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Dianthus caryophyllus



El clavel o clavelina[1]​ (Dianthus caryophyllus) es una planta herbácea perteneciente a la familia de las Caryophyllaceae, difundida en las regiones mediterráneas.[2]​ Es espontánea en la flora de la península ibérica. En su forma típica es una planta cespitosa,[2]​ con numerosos vástagos de hasta 1 m de altura. Sus hojas son lineales, angostas, opuestas y envainadoras, más anchas las basales que las caulinares. Cada tallo forma una flor terminal.[2]​ Sus flores son vistosas, pedunculadas en panícula o cima laxa, a veces solitarias, de bordes más o menos dentados.

La planta perenne de base leñosa alcanza una altura entre los 45 y los 60 cm La floración se produce durante casi todo el año. Normalmente son flores de fuerte fragancia. Es la flor nacional de España.

El clavel silvestre florece durante la primavera y verano. Pero bajo condiciones apropiadas de cultivo puede florecer durante casi todo el año.[3]​ Requiere riego regular, pero evitando el encharcamiento, por lo que su cultivo debe realizarse en un suelo bien drenado. Se trata de una planta heliófila, por lo que requiere exposición plena a la luz solar.[3]

Las condiciones óptimas de conservación de las flores del clavel ya cortadas son:

Los tratamientos con 1-metilciclopropeno o tiosulfalto de plata realizados antes del almacenamiento en cámara fría mejoran la conservación de forma sustantiva.[4]​ Las flores abiertas pueden almacenarse por 2-4 semanas, mientras que los botones florales pueden alcanzar las 4-5 semanas de vida.[5]

Con las flores de esta planta se hacen ramos para realizar limpias cuando hay «enfriamiento en el estómago». Para regular la presión arterial, se prescribe una infusión de claveles blancos con alpiste endulzada con miel de abeja, se toma una taza cuando sea necesario. Asimismo, se usan las flores para aliviar trastornos digestivos, dolor de muelas, anginas de pecho, debilidad del corazón, nervios y tos.

A finales del siglo XVIII, Vicente Cervantes refiere que las flores se tienen por cordiales, sudoríficas y alexiterias, se usan en las fiebres exantemáticas.[6]

Chipiona (Cádiz) es el mayor productor de clavel cortado de Europa.

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Dianthus caryophyllus fue descrito por Carlos Linneo y publicado en Species Plantarum 1: 410. 1753.[7]

Dianthus: nombre genérico que procede de las palabras griegas δῖος díos ‘divino’ y ἄνθος ánthos ‘flor’, y ya fue citado por el botánico griego Teofrasto.

caryophyllus: epíteto que deriva de κάρυα kária ‘nogal’ y φύλλον phíllon ‘hoja’, en referencia al olor aromático a hojas de nogal, lo que llevó que este nombre se aplicara al clavel.[8]



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