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Endlösung der Judenfrage



La solución final, también conocida en la terminología nacionalsocialista como «solución final de la cuestión judía» (en alemán, Endlösung der Judenfrage),[1]​ es el nombre del plan del Tercer Reich para llevar a cabo la eliminación sistemática de la población judía europea durante la Segunda Guerra Mundial.[2]​ Solo después de la guerra se empezó a conocer a la «solución final» como el Holocausto o Shoah, es decir, al proceso que involucró la deportación sistemática y exterminio de toda persona clasificada como judía por los nazis independientemente de la religión que profesara.[3]​ La expresión «solución final» fue empleada por Adolf Eichmann, funcionario nazi a cargo de la primera instancia del asesinato en masa, a la que él denominó «reinstalación».[4]

En septiembre de 1919, Adolf Hitler escribió su primer documento político, en el que señalaba que la «cuestión judía» debía ser resuelta a través de la remoción total de los judíos de Europa, la cual debería llevarse a cabo no de forma emocional, mediante pogromos o métodos similares, sino con base a una eficiente planificación. Para Hitler, «el tema judío era la cuestión esencial del nazismo».[5]

La segregación y persecución de la judeidad europea fue llevada a cabo en varias etapas.[6]​ Después de que los nazis llegaran al poder y del «Putsch de Röhm», en el verano de 1934, el racismo impuesto por los nazis acabó en legislación antisemita, con las Leyes de Núremberg aprobadas el 15 de septiembre de 1935 que negaban la ciudadanía del Reich a los judíos alemanes, y con una Ley para la Protección de la Sangre, prohibiendo todo matrimonio mixto entre judíos alemanes y alemanes no judíos;[7]​ viéndose poco a poco despojados de todos sus derechos como ciudadanos.[8]​ Boicots, “arianización” y los pogromos del 9 de noviembre de 1938, conocidos como la Noche de los cristales rotos (Kristallnacht), cuando 30 000 judíos fueron deportados en masa[7]​ a los campos de concentración de Sachsenhausen, Buchenwald y Dachau.[8]

Con la política del terror se pretendía acelerar el proceso de emigración de los judíos. Se segregó y aisló sistemáticamente a los judíos del resto de la sociedad alemana, luego también se los forzó a salir de Alemania.[7]

Después de la invasión alemana de Polonia de 1939, que significó el inicio de la Segunda Guerra Mundial, la política antisemita perpetró un detallado plan para concentrar y luego aniquilar a los judíos europeos.[6]​ Primero crearon guetos en el Gobierno General (un territorio en Polonia central y oriental, en el cual los alemanes crearon un gobierno alemán) y el Warthegau (una zona de Polonia occidental anexada a Alemania). Los judíos de Polonia y de Europa occidental fueron deportados a esos guetos.

Después de que los alemanes invadieran la Unión Soviética en 1941, los Einsatzgruppen empezaron operaciones de matanza dirigidas a comunidades enteras de judíos.[6]​ Esta fue la primera vez que se utilizó el exterminio masivo y organizado como un método para resolver "la cuestión judía".[5]

Las SS pronto organizaron los métodos de los equipos móviles, predominantemente fusilamientos o camiones de gas llamados «camiones-fantasma»,[8]​ usados ya en 1940 para exterminar a los enfermos mentales de determinados hospitales psiquiátricos. Pero los consideraron como «ineficientes» y psicológicamente «difíciles» para los «ejecutantes».

