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Dictadura del proletariado



La dictadura del proletariado es un concepto político propio del marxismo que se refiere a un Estado en el que el proletariado (los obreros industriales asalariados) tiene el control del poder político en lugar de la burguesía (grandes propietarios capitalistas) cuyo dominio es considerado en oposición una «dictadura de la burguesía». El término fue adoptado por los fundadores del marxismo, Karl Marx y Friedrich Engels, en el siglo XIX, tomando como primer ejemplo a la Comuna de París. Dentro del contexto del materialismo histórico la dictadura del proletariado es el período de transición entre el capitalismo y el comunismo, y por tanto no representa aún el fin del modo capitalista de producción.[1]​ Para mantener este poder obrero dentro de una sociedad capitalista se requeriría no solo el reemplazo del personal del Estado burgués, sino también un cambio estructural hacia una nueva forma obrera de Estado, que posteriormente se organizaría en formas como las comunas, hasta ser abolido.[2]

Posteriormente, Vladimir Lenin establecería que el Estado organizado por la dictadura del proletariado no solo existiría bajo el llamado "período de transición", sino que se extendería a la primera fase del comunismo y que se encargaría inicialmente de la dirección de la economía bajo el modo de producción "socialista".[3][4]​ En la interpretación post-estalinista del marxismo-leninismo, la persistencia del Estado dentro del modo de producción socialista se describe como un "Estado de todo el pueblo".[5]​ En las diferentes variantes del leninismo se considera que la dictadura del proletariado deberá formar la conciencia de clase del proletariado, dirigir al campesinado y afrontar sus tareas necesarias, por lo que se extingue este "semi-estado proletario". Asimismo establece que la dictadura del proletariado funcionaría a la inversa del estado burgués, reprimiendo a las clases económicamente dominantes o explotadoras, y evitando una restauración capitalista por parte de estas.[6][7]​ El marxismo-leninismo también establece que la base y el principio supremo de la dictadura del proletariado radican en la alianza de la clase obrera con el campesinado, bajo la dirección de la clase obrera. De igual forma aclara que en el transcurso de la edificación del estado socialista, la base social de la dictadura del proletariado se amplía y se fortalece, esto es para formar la unidad política, social e ideológica de la sociedad. La principal fuerza rectora y orientadora en el sistema de la dictadura del proletariado es el destacamento avanzado y organizado de la clase obrera, que es el partido de los comunistas.[6]

Diversos pensadores consideran que la concepción marxista de la dictadura del proletariado es inherentemente democrática,[8]​ y no puede tomar la forma de Estado de partido único.[9]​ La investigación en el origen del término habría revelado que nunca estuvo intencionada a significar una dictadura –de la manera que este término se entiende usualmente–, y que habría sido originalmente concebida como una forma democrática de gobierno.[10][11]​ La teoría la concibe como un Estado democrático, porque la totalidad de la autoridad pública sería elegible y revocable bajo el sufragio universal.[12]​ Sin embargo, los críticos afirman que el sufragio universal y la democracia directa son incompatibles con un partido totalitario que dirige ideológicamente a la sociedad política y a la sociedad civil, citando como primer ejemplo el Comité de Salvación Pública reeditado durante la Comuna de París.[13]​ Desde este punto de vista, la dictadura del proletariado convertiría en forzado el apoyo obrero al gobierno revolucionario en tanto que impone medidas de violencia política no solo contra enemigos de clase sociológicamente delimitados, sino también contra las opiniones contrarrevolucionarias dentro del proletariado.[14]

El jurista, filósofo y cientista político Hans Kelsen dedicaría un conjunto de obras al análisis crítico de la dictadura del proletariado, y por extensión al estudio de la concepción marxista del Estado y del derecho en sus evoluciones teóricas y prácticas.[15]​ El filósofo Étienne Balibar escribió, desde un especial punto de vista marxista-leninista en la línea de Louis Althusser, una de las más extensas reflexiones sobre la naturaleza de la dictadura del proletariado que sería de referencia para el manual doctrinario de Marta Harnecker en su tratamiento sobre el particular.[16]

Karl Marx ya se refirió a una "dictadura de la clase obrera" o "dictadura de clase del proletariado" en su obra Las luchas de clases en Francia de 1848 a 1850 como un "punto necesario de transición para la supresión de las diferencias de clase en general".[17]​ La definición más clara del papel de la dictadura del proletariado esbozada por Karl Marx fue hecha en su correspondencia:

A pesar de ser un común error, Marx, nunca se habría referido a ella directamente como una forma de gobierno. La dictadura del proletariado derivaría de la concepción, sistematizada en el materialismo histórico y la teoría de la lucha de clases, según la cual todo poder estatal difícilmente puede conciliar intereses de clase contrapuestos y solo puede defender unos en desmedro de otros. En la interpretación más divulgada del marxismo, el Estado es democrático para la clase dominante y dictatorial para las demás, entendiéndose respectivamente por "democracia" y "dictadura" la dominación o privación del acceso al poder real del Estado.[19]​ La transformación del proletariado en clase dominante implica entonces una exclusión política para las clases burguesas que, en este esquema, estaría implícita en la dominación política del proletariado, que para su inclusión requiere más que la simple participación electoral sino cambiar el contenido sociológico de las burocracias dirigentes (de burgués a obrero) y, además, el tipo de estructuras del Estado (de parlamentarias a formas de democracia directa).

