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Estadio José Pérez Colmenares



El José Pérez Colmenares es un estadio de béisbol usado regularmente para la práctica de este deporte y que durante la temporada regular de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional sirve como sede al equipo Tigres de Aragua. Está situado en la ciudad de Maracay, capital del Estado Aragua, al centro-norte de Venezuela. Construido a finales de la década de 1950, fue remozado y reinaugurado el 15 de octubre de 1965. Fue bautizado con ese nombre en homenaje al beisbolista aragüeño fallecido temprana e inesperadamente en un accidente aéreo.

Posee una capacidad aproximada para 12.650[1]​ espectadores y está dotado con todas las comodidades e infraestructura para un estadio moderno de su tipo, tales como oficinas administrativas, sala de árbitros, sistema de riego del césped, