Alzamiento Nacional es el nombre con el que los sublevados y, posteriormente, el gobierno franquista denominaron al golpe de Estado contra el gobierno de la Segunda República Española que se produjo entre el 17 y el 18 de julio de 1936 y cuyo fracaso parcial condujo a la Guerra Civil Española.
La expresión alzamiento nacional se había venido usando en la vida política y social española desde el siglo XIX.[cita requerida] Así, por ejemplo, en abril de 1931 dicha expresión figuraba en el decreto por el que se daba carta de naturaleza a la bandera de la II República Española:
Durante todo el periodo del Franquismo, el así llamado Glorioso Alzamiento Nacional fue uno de los temas favoritos de la historiografía, la propaganda y la iconografía gubernamentales. El Alzamiento del 18 de julio estaba considerado como el momento fundacional del régimen y el inicio del Movimiento Nacional.
Se le daba tal importancia a la fecha como hito fundacional del régimen que eran frecuentes en discursos, declaraciones y artículos las referencias al espíritu del 18 de julio como sinónimo del núcleo más profundo e importante de la ideología franquista. En los últimos años del régimen y los primeros años de la Transición Española era habitual por parte del aparato del régimen y de sus partidarios hablar del «espíritu del 18 de julio» para oponerse a las propuestas de reforma y apertura política. A las primeras elecciones democráticas celebradas en 1977 se presentó una coalición post-franquista o neofranquista denominada Alianza Nacional 18 de julio. La expresión sigue siendo un sinónimo de la ideología franquista usado en foros de Internet, artículos periodísticos y páginas web de nostálgicos del régimen, aunque otras veces se usa para indicar el clima de confrontación y violencia de aquellos días de 1936.
Especialmente importante dentro del esquema propagandístico del régimen era el adoctrinamiento de las nuevas generaciones, por lo que desde la educación elemental hasta el bachillerato se explicaba y exaltaba el Alzamiento haciendo siempre hincapié en las mismas ideas, adaptadas a cada edad. Algunas de dichas ideas eran:
Aunque el pronunciamiento comenzó el 17 de julio en el Protectorado Español en Marruecos, fue al día siguiente, 18 de julio, cuando se extendió al resto del territorio nacional. Por ello el día designado para la conmemoración anual del Alzamiento Nacional era el 18 de julio.
El 18 de julio fue declarado fiesta nacional y siguió siendo durante toda la dictadura y hasta el año 1977. Se celebraba con numerosos actos conmemorativos y festivos en todo el país y los trabajadores recibían ese día una de las pagas extra a que tenían derecho y que era conocida como «paga del 18 de julio».
Las actividades eran numerosas y variadas e incluían recepciones oficiales en los Gobiernos Civiles de cada provincia. Eran frecuentes las misas (aunque nunca fue una fiesta de precepto religioso) a las que acudían las autoridades, dianas, desfiles militares, bandas de música, programación especial en radio y televisión.
El 20 de febrero de 1943 se ordenó que el 18 de julio de cada año se celebrase por el Frente de Juventudes en toda España el «Día del Valor»
En casi todas las ciudades y pueblos importantes existió una calle, avenida o barrio con el nombre de 18 de julio. Muchas otras calles llevaban nombres de los protagonistas del golpe. También hubo hospitales, colegios con nombres relacionados.
La fecha del 18 de julio y lo que significó ha perdido toda su relevancia política y social en la España de principios del siglo XXI. Encuestas publicadas el 18 de julio de 2006 por El País y El Mundo revelan que:
Unos pocos nostálgicos del régimen franquista siguen realizando conmemoraciones públicas o privadas, pero su repercusión popular y mediática es prácticamente nula.
Aunque con la llegada de la democracia y el paso de los años muchas de las referencias al Alzamiento desaparecieron de los callejeros, en fechas tan tardías como 2011, existían vías públicas llamadas «18 de julio» en, al menos, dos capitales de provincia: Ávila y Toledo; y cuando en 2013 se cambió el nombre a la de Toledo, fue con el voto en contra del Partido Popular. Otras capitales, como Santa Cruz de Tenerife, mantuvieron numerosas vías con nombres de los protagonistas del golpe (General Mola, General Goded, General Moscardó, etc.) hasta entrado el siglo XXI.
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