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El Cascanueces



El cascanueces (en ruso: Щелкунчик)? / Schelkúnchik Acerca de este sonido escuchar es un cuento de hadas y ballet estructurado en dos actos, que fue encargado por el director de los teatros imperiales, Iván Vsévolozhsky, en 1891 y se estrenó en 1892. La música fue compuesta por Piotr Ilich Chaikovski entre 1891 y 1892. Se trata de su opus 71 y es el tercero de sus ballets. En la producción original la coreografía fue creada por Marius Petipa y Lev Ivánov. El libreto fue escrito por Iván Vsévolozhsky y el propio Petipa, basándose en la adaptación de Alejandro Dumas del cuento El cascanueces y el rey de los ratones, de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann.

Antes de su estreno Chaikovski seleccionó ocho de los números del ballet formando la Suite El cascanueces op. 71a, concebida para tocar en concierto. La suite se tocó bajo la dirección del compositor el 19 de marzo de 1892, con ocasión de una reunión de la sección de la Sociedad Musical en San Petersburgo.[1]​ La suite fue popular desde entonces, aunque el ballet completo no logró su gran popularidad hasta los años sesenta.[2]​ La música de este ballet se conoce, entre otras cosas, por su uso de la celesta, un instrumento que el compositor ya había empleado en su balada sinfónica El voivoda de 1891. Es el instrumento solista en la Danza del Hada de Azúcar, pero también aparece en otras partes del segundo acto.

La primera representación tuvo lugar el 18 de diciembre de 1892 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo. Unos cincuenta años más tarde Walt Disney utilizó parte de la música de El cascanueces en su película Fantasía (1940). A la gente le gustó la película y comenzaron a interesarse por el ballet. El interés creció cuando el montaje de El cascanueces de George Balanchine fue televisado a finales de 1950. El ballet ha sido representado en muchos lugares diferentes desde entonces y se ha convertido quizá en el más popular de todos los ballets en los países occidentales, principalmente representado en Navidad.[2]

Tras el éxito de La bella durmiente en 1890, Iván Vsévolozhsky, el director de los Teatros Imperiales, encargó a Chaikovski la composición de un programa doble con una ópera y un ballet. La ópera seria Iolanta. Para el ballet Chaikovski volvería a unir fuerzas con Marius Petipa, con quien ya había colaborado en La bella durmiente. El material que eligió Petipa en esta ocasión fue una adaptación titulada El cuento del cascanueces que había escrito Alejandro Dumas, basándose en El cascanueces y el rey de los ratones de Ernst Theodor Amadeus Hoffmann.[3]​ La trama de la historia de Hoffmann (y la adaptación de Dumas) se simplificó en gran medida para el ballet en dos actos. El cuento de Hoffmann contiene un largo flashback dentro de su trama principal, titulado El cuento de la nuez dura, que explica cómo el príncipe se convirtió en el cascanueces. Esto tuvo que ser omitido en el ballet.[4]​ Petipa proporcionó a Chaikovski instrucciones muy detalladas para la composición de cada número, incluso en cuanto al tempo y el número de compases.[3]​ La finalización de la obra fue interrumpida durante un corto periodo de tiempo debido a una visita del compositor a Estados Unidos durante 25 días para dirigir los conciertos para la apertura del Carnegie Hall.[5]​ Chaikovski compuso algunas partes de este ballet en Rouen, Francia.[6]

Chaikovski estaba menos satisfecho con El cascanueces que con su ballet anterior La bella durmiente. Aunque aceptó el encargo de Vsévolozhsky, no tenía un interés particular en componerlo –a pesar de que le escribió a un amigo durante la composición del ballet: «Diariamente me vuelvo cada vez más afinado a mi tarea»–.[cita requerida] Se dice que durante la composición de la música del ballet Chaikovski discutió con un amigo, quien apostó a que el compositor no podría escribir una melodía basada en las notas de la octava en secuencia. Chaikovski le preguntó si importaba que las notas fueran ascendentes o descendentes, a lo que le respondió que no. Esto dio lugar al Grand adagio del Grand pas de deux, en el segundo acto, el cual se suele bailar después del Vals de las flores.

