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Epiplón mayor



En anatomía, el epiplón, también llamado omento o redaño, es un pliegue bilaminar del peritoneo situado en el abdomen. Se extiende desde el estómago y la porción proximal de duodeno hasta órganos adyacentes de la cavidad abdominal. Se pueden distinguir dos epiplones,[1]​ el más importante es el epiplón mayor (omento) o epiplón gastrocólico, que une el estómago con el colon transverso.[2]

En anatomía humana se distinguen 2 epiplones:

Los epiplones forman parte del peritoneo y tienen la función de fijar las vísceras abdominales y aportarles riego sanguíneo, sin embargo no son órganos vitales y pueden extirparse mediante cirugía sin graves repercusiones. Cuentan además con funciones inmunológicas que juegan un papel muy importante para combatir las infecciones en el interior del abdomen y poseen capacidad angiogénica, es decir pueden inducir la formación de nuevos vasos sanguíneos en sus proximidades cuando se produce una isquemia, gracias a la producción del factor de crecimiento de los fibroblastos (FGF) y el factor de crecimiento del endotelio vascular (VEGF).

Las ramas arteriales que aportan sangre al epiplón mayor parten de la arteria gastro-omental derecha rama de la arteria gastroduodenal y la arteria gastro-omental izquierda, rama de la arteria esplénica.

Recibe este nombre un espacio cerrado situado detrás del estómago y limitado por el hígado, el epiplón menor, el diafragma, la parte posterior del estómago, el epiplón mayor y el epiplón gastroesplénico. La transcavidad de los epiplones se conecta con la cavidad peritoneal general a través de una comunicación virtual denominada foramen epiploico o hiato de Winslow.

Epiplón de un impala. Puede observarse que está constituido por una fina lámina de tejido adherida al estómago del animal.



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