La República Socialista de los Trabajadores de Finlandia (en finés: Suomen sosialistinen työväentasavalta; en sueco: Finlands socialistiska arbetarrepubliken) fue un gobierno socialista finlandés, establecido por una revolución justo antes de la guerra civil finlandesa y durante las secuelas de la Revolución de octubre de 1917. No adopta este nombre hasta el 28 de enero de 1918, por decreto del Sóviet de Helsinki (entonces llamado Consejo Popular de Helsinki).
La revolución fue iniciada por la facción pro-bolchevique del Partido Socialdemócrata de Finlandia. Los consejos populares (kansanvaltuuskunta), que serían llamados hoy en día sóviets, estaban organizados por socialistas finlandeses, con el Sóviet de Helsinki como la sede de gobierno. El nuevo Estado negoció un tratado de amistad con la República Socialista Federativa Soviética de Rusia (RSFSR), que fue ultimado el 1 de marzo y firmado en Petrogrado. La Guardia Roja finlandesa fue derrotada a finales de abril de 1918 en la guerra civil finlandesa por la Guardia Blanca, apoyada por unas crepitantes fuerzas armadas del Imperio Alemán.
El programa y el borrador de constitución de la República Socialista de los Trabajadores de Finlandia, escrito por Otto Ville Kuusinen, fue influenciado por ideales socialdemócratas, por las ideas generalmente liberales de la Declaración de Independencia de los Estados Unidos y por el sistema cantonal suizo. El principal objetivo era la reforma social, y el medio declarado para conseguir esto era la democracia parlamentaria basada en el principio de soberanía del pueblo y de autodeterminación nacional. El concepto marxista de dictadura del proletariado estaba ausente del programa, a pesar del interés entre algunos socialdemócratas finlandeses en establecer una. La República Socialista de los Trabajadores de Finlandia fue, no obstante, apoyada por la RSFSR, que también respaldaba gobiernos comunistas moderados en Hungría y Baviera.
Los socialistas finlandeses comenzaron la guerra casi completamente con el control del sur industrial del país, mientras que sus enemigos blancos dominaban las regiones más grandes del norte pero escasamente pobladas. La entrada de los finlandeses blancos entrenados por los alemanes y la propia Reichswehr en Finlandia forzó a la República Socialista de los Trabajadores de Finlandia a depender mucho de la ayuda soviética, militar y económicamente, que era escasa, ya que la RSFSR estaba ocupada con la Guerra Civil Rusa. Los rojos fueron derrotados y decenas de miles de socialdemócratas cayeron víctimas del Terror Blanco, el resto pasando a la clandestinidad o huyendo del país. En los meses siguientes, el partido se escindió con una facción de los refugiados formando el Partido Comunista de Finlandia en el exilio de Moscú.
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