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Catedral de Segovia



¿Qué día cumple años Catedral de Segovia?

Catedral de Segovia cumple los años el 15 de mayo.


¿Qué día nació Catedral de Segovia?

Catedral de Segovia nació el día 15 de mayo de 577.


¿Cuántos años tiene Catedral de Segovia?

La edad actual es 1447 años. Catedral de Segovia cumplió 1447 años el 15 de mayo de este año.


¿De qué signo es Catedral de Segovia?

Catedral de Segovia es del signo de Tauro.


La Santa Iglesia Catedral de Nuestra Señora de la Asunción y de San Frutos de Segovia, conocida como la Dama de las Catedrales por sus dimensiones y su elegancia, es una catedral construida entre los siglos XVI y XVIII, de estilo gótico con algunos rasgos renacentistas. La catedral de Segovia es una de las catedrales góticas más tardías de España y de Europa, erigida en pleno siglo XVI (1525-1577), cuando en la mayor parte de Europa se difundía la arquitectura renacentista.

Destruida la antigua Catedral de Santa María de Segovia en 1521[1]​ durante la Guerra de las Comunidades, por su cercanía al Alcázar, el claustro —obra de Juan Guas— y otros elementos fueron trasladados a este lugar. Comenzó su construcción en 1525 según las trazas de Juan Gil de Hontañón; fue financiada por el pueblo segoviano mediante aportaciones de los gremios y sisas del ayuntamiento.[2]

Posee una estructura en tres altas naves y girola, destacando sus hermosas ventanas de complicada y fina tracería calada así como la extraordinaria calidad de los numerosos vitrales. El interior muestra una notable unidad de estilo (gótico tardío), excepto en la cúpula de 1630 y presenta un aspecto imponente y sobrio. Sus bóvedas góticas se elevan a 30 metros de altura y mide de ancho 50 metros y 109 de longitud. El crucero está cubierto con una cúpula finalizada por Pedro de Brizuela en el siglo XVII. La poderosa torre alcanza casi los 90 metros. El actual chapitel de piedra que corona la torre, data de 1614, erigido luego de un gran incendio originado por una tormenta eléctrica. El chapitel original enteramente gótico construido de madera de caoba americana, de estructura piramidal alcanzaba la mayor altura de España.

Entre las capillas destacan la del Santísimo Sancramento, con un magnífico retablo de José de Churriguera, así como las de San Andrés, con el tríptico flamenco del Descendimiento de Ambrosius Benson; y la del Descendimiento con extraordinario Cristo Yacente, de Gregorio Fernández. El retablo del altar mayor, obra de Francisco Sabatini, está dedicado a la Virgen de la Paz. Le adornan esculturas de los santos segovianos San Frutos, San Geroteo, San Valentín y Santa Engracia. El coro conserva la sillería gótica de la antigua catedral y está flanqueado por dos grandes órganos barrocos, del siglo XVIII. El Museo Catedralicio tiene notables obras artísticas de Pedro Berruguete, Sánchez Coello y Van Orley, entre otros, y el Archivo Catedralicio custodia, entre otros muchos, el Sinodal de Aguilafuente, primer libro impreso en España.

En el interior se puede apreciar su estilo gótico tardío.

El actual altar fue mandado construir por Carlos III (1759-1788), con diseño de Francisco Sabatini (1722-1795). Se inició en 1768 y fue terminado en el 1775 en los talleres del Palacio Real de Madrid.

El retablo que ocupa el altar mayor es un conjunto de mármoles de diversos colores y de bronces que recrean una estructura neoclásica.

Sobre un zócalo revestido de mármol negro veteado de blanco, se encuentra un pedestal, sobre el que se alza un retablo formado por dos cuerpos de diferentes alturas. El inferior de mayor tamaño con dos grandes columnas a cada lado de la hornacina central. En los intercolumnios dos grandes imágenes en blanco de San Frutos y San Geroteo obras de Adeba Pacheco. En la hornacina central se encuentra una imagen sedente de la Virgen de la Paz (siglo XIII) y que fue donada por el rey Enrique IV a la Catedral, aunque se cree que su propietario bien pudo ser el rey Fernando III el Santo. Actualmente esta imagen se encuentra recubierta de plata, trabajo realizado por Antonio Vendetti en 1775, así como el sitial sobre el que se asienta la imagen. En la parte superior del retablo, sobre la cornisa dos imágenes sentadas en color blanco, de San Valentín y Santa Engracia con las palmas del martirio, y en el centro del frontón el anagrama de la Virgen. En la cúspide una cruz entre ángulos.

Las rejas que cierran el Altar Mayor son obra barroca de Antonio de Elorza (1736) y fueron doradas por Miguel y José Borbúa de Segovia. Se encuentra decorada con azucenas, blasones y medallones en las cresterías.

