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El lago de los cisnes



El lago de los cisnes (en ruso Лебединое Озеро [Lebedínoye óziero]) es un cuento de hadas-ballet estructurado en cuatro actos, que fue encargado por el Teatro Bolshói en 1875 y se estrenó en 1877. La música fue compuesta por Piotr Ilich Chaikovski; se trata de su op. 20 y es el primero de sus ballets. En la producción original la coreografía fue creada por Julius Reisinger. El libreto se cree que fue escrito por Vladímir Petróvich Béguichev y Vasily Geltser, basándose en el cuento alemán Der geraubte Schleier (El velo robado) de Johann Karl August Musäus.[3]

La primera representación tuvo lugar el 4 de marzo de 1877 en el Teatro Bolshói de Moscú.[4]​ Contrario a su gran reconocimiento actual, esta obra estuvo rodeada de reveses desde su estreno; además de su pobre producción inicial, de la cual se han perdido algunos registros, las creaciones de la música y la coreografía original no fueron paralelas debido a desacuerdos técnicos entre las partes, pues Chaikovski (poco familiarizado con la composición de ballets) trabajó de forma rápida, innovadora y despreocupada en una partitura que terminaría desconcertando a Reisinger. Todo ello hizo que la obra no fuese bien aceptada ni por el público ni por la crítica la cual se expresó con palabras cómo «difícilmente se convertirá en un ballet de repertorio y nadie lo va a lamentar»[5]​ Sin embargo, el 15 de enero de 1895 en el Teatro Mariinski de San Petersburgo[6]​ esta misma obra logra su primer gran éxito con una nueva coreografía a cargo de Marius Petipa y Lev Ivanov. Las primeras ideas que tuvo Chaikovski acerca del lago de los cisnes fueron reorganizadas, y el pas de deux que compuso originalmente para el cisne negro fue sustituido por otro, compuesto también por él.

Desde entonces, numerosas revisiones y puestas en escena mantuvieron fresca esta subestimada obra de modo que para mediados de los años 40 del siglo XX empezó a ser ampliamente reconocida como paradigma del ballet. El lago de los cisnes bailado con la música de Chaikovski es actualmente uno de los más reputados títulos del ballet mundial y una de las mayores exportaciones artísticas de la Rusia imperial, así como una de las obras emblemáticas del compositor. Bailarines tan geniales como Anna Pávlova y Rudolf Nuréyev han dejado su huella en esta duradera obra maestra.

Los orígenes del ballet El lago de los cisnes son bastante oscuros y, como hay muy pocos registros concernientes a la primera producción de la obra que hayan sobrevivido, solamente cabe especular sobre quién fue el autor del libreto original. La teoría más autorizada atribuye su autoría a Vladímir Petróvich Béguichev, director de los Teatros Imperiales de Moscú durante el tiempo en que el ballet fue producido originalmente, y Vasily Geltser, bailarín del Teatro Imperial Bolshói de Moscú.[7]​ Pero muy probablemente Geltser solo fue la primera persona en copiar el escenario para su publicación, puesto que una copia conservada lleva su nombre. El primer libreto publicado del ballet y la música compuesta por Chaikovski no se corresponden en muchas partes. De ello se puede inferir que el auténtico primer libreto publicado posiblemente fue elaborado a mano por un escritor del periódico quien había visto los ensayos iniciales. Las nuevas producciones de óperas y ballets siempre se publicaban en los periódicos de la Rusia Imperial, junto con sus respectivos escenarios.

