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Escuela Universalista Española del siglo XVIII



La denominación Escuela Universalista Española del siglo XVIII[1]​ (o "Hispánica", o "hispano-italiana", y de manera abreviada, "Escuela Universalista Española")[2]​ define centralmente al núcleo de autores Juan Andrés, Lorenzo Hervás y Antonio Eximeno, pero además sus allegados el botánico Antonio José de Cavanilles y los grandes americanistas Francisco Javier Clavijero, José Celestino Mutis, Juan Ignacio Molina y Joaquín Camaño, el bibliógrafo Ramón Diosdado Caballero, el Cosmógrafo de Indias Juan Bautista Muñoz, el filipinista Juan de la Concepción, el arabista Miguel Casiri. En realidad es el proyecto de culminación de la ciencia humanística universal, tanto en sentido de totalización de las disciplinas como geográfico-cultural del mundo mediante la convergencia de la tradición del humanismo clásico con la ciencia empírica moderna. Y se trata pues, metodológicamente, de la creación de la Comparatística moderna,[3]​ así como de una singular Ilustración universalista que aúna ciencias humanas y ciencias físico-naturales, y cuya consideración transforma y enriquece extraordinariamente la faz de la cultura europea moderna.

Ello adquiere en su doble dimensión humanística y teorética y, de otro lado, científica empírica un especial sentido intercontinentalista y universalista como antecedente ejemplar y bien fundamentado para una época como la actual de globalización.[4]​ La Escuela Universalista Española del siglo XVIII, que en buena parte maduró en el norte de Italia,[5]​ y constituye tras la Escuela de Salamanca el segundo gran momento intelectual hispánico, representa el primer gran momento europeo de constitución de una cultura global propiamente dicha.

El concepto de "Escuela Universalista Española del siglo XVIII"[6]​ atañe principal y decisivamente a Juan Andrés, Lorenzo Hervás y Antonio Eximeno, en razón evidente de la extraordinaria dimensión universalista compartida por sus obras así como de la estrecha vinculación intelectual e incluso personal que existió entre ellos. Las obras mayores de estos tres jesuitas expulsos (1767)[7]​ representan, respectivamente, la construcción de la Historia universal y comparada de las Ciencias y las Letras, de las Lenguas, la música y, asimismo, la propia teoría comparatista como ejecución. Pero desde una perspectiva más realista y completa, de tendencia cultural, establecimiento en Italia y, finalmente, dispersión y arraigo hispánicos, es referible a una treintena de autores que le otorgan una amplia estela y carácter de corriente intelectual.

Aparte antecedentes lejanos, y próximos como, por una parte, los profesores de la Universidad de Cervera (Mateo Aymerich, Juan Bautista Corachán) y, por otra, sobre todo la polifacética figura de Jorge Juan y su entorno, así como Pedro Murillo Velarde, creador de una Geografía Universal, se trata de: en primer lugar Miguel Casiri, bibliotecario de El Escorial, el naturalista Antonio José de Cavanilles, que cabe allegar al también naturalista Pedro Franco Dávila, creador del Real Gabinete de Historia Natural, a José Celestino Mutis, director de la Expedición de Nueva Granada, o Juan José de Cuéllar, y, entre otros, Vicente Requeno, Carlos Andrés, Juan Bautista Colomés, Antonio Pinazo, Joaquín Millás, Buenaventura Prats, Antonio Ludeña, José Pintado, Esteban de Terreros, Raimundo Diosdado Caballero, Juan Bautista Muñoz, Juan Sempere y Guarinos, Juan Nuix y Perpiñá, el chileno Juan Ignacio Molina, el platense Joaquín Camaño, el hondureño José Lino Fábrega, los mexicanos Francisco Javier Clavijero y Pedro José Márquez...; filipinistas apenas estudiados como Juan de la Concepción, Francisco Manuel Blanco, Bernardo Bruno de la Fuente o José Antonio Tornos. En último lugar serían de considerar ciertos tardoilustrados, así los grandes meteorólogos Benet Viñes (La Habana) y Federico Faura (Manila) e incluso sus discípulos...[8]

La Escuela Universalista se propuso la asociación de la moderna epistemología empirista, incorporada a los estudios tanto de bibliografía e historiografía como de física y cosmografía, con la tradición humanística, de la que recibe el método comparatista, que va a extender a la generalidad historiográfica y de las ciencias, así como una extraordinaria convergencia de humanismo y humanitarismo capaz de mantener la primacía del bien común y de la educación y el saber fundados en el estudio de las lenguas clásicas y modernas.

