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Dattatreya



En el marco del hinduismo Dattátreia es un sabio, hijo del gran rishí (sabio) Atri (autor de varios himnos del Rig-veda) y de Anasuia.[1]

Los hinduistas lo consideran una encarnación (avatara) de la Trinidad (Trimurti) de los dioses Brahmá, Vishnú y Shivá. Estos tres dioses, propiciados por las penitencias de Atri, se convirtieron en porciones de sí mismos, y nacieron como hijos de Atri: Soma, Dattá y Durvasa. Se adora a Dattátria como representando al Trimurti.[3]

El término sánscrito dattá significa ‘dado, ofrecido’, en el sentido de que los tres dioses se dieron (en forma de un hijo) a la pareja del sabio Atri y Anasuia. El término atreia es un nombre patronímico que significa ‘descendiente de Atri’.

En la tradición Nath, Dattátreia es considerado un avatar o encarnación del dios Shivá En la Adinath sampradaya de los Nathas es considerado el Adi-Gurú (‘primer maestro’ [creador de la doctrina]).

Dattátreia habría sido originalmente un ioguendra (amo del yoga, experto en yoga), que exhibía claramente características tántricas,[cita requerida] fue adaptado y asimilado en cultos más devocionales. Los hinduistas lo consideran ahora más un dios benevolente que un maestro del hinduismo.

En su Bhakti-sandarbha, el escritor hinduista Yiva Gosuami (siglo XVI) declara: Yatha pashanda-margena dattatreyarshabha-devopasakanam pashandinam (‘los adoradores de los impersonalistas como Dattátreia también son pashandis [ateos]’).


El sabio Nárada alabó grandemente el pati vratiam (votos por su amo) que poseía Anusuia (la esposa del sabio Atri) ante las tres esposas de los dioses Brahmā, Vishnú y Shivá, provocando la envidia de ellas. Inmediatamente les pidieron a sus maridos que redujeran la intensidad del pati vratia de ella. Brahmá, Visnú y Shivá visitaron a Anusuia disfrazados como invitados comunes (que en la India se consideran sagrados) cuando Atri no se encontraba en su hogar, y le pidieron que les sirviera comida. Cuando ella accedió con gusto, ellos dijeron que solo aceptarían su ofrenda con la condición de que se las sirviera desnuda. Anasuia se encontró en un dilema: si ella aparecía sin ropa ante otros varones, su pati-vratiam se reduciría. Si se negaba, eso sería un deshonor al amo de casa y los dioses podrían despojar a Atri de todos los poderes que poseía. Anasuia intuyó que los tres invitados que le pedían un favor tan extraño no eran seres humanos ordinarios. Anasuia se concentró en su amo y esposo en su mente y dijo que ella no tenía que tener ningún miedo en servirlos desnuda, ya que ella no se sentía afectada por la lujuria. Como los invitados se habían dirigido a ella diciendo: «Bhavati bhikshan dehi» (‘madre, denos una ofrenda [algo para comer]’), ella podía considerar que en realidad era madre de ellos y podía considerarlos como bebés inofensivos. Se acercó a ellos desprovista de ropas y uno por uno les dio de tomar leche de su pechos. Luego los acostó y los hizo dormir.

Cuando Atri volvió y escuchó la historia que le contó Anusuia, alabó a los tres dioses, que eran como bebés. Ellos despertaron con sus formas originales y alabaron el pati vrata de Anusuia, y le ofrecieron cualquier bendición milagrosa. Anasuia entonces les pidió quedar embarazada de los tres, para que ellos mismos nacieran como sus hijos. Así fue: Anusuia ya estaba embarazada de Brahmá, Vishnú y Shivá, que nacieron como Chandra (la Luna, encarnación de Brahmá), Dattátreia (encarnación de Vishnú) y Durvasa (encarnación de Shivá).

En el Majábharata (Anushasan Parva, Adhiaia 91) Dattátreia no es mencionado como hijo del sabio Atri sino del linaje descendiente de Atri.