El ballet se estrenó el 18 de diciembre de 1892 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo, Rusia. Formó parte de un doble estreno junto con Iolanta, la última ópera de Chaikovski. El libreto fue elaborado por Marius Petipa, pero lo que ha sido objeto de debate es quien exactamente coreografió la primera producción. Petipa comenzó a trabajar en la coreografía en agosto de 1892, pero la enfermedad lo alejó de su finalización y se encargó de la tarea Lev Ivánov, su asistente durante siete años. A menudo se le atribuye la coreografía a Ivánov, aunque algunas crónicas de la época se la adjudican a Petipa.

La interpretación fue dirigida por Riccardo Drigo, con Antonietta Dell'Era como el Hada de azúcar, Pável Gerdt como el príncipe Coqueluche, Stanislava Belínskaya como Clara, Serguéi Legat como el Príncipe Cascanueces y Timoféi Stukolkin como Drosselmeyer. Los roles de los niños, a diferencia de muchas producciones posteriores, fueron representados por niños reales en lugar de adultos (con Belínskaya como Clara, y Vasili Stukolkin como Fritz), los estudiantes de la Escuela Imperial de Ballet de San Petersburgo.

El estreno de  El cascanueces no fue considerado un éxito en su momento. La reacción respecto a los propios bailarines fue ambivalente. Mientras que algunos críticos elogiaron a Dell'Era en su trabajo en pointe como el Hada de azúcar (al parecer ella recibió cinco llamadas de telón),[2]​ un crítico la calificó como «corpulenta» y «regordeta».[3]Olga Preobrazhénskaya como la muñeca de Columbine fue descrita como "totalmente insípida" por un crítico y como "encantadora" por otro.[2]​ Un miembro del público describió la coreografía de la escena de la batalla como confusa: «Uno no puede entender nada. Empujando desordenadamente de esquina a esquina y corriendo hacia atrás y hacia adelante –bastante amateur–».[2]​ El libreto fue criticado por ser "desequilibrado"[2]​ y por no ser fiel al cuento de Hoffmann.

Muchas de las críticas se centraron en que aparecen los niños de manera prominente en el ballet,[7]​ y muchos lamentaron el hecho de que la bailarina no bailaba hasta el Gran pas de deux cerca del final del segundo acto (lo que no ocurría hasta casi la medianoche durante el programa).[2]​ Algunos encontraron la transición entre el mundo terrenal de la primera escena y el mundo de fantasía del segundo acto demasiado abrupto.[3]​ La partitura de Chaikovski recibió una mejor acogida. Algunos críticos lo describieron como "asombrosamente rico en inspiración detallada" y «de principio a fin, bella y melodiosa, original y característica».[2]​ Pero incluso esto no fue unánime, ya que algunos críticos encontraron la escena de la fiesta "pesada" y el Gran pas de deux "insípido".[7]

Desde las producciones de Gorsky, Vainonen y Balanchine, muchos otros coreógrafos han hecho sus propias versiones. Algunos incluyen los cambios realizados por Gorsky y Vainonen mientras que otros, como Balanchine, emplean el libreto original. Entre las producciones más notables se incluyen las de Rudolf Nuréyev para el Royal Ballet, Yuri Grigoróvich para el Teatro Bolshói, Mijaíl Barýshnikov para el American Ballet Theatre y Peter Wright para el Royal Ballet y el ballet de Birmingham. En los últimos años han aparecido producciones revisionistas como las de Mark Morris, Matthew Bourne y Mijaíl Shemiakin, los cuales parten directamente del libreto original de 1892 así como del resurgimiento de Vainonen. Por su parte, la versión de Maurice Bejart descarta por completo la trama y los personajes originales. Además de las puestas en escena en vivo anuales de la obra, muchos montajes también han sido televisados y/o editados en video.[2]

Las dos listas de personajes se derivan de la partitura, indicados según la reimpresión de la edición soviética (Piotr Chaikovski, El cascanueces: un ballet en dos actos. Por solo de piano. Op. 71. Melville, N.Y.: Belwin Mills Publ. Corp., [n.d.], p. 4). Las producciones del ballet varían su fidelidad en función a esta asignación de los personajes.