Si Juan Andrés crea la Historia universal de las Letras y las Ciencias, por su parte Lorenzo Hervás culminará el establecimiento de la Lingüística universal y comparada. Antonio Eximeno, autor de una epistemología empirista y comparatista, situará innovadoramente la idea universal de la música mediante el concepto de "expresión".[9]​ A ese sentido de amplitud de miras corresponde un caso ejemplar como es el del estudio y reformulación, por Juan Andrés y Lorenzo Hervás, del lenguaje de los sordomudos o lengua de signos,[10]​ recuperando una tradición española que había nacido con Pedro Ponce de León en el siglo XVI.

El paradigma global de la Escuela Universalista es de fundamento ilustrado, pero principalmente científico e historiográfico y no político. "Si ha sido un lugar común y aceptado de la crítica literaria española que el siglo XVIII era un siglo mal estudiado, también ha sido, por otra parte, y continúa siendo un fenómeno común del pensamiento contemporáneo el criterio de retorno a los fundamentos de la cultura moderna representados por la Ilustración. Esto es ciertamente correcto porque en sentido tanto histórico-político como científico la Ilustración establece o reformula las líneas maestras de la evolución de buena parte del pensamiento moderno. Sin embargo, el estudio de la Ilustración, paradójicamente, ha sido víctima a veces de simplificación al amparo de ciertas directrices dogmáticas ya muy difundidas y promovidas por esta misma, sobre todo en su ámbito enciclopedista, que hoy sabemos sobrevalorado y de repercusión sociopolítica mal calculada. Es una evidencia que existen varias «Ilustraciones»",[11]​ ya se trate de la escocesa e inglesa empirista, la enciclopedista francesa, la alemana idealista y la española o hispánica o hispano-italiana de base empirista científica al tiempo que humanística y epistemológicamente histórica y progresiva como alternativa a la Enciclopedia.

En 2017, con motivo del bicentenario de la muerte de Juan Andrés (1740-1817),[12]​ el "INSTITUTO JUAN ANDRÉS de Comparatística y Globalización" promovió una agenda de actividades académicas y científicas. En primer lugar, la Escuela Universalista Española fue objeto de una gran exposición bibliográfica en la "Biblioteca Histórica Marqués de Valdecilla" de la Universidad Complutense de Madrid, inaugurada el 18 de enero de 2017 y realizada en colaboración con la AECID.[13][14]​ "La gran sala, sus 21 vitrinas, ­estuvo presidida, en monumental tamaño mural, por el bello y sobrio mapamundi de Murillo Velarde, así como diversos retratos de los grandes autores cuyas obras por primera vez allí se reunían, mostrando la dimensión ingente y la potencia intelectual de una cultura científica y humanística hasta ahora, por raro que pueda parecer, nunca bien reconocida. Ello tenía lugar con motivo de la efeméride del bicentenario de la muerte en Roma de Juan Andrés, el creador, célebre en su tiempo y después postergado, de la Historia universal de las Letras y las Ciencias".[15]

Con esta ocasión se publicó por vez primera un manuscrito inédito de Juan Andrés, titulado Furia. Disertación sobre una inscripción romana, en cuyo estudio se reconstruye sintéticamente parte de la actividad hermenéutica y científico-literaria del ideador de la Historia universal y comparada de la literatura.[16]

Las conmemoraciones del denominado "Año Juan Andrés", tras diversas actividades académicas,[17]​ la publicación del extenso aparato documental y bibliográfico Juan Andrés y la Escuela Universalista Española,[18]​ así como la otorgación del VIII Premio Juan Andrés de Ensayo e Investigación en Ciencias Humanas correspondiente, continuaron en Italia principalmente mediante el congreso de la "Accademia Nazionale di Mantova" (diciembre, 2017), además del congreso de la "Biblioteca Nazionale di Napoli" al año siguiente,[19]​y concluyeron en la gran Biblioteca Hispánica de la AECID (Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo) mediante la exposición, que tuvo edición en forma de libro con el mismo título, La Ilustración Hispánica, en febrero de 2018.



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