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Enrique el Pajarero



Enrique I, llamado el Pajarero (876 - 2 de julio de 936), hijo de Otón I de Sajonia y padre de Otón I de Alemania y de Enrique I, duque de Baviera, fue duque de Sajonia desde 912 y rey de la Francia Oriental desde 919 hasta su muerte. Primero de la dinastía otoniana de reyes y emperadores alemanes, es generalmente considerado como el fundador y primer rey del Estado alemán medieval, conocido hasta entonces como Francia Orientalis. Un ávido cazador, obtuvo el sobrenombre de «el Pajarero» porque se dice que estaba fijando sus redes de caza de aves cuando los mensajeros llegaron a informarle que iba a ser rey.

En sus veinticuatro años de reinado, Enrique abordó con éxito algunos de los problemas más acuciantes que sufría el reino, tales como la consolidación de la institución frente a los grandes y la ampliación de zonas de influencia, con la anexión de Lorena y la intervención en Bohemia. Además llevó a cabo una importante labor de impulso a la colonización, movimiento conocido como "Drang nach Osten", que afectó el norte y este del país y permitió consolidar esas zonas de población frente a las incursiones de húngaros, eslavos y suecos.

Enrique I debió enfrentar durante su reinado la amenaza del Principado húngaro que en 896 habría cruzado los Montes Cárpatos y ocupado la llanura de Panonia al este de sus territorios imperiales. Los húngaros llevaban en esa época un estilo de vida pagana y seminómada que consistía en saquear e incendiar aldeas, considerándose a sí mismos descendientes de Atila el huno.

Ante esto, Enrique I tuvo que hacer frente a las razzias de las huestes húngaras que sucedieron en el 911, cuando habían invadido y saqueado Burgundia. Posteriormente, en 915, los húngaros sitiaron fallidamente la ciudad germánica de Fulda e incendiaron Bremen tras saquearla. En el mismo año de su coronación, en 919, Enrique I y su ejército fueron derrotados por los húngaros en la batalla de Puchen,[1]​ y le hicieron pagar un tributo durante los siguientes diez años. Así continuó hasta 932, cuando el rey se negaría a pagarlo, y un año más tarde las tropas germánicas vencieron por vez primera a los magiares en la batalla de Merseburgo (933).

Más tarde su hijo Otón I les infligió una derrota mayor a los húngaros en 955 en la batalla de Lechfeld y en 973 en Quedlinburg. Luego de la última se negoció la paz con el Príncipe Géza de Hungría y comenzó el proceso de cristianización y occidentalización de los húngaros, que llegaría a su realización máxima con san Esteban I de Hungría en el año 1000.

Durante su reinado, se produjo un gran avance en la evangelización del reino de Bohemia y en el fortalecimiento de las estructuras eclesiásticas, retomando la política carolingia de apoyo a las comunidades monásticas y valiéndose de numerosos hombres de la iglesia en la administración del Estado.

La fortificación de los castillos del sur de Germania y la reorganización de la caballería pesada[2]​ culminan su obra política, salvada gracias a su insistencia en nombrar sucesor como Rey de Germania a su hijo Otón I el Grande, para evitar la división del reino después de su muerte.

Enrique murió de un ataque cerebral el 2 de julio de 936, en su palacio en Memleben, uno de sus lugares favoritos. Para entonces, todas las tribus germanas estaban unidas en un solo reino. Enrique I es considerado, por lo tanto, el primer rey alemán y el fundador del Sacro Imperio Romano Germánico. Enrique era hijo de Otón I, duque de Sajonia, y de Hedwige de Franconia.

Enrique se casó dos veces. La primera vez, con Hatheburg de Merseburg, quien le dio un hijo, Thankmar. Su segundo matrimonio fue con Matilde de Ringelheim.

El primer hijo de esta unión, Otón, le sucedió como emperador. Su segundo hijo, Enrique, se convirtió en duque de Baviera. Su tercer hijo, Bruno, fue duque de Lotaringia y arzobispo de Colonia. El hijo de su primer matrimonio, Thankmar, se rebeló contra su medio hermano Otón, y murió en la batalla de Eresburg en el año 936.

Con respecto a sus hijas, Gerberga de Sajonia, luego de la muerte de su primer marido, el duque Gilberto de Lotaringia, se casó con el rey Luis IV de Francia y fue madre del rey Lotario de Francia. Su hija más joven, Hedwige de Sajonia, esposó a Hugo el Grande, duque de Francia y conde de París, y fue la madre de Hugo Capeto, el fundador de la dinastía de los Capetos.




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