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Crónica de San Juan de la Peña



La Crónica de San Juan de la Peña o Crónica pinatense es una crónica historiográfica medieval escrita por iniciativa del rey Pedro IV de Aragón, que abarca la historia del reino de Aragón desde sus orígenes condales y de la posterior Corona hasta la muerte de Alfonso IV (1336). Fue escrita en su primera redacción en latín hacia 1342 por el secretario regio Tomás de Canellas, ampliando unos anteriores anales pinatenses de los reyes aragoneses y navarros.[1]

El texto se nos ha transmitido en tres manuscritos. Dos de ellos se encuentran en la Biblioteca de El Escorial. El primero (con la signatura L-II.13) es de fines del siglo XIV d. C.. Hay otro de hacia 1470 (sign. N-I-13) que incorpora adiciones de Martín de Larraya del siglo XVI d. C.. El último, disponible en edición digital facsímil Archivado el 12 de octubre de 2007 en la Wayback Machine., data del siglo XVI d. C. y se encuentra en la Biblioteca Nacional de Madrid (ms. 2078).

La Crónica de San Juan de la Peña es una historia generalista desde el punto de vista de los reinos y condados de la Corona de Aragón y muestra un enfoque similar al de las obras de la historiografía medieval hispano-latina o alfonsí. Por ello la obra comienza con el mítico primer poblamiento de la península ibérica a cargo de Túbal, que se consideraba el origen de la estirpe de los iberos. A continuación pasa a considerar la historia de los reyes godos y la pérdida de su reino en tiempos del rey Rodrigo con la conquista sarracena. Esta primera parte ocupa los capítulos I-IV y está tomada, según declara la propia Crónica pinatense, de crónicas más extensas de Castilla: «segunt que las coronicas dizen mas largament, las de Castiella», que serían, además de las alfonsíes, De rebus Hispaniae, de Rodrigo Ximénez de Rada y el Chronicon mundi, de Lucas de Tuy.

El capítulo V se dedica a historiar la fundación del Monasterio de San Juan de la Peña, y proporciona datos muy importantes para la historia de los orígenes del monasterio y del reino de Aragón. A partir de aquí el texto sigue unos perdidos Anales de San Juan de la Peña del siglo XII d. C. (Lasheras, 2003, págs. 101 y 103) que recoge la genealogía de los condes de Aragón, primeros reyes de Navarra y la separación de los dos reinos con el primer rey de Aragón, Ramiro I, todo ello entre los capítulos V y XVI.

De aquí al capítulo XXI nos cuenta la historia de los reyes Pedro I y Alfonso I el Batallador con las tomas respectivas de Huesca y Zaragoza, hasta el testamento de este último en que legaba el Reino a las órdenes militares.

De los capítulos XXII al XXXII, y siguiendo la Gesta Comitum Barchinonensium, se dedica a la casa condal hasta el enlace entre Ramón Berenguer IV y Petronila.

Por último, los capítulos XXXIII a XXXIX relatan los hechos de la Corona de Aragón desde Alfonso II hasta la muerte de Alfonso IV en 1336, suceso con el que finaliza la Crónica.

Existen tres versiones de la Crónica pinatense. La primera está escrita en latín y es anterior a 1359. Fue escrita a partir de una crónica anterior a la que Tomás de Canellas, un secretario del rey Pedro IV el Ceremonioso, añadió la historia posterior a la unión de Aragón y Cataluña. La obra se constituye como la crónica oficial de la dinastía real. De esta versión en latín deriva una en aragonés[2]​ y otra en catalán, ambas datadas entre 1369 y 1372. La versión aragonesa fue publicada en 1876 por Tomás Ximénez Embún en una edición crítica.[3]​ En 1961 Antonio Ubieto editó críticamente la versión latina[4]​ y Amadeu J. Soberanas la catalana.[5]Carmen Orcástegui publica en 1986 una nueva edición crítica del texto en aragonés.[6]

Las fuentes de la Crónica de San Juan de la Peña se encuentran en una antigua crónica del monasterio homónimo que contenía cronologías y asuntos de índole genealógica y le proporciona valiosa información sobre los antiguos condes aragoneses y los primeros reyes de Pamplona. Para las fechas posteriores a la unión dinástica entre Petronila de Aragón y Ramón Berenguer IV se utilizaron la Crónica de los Estados Peninsulares (también llamada Crónica navarro-aragonesa o Crónica de 1305), y la Gesta comitum Barchinonensium, además de la importantísima obra latina de Rodrigo Ximénez de Rada, De rebus Hispaniae, fuente principal a su vez de la Estoria de España de Alfonso X el Sabio.

Se trata de uno de los textos más relevantes para la historia de la Corona de Aragón. Tiene gran importancia el hecho de que recoge prosificaciones de cantares de gesta, entre los que destaca el Cantar de la Campana de Huesca (véase el texto reconstruido). Interesa además como fuente documental para datos relacionados con el monasterio de San Juan de la Peña.



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