Según dos de los parientes de Chaikovski, su sobrino Yuri Lvóvich Davýdov y su sobrina Anna Meck-Davýdova, el compositor había creado anteriormente un pequeño ballet llamado El lago de los cisnes en su casa en 1871. Este ballet incluía el célebre leitmotiv conocido como el tema del cisne o canción de los cisnes.[4][8]​ Béguichev encargó la partitura de El lago de los cisnes a Chaikovski en 1875 por un precio bastante modesto de 800 rublos. Béguichev pronto comenzó a elegir artistas que participarían en la creación del ballet. El coreógrafo asignado a la producción fue el checo Julius Reisinger, que había sido contratado desde 1873 como maestro de ballet en el Ballet Imperial del Teatro Bolshói de Moscú (hoy conocido como el Ballet Bolshói). Se desconoce qué tipo de procesos de colaboración hubo entre Chaikovski y Reisinger. Parece que en un principio Chaikovski trabajaba sin pleno conocimiento de los requisitos específicos de Reisinger.[9]​ Chaikovski probablemente tenía algún tipo de instrucción al componer El lago de los cisnes, ya que tenía que saber qué tipo de danzas se requerirían. Pero, a diferencia de las instrucciones que el compositor recibió para las partituras de La bella durmiente y El cascanueces, en esta ocasión no hay instrucciones por escrito que se hayan conservado. Cuando Reisinger comenzó la coreografía una vez terminada la partitura, exigió algunos cambios a Chaikovski. Al exigir la adición o eliminación de una danza, Reisinger dejaba claro que él iba a ser una parte muy importante en la creación de esta pieza. Aunque se pidió a los dos artistas que colaborasen, cada uno pareció preferir trabajar tan independiente del otro como fuera posible.[9]

Desde comienzos del siglo XIX hasta principios de la década de 1890, las partituras para ballets casi siempre eran escritas por compositores conocidos como "especialistas": compositores que eran muy hábiles en anotar la música ligera, decorativa, melodiosa y rítmicamente clara que estaba en ese momento en boga para el ballet. Chaikovski estudió la música de estos «especialistas», como el italiano Cesare Pugni y el austríaco Leon Minkus, antes de ponerse a trabajar en El lago de los cisnes. Chaikovski tenía una opinión bastante negativa de la música de ballet «especialista» hasta que la estudió en detalle, quedando impresionado por la variedad casi ilimitada de contagiosas melodías contenidas en sus partituras. Chaikovski admiraba más que ninguna la música de ballet de compositores como Léo Delibes, Adolphe Adam y Riccardo Drigo. Más tarde escribiría a su protegido, el compositor Serguéi Tanéyev, «Escuché el ballet Sylvia de Delibes... qué encanto, qué elegancia, qué riqueza de melodía, ritmo y armonía. Me avergoncé, porque si hubiera sabido de esta música entonces, yo no habría escrito El lago de los cisnes». Chaikovski admiraba enormemente la partitura de Adam para Giselle de 1844, que presentaba la utilización de la técnica conocida como leitmotiv: asociando determinados temas con ciertos personajes o estados de ánimo, una técnica que utilizaría en El lago de los cisnes, y más adelante, en La bella durmiente.

El entusiasmo de Chaikovski con El lago de los cisnes es evidente por la rapidez con la que compuso. Encargado en la primavera de 1875, la pieza se creó en un año completo. Sus cartas a Serguéi Tanéyev a partir de agosto de 1875 indican sin embargo, que no solo era su emoción lo que le obligó a crear tan rápidamente, sino su deseo de terminarlo lo más pronto posible a fin de permitirle empezar a trabajar en una ópera. En primer lugar, creó partituras de los tres primeros números del ballet, luego la orquestación durante el otoño e invierno y todavía estaba luchando con la instrumentación en la primavera. El 10 abril de 1876 el trabajo estaba completo.[4]​ La mención de Chaikovski de un borrador sugiere la presencia de algún tipo de resumen, pero no se conoce la existencia de borrador alguno. Chaikovski escribió varias cartas a sus amigos expresando su deseo de muchos años de trabajar con este tipo de música, así como su entusiasmo acerca de su estimulante, aunque laboriosa tarea actual.[9]

No obstante, Chaikovski también se basó en composiciones anteriores suyas. Hizo uso de material de El voivoda, una ópera que había abandonado en 1868. El Gran adagio (también conocido como el Dúo de amor) del acto segundo de El lago de los cisnes es una copia textual del dúo entre los protagonistas de su ópera Undina, igual que el Valse des fiancées del acto tercero. Otro número que incluía un tema de El voivoda fue el Entr'acte del acto cuarto. En abril de 1876 la partitura estaba completa y comenzaron los ensayos. Pronto Reisinger empezó a dejar de lado ciertos números que calificó como "no aptos para el ballet". Incluso inició la coreografía de las danzas con música de otros compositores, pero Chaikovski protestó y sus piezas fueron restituidas.

