El contenido de marca (también llamado branded content o contenido marquista) es la práctica de mercadotecnia mediante la creación de contenido multimedia financiado o producido por un anunciante. A diferencia del márketing de contenidos (donde el contenido se presenta lo primero a modo de estrategia de comercio) y la publicidad por emplazamiento (donde los anunciantes pagan por tener referencias a sus marcas en trabajos creativos como películas o series de televisión), el contenido de marca está diseñado para crear una concienciación de una marca y que esta se asocie al contenido que comparta sus valores. El contenido no tiene por qué ser necesariamente una promoción para la marca, pero puede incluir publicidad por emplazamiento.
A diferencia de las formas convencionales de contenido de editorial, el contenido de marca se suele financiar íntegramente por una marca o empresa, más que por un estudio o grupo de productores. Hay ejemplos de contenido de marca en televisión, películas, Internet, videojuego, eventos y demás. Las estrategias de mercadotecnia de marca contemporáneas pretenden principalmente contrarrestar tendencias de mercado, como la aceptación del decrecimiento de anuncios tradicionales o los advertorials de baja calidad.
El concepto de contenido de marca data de los principios de la retransmisión; algunos programas de radio y televisión estaban controlados por sus patrocinadores y tenían sus nombres, como Colgate Comedy Hour, Hallmark Hall of Fame y Westinghouse Studio One. Lo más común es que el patrocinador coordinase toda la producción del programa, dejando al comentarista los estudios y el tiempo en el aire. Estos programas presentaban segmentos que publicitaban los productos del patrocinador. A veces participaban en el anuncio celebridades en su derecho propio, como Betty Furness, una actriz de película de serie B cuya fama se disparó tras hacer de portavoz para Westinghouse Electric en Studio One (Furness más tarde trabajó como reportera de asuntos del consumidor para WNBC en Nueva York).
En 2001, BMW empezó una campaña publicitaria llamada El contrato, que consistía en una serie de cortometrajes que presentan a unos directores famosos (como Guy Ritchie) realizando tratos con estos coches. Las grabaciones se anunciaron en televisión, periódico e Internet. Además BMW distribuyó películas en DVD con Vanity Fair para aumentar su distribución entre la audiencia. La campaña acabó en 2005, con una serie de ocho películas y más de 100 millones de vistas. Muchas de las películas recibieron tanto el premio al mejor cortometraje como al mejor anuncio publicitario.
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