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Diócesis de Añatuya



La diócesis de Añatuya es una de las once diócesis católicas de la República Argentina que integran la llamada Región Pastoral del Noroeste.[1]​ Junto con las diócesis de Concepción y de Santiago del Estero, la diócesis de Añatuya es sufragánea de la Arquidiócesis de Tucumán.[2]

La diócesis de Añatuya fue creada por el papa y santo Juan XXIII el 10 de abril de 1961, mediante la bula In Argentina[3]​ erigiéndose a partir de territorio perteneciente hasta entonces a la diócesis de Santiago del Estero. Su creación fue autorizada por la ley 15 804 del 17 de mayo de 1961. La diócesis abarca varios departamentos de la provincia de Santiago del Estero, a saber de norte a sur: Copo, Alberdi, Moreno, la zona oriental del departamento Figueroa (al E del río Salado del Norte), y los departamentos Juan Felipe Ibarra, General Taboada y Belgrano.[4]

Su primer obispo fue el siervo de Dios Jorge Gottau, sacerdote redentorista, quien tomó posesión el 1 de octubre de 1961 y estuvo al frente de la diócesis hasta el 19 de diciembre de 1992. Su lema episcopal era: «A Jesús por María». Gottau, a quien se le conoce como «el obispo de la promoción humana», fue obispo emérito hasta su muerte, el 24 de abril de 1994.

Adolfo Armando Uriona, sacerdote de los Hijos de la Divina Providencia que sigue el carisma de Luis Orione, fue ordenado obispo de la diócesis de Añatuya el 8 de mayo de 2004 en el Pequeño Cottolengo Argentino de Claypole, Buenos Aires, el 8 de mayo de 2004 por el cardenal Jorge Mario Bergoglio SDB, arzobispo de Buenos Aires, fueron co-consagrantes: Mons. Agustín Roberto Radrizzani SDB, obispo de Lomas de Zamora y Mons. Miguel Mykycej FDP, obispo eparca de los Ucranios. Su lema episcopal es: «Pasó haciendo el bien». Mons. Uriona preside además la «Comisión Episcopal de Ayuda a las Regiones Más Necesitadas».[5]​ Tomó posesión de la diócesis el 29 de mayo de 2004 y se despidió de la misma el 11 de noviembre de 2014 al ser nombrado obispo de la diócesis de Río Cuarto por decisión del papa Francisco el 4 del mismo mes. En octubre de 2015 el Papa designó como nuevo obispo de Añatuya a José Melitón Chávez, quien el 4 de diciembre del mismo año recibirá la ordenación episcopal y tomará posesión de su nueva responsabilidad

La diócesis de Añatuya es una de las diócesis materialmente más pobres de la República Argentina, y su lucha contra la pobreza se convirtió progresivamente en emblemática dentro de ese país.

Desde su creación, el obispado de Añatuya fue regido sucesivamente por:[3]

En 2016, la diócesis de Añatuya cuenta con:[7]

La santa patrona titular de la diócesis de Añatuya es Nuestra Señora del Valle, celebrada el 15 de agosto.[4]​ La catedral lleva el nombre «Nuestra Señora del Valle» y se ubica en Sarmiento 180, de la misma ciudad de Añatuya.

Como santos patronos secundarios se encuentran San José Obrero, celebrado el 1 de mayo, y San Francisco Solano, celebrado el 24 de julio.

La diócesis abarca la zona más inhóspita de la provincia de Santiago del Estero y, sin dudas, una de las más yermas de la Argentina. La condición social de pobreza de la diócesis fue largamente evaluada y combatida por las autoridades.[8]​ La temperatura del aire con frecuencia supera los 40°C. Numerosos bañados (que los lugareños llaman a veces «esteros») y lagunas acompañan el recorrido del río Salado del Norte, que puede causar inundaciones graves por el escurrimiento muy lento del agua. El agua potable constituye un tema crítico: muchos pobladores sólo pueden utilizar agua de lluvia, porque el agua subterránea suele poseer niveles de sodio y arsénico incompatibles con el consumo.

Los caminos fangosos y precarios suelen ser de difícil tránsito, lo cual conforma otro punto arduo y complejo que dificulta gravemente cualquier progreso. Por esta misma razón, y por las grandes distancias a recorrer con medios sumamente escasos, la atención médica es definitivamente exigua en relación con los males que aquejan a los pobladores de la diócesis. Abundan los padecimientos endémicos como la enfermedad de Chagas-Mazza, enfermedades gastrointestinales, parasitosis, enfermedades cardíacas, hepáticas y renales, etc., la mayoría como consecuencia de la desnutrición, de la falta de higiene personal, de la escasez de agua potable y de las condiciones desesperanzadoras en que se vive, independientemente de algunos esfuerzos encomiables que se realizan.

Parte de la gente de la diócesis pareciera estar sujeta a vivir en la pobreza, y a veces en la pobreza extrema. Los niveles de desempleo y subempleo se encuentran entre los más elevados del país. A lo anterior se suma el problema educativo: la deserción escolar es alta, más allá de los esfuerzos que se hacen para mejorar el sistema.

El primer obispo de Añatuya, Gottau, se valió de todos los medios disponibles, tanto en ayuda por parte de otras regiones más prósperas de la Argentina como del extranjero, para combatir la pobreza. Fue Gottau quien propuso la creación de la «Colecta Nacional "Más por Menos"».[9]​ Esta colecta se efectúa anualmente y con creciente éxito en la Argentina desde hace más de cuatro décadas, con el fin principal de paliar las carencias materiales de las diócesis más necesitadas, encabezadas por la de Añatuya. En el presente, la «Comisión Episcopal de Ayuda a las Regiones Más Necesitadas» presidida por el obispo actual de Añatuya, Mons. Adolfo Uriona, es la encargada de organizar esa colecta.

Mons. Gottau, declarado «siervo de Dios» por la Iglesia Católica,[Nota 1]​ es llamado hoy el «obispo de la promoción humana», y considerado un símbolo en la lucha contra la pobreza extrema.[10]



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