El estreno de El lago de los cisnes tuvo lugar el 4 de marzo de 1877. La función fue a beneficio de la bailarina Pelaguéya Karpakova, también conocida como Polina Karpakova. Ella misma interpretó el papel de Odette junto con el primer bailarín del Teatro Bolshói Victor Gillert como príncipe Sigfrido. Karpakova probablemente también bailó la parte de Odile, aunque no se sabe con certeza. La bailarina rusa Anna Sobeshchánskaya, para la que estaba programado originalmente (1877) el papel de Odette, fue retirada del estreno cuando un funcionario del gobierno de Moscú se quejó de ella, afirmando que había aceptado varias piezas de joyería cara de él, solo para luego casarse con un compañero bailarín y vender las piezas por dinero en efectivo. Sobeshchánskaya fue sustituida por Pelaguéya Karpakova que bailó el papel de la reina cisne.

El estreno no fue bien recibido, obteniendo una crítica casi unánime acerca de los bailarines, orquesta y escenografía. Por desgracia la magistral partitura de Chaikovski se perdió en la debacle de la pobre producción. Aunque hubo algunos que reconocieron sus virtudes, la mayoría consideró que era demasiado complicado para el ballet. Los propios críticos en general no estaban familiarizados con el ballet o la música, sino más bien con el melodrama hablado. La música de Chaikovski les pareció "demasiado ruidosa, demasiado wagneriana y demasiado sinfónica".[11]​ Los críticos también arremetieron contra la coreografía de Reisinger que pensaron que era "poco imaginativa y en conjunto poco memorable".[11]​ La producción no triunfó debido a varias razones. Los orígenes alemanes de la historia de El lago de los cisnes fueron "tratados con desconfianza mientras que la historia en sí fue considerada "estúpida" con apellidos impronunciables para sus personajes".[11]​ La bailarina de Odette (y probablemente Odile aunque esto nunca ha sido demostrado con certeza) fue una solista secundaria y "no especialmente convincente"[11]

A pesar de este recibimiento negativo, con el público y los críticos alegando que la música era demasiado compleja para ser una pieza de ballet, en la actualidad la obra se considera una de las más valiosas de Chaikovski, y lo elevó a la esfera de los más importantes compositores de ballet.

A pesar de la pobre reacción ante el estreno, el ballet se siguió representando. El 26 de abril de 1877 la primera bailarina del Bolshói de Moscú, Anna Sobeshchánskaya, debutó como Odette/Odile en El lago de los cisnes. Desde el principio estuvo descontenta con la producción del ballet, pero sobre todo con la coreografía de Reisinger y con la música de Chaikovski. Sobeshchánskaya viajó a San Petersburgo para que Marius Petipa, el premier maître de ballet de los Teatros Imperiales de San Petersburgo, coreografiase para ella un nuevo pas de deux para sustituir el pas de six que funcionaba como Grand pas del tercer acto. En el ballet del siglo XIX era una práctica habitual que una bailarina solicitase un pas o variación suplementarios y a menudo estas danzas "hechas a medida" se convertían literalmente en propiedad legal de la bailarina para la que fueron compuestas.[12]​ Petipa coreografió el pas de deux de Sobeshchánskaya con música compuesta por Leon Minkus, quien ocupaba el cargo de compositor de ballet de los Teatros Imperiales de San Petersburgo. La pieza era un pas de deux classique estándar que consistía en una breve entrée, el grand adage, una variación para el bailarín, otra variación para la bailarina y una coda.

Las noticias de este cambio pronto llegaron a Chaikovski que se enfadó mucho, afirmando que si el ballet era bueno o malo, él solo sería responsable de su música. Luego aceptó escribir un nuevo pas de deux para la bailarina, pero pronto surgió un problema: Sobeshchánskaya no tenía reservas en cuanto a interpretar un pas con la nueva música de Chaikovski, pero quería conservar la coreografía de Petipa, y no tenía ningún deseo de viajar a San Petersburgo otra vez para que el Maestro de ballet arreglase uno nuevo para ella. A la luz de esto, Chaikovski aceptó componer un pas cuyos ritmos y acentos se corresponderían con la música de Minkus hasta tal punto que ni siquiera requeriría que la bailarina lo ensayase. Sobeshchánskaya quedó tan satisfecha con la nueva versión de Chaikovski sobre la música de Minkus que le pidió que compusiera para ella una variación adicional, lo cual hizo.[12]​ Hasta 1953 se creía que el pas de deux original se había perdido. Pero accidentalmente se descubrió un répétiteur en los archivos del Teatro Bolshói de Moscú. Estaba entre las partes orquestales utilizadas en la recuperación de El corsario de Adolphe Adam llevada a cabo por Aleksandr Gorsky, quien lo incluyó en su versión de El corsario de 1912. En 1960, George Balanchine coreografió un pas de deux con esta música para la bailarina Violette Verdy y el bailarín Conrad Ludlow bajo el título Pas de deux de Chaikovski, que aún es conocido y se interpreta hoy en día.[13]