También el verso 14.79 del texto épico Shishupal vadha (‘la ejecución de Shishupala’ matado por el rey Krishná), escrito por el poeta Magha, también se refiere a que Dattátreia no era hijo directo de Atri sino descendiente de él.

Dattátreia abandonó su hogar y vagabundeó desnudo en búsqueda de la iluminación religiosa. Pasó la mayor parte de su vida vagando en el área entre el norte de Karnataka, Maharashtra y Guyarat (por lo menos hasta el río Narmadá. En un pueblo llamado Ganagapur (en el norte de Karnataka) existe la tradición de que en un sitio cercano Dattátreia obtuvo la iluminación.

En las laderas de una colina solitaria cerca del monte Girnar se pueden ver hoyos con forma similar a la huella de los pies. Los hinduistas del lugar creen que son las huellas del dios Dattá. Este fenómeno de las marcas en la piedra se repite con casi todos los dioses de la India.

El Tripura-rajasia (‘los secretos de [la ciudad] Tripura’) cuenta que Parasurama (otra encarnación de Vishnú) encontró a Datta meditando en la montaña Gandhamadana.

De acuerdo con el Brahma-purana, Dattátreia siguió una orden de su padre, el sabio Atri, y se sentó en las orillas del río Gautami y le oró a Shivá, hasta que finalmente obtuvo el brahma gñana (conocimiento acerca del Brahman impersonal).

Quizá por este hecho la Nath Sampradaya considera que Dattátreia es un adi siddha (uno de los primeros en alcanzar la perfección).

En los Puranas Dattátreia enumera una lista de sus 24 gurús:[4]

Esta lista de 24 maestros de Dattátreia es copiada en la lista de los 24 maestros del Avadhuta, que se describen en el canto 11 del Bhágavata-purana (siglo XI).

Según varios Puranas, los discípulos de Dattátreia fueron:

En el Avadhuta-upanishad y el Jabal-darshana-upanishad se describe un discípulo más, llamado Sankruti.

«Prajlada, Alarka y otros fueron sus discípulos», según el primer capítulo del primer canto del Bhágavata-purana.

El Dattátreia-upanisad comienza proclamando la identidad de Dattátreia con el dios Visnú, y termina con el mantra Om namah shivaya, que lo identifica con el dios Shivá.

Dattátreia es una deidad antigua en la India, pero no pertenece al antiquísimo periodo védico (fines del I milenio a. C.), sino al posterior periodo puránico, en el hinduismo incipiente. La primera referencia de esta deidad aparece en los textos épicos como el Majábharata[5]​ y el Ramaiana.

Generalmente Dattátreia se representa con tres cabezas, que simbolizan a los dioses Brahmā, Vishnú y Shivá. Podría representar cualquier tríada (pasado, presente y futuro, o los tres estados de la conciencia en el hinduismo: la vigilia, el sueño y el dormir sin soñar).

Se lo retrata sentado en meditación con su shakti bajo el árbol aúdumbara (Ficus Religiosa, que satisface todos los deseos). Frente a él hay una fogata. En la iconografía siempre lo rodean cuatro perros, que podrían simbolizar los cuatro Vedas. Eso podría significar que Dattá es un dios prestado de otra cultura, ya que los hinduistas consideren que un perro (que en la India es un animal poco querido) pueda simbolizar su Escritura sagrada.

En el Dattátreia-upanishad (que podría ser una extensión posterior del Átharva-veda, se dice que —para ayudar a su devoto a alcanzar moksha (la liberación de las ataduras de la existencia material)— él es capaz de aparecer en la forma de un bebé, un idiota o un demonio.[6]

Existió un Dattátreia (de Samkriti), quien fue principal discípulo del filólogo sánscrito Patañyali y escribió un tratado acerca de los Ioga-sutra. Él podría haber sido el encargado de convertir el ashtanga ioga de Patañjali en uno de los seis darśana (doctrina hinduista basada en los Vedas).




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