Personajes según la traducción de los preámbulos a la edición soviética:

La extrapolación siguiente de los personajes, más detallada y algo diferente (en orden de aparición), se ha sacado de un examen de las acotaciones a la partitura en su edición soviética —edición en la que se imprimieron en el original francés con traducciones rusas añadidas como notas a pie de página—:

La historia varía de un montaje a otro, aunque la mayoría sigue el esquema básico. Los nombres de los personajes también varían. En el cuento original de E. T. A. Hoffmann la joven heroína se llama Marie o María Stahlbaum y Clara o Klärchen es el nombre de una de sus muñecas. En la adaptación de Dumas, en la que Petipa basó su libreto, su nombre es Marie Silberhaus.[4]​ Así pues la protagonista puede aparecer con el nombre Clara, Marie o María y con el apellido Stahlbaum o bien Silberhaus. A continuación se muestra un resumen basado en el libreto original de Marius Petipa de 1892.

Escena 1: El hogar de los Stahlbaum.

La obra empieza con una obertura en miniatura igual que la suite. La música crea el ambiente cuento de hadas mediante los registros altos de la orquesta. El telón se abre y muestra la casa de los Stahlbaum en la víspera de Navidad, donde Clara, su hermano Fritz y sus padres preparan decorando el árbol para la fiesta de esa noche con amigos y familia. Las festividades comienzan. Se interpreta una marcha. Cuando el reloj de búho de la abuela da las ocho, un misterioso personaje entra en la habitación. Es Drosselmeyer, un concejal local, mago y el padrino de Clara, que también es un talentoso fabricante de juguetes que ha traído regalos para los niños. Todos están felices salvo Clara, quien no ha recibido un regalo todavía. Drosselmeyer les enseña entonces tres muñecas de tamaño natural que bailan. Cuando terminan su danza, Clara se acerca a Drosselmeyer pidiendo un regalo. Drosselmeyer tiene otro juguete. Es un cascanueces con la forma tradicional de un soldado en uniforme de formación. Clara está encantada, pero su hermano siente envidia y lo rompe. La fiesta termina y la familia Stahlbaum se acuesta. Mientras todos duermen Drosselmeyer arregla el cascanueces. Cuando el reloj toca la medianoche Clara se despierta y ve que su ventana está abierta. De repente, los ratones comienzan a llenar la sala, el árbol de Navidad comienza a crecer y el cascanueces cobra vida. Clara se encuentra a sí misma en medio de una batalla entre un ejército de soldados de jengibre y los ratones dirigidos por el rey de los ratones. Aquí Chaikovski mantiene el clima de miniatura de la obertura, colocando la mayor parte de la música de batalla en los registros altos de la orquesta. El cascanueces aparece para conducir a los soldados de jengibre, a los que se unen soldaditos de plomo y muñecas que sirven como médicos para llevarse a los heridos. Como el rey de los ratones avanza hacia el cascanueces aún herido, Clara le ayuda sosteniendo la cola del rey de los ratones y tirándole un zapato, este aprovecha la oportunidad y apuñala al rey, que muere.

Escena 2: Un bosque de pinos.

Los ratones se retiran y el cascanueces se transforma en un príncipe. Ambos viajan hacia un bosque de pinos en el que los copos de nieve bailan a su alrededor. Las hadas y reinas bailan para darles la bienvenida. La música expresa las maravillosas imágenes con un coro de niños sin palabras. Cae el telón y termina el primer acto.