Julius Reisinger dejó Moscú en 1879 y su sucesor como coreógrafo fue Joseph Peter Hansen, que hizo considerables esfuerzos desde principios de la década de 1870 y durante la década de 1880 para rescatar El lago de los cisnes. El 13 de enero de 1880 presentó un nuevo montaje con la estudiante de la Escuela Imperial del Ballet de Moscú Evdokía Kalmykova en el papel de Odette / Odile y Alfred Bekefi en el de Sigfrido. Tuvo una acogida bastante mejor que el original, aunque no llegó a ser un gran éxito. El 28 de octubre de 1882 Hansen presentó otra versión de este ballet de nuevo con Kalmykova como Odette/Odile. Para la escena del baile arregló un Grand pas titulado La cosmopolitana, que fue tomado de la sección europea del Gran pas d'action conocido como La alegoría de los continentes a partir de 1875 el ballet Los bandidos montado por Petipa con música de Leon Minkus. La versión de Hansen de El lago de los cisnes fue representada solo cuatro veces, siendo su representación final el 2 de enero de 1883 y pronto el ballet se eliminó del repertorio.

En total El lago de los cisnes tuvo un total de cuarenta y una representaciones entre su estreno y la final de 1883, lo cual era un plazo bastante largo para un ballet tan mal recibido en su estreno. Hansen llegó a convertirse en coreógrafo del Alhambra Theatre en Londres. El 1 de diciembre de 1884 presentó allí un ballet de un solo acto titulado Los cisnes, inspirado en la segunda escena de El lago de los cisnes. La música fue compuesta por Georges Jacoby, el director de orquesta del Alhambra Theatre. La segunda escena de El lago de los cisnes fue presentada el 21 de febrero en Praga por el Ballet del Teatro Nacional en una versión montada por el coreógrafo August Berger. El ballet se presentó durante dos conciertos dirigidos por Chaikovski. El compositor anotó en su diario que experimentó "un momento de felicidad absoluta" cuando se representó el ballet. La producción de Berger siguió el libreto de 1877, aunque los nombres de Sigfrido y Benno fueron cambiados a Jaroslav y Zdenĕk, con el papel de Benno interpretado por una bailarina travestida. El papel de Sigfrido lo interpretó el propio Berger con la bailarina Giulietta Paltriniera-Bergrova como Odette. La producción de Berger se extendió durante ocho presentaciones, e incluso se planeó una producción en el Jardín Fantasía en Moscú en 1893, pero nunca se materializó.

Entre finales de la década de 1880 y principios de 1890 Petipa y Vsevolozhsky consideraron recuperar El lago de los cisnes y estaban en conversaciones con Chaikovski sobre ello. Pero el compositor murió el 6 de noviembre de 1893, justo cuando los planes comenzaban a llegar a buen término. Aún no es seguro que Chaikovski fuese a revisar la música de este montaje. En cualquier caso, como consecuencia de su muerte Drigo fue quien revisó la partitura, no sin antes recibir la aprobación de Modest. Existen grandes diferencias entre la partitura de Drigo y la de Chaikovski. La revisión que Drigo hizo de la partitura de Chaikovski para el montaje de Petipa e Ivanov en 1895, y no la original de Chaikovski de 1877, es la que muchas compañías de ballet, aunque no todas, utilizan al montar este ballet en la actualidad. En febrero de 1894 se celebraron dos conciertos conmemorativos en honor de Chaikovski programados por Vsevolozhsky. La producción incluyó el segundo acto de El lago de los cisnes con coreografía de Lev Ivanov, segundo coreógrafo para del Ballet Imperial. Esta coreografía de Ivanov fue aclamada unánimemente como maravillosa.