Situado frente el Altar Mayor, se cierra por una reja obra de Antonio Elorza de 1729. La sillería fue traída desde la antigua catedral, y colocada en 1558 por Juan Gil y Jerónimo de Amberes, y terminada en el año 1790 por Fermín Huici. Es de estilo gótico flamigero, de finales del siglo XV y fue mandada hacer por el obispo don Juan Arias Dávila.

La arquería que forma el respaldo de las sillas son arcos conopiales que a su vez encierran arcos rebajados que apoyan en larguisismas columnas. En la parte superior, la sillería se adorna con tracerias caladas. Hay asientos reservado a los reyes, más cercanos a la reja, para poder seguir los oficios divinos. Ambos asientos se encuentran rematados por dos pequeñas cúpulas góticas. Sobre la silla episcopal el escudo de Juan Arias Dávila

La capilla de la Piedad, también conocida como capilla del Santo Entierro, fue fundada por Juan Rodríguez de Noreña, canónigo fabriquero de la propia catedral, quien encargó el retablo de la capilla a Juan de Juni, que realizó en 1571 una pieza similar al Entierro de Cristo que realizara a mediados del siglo XVI en Valladolid. Frente al altar mayor se conserva un lienzo que representa la duda del apóstol Santo Tomás, atribuido a Alonso Sánchez Coello.[3]

La reja que cierra el espacio, perteneció a la capilla mayor de la primitiva catedral de Santa María, y fue realizada en 1515 por el rejero Francisco de Salamanca. Se trata de una obra notable en su conjunto, y destacable por lo primoroso de sus detalles,[4]​ y constituye una de las obras más características del autor, junto con las que realizó para el monasterio del Paular, la del sepulcro del Tostado en Ávila y los púlpitos de la catedral de Sevilla.[5]

Fue fundada por Andrés de Madrigal, tesorero y canónigo de la catedral, que instituyó dos capellanías y dotó al espacio de reja y retablo.

La reja la inició en 1618 el rejero madrileño Francisco Hernández, de manera similar a la de la capilla de Santiago, con el escudo de armas del fundador en la parte superior. La traza del retablo es obra de Pedro de Brizuela en 1621, y su ejecución se debe a Juan de Alcelegui, Juan Imberto y Felipe de Aragón.[6]

Las tallas de La Inmaculada (siglo XVII) y San Cosme y San Damián (siglo XVII) pertenecen al taller de Gregorio Fernandéz.

Retablo de finales del siglo XVII. La reja es barroca y es de Antonio de Elorza.

Situada a los pies de la catedral y junto a la denominada puerta del Perdón, fue construida en 1531. Contiene bóveda de crucería de terceletes, decorada por Juan del Río en 1622 con símbolos de la Inmaculada Concepción. El cabildo catedralicio la cedió en patronato en 1645 al capitán Pedro Fernández de Miñano y Contreras, gobernador de Cádiz, caballero de la Orden de Santiago, capitán de la flota de la Plata al servicio de Felipe IV de España, para destinarla a panteón familiar.[7]

Destaca en ella una colección de obras del pintor flamenco y afincado en Sevilla Ignacio de Ries realizada en 1653, compuesta por el Árbol de la Vida, la Adoración de los Pastores, la Conversión de San Pablo, el Bautismo de Cristo, la Coronación de la Virgen y El rey David, que constituyen su mejor obra.[3]​ Además, preside la capilla un retablo de madera policromada, que alberga en su espacio centrar una imagen de María Santísima de la Limpia Concepción, encargada por el cabildo a Antonio de Herrera Barnuevo, escultor de Felipe IV, en 1621.[7]

La verja que cierra la capilla fue realizada en Jerez de la Frontera en madera de caoba procedente de América por Francisco Jiménez, a finales de la primera mitad del siglo XVII.[7]

El jurista, político y eclesiástico Diego de Covarrubias (representante de la escuela de Salamanca) descansa en un sarcófago de mármol en esta capilla, junto a la antigua puerta mandada construir por los Reyes católicos para la antigua catedral y que hoy da acceso al claustro.

