La corriente continua (abreviada CC en español, así como DC en inglés) se refiere al flujo continuo de carga eléctrica a través de un conductor entre dos puntos de distinto potencial y carga eléctrica, que no cambia de sentido con el tiempo. A diferencia de la corriente alterna, en la corriente continua las cargas eléctricas circulan siempre en la misma dirección. Aunque comúnmente se identifica la corriente continua con una corriente constante, es continua toda corriente que mantenga siempre la misma polaridad, así disminuya su intensidad conforme se va consumiendo la carga (por ejemplo cuando se descarga una batería eléctrica).
También se dice corriente continua cuando los electrones se mueven siempre en el mismo sentido, el flujo se denomina corriente continua y va (por convenio) del polo positivo al negativo.
La corriente continua se produjo en 1800 por la batería del físico italiano Alessandro Volta, su pila voltaica. En ese momento no se entendió la naturaleza de por qué fluía la corriente. El físico francés André-Marie Ampère conjeturó que la corriente viajaba en una dirección, desde un positivo a un negativo. Cuando el fabricante francés de instrumentos Hippolyte Pixii construyó el primer generador dinamoeléctrico en 1832, descubrió que cuando el imán pasaba entre los bucles de alambre cada media vuelta, causaba que el flujo de electricidad se invirtiera, generando una corriente alterna. Por sugerencia de Ampère, Pixii luego agregó un conmutador, un tipo de «interruptor» en el que los contactos en el eje trabajan con los contactos del «cepillo» para producir corriente continua.
A fines de la década de 1870 y principios de la década de 1880, se comenzó a generar electricidad en las centrales eléctricas. Estas se configuraron inicialmente para alimentar la luz de arco (un tipo popular de alumbrado público) que funciona con corriente continua de muy alta tensión (generalmente de más alta de 3000 voltios) o corriente alterna. Esto fue seguido por el uso generalizado de corriente continua de baja tensión para el alumbrado eléctrico interior en empresas y hogares después de que el inventor Thomas Edison lanzase su «utilidad» eléctrica basada en bombillas incandescentes en 1882. Debido a las ventajas significativas de la corriente alterna sobre la corriente directa al usar transformadores para elevar y disminuir los voltajes para permitir distancias de transmisión mucho más largas, La corriente continua fue reemplazada en las próximas décadas por la corriente alterna en la entrega de energía. A mediados de la década de 1950, se desarrolló la transmisión de corriente continua de alta tensión, y ahora es una opción en lugar de los sistemas de corriente alterna de alto voltaje de larga distancia. Para cables submarinos de larga distancia (por ejemplo, entre países, como el cable NorNed), esta opción de CC es la única opción técnicamente viable. Para las aplicaciones que requieren corriente continua, como los sistemas de energía del tercer riel, la corriente alterna se distribuye a una subestación, que utiliza un rectificador para convertir la potencia en corriente continua.
Muchos aparatos necesitan corriente continua para su funcionamiento, en particular, los que utilizan componentes electrónicos activos como por ejemplo, transistores y circuitos integrados que constituyen la base de la electrónica (equipos audiovisuales, ordenadores, etc). Para ello se utilizan fuentes de alimentación que rectifican y convierten la tensión a una adecuada.
Este proceso de rectificación, se realiza mediante dispositivos llamados rectificadores, antiguamente basados en el empleo de tubos de vacío y actualmente, de forma casi general incluso en usos de alta potencia, mediante diodos semiconductores o tiristores.
Generalmente los aparatos de corriente continua no suelen incorporar protecciones frente a un eventual cambio de polaridad, lo que puede acarrear daños irreversibles en el aparato. Para evitarlo, y dado que la causa del problema es la colocación inadecuada de las baterías, es común que los aparatos incorporen un diagrama que muestre cómo deben colocarse; así mismo, los contactos se distinguen empleándose convencionalmente un muelle metálico para el polo negativo y una placa para el polo positivo. En los aparatos con baterías recargables, el transformador - rectificador tiene una salida tal que la conexión con el aparato sólo puede hacerse de una manera, impidiendo así la inversión de la polaridad. En la norma sistemática europea el color negro corresponde al negativo y el rojo al positivo.
En los casos de instalaciones de gran envergadura, por ejemplo, centrales telefónicas y otros equipos de telecomunicación, donde existe una distribución centralizada de corriente continua para toda la sala de equipos se emplean elementos de conexión y protección adecuados para evitar la conexión errónea de polaridad.
Escribe un comentario o lo que quieras sobre Corriente continua (directo, no tienes que registrarte)
Comentarios
(de más nuevos a más antiguos)