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Desechos marinos



Los desechos marinos, basura marina o detritos plásticos son desperdicios de actividades humanas que deliberadamente o accidentalmente flotan en lagos, mares, océanos y ríos. Los desechos oceánicos tienden a acumularse en los giros oceánicos (grandes sistemas de corrientes rotativas) y en la línea costera,[1]​ es lavado al encallar, y es llamado basura playera (BBC).

El vertido de desechos al mar se llama en inglés ocean dumping.

Algunos desechos marinos, como la madera a la deriva, ocurre naturalmente. Las personas han arrojado al mar estos materiales durante cientos de años. Con el incremento del uso del plástico, la influencia humana se ha transformado en un problema, ya que muchos tipos de plásticos no son biodegradables. El plástico arrastrado por el agua es peligroso, pues supone una seria amenaza para peces, aves marinas, reptiles marinos, y mamíferos marinos, también para barcos y viviendas costeras.[2]​ Contribuyen a este problema los vertidos al mar, derrames accidentales, envases, y la basura de vertederos arrastrada por el viento.

Una gran variedad de objetos usados habitualmente pueden convertirse en desechos marinos; bolsas plásticas, globos, boyas, cuerdas, desperdicios médicos, botellas de vidrio y de plástico, encendedores de plástico, latas de bebidas, poliestireno extruido, hilos de pesca, redes y variados desperdicios de cruceros o plataformas petrolíferas son la mayor parte de los residuos encontrados flotando. Los envases de seis anillos (para latas) son usados para denunciar el daño que esta basura puede hacer a la vida marina.[3]

Estudios han demostrado que 80 % de los desechos marinos son plástico, un componente que se ha acumulado rápidamente desde la segunda guerra mundial.[4]​ Los plásticos se acumulan porque no se biodegradan como otras sustancias que sí lo hacen. Los plásticos se fotodegradan por exposición al sol, pero solo cuando están secos, ya que el agua inhibe la fotólisis.[5]

Redes de pesca dejadas o perdidas por pescadores en el océano – red fantasma – pueden enredar peces, delfines, tortugas marinas, tiburones, dugong dugones, cocodrilos, aves marinas, cangrejos y otras criaturas. Estas redes restringen el movimiento, causando hambre, laceraciones e infecciones, y la asfixia y muerte en animales que necesitan volver a la superficie para respirar. Todos estos animales mueren a causa de las redes.[6]

La polución por plástico tiene numerosos impactos negativos sobre los ecosistemas terrestres y acuáticos, la flora, la fauna y la salud humana. Anualmente, la contaminación por plástico daña a más de un millón de especies marinas, incluyendo más de cien mil tortugas y mamíferos marinos.[8]

Existen numerosos tipos y formas de polución por plástico. Cada año son vertidos 8.8 millones de toneladas métricas de desechos plásticos. El principal origen de estos desechos plásticos es Asia, siendo China por sí misma la causante de 2.4 millones de toneladas métricas.[9][10]

Los pellets de plástico, también conocidos como «lagrimas de sirena», son las bolitas de plástico y microesferas de plástico generalmente de menos de cinco milímetros de diámetro que se encuentran en las aguas marinas y en las costas. Constituyen un componente importante de los desechos marinos. Se usan como materias primas en la manufactura y fabricación de plásticos, y se estima que entran en ambientes naturales por derrames accidentales. También se generan por el desgaste físico de desechos plásticos de mayor talla. Visualmente los pelletes de plástico se parecen mucho a los huevos de peces.[12]

Aunque en un principio se asumió que la mayoría de los desechos marinos provenían directamente de descargas al mar (ocean dumping), se estima que alrededor de cuatro quintos[13]​ de los desechos marinos provienen de basura arrastrada por el viento de basureros, y la que vierten los desagües urbanos.[2]​ En un estudio publicado por Science, Jambeck et al (2015) estimaron que los 10 mayores emisores de polución marítima son, de mayor a menor, China, Indonesia, Las Filipinas, Vietnam, Ceilán, Tailandia, Egipto, Malaysia, Nigeria, y Bangladés.[14]​ En un estudio publicado por Environmental Science & Technology, Schmidt et al (2017) calcularon que los ríos Yangtsé, Indus, Amarillo, Hai, Nilo, Ganges, de las Perlas, Amur, Níger, y el Mekong "transportan 88–95% de la carga global de [plásticos] al mar."[15][16]