La dictadura del proletariado existiría durante el período de transición revolucionaria entre el capitalismo y la sociedad comunista, hasta que la abolición de todas las clases sociales la vuelva innecesaria:

Entre la sociedad capitalista y la sociedad comunista media el período de la transformación revolucionaria de la primera en la segunda. A este período corresponde también un período político de transición, cuyo Estado no puede ser otro que la dictadura revolucionaria del proletariado.

Según Friedrich Engels, cofundador del marxismo, la "forma específica" de la dictadura del proletariado es la república democrática:

Engels tomó la Comuna de París como modelo para esta dictadura:

En otro momento afirmó que los contrarrevolucionarios deberían ser excluidos, sin aclarar si por estos entiende a los opositores de las clases enemigas o a los opositores de las clases que la revolución representaría:

En cualquier caso, Engels afirmaría la importancia de que en la dictadura participara toda la clase proletaria y no a través de una vanguardia:

De acuerdo a la teoría marxista, la existencia misma de cualquier tipo de Estado implica la dictadura de una clase social sobre otra, así que cada gobierno es necesariamente una dictadura de la burguesía o del proletariado.[25]​ La palabra dictadura, entonces, no se utiliza en su significado común, si no simplemente se refiere a que el poder político reside en una clase o en la otra.

Marx postula la necesidad de una revolución en la cual el proletariado se establezca como clase dominante, para disolverse paulatinamente como tal, en la transición hacia una sociedad sin clases. La dictadura del proletariado sería la etapa inmediatamente posterior a la toma del poder por parte de la clase obrera, en la que se crea un Estado obrero, el cual, como todo estado, sería una dictadura de una clase sobre otra (en este caso, de las clases trabajadoras sobre la burguesía).

Es importante diferenciar dos etapas en la historia de la concepción de la dictadura del proletariado. Inicialmente, Marx y Friedrich Engels solo hablaban de la toma del poder estatal por parte de la clase trabajadora; sin embargo, tras la experiencia de la Comuna de París, concluyeron que para ejercer la dictadura del proletariado, la clase obrera no podía simplemente llenar las estructuras estatales existentes, sino que debía proceder a destruir el estado burgués y poner en pie un estado obrero basado en la organización colectiva (Comunas o Consejos, en ruso "Soviets") de la clase obrera.[26][27]

Bajo el título "La dictadura económica del proletariado", el GIC (Grupo comunista internacionalista) de los Países Bajos presentó su visión política en la edición de 1935 de los Principios Fundamentales :

Vladimir Lenin defendería así la tesis de la dictadura del proletariado:

«Marx puso de relieve [...] que a los oprimidos se les autoriza para decidir una vez cada varios años qué miembros de la clase opresora han de representarlos y aplastarlos en el parlamento. [...]

Pero, partiendo de esta democracia capitalista –inevitablemente estrecha, que repudia bajo cuerda a los pobres y que es, por tanto, una democracia mentirosa– [...] el desarrollo hacia el comunismo pasa a través de la dictadura del proletariado, y no puede ser de otro modo, porque el proletariado es el único que puede, y sólo por este camino, romper la resistencia de los explotadores capitalistas.

Pero la dictadura del proletariado, es decir, la organización de la vanguardia de los oprimidos en clase dominante para aplastar a los opresores, no puede conducir tan sólo a la simple ampliación de la democracia. A la par con la enorme ampliación del democratismo, que por primera vez se convierte en democracia para los pobres, en un democratismo para el pueblo, y no un democratismo para los sacos de dinero, la dictadura del proletariado implica una serie de restricciones puestas a la libertad de los opresores, de los explotadores, de los capitalistas.

Debemos reprimir a éstos, para liberar a la humanidad de la esclavitud asalariada, hay que vencer por la fuerza su resistencia, y es evidente que allí donde hay represión, donde hay violencia, no hay libertad ni hay democracia.

Engels expresaba magníficamente esto en la carta a Bebel, al decir, como recordará el lector, que "mientras el proletariado necesite todavía del Estado, no lo necesitará en interés de la libertad, sino para someter a sus adversarios, y tan pronto como pueda hablarse de libertad, el Estado como tal dejará de existir."

Por tanto, según Lenin, la violencia política debe ser parte de la dictadura del proletariado en este período:

La dictadura revolucionaria del proletariado es un poder conquistado y mantenido mediante la violencia ejercida por el proletariado sobre la burguesía, un Poder no sujeto a ley alguna.[30]

El bolchevismo dejaría claro que, al menos en su posición, se trata de una "dictadura" en dos sentidos distintos a la vez: que el poder del Estado esté en manos de una clase y no de otra, y que ese poder elimine las libertades de expresión y asociación de la clase enemiga.

