol ha sido escenario de obras literarias, como las que a continuación se citan:

Tiene una población de 3510 habitantes (2017), y como otros concejos de la zona costera su proceso de despoblación está marcado por dos fases diferentes. Una fase se dio en las primeras décadas del siglo XX y su destino fue hacia los países de ultramar, y una segunda fase que comienza a mediados del siglo XX y su destino son los principales núcleos industrializados de la provincia (Gijón, Avilés y Mieres), los cuales comenzaban entonces un gran periodo de expansión. Esta emigración regional fue mucho más fuerte que la primera hacia ultramar.

A partir de 1940 inició un proceso de pérdida hasta 1991, en que perdió 2400 personas. La población del municipio está dominado por dos grandes núcleos de carácter marino como son: Castropol, su capital, con 562 habitantes, y Figueras, con 705.

Este concejo tiene una tasa de natalidad relativamente elevada que ha compensado en parte su envejecimiento. El porcentaje de jóvenes y de mayores de sesenta años, es muy similar a la media de Asturias.

En el sector industrial lo más importante del concejo son los Astilleros Gondán. Su construcción naval también está presente en Barres y en Berbesa, con un par de talleres de carpinteros de ribera.

En su ría se cultivan ostras y almejas.

En el concejo de Castropol, desde 1979, el partido que más tiempo ha gobernado ha sido el PSOE (véase lista de alcaldes de Castropol) que ha gobernado en 7 de las 9 legislaturas de la democracia española. El actual alcalde es el socialista José Ángel Pérez García, quien gobierna desde 2003 con mayoría absoluta.



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