Fue la primera capilla de la catedral entregada a un civil, concedida por el Cabildo de Segovia en 1577 a Francisco Gutiérrez de Cuéllar, contador mayor de Felipe II y comendador de la Orden de Santiago, siendo la primera entregada a un civil.[8]

El retablo que preside la capilla es de estilo barroco, está dedicado al apóstol Santiago y es obra de Pedro de Bolduque en 1595, siendo el ejemplo más depurado de retablo bolduquiano, con una estructura clásica y una decoración influida por la obra de Gaspar Becerra. La policromía fue realizada por el pintor segoviano Alonso de Herrera, y el retrato del fundador contenido en el conjunto está atribuido a Alonso Sánchez Coello.[9]

Al lado derecho del retablo hay una puerta con jambas de granito, de la que arranca una escalera compuesta de quince peldaños, también de granito, que baja a una cripta, también denominada en algunos documentos como “sacristía”. Se trata de la única pieza excavada en el subsuelo de la catedral, y ya debía estar terminada en 1604, y fue proyectada por Rodrigo del Solar. Una vez abajo se localiza un rellano o vestíbulo desde el que se pasa a dos estancias. La de la derecha, larga y estrecha, está pavimentada con ladrillo, y los muros y bóveda están decorados con ángeles, en grisalla, portando los instrumentos de la Pasión. A la izquierda, y a través de tres escalones se localiza una estancia más desahogada, con la función de panteón familiar. Está iluminada por dos tragaluces abiertos al jardín del claustro, y en el muro de poniente hay un profundo rebaje, mientras que en de oriente una losa de granito incrustada hace las funciones de retablo, decorada con la imagen de Nuestra Señora de la Antigua, que la humedad ha borrado casi por completo, excepto la imagen del Niño, de buena factura.[8]

Cierra la capilla una reja barroca datada en 1594, obra de Juan de Salamanca y decorada por Juan del Río, que fue modelo para las restantes de la catedral.

Fue concedida a Antonio Idiáquez Manrique, obispo de Segovia, con destino a panteón familiar. Conserva un retablo barroco ejecutado por José Vallejo Vivanco entre 1696 y 1697, y dedicado a San Antón, cuya imagen preside el conjunto, obra de Pedro Valle, quien también comenzó el sepulcro del prelado y que dejó sin terminar al morir. La imagen orante de Idiáquez, acompañado de un paje, fue realizada finalmente por el segoviano José Galbán, yerno de Juan Alonso de Villabrille y Ron. La efigie del santo titular fue estofada por Pedro Gutiérrez, y pintada por Matías de Ortega, y las pinturas se deben a Francisco Herranz.

La capilla del Sagrario es simétrica a la capilla de San Antón, y se subdivide en dos espacios diferentes: por un lado la denominada capilla del Cristo de la Agonía, y por otro la capilla de los Ayala.[3]

La capilla del Cristo de la Agonía es la primera estancia de la capilla del Sagrario, y da acceso a la sacristía de la catedral. El espacio, de dos bóvedas de crucería, contiene una cajonería, y se reparten diferentes lienzos de varios obispos de Segovia por sus paredes.[3]

Dentro de los enseres más destacados de la capilla llama la atención el retablo cerámico realizado por Daniel Zuloaga para el Santísimo Cristo de la Agonía, un crucificado atribuido a Manuel Pereira, que fue donado por Ramona López de Ayala y del Hierro, madre del historiador Juan de Contreras y López de Ayala, marqués de Lozoya. La obra fue realizada en 1897 en la Fábrica de loza La Segoviana y constituye una de las obras más importantes que en su tiempo se fabricaron en cerámica. Completa el conjunto una reja, candelabros y lámparas de forja del rejero Ángel Pulido.[3]

Los vitrales de la catedral son uno de los conjuntos más importantes del patrimonio vidriero español.[10]​ El conjunto se compone de 65 piezas que se distribuyen en el tiempo en tres fases diferentes.

La primera fase corresponde al siglo XVI, conforma una de las series más importantes de vidrieras manieristas realizadas por el taller de los Pierres (Pierres de Holanda y Pierres de Chivarri, junto con Nicolás de Vergara, Nicolás de Holanda y Gualter de Ronch), y son uno de los grupos renacentistas más importantes de Europa.[10]

La segunda fase fue ejecutada en el siglo XVII por Francisco Herranz, quien realizó una programación teórica de las vidrieras en un manuscrito titulado Orden de las Ystorias que se han de poner en las vidrieras de la Yglesia Mayor de Segovia, conservado en el Archivo Catedralicio de Segovia. Este conjunto se compone de 33 piezas y es la fase más amplia. Finalmente, una tercera fase tuvo lugar en 1916, cuando se incluyeron siete vitrales para la capilla mayor realizados por la Casa Maumejean de Madrid.

A partir del año 2010 se encargó inició la restauración integral del conjunto. El encargo recayó en el vidriero segoviano Carlos Muñoz de Pablos.

Es de estilo gótico flamígero. Fue trasladado piedra a piedra desde la antigua catedral de Santa María, destruida durante la Guerra de las Comunidades, y constituye la única parte del antiguo templo que ha llegado a nuestros días. Se accede al mismo por una bella portada decorada con el tema de La Piedad, de la misma procedencia y época, obra de Sebastián de Almonacid.



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