En el cuento original de Hoffmann y en las versiones de 1985 y 2001, el príncipe es el sobrino de Drosselmeyer, a quien el rey de los ratones había convertido en un cascanueces. Todos los acontecimientos tras la fiesta de Navidad se solucionan por Drosselmeyer al eliminar el hechizo.

Escena 1: El reino de los dulces.

Clara, el cascanueces y Drosselmeyer llegan al reino de los dulces donde los recibe el Hada de azúcar, su caballero y el resto de los dulces. Se suceden una danza española a veces identificada con el chocolate, una danza china relacionada con el té, una danza árabe relacionada con el café y una danza rusa a veces llamada bastones de caramelo (la danza rusa es el Trepak). También Mamá Jengibre y sus polichinelas (bombones o payasos de la corte en la versión de Barýshnikov), las flautas de lengüeta (pastoras de marzipan o mirlitones), el Hada de azúcar y el Vals de las flores. Pero las danzas en el reino de los dulces no siempre siguen el mismo orden. Después de las celebraciones, Clara se despierta bajo el árbol navideño con su cascanueces de madera, alegre por su maravillosa aventura y cae el telón.

En la versión de Balanchine nunca se ve a Clara despertándose, sino que tras todas las danzas en el reino de los dulces, ella y el príncipe se deslizan en un trineo tirado por renos y finaliza la obra. El sueño ha sido real, como en el cuento original de Hoffmann. La versión del Royal Ballet también lo representa de esta manera. Finalmente, el sobrino de Drosselmeyer que había sido transformado en cascanueces, reaparece bajo forma humana en la juguetería de su tío.

(El autor de este análisis es desconocido) La música del ballet de Chaikovski es una de sus partituras más populares. La música pertenece al período romántico y contiene algunas de sus melodías más memorables, varias de las cuales se escuchan con frecuencia en la televisión y el cine, especialmente durante las Navidades. La danza rusa o Trepak es una de las piezas más reconocidas del ballet junto con números tan célebres como Vals de las flores, Marcha o Danza del Hada de Azúcar. El ballet contiene armonías asombrosamente avanzadas y una riqueza de invención melódica sin igual en la música de ballet. No obstante, la reverencia del compositor por la música rococó y la música de finales del siglo XVIII pueden detectarse en pasajes como la obertura, Entrée des parents y Tempo di Grossvater en el primer acto.

Una novedad en la partitura original de Chaikovski fue el uso de la celesta, un nuevo instrumento que el compositor había descubierto en París. Lo quería para caracterizar al personaje del Hada de azúcar debido a su "sonido dulce y celestial". Aparece no sólo en su "Danza", sino también en otros pasajes en el segundo acto. Chaikovski estaba orgulloso del efecto de la celesta y quería que su música se tocase rápidamente para el público, antes de que pudiera ser "descubierto". Sin embargo, lo primero que escribió para la celesta está incluido en su balada sinfónica El voivoda del año anterior. En el ballet también utiliza instrumentos de juguete durante la escena de la fiesta de Navidad.

Se cuenta que Chaikovski discutió con un amigo que apostaba que el compositor no podía escribir una melodía basada en las notas de la escala de una octava en secuencia. Chaikovski preguntó si importaba que las notas estuviesen en orden ascendente o descendente y se le aseguró que no. Esto resultó en el Adagio del Gran pas de deux que suele seguir inmediatamente al Vals de las flores. Por otra parte, se cuenta que la hermana de Chaikovski había muerto poco antes de que comenzara la composición del ballet, y que esto le influyó para componer una melancólica melodía con una escala descendente para el Adagio del Gran pas de deux.[2]

Chaikovski estaba menos satisfecho con El cascanueces que con La bella durmiente. En la película Fantasía, el comentarista Deems Taylor señala que "en realidad detestaba" la partitura. Chaikovski aceptó el encargo de Vsévolozhsky pero no quería escribir el ballet especialmente. El propio compositor, mientras componía la obra, escribió a un amigo: "Estoy todos los días cada vez más y más en sintonía con mi tarea".[13]

El ballet original solo dura unos 85 minutos si se representa sin aplauso o un intermedio, y por lo tanto es mucho más corto que El lago de los cisnes o La bella durmiente. Sin embargo, algunas puestas en escena modernas han omitido o reordenado parte de la música, o bien han insertado selecciones de otros lugares, aumentando así la confusión sobre las suites. De hecho, la mayoría de las versiones más famosas del ballet han reorganizado ligeramente el orden de las danzas o incluso han modificado la propia música.