Otras fuentes de desechos marinos son la pesquería y el transporte de mercancías por los mares.[17]​ Se estima que los barcos con contenedores pierden cerca de 10 000 contenedores al año (usualmente durante las tormentas).[18]

Un famoso derrame ocurrió en el océano Pacífico en 1992, cuando miles de patos de goma y otros juguetes cayeron al mar durante una tormenta. Los juguetes fueron encontrados desde esa fecha alrededor de todo el mundo; Curtis Ebbesmeyer y otros científicos han usado este incidente para comprender mejor las corrientes marinas. Incidentes similares ocurrieron antes, con el mismo potencial para seguir las corrientes, como cuando Hansa Carrier perdió 21 contenedores (con gran cantidad de zapatillas Nike).[19]​ En 2007, el MSC Napoli que estaba varado en el Canal de la Mancha, arrojó cientos de contenedores, la mayoría en la Costa Jurásica, un sitio que es Patrimonio de la Humanidad.[20]​ En 1987, una marea de jeringas y otros desechos médicos llegaron a las costas de Nueva Jersey, el Fresh Kill Landfill (el desecho sanitario más grande del mundo).[21][22]​ Incluso en la remota isla subantártica de las Georgias del Sur, se han encontrado desechos relacionados con la pesca, aproximadamente el 80 % de plásticos, que son los responsables de enredar a un gran número de lobos marinos.[23]

La descarga al mar está controlada por leyes internacionales:


En 1972 y 1974, se realizaron convenciones en Oslo y París respectivamente, aprobándose el tratado internacional de Convención de OSPAR que controla la contaminación marina en el noroeste del Océano Atlántico alrededor de Europa.[27]​ La Convención de Barcelona es similar al anterior, aunque sólo protege el Mediterráneo. La Directiva marco del agua de 2000, es una directiva de la Unión Europea) en la que todos los Estados miembro de la Unión Europea mantienen sus aguas fluviales, lacustres y costeras limpias de la influencia humana.[28]​ En Inglaterra, la Ley de acceso a mar y costas se creó para: «garantizar la limpieza y sanidad, libertad productiva y biológica en el mar y el océano, priorizando los sistemas para lograr un desarrollo sostenible del medio ambiente del mar y su zona costera».[29]

En 1972, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la Ley de vertido al mar, dando a la EPA el poder de monitorear y regular el vertido de lodos de depuradora, desechos industriales, desechos radioactivos y material de riesgo biológico en las aguas territoriales.[30]​ La ley fue modificada 16 años después para incluir desechos médicos.[31]​ Es ilegal disponer cualquier plástico en aguas estadounidenses.[2]​ En 2008, la Legislatura Estatal de California consideró muchos proyectos de ley con el objeto de reducir las fuentes de los desechos marinos, siguiendo las recomendaciones del California Ocean Protection Council.[32]

El derecho de propiedad, el derecho marítimo, y la leyes del mar deben ser de relevancia cuando la pérdida o abandono de propiedad es encontrada en el mar. La ley de salvamento tiene las bases que un salvador debe ser recompensado por poner en riesgo su vida y propiedad para rescatar la propiedad de otro en peligro. En tierra firme la distinción entre pérdida deliberada y accidental da el concepto de hallazgo de un tesoro. En Inglaterra, los bienes procedentes de naufragios deben ser reportados al recibidor de naufragio y, si su antiguo dueño es identificable, le deben ser devueltos.[33]

Una vez vertidos al agua, los detritos se desplazan. Estos desechos pueden ser arrastrados por el viento, o seguir las corrientes oceánicas y, algunas veces, concentrarse en giros oceánicos (o vórtices marinos) donde las corrientes son más débiles. La Gran mancha de basura del Pacífico es buen ejemplo de esto: comprendiendo una vasta región en el norte del Océano Pacífico plagado de desechos de actividades humanas. Se estima su tamaño mayor que Perú y contiene más de tres millones de toneladas de plástico.[34]​ Esto significa que hay aproximadamente seis kilogramos de plástico por cada kilogramo de plancton en cada metro cúbico de agua de mar, es decir seis veces más plástico que plancton.[35]​ La masa de plástico en los océanos puede alcanzar cien millones de toneladas.[13]

