x
1

Consejos pontificios



Los Consejos Pontificios son órganos de la Curia Romana, integrados por clérigos y laicos, cuya función es el estudio de las materias relacionadas con aspectos concretos de la doctrina o del gobierno de la Iglesia, y que tienen como finalidad las acciones y propuestas sobre asuntos generales de política vaticana y los que le sometan a debate el Papa u otros órganos eclesiásticos, así como la elaboración de documentos para la Curia Romana, el Sínodo de los Obispos o cualquier Congregación. Su estructura, existencia y funcionamiento dependen directamente de la autoridad papal y están estrechamente vinculados a las resoluciones del Concilio Vaticano II.

Creado por Pablo VI en 1976 y cuyas funciones son el apostolado de los laicos en la Iglesia y, desde la llegada de Juan Pablo II al pontificado, la organización de las Jornadas Mundiales de la Juventud. La función de los laicos en la Iglesia católica fue especialmente reivindicada en el Concilio.

Creado a raíz del espíritu ecuménico del Concilio y antes de que este finalizara, Juan XXIII lo instituye en 1960. Su trabajo se orienta en dos materias fundamentales: la unión con las Iglesias protestantes, y el acercamiento hacia las iglesias orientales. La actividad del Consejo permitió el acercamiento hacia el Patriarcado de la Iglesia ortodoxa griega. De este Consejo también depende una Comisión para las relaciones con el Judaísmo.[1]

Creado por Pablo VI en 1976 y cuyo trabajo permitió la constitución de varias asociaciones laicas en todo el mundo bajo la denominación genérica de "Justicia y Paz", como en España hizo Joaquín Ruiz-Giménez, para promover la denominada Doctrina social de la Iglesia. Será suprimido el 1 de enero de 2017 y sus competencias serán asumidas por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.[2][actualizar]

Creado por Pablo VI en 1976 se le asignó las tareas de caridad y ayuda al tercer mundo, así como parte de las tareas misionales de la Iglesia católica y la distribución de la ayuda vaticana en catástrofes humanitarias. Será suprimido el 1 de enero de 2017 y sus competencias serán asumidas por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.[2][actualizar]

Instituido por Juan Pablo II con el Motu Proprio Familia a Deo Instituta en 1981, sustituyó al Comité para la Familia, creado por Pablo VI en 1973. Su trabajo alcanza a la promoción de la familia desde un punto de vista cristiano.

Al Consejo corresponde la promoción de la pastoral y del apostolado en campo familiar, mediante la aplicación de las enseñanzas y orientaciones del Magisterio eclesiástico para ayudar a las familias cristianas a cumplir su misión educativa y apostólica.

Creado por Benedicto XV en 1917, es uno de los pocos que sobreviven al Concilio Vaticano II y su tarea es la interpretación del Código de Derecho Canónico, siendo la suya la única interpretación válida posible. Sus valoraciones se convierten a su vez en normas, con lo que es el único Consejo con funciones ejecutivas.

Creado por Pablo VI en 1970, trataba en su origen de atender los flujos migratorios intraeuropeos y las consecuencias sociales que de ellos se derivaban. Su objetivo era trasladar la imagen del "buen samaritano", recogiendo la doctrina de Cristo respecto a la atención debida al que abandona su hogar en busca de una vida mejor. Los cambios sufridos por los problemas sociales de la emigración, han hecho que este consejo se preocupe también de los flujos migratorios hacia Europa de países subdesarrollados, especialmente africanos, así como del papel que las iglesias locales deben cumplir en el acogimiento de estas personas.[3]​ Desde el 2009 se encuentra presidido por el cardenal Antonio Maria Vegliò. Será suprimido el 1 de enero de 2017 y sus competencias serán asumidas por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.[2][actualizar]

Creado por Juan Pablo II en 1988, trata de alcanzar relaciones con las confesiones religiosas que no tienen su origen en el cristianismo.[4]

Creado por Juan Pablo II en 1993 trata de adaptar las vivencias contenidas en el Evangelio a las sociedades actuales, mejorando el mensaje de comunicación entre la Iglesia católica y la sociedad.

Creado por Pío XII en 1948, adaptó los instrumentos para hacer llegar a los fieles el mensaje del Evangelio con las nuevas tecnologías de la radio y la televisión.

Creado por Juan Pablo II en 1985, es el único consejo con una tarea específica por razón de la materia y de las personas (profesionales) a quienes va dirigido. Por una parte su creación se justificó en la necesidad de afrontar la función de la medicina en la sanación de los enfermos, pero por otro ha servido también para mantener unida a la Iglesia en la doctrina sobre la sexualidad, prevención del embarazo, eutanasia y política del tratamiento jurídico del aborto.[5]​ Será suprimido el 1 de enero de 2017 y sus competencias serán asumidas por el Dicasterio para el Servicio del Desarrollo Humano Integral.[2][actualizar]

Creado por Benedicto XVI el 21 de septiembre de 2010 ante la evidencia el fenómeno de la secularización.[6]​ En enero de 2013 se traspasa la competencia sobre la catequesis de la Congregación para el clero al Consejo pontificio para la promoción de la nueva evangelización.



Escribe un comentario o lo que quieras sobre Consejos pontificios (directo, no tienes que registrarte)


Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)


Aún no hay comentarios, ¡deja el primero!