Por ejemplo la versión de 1954 montada por George Balanchine para el ballet de la Ciudad de Nueva York añade a la partitura original un entr'acte que el compositor había escrito para el segundo acto de La bella durmiente, pero que ahora rara vez se toca en las producciones de ese ballet. Se utiliza como una transición entre la salida de los huéspedes y la batalla con los ratones. Casi todas las grabaciones en LP y CD de la partitura completa del ballet de Chaikovski la presentan exactamente como él la concibió.

Lista de actos, escenas (cuadros) y los números musicales, junto con las indicaciones de tempo. Los números se desglosan con arreglo a los títulos rusos y franceses originales de la primera edición de la partitura (1892), la partitura de la reducción para piano hecha por Serguéi Tanéyev (1892), ambas publicadas por P. Jurgenson en Moscú, y la edición recopilada rusa de las obras del compositor, tal como se publicó en Melville, Nueva York: Belwin Mills [n.d.][14]

Chaikovski hizo una selección de ocho números del ballet antes de su estreno en diciembre de 1892. Con ellos formó la Suite El cascanueces, op. 71a concebida para ser interpretada en forma de concierto. La suite se interpretó por primera vez bajo la batuta del propio compositor el 19 de marzo de 1892 en una asamblea de la sección de la Sociedad Musical de San Petersburgo.[1]​ La suite fue un éxito desde el primer momento, con un bis de casi cada número en la interpretación de su estreno,[15]​ mientras que el ballet completo no llegó a alcanzar su gran popularidad hasta después del montaje de George Balanchine que triunfó en la ciudad de Nueva York.[16]​ La suite llegó a ser muy popular en el ámbito concertístico y apareció en la película Fantasia de Disney. La Suite El cascanueces no debe ser confundida con el ballet completo. El esquema siguiente representa la selección y secuencia escogida de la suite por el compositor.

Una segunda suite, menos conocida y menos frecuentemente tocada, de algunos de los otros números ha sido grabada en alguna ocasión:

Algunos directores, como Robert Irving del ballet de la Ciudad de Nueva York, han hecho grabaciones en disco de las dos suites del ballet de Chaikovski.[17]​ Durante muchos años Irving dirigió el montaje anual de El cascanueces del ballet de la Ciudad de Nueva York, incluyendo la transmisión por televisión en Playhouse 90 de la cadena CBS en 1958.

Paráfrasis sobre el Vals de las flores de Chaikovski es un exitoso arreglo para piano de uno de los movimientos de El cascanueces llevado a cabo por el pianista y compositor Percy Grainger.

El pianista y director de orquesta Mijaíl Pletniov adaptó parte de la música para elaborar una virtuosa suite de concierto para piano solo, con la siguiente estructura:

Lydia Rubtsova (Marianna), Stanislava Belínskaya (Clara) y Vasili Stukolkin (Fritz) en el montaje original, 1892.

Diseño de vestuario de Iván Vsévolozhsky, 1892.

Diseño de vestuario para Madre Gigogne y sus polichinelas de Iván Vsévolozhsky, 1892.

Olga Preobrazhénskaya (hada del azúcar) y Nikolái Legat (Príncipe Coqueluche) en el Grand pas de deux, c. 1900.

Montaje de los Ballets Russes de Monte-Carlo, 1940.

Vals de los copos de nieve, 1981.

Stas Kmiec interpretando la danza rusa Trepak, 1985.

Miyako Yoshida (hada del azúcar) y Steven McRae (príncipe), 2009.

Montaje en Kazán, 2012.



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