La virtuosa italiana Pierina Legnani interpretó a Odette/Odile. Ella había debutado en diciembre de 1893 con el Ballet Imperial en Cenicienta, coreografiado por Petipa, Ivanov y Enrico Cecchetti con la música de Boris Fitinhof-Schell. Mostró su técnica fenomenal culminando su variación de la escena final durante el grand pas con treinta y dos fouettés en tournant, que era el máximo en aquel momento. El público gritó deslumbrado demandando un bis y la bailarina repitió su variación esta vez realizando veintiocho fouettés en tournant. No obstante, la muerte de zar Alejandro III de Rusia el 1 de noviembre de 1894 y el período de luto oficial subsiguiente puso fin a todos los espectáculos y ensayos de ballet durante algún tiempo. En consecuencia, todos los esfuerzos se concentraron en la preproducción del regreso de El lago de los cisnes. Ivanov y Petipa decidieron colaborar en para este montaje, encargándose Ivanov de los actos segundo y cuarto (es decir los actos blancos), mientras que Petipa montaría el primero y el tercero. Se pidió al hermano menor de Chaikovski, Modest, que hiciese los cambios necesarios en el libreto del ballet, siendo el más destacado de su revisión el final de ballet. En lugar de que los amantes simplemente se ahogasen por la mano del malvado Rothbart como en el original de 1877, Odette se suicida ahogándose y Sigfrido elige morir también en lugar de vivir sin ella. Rápidamente los espíritus de los amantes se reencuentran en una apoteosis. Asimismo el ballet pasó de tener cuatro actos a tres, ya que el segundo se convirtió en el segundo cuadro del primer acto.

El ballet se estrenó el viernes 27 de enero de 1895 con Pierina Legnani como Odette/Odile, con Pável Gerdt como el príncipe Sigfrido, Alekséi Bulgákov como Rothbart y Aleksandr Oblakov como Benno. Esta representación tuvo lugar en el Teatro Mariinski de San Petersburgo, con coreografía de Marius Petipa, Lev Ivanov, dirigido por Riccardo Drigo. La escenografía fue de Iván Andréyev, Mijaíl Bocharov, Henrich Levogt. El diseño de vestuario: Yevgueni Ponomaryov[10]​ El montaje fue todo un éxito, aunque no como lo ha sido en los tiempos modernos. La mayoría de las críticas en los periódicos de San Petersburgo fueron positivas. A diferencia del estreno de La bella durmiente, El lago de los cisnes no dominó el repertorio del Teatro Mariinski en su primera temporada. Solo se dieron dieciséis representaciones entre el estreno y la temporada 1895-1896; y no se interpretó en 1897. Además el ballet solo se representó cuatro veces en 1898 y 1899. El ballet pertenecía únicamente a Legnani hasta que se fue de San Petersburgo a su Italia natal en 1901. Tras su partida el ballet fue asumido por Mathilde Kschessinska, que fue tan celebrada en el papel como su predecesora italiana.

A lo largo de la larga y compleja historia de las puestas en escena de El lago de los cisnes, la de 1895 ha servido de base para muchos montajes. Casi todos los coreógrafos han mantenido en gran medida la coreografía tradicional, que se considera prácticamente sagrada. El papel de Sigfrido con el tiempo ha ganado relevancia debido sobre todo a la evolución de la técnica del ballet. En 1940 el ballet de San Francisco fue la primera compañía americana en organizar un producción completa de El lago de los cisnes. El montaje logró un gran éxito protagonizado por Lew Christensen como Sigfrido, Jacqueline Martin como Odette y Janet Reed como Odile. Willam Christensen basó su coreografía en la de Petipa-Ivanov, apoyándose en la gran población de rusos emigrados en San Francisco, encabezados por la princesa y el príncipe Vasili Alexandrovich de Rusia, para que le ayudasen a asegurarse de que la producción tuviera éxito en su objetivo de preservar la cultura rusa en San Francisco.[14]

Diversas producciones notables se han ido distanciando de la original y la de 1895:

Muchos críticos han puesto en duda la fuente original de la historia El lago de los cisnes. El libreto se basa en un cuento Der geraubte Schleier (El velo robado),[17]​ del escritor alemán Johann Karl August Musäus, aunque esta historia solo proporciona las líneas generales de la trama del ballet. El cuento popular ruso El pato blanco también tiene cierta semejanza con la historia del ballet y puede haber sido otra posible fuente. Los contemporáneos de Chaikovski recordaban que el compositor tenía gran interés en la historia de la vida del rey Luis II de Baviera, cuya trágica vida supuestamente había estado marcada por el signo del cisne y que conscientemente o no fue elegido como el prototipo del soñador príncipe Sigfrido.[18]​ El patriarca del ballet ruso Fiódor Lopujov ha calificado El lago de los cisnes como un "ballet nacional" debido a sus cisnes, que argumenta tienen su origen en fuentes lírico románticas rusas, aunque muchos de los movimientos del cuerpo de baile provienen de danzas circulares eslavas. Según Lopujov, «tanto la trama de El lago de los cisnes como la imagen del cisne y la idea misma de un amor fiel son esencialmente de Rusia».[18]

En 1895 Benno von Sommerstern se había convertido simplemente «Benno» y Odette en «Reina de los Cisnes». Asimismo el Barón von Stein y su esposa, así como Freiherr von Schwarzfels y su esposa ya no aparecían identificados en el programa. La princesa soberana o gobernante a menudo se sustituye por «Reina madre». Rothbart (Redbeard, Barbarroja) también puede escribirse «Rotbart».

El lago de los cisnes suele representarse en cuatro actos y cuatro escenas (sobre todo fuera de Rusia y Europa del Este), o bien en tres actos y cuatro escenas (sobre todo en Rusia y Europa del Este).

Un bosque oscuro.

Solo se incluye en algunas versiones, esta escena, acompañada por la Obertura muestra la transformación real por la que la princesa Odette es convertida por primera vez en un cisne.

Un magnífico parque ante un palacio.

El príncipe Sigfrido celebra su vigésimo primer cumpleaños con su tutor, amigos y campesinos en uno de los jardines de palacio. Las diversiones son interrumpidas por la reina madre de Sigfrido y sus damas de honor, que se preocupa por el estilo de vida despreocupado de su hijo. La reina recuerda a su hijo que la noche siguiente deberá escoger una esposa durante el baile real de celebración oficial de su cumpleaños. A la fiesta estarán invitadas jóvenes muchachas, entre las más hermosas de la comarca, y el príncipe deberá elegir a una de ellas como futura esposa. Esto causa una gran melancolía en Sigfrido ya que no puede casarse por amor. Su amigo Benno y el tutor tratan de levantar su estado de ánimo con problemas. Al caer la noche, Benno ve una bandada de cisnes volando por encima y sugiere una partida de caza. Sigfrido y sus amigos toman sus ballestas y parten en busca de los cisnes.

Un claro junto al lago en un bosque junto a las ruinas de una capilla. Una noche iluminada por la luna.

Sigfrido se ha separado de sus amigos. Llega al claro junto al lago, mientras que una bandada de cisnes blancos se posa cerca. Él apunta con su ballesta a los cisnes, pero se queda helado cuando uno de ellos se transforma en una hermosa doncella y princesa llamada Odette. Al principio ella está aterrorizada de Sigfrido, pero él promete no hacerle daño. Entonces ella le cuenta que es Odette, la reina cisne, que ella y sus compañeras y amigas son víctimas de un terrible hechizo lanzado por Rothbart, el malvado brujo con forma de búho. Durante el día se convierten en cisnes y solo vuelven a su forma humana por la noche a la orilla del lago encantado creado a partir de las lágrimas de los fallecidos padres de Odette. El conjuro solo puede romperse si alguien que nunca ha amado antes jura amar a Odette siempre. Aparece Rothbart y Sigfrido amenaza con matarlo, pero Odette intercede ya que si Rothbart muere antes de que se rompa el hechizo, nunca se podrá deshacer. Rothbart hace que las jóvenes vuelvan a convertirse en cisnes para evitar que el príncipe rompa el hechizo. Odette se aleja convertida en cisne.

Al desaparecer Rothbart, las doncellas cisne llenan el claro. Benno y sus compañeros también llegan y apuntan con sus ballestas a las doncellas. Sigfrido les detiene justo a tiempo y los despide. Ahora, a solas con Odette y las doncellas cisnes Sigfrido se dispone a ganar la confianza de Odette. Se enamoran mutuamente, pero a medida que llega el amanecer el hechizo arrastra a Odette y a sus compañeras de regreso al lago y hace que se transformen en cisnes blancos de nuevo.

Una sala opulenta en el palacio.

Se celebra la fiesta en el castillo donde Sigfrido deberá elegir esposa. Entra la reina madre junto a Sigfrido y el maestro de ceremonias da comienzo al festejo. Se presentan las jóvenes casaderas y la reina le pide a Sigfrido que baile con seis princesas y que elija una como una prometida. Sigfrido se queja de que él no ama a ninguna de ellas. Él piensa en Odette, se niega a escoger esposa y su madre se enfada con él. En ese momento el maestro de ceremonias anuncia la llegada de un noble desconocido y su hija. Es el barón y el malvado brujo Rothbart que llega disfrazado a la fiesta con su hija, la malvada bruja Odile, convertida en Odette. El malvado brujo Rothbart ha transformado a su hija Odile en Odette, para que para Sigfrido sea casi idéntica a Odette en todos los aspectos, excepto que viste de negro en lugar de blanco. El príncipe, hechizado por el brujo, cree ver a Odette en Odile, convertida en Odette. Odette, transformada en un cisne blanco, aparece como una visión y en vano trata de advertir a Sigfrido de que está siendo engañado. Pero Sigfrido permanece ajeno y proclama ante el tribunal que tiene la intención de hacer su esposa a Odile, convertida en Odette. La reina madre acepta y Sigfrido le jura a Odile amor eterno. Rothbart se descubre y muestra a Sigfrido una visión mágica de Odette, transformada en un cisne blanco, a lo lejos. Odile entonces deja de tener el aspecto de Odette y se transforma y recupera su verdadero rostro de Odile, contenta con haber engañado a Sigfrido habiéndole hecho creer que Odile cuando estaba transformada en Odette, era su amada, querida y adorada Odette. Sigfrido se da cuenta de su terrible error y, abatido por el dolor, corre desesperado hacia el lago.

En la orilla del lago.

A las orillas del lago las jóvenes-cisnes esperan tristemente la llegada de Odette. Ella llega llorando desesperada por la traición de Sigfrido y les cuenta los tristes acontecimientos de la fiesta en el palacio. Las doncellas cisnes tratan de consolarla, pero ella se resigna a la muerte. Aparece Sigfrido implorando su perdón. Ella lo perdona y la pareja reafirma su amor. Rothbart aparece e insiste en que Sigfrido cumpla su promesa de casarse con Odile, después de lo cual Odette se transformará en un cisne para siempre. Sigfrido y Odette luchan contra él, pero todo es en vano, pues el maleficio no puede ser deshecho. Sigfrido elige morir junto a Odette, así que los dos enamorados se suicidan lanzándose al lago. Ese sacrificio de amor rompe el hechizo de Rothbart sobre las doncellas cisnes, haciéndole perder su poder sobre ellas y morir. Al amanecer se ve aparecer sobre el lago los espíritus de Odette y Sigfrido ya juntos para siempre subiendo a las regiones celestiales.

Existen muchos finales diferentes que van desde romántico a trágico.

Esta obra se escribió para la orquesta grande típica de finales del siglo XIX:

La partitura de la que se extrae este esquema es la de la versión original de Chaikovski,[19]​ por lo que no coincide con la de Drigo, es decir, la que se representa en la actualidad. Los títulos para cada número están tomados de la partitura original publicada; algunos de los números se titulan sencillamente como indicaciones musicales, a saber, aquellos que no se están traducidos de sus títulos franceses originales.

Moderato assai — Allegro non troppo — Tempo I

Esta pieza aparece en un gran número de bandas sonoras de películas, programas de televisión, videojuegos, etc.; así como versiones hechas por artistas musicales de todo el mundo.[20]

Diseño de decorado para el Acto II de Gaanen, 1877.

Pierina Legnani como Odette, 1895.

Pável Gerdt como príncipe Sigfrido, 1895.

Montaje de Aleksandr Gorsky en el Bolshói, 1901.

Alicia Alonso como cisne negro, 1955.

Montaje en el Bolshói, 2006.

Montaje en República Checa, 2009.



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