Primer periodo
Segundo periodo
El término Emperatriz consorte de México hace referencia al título que ostentó la esposa del monarca mexicano. Durante los dos periodos en el que México se convirtió en una monarquía, solo dos mujeres han poseído el título: Ana María Huarte y Carlota de Sajonia-Coburgo-Gotha. La consorte del emperador tuvo dignidad de emperatriz y tratamiento de Majestad.
Tras la guerra de independencia, el General Agustín de Iturbide fue nombrado como Presidente de la Regencia del Imperio Mexicano desde noviembre de 1821 hasta mayo de 1822, posteriormente él y su esposa Ana María Huarte y Muñiz fueron coronados como emperadores del naciente imperio el 21 de julio de 1822. En marzo de 1823 cayó el efímero Primer Imperio Mexicano.
Fue en 1863 cuando una comitiva conformada por partidarios conservadores ofreció al Archiduque Maximiliano de la casa Habsburgo-Lorena el cargo de monarca del Segundo Imperio Mexicano. Su esposa la princesa Carlota de la casa Sajonia-Coburgo-Gotha fue quien lo alentó a aceptar el proyecto que contaría con el respaldo del Emperador de los franceses, Napoleón III. Completamente decididos a encabezar el proyecto conservador, la joven pareja parte de Miramar hasta Veracruz llegando a una tierra desconocida y devastada por la guerra. Maximiliano y Carlota fueron jurados como Emperadores de México el 10 de abril de 1864 en la Catedral Metropolitana de la Ciudad de México.
El Estado monárquico mexicano existió hasta 1867 siendo Carlota la última titular.
Esencialmente solo se esperaba que la Emperatriz cumpliera con determinadas actividades representativas y de acompañamiento, sin invadir la función constitucional que le corresponde en exclusiva al titular del Estado.
En el caso de la Emperatriz Carlota quien llegó a promulgar la abolición de los castigos corporales y una justa limitación de las horas de trabajo, fundó un conservatorio de música y una academia de pintura. Además de gastar enormes cantidades de dinero en obras de caridad como la construcción de guarderías, asilos y casas de cuna. En referencia a la seguridad, expulsó a los ladrones de los alrededores de la ciudad.
Con un carácter decidido, Carlota desde un principio intentó mantener una activa intervención en los asuntos políticos. A diferencia de Ana de Huarte, el Estatuto Provisional del Imperio reconocía a la Emperatriz Carlota como regente y líder del Estado en caso de ausencia de su esposo en la capital. El Emperador Maximiliano quien se centraba en sus proyectos para reformar a México, tuvo que abandonar la capital en tres ocasiones: entre agosto y octubre de 1864, entre abril y junio de 1865, y finalmente entre agosto y septiembre del mismo año. En aquellas circunstancias, Carlota era quien dirigía e influía en el curso del Imperio, con un política imperial más crítica cada día que pasaba. Por ende, la Emperatriz Carlota llegó a ser la primera mujer gobernante en la historia de México.
Consorte de Agustín de Iturbide
Consorte de Maximiliano de Habsburgo
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