Las islas situadas dentro de los giros, frecuentemente tienen sus riberas costeras degradadas por los desechos que inevitablemente llegan a sus costas. Un ejemplo típico son las islas Midway[36]​ y Hawái.[37]​ Equipos de limpieza de todo el mundo patrullan estas playas para limpiar esta amenaza ambiental.[36]

La segunda mancha de basura más grande conocida es la «Mancha de basura del Atlántico Norte», estimándose su superficie en cientos de kilómetros cuadrados.

Los desechos marinos, especialmente los plásticos, frecuentemente provocan la muerte de animales. Las especies que respiran aire, como ballenas o aves marinas, se ahogan enredándose en redes de pescar perdidas, y cualquier animal marino se puede estrangular en ellas.[17]​ Muchos animales que viven en el mar consumen desechos flotantes por error, ya que se asemejan a sus presas.[38]​ Los detritos plásticos, cuando son voluminosos o enredados, son difíciles de digerir, y pueden quedarse permanentemente en el tracto digestivo de estos animales,[39]​ causando la muerte por perforación de tejidos o el bloqueo del paso de comida.[17]​ Las pequeñas partículas se parecen mucho al zooplancton lo que puede llevar a los animales filtradores a consumirlos y originar que entren en la cadena alimenticia. En muestras tomadas del giro del pacífico norte en 1999 por Algalita Marine Reacerch Foundation, la masa de plástico era seis veces mayor que la de plancton.[4][40]

Los aditivos tóxicos usados en la fabricación del plástico pueden contaminar el agua y los alrededores cuando son expuestos al agua. Los contaminantes hídrofobicos llevados por el agua se agrupan en la superficie como detritos plásticos,[13]​ haciendo que el plástico encontrado en los océanos sea más tóxico que el hallado en tierra.[4]​ Los contaminantes hídrofobicos se bioacumulan en tejidos grasos, biomagnificándose a lo largo de la cadena alimentaría, causando gran daño a los superpredadores. Algunos aditivos plásticos son conocidos por perturbar el sistema endocrino cuando son consumidos; otros pueden deteriorar el sistema inmune o hacer decrecer la tasa reproductiva.[40]

No son peligrosos todos los desechos de actividades humanas en el océano. El hierro y el hormigón (concreto) hacen poco daño al medio ambiente, al estar generalmente inmóviles, e incluso pueden ser usados como arrecifes artificiales, incrementando la biodiversidad de las zonas costeras. Se han hundido barcos deliberadamente con este propósito.[41]​ Algunos organismos se han adaptado a vivir en ambientes con detritos de plástico,[42]​ lo que ha permitido a los seres adaptados a los desechos dispersarse alrededor del mundo y convertirse en especies invasivas en remotos ecosistemas.[43]

Se utilizan varias técnicas para remover y agrupar los residuos marinos o (de los ríos) por las jurisdicciones u organizaciones voluntarias. En vez de limpiar a mano, en algunas ciudades operan máquinas limpiadoras de playas que recogen la basura depositada por el mar a lo largo de la zona costera. Otros lugares (por ej. Baltimore[44]​) agrupan los detritos cuando están flotando en el agua; estas actividades se realizan en lugares donde los desechos flotantes son un riesgo para la navegación. Por ejemplo el US Army Corp of Engeneers comunicó mover cada mes 90 toneladas de “material flotante” de las vías de navegación en la Bahía de San Francisco. Este cuerpo ha estado haciendo este trabajo desde 1942, cuando un Hidroavión que llevaba al Almirante Chester W. Nimitz colisionó con un pedazo de detrito flotante y se hundió, resultando muerto el piloto.[45]

Varios tipos de “trampas de basura” se instalan en los pequeños ríos que fluyen al mar, para capturar los detritos transportados por el agua antes de que lleguen al mar. Por ejemplo, en Australia Meridional, Adelaida hay muchas; son conocidas como “bastidores de basura” o “trampa para contaminantes grandes” en el río Torrens, que fluye (durante el periodo húmedo) al Golfo St Vincent.[46]



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