Tal persecución política, que es la definición tradicional de dictadura, no necesariamente sucede en la democracia/dictadura burguesa pero sí en la democracia/dictadura proletaria:

Rosa Luxemburg, teórica marxista, puso énfasis en el rol de la dictadura del proletariado como el gobierno de la clase entera, representando la mayoría, y no un partido único, caracterizando la dictadura del proletariado como un concepto que expande la democracia en vez de reducirla, opuesto a la dictadura de la burguesía, la única otra clase que puede tener el poder del estado según la teoría marxista.[34]

Sin embargo, a pesar de interpretaciones similares respecto a un libre pluralismo político dentro de la clase proletaria en la obra de Marx,[35]​ la interpretación del marxismo-leninismo de la dictadura del proletariado requiere al partido revolucionario en calidad de jefatura política, por representar la "forma superior de organización de clase" que el resto de las masas no han podido alcanzar y no podrán alcanzar sin esta:

Pero el proletariado no necesita del Partido solamente para conquistar la dictadura; aún le es más necesario para mantenerla, consolidarla y extenderla, para asegurar la victoria completa del socialismo.

Los defensores de esta posición afirman ser coherentes con la obra de Marx y Engels, justificándose en ciertos comentarios del Manifiesto Comunista y en la resolución "sobre la acción política de la clase obrera" a la Primera Internacional,[37]​ en los que se encontraría una aparente identidad entre el partido político de los comunistas en particular y la representación de los intereses conscientes de la clase proletaria,[38]​ por lo cual la acción política consciente tomaría para esta clase su forma más acabada a través de su incorporación en una estructura partidaria:[39]

Partiendo de este reconocimiento, Lenin daría un paso más defendiendo la conquista revolucionaria del poder directamente por parte del partido comunista en países con proletariados no desarrollados, y afirmaría que la dictadura del proletariado debía usarse para fines de reeducación ideológica, cuestión que su sucesor Iósif Stalin citaría con frecuencia:

¿En qué consiste la fuerza de la burguesía derrocada?

En primer lugar, "en la fuerza del capital internacional, en la fuerza y la solidez de los vínculos internacionales de la burguesía".

En segundo lugar, en que, "durante mucho tiempo después de la revolución, los explotadores siguen conservando, inevitablemente, muchas y enormes ventajas efectivas: les quedan el dinero (no es posible suprimir el dinero de golpe) y algunos que otros bienes muebles, con frecuencia valiosos; les quedan las relaciones, los hábitos de organización y administración, el conocimiento de todos los "secretos" (costumbres, procedimientos, medios, posibilidades) de la administración; les quedan una instrucción más elevada y su intimidad con el alto personal técnico (que vive y piensa en burgués); les queda (y esto es muy importante) una experiencia infinitamente superior en lo que respecta al arte militar, etc., etc."

Estos procedimientos autoritarios no debían limitarse a las clases enemigas sino extenderse al campesinado, e incluso y especialmente al mismo proletariado aun siendo el supuesto sujeto político de su dictadura y no su objeto:

Stalin aprovecharía estas admisiones que preludiarían no solo su propio régimen sino también el maoísta, aclarando, sin embargo, que la "dictadura del partido" era un término que no debía usarse ya que prestaba a confusión puesto que esta no se ejerce contra la clase proletaria sino solo contra aquellos miembros individuales del proletariado que no se adhirieren a la lucha revolucionaria. Esta situación pone en duda, sin embargo, la voluntariedad del proceso de reeducación. Ernesto Guevara pondría aún más énfasis en la pedagogía coercitiva del adoctrinamiento por parte del partido revolucionario:

Lenin admitía que el partido comunista no representa la vanguardia del proletariado por entero, sino a su verdadera consciencia de clase incluso contra el rumbo ideológico del proletariado existente, y que por tanto las bases proletarias del partido pueden ser minoritarias. Solo se requiere organizar el apoyo de una fracción del proletariado, con lo cual los comunistas pueden ejercer su poder sin el consentimiento de las mayorías en dicha clase, e incluso ejercer una dictadura en su nombre en el sentido usual del término, como violencia política:

Posteriormente Stalin comentaría esta cita aclarando que la dictadura del proletariado es la voluntad directiva del partido más la voluntad del proletariado de aceptar dicha dirección y ejecutarla, por lo cual no podría ser obedecida sin su apoyo:

El comentario, para los críticos, no aclara cómo sería representado colectivamente el nivel de consenso del proletariado por fuera del partido, ya que no hay otra instancia de representación y solo queda la voluntad de obediencia a nivel individual que no puede ser aceptada sin romper la cadena de mando y que, además, se encuentra sometida a su vez a una dictadura, con lo cual no puede ser expresada.[48]​ Para estos, la doble utilización del lenguaje respecto a los conceptos de proletariado y de dictadura posibilitó la concentración del ejercicio del mando a personalismos revolucionarios proto-estalinistas dentro del partido.[49]​ El propio Lenin defendería sin eufemismos la utilización clásica romana del término dictadura, tanto para (a) la aplicación políticamente represiva de la dictadura del proletariado, (b) la representación del proletariado en dicha dictadura unipersonal, y (c) para la organización del socialismo entendido como un colectivismo de Estado autoritariamente organizado:



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