El 31 de julio de 1941, Reinhard Heydrich, comandante de las Oficina Central de Seguridad del Reich (Reichssicherheitshauptamt o RSHA), recibió una orden de Hermann Göring para preparar la «solución final de la cuestión judía».[7]​ En la carta, que según Adolf Eichmann fue redactada por el mismo Heydrich y presentada solo para su firma, Göring, después de encargar una «solución global» (Gesamtlösung) de la cuestión judía en el área de influencia alemana, repite la orden de que «me presente sin demora un plan global de las medidas organizativas, prácticas y financieras necesarias para la ejecución de la solución final [Endlösung] que se pretende dar al problema judío».[19]

Si bien los asesinatos en masa de judíos ya habían comenzado con la invasión de la Unión Soviética, probablemente no se incluían todavía en el marco de un plan premeditado conducente al exterminio total de los judíos europeos. La carta, en realidad, tenía la intención más limitada de asegurar para las SS la competencia exclusiva en todo lo referente a la cuestión judía, dejando al margen sobre todo a Alfred Rosenberg,[20]​ que había sido nombrado el 16 de julio ministro del Reich para los Territorios Ocupados del Este.[21]​ Las órdenes eran vagas también porque en ese momento Hitler todavía se oponía a las deportaciones masivas, lo que confirmó a Joseph Goebbels en una reunión celebrada el 18 de agosto en la que, aunque autorizó que se marcara a los judíos del Reich con una «señal grande y claramente visible» y mencionó su profecía sobre el ominoso destino que les esperaba, le dio prioridad a la finalización de la campaña militar en el este para la asignación de los medios de transporte.[22]

En el otoño de 1941, Heinrich Himmler, quien concibió el plan que conduciría a exterminar gran parte de la judeidad europea, dio la orden al general de las SS Odilo Globocnik (jefe de las SS para el distrito de Lublin) de aplicar un plan para matar sistemáticamente a los judíos residentes en el Gobierno General.[6]Aktion Reinhard fue el nombre en clave dado a la operación por Heydrich, quien había sido el encargado de preparar la «solución final» y sería asesinado por partisanos checos en mayo de 1942.[6]

Tres campos de exterminio se crearon para tal propósito en Polonia como parte de la Aktion Reinhard: Belzec, Sobibor y Treblinka. En septiembre de 1942 se llevaron a cabo las primeras acciones de exterminio en masa por medio del gas Zyklon B.[7]

En enero de 1942, las SS iniciaron las deportaciones hacia los campos de exterminio. La «evacuación» (Aussiedlung, palabra código nazi para exterminio) comenzó en el Warthegau y continuó en el Gobierno General a mediados de marzo del mismo año. [23]​ Al llegar a los campos, las familias judías eran enviadas directamente a las cámaras de gas. El asistente de Globocnik, comandante SS Hermann Höfle, estaba encargado de organizar las deportaciones a los campos de concentración y exterminio.[6]​ Hasta septiembre de 1942, 310 000 personas serían deportadas de Varsovia. Los únicos que permanecían, provisionalmente, eran los trabajadores de las fábricas de la industria bélica.[23]

En la Conferencia de Wannsee, liderada por Reinhard Heydrich y que tuvo lugar en Gross Wannsee (Berlín) el 20 de enero de 1942, un grupo de funcionarios del gobierno nazi alemán y jerarcas de las SS fijaron la coordinación de las diversas autoridades para el "la solución final de la cuestión judía", es decir, el exterminio en masa de la judeidad europea.[5]​ Se preveía literalmente investigar a fondo toda Europa, partiendo desde el oeste hacia el este y desde el norte hacia el sur, para deportar a todas las personas de ascendencia judía a campos de concentración y exterminio.[7]

La reunión se destaca como la primera discusión de la «solución final», y también porque los protocolos de la reunión fueron encontrados intactos por los Aliados al final de la Segunda Guerra Mundial y se utilizaron durante los Juicios de Núremberg. Más tarde, Hitler dio instrucciones a Himmler para que divulgara la verdad sobre la suerte de los judíos a las altas esferas nazis. El primero de estos discursos, donde se reconoce la verdad real acerca del Holocausto, se le denomina Discurso de Posen. Hoy en día se suele referir a la resultante de la «solución final» como el Holocausto, de hecho se trata no de un sacrificio ritual sino de un crimen contra la humanidad.

En Auschwitz-Birkenau, el campo más grande, las SS empezaron en enero de 1942 a gasear gente en una granja reformada. A partir del 26 de marzo de 1942 llegaban a Auschwitz numerosos transportes de judíos, organizados por Eichmann, de manera que fue necesario reformar una segunda granja para los mismos fines. En julio de 1942 Himmler ordenó ampliar el campo de Birkenau para poder internar a 200 000 presos, además de construir cuatro cámaras de gas con sus respectivos crematorios.[7]

Conforme a los planes de la empresa Hoch-und Tiefbau AG Kattowitz, las cuatro cámaras de gas y los crematorios empezaron a funcionar entre el 22 de marzo y el 25 de junio de 1943; las instalaciones de gaseamiento y los hornos crematorios fueron fabricados por la empresa J. A. Topf & Söhne de Erfurt.

En octubre de 1942, Himmler ordenó que todos los judíos debían ser trasladados a Auschwitz o Majdanek. Ejecuciones masivas tuvieron lugar entre el 8 de mayo y el 29 de julio de 1944. Rudolf Höss, por orden de Himmler, debía gasear a más de 400 000 judíos húngaros en Auschwitz. En determinados días fueron asesinadas cerca de 24 000 personas, muchas de las cuales fueron quemadas en hogueras al aire libre dada la escasa capacidad de los crematorios.[7]

Höss cuenta en sus memorias que en el verano de 1941 fue recibido personalmente por Himmler y este le dijo:

Al finalizar la cita, le exigió guardar silencio, incluso ante sus superiores.[8]

Los nazis utilizaron otros campos de exterminio para gasear a los judíos en Polonia, entre ellos cabe mencionar Majdanek y Chelmno. En Majdanek, grupos de judíos considerados «incapaces de trabajar» fueron gaseados. En Chelmno, se emplearon camiones para gasearlos. Sistemáticamente fueron asesinados por los nazis más de tres millones de judíos en los campos de exterminio.[6]

Durante su proceso llevado a cabo en Jerusalén en 1961, Eichmann confesó públicamente que durante la Conferencia de Wannsee «se estudiaron con rigor los [más efectivos] métodos para exterminar a todo el pueblo judío que vivía en Europa».[8]

En su totalidad, la solución final involucraba el exterminio de la judeidad europea por gaseamiento, fusilamiento y otras numerosas medidas de asesinato en masa. Unos seis millones de judíos murieron, es decir, dos tercios de la judeidad europea que existía en 1939.[6]

Participó en la Conferencia de Wannsee.

Algunos sectores sostienen que la solución final no suponía el exterminio de los judíos, sino que era un plan que pretendía deportar a los judíos de Alemania y de los países ocupados y aliados de Alemania,[24]​ y que a largo plazo suponía la creación de un Estado sionista en la isla de Madagascar, territorio en dominio de Francia y poco poblado en esos momentos[25]

La suposición que para los nazis la solución final no significaba el asesinato sistemático de los judíos,[26]​ sino su desplazamiento hacia el este de Europa, se basa en la reinterpretación de documentos tales como la carta del 31 de julio de 1941 donde Hermann Göring escribió a Reinhard Heydrich lo siguiente:

Martin Franz Luther,[28]​ empleado de la cancillería nazi y uno de los participantes en la conferencia de Wannsee, escribía en un memorándum el 21 de agosto de 1942:

Sin embargo, la versión mayoritaria respecto al Holocausto sostiene que términos como «evacuación», «desplazamiento», «emigración» o «reinstalación» eran eufemismos que intentaban ocultar la masacre.

Estas y otras razones son esgrimidas por los negacionistas del Holocausto, que niegan la existencia de la persecución y el exterminio llegando a afirmar que se trata de un medio propagandístico del sionismo y de una supuesta conspiración judía.[30]

Operation Finale (2018). Una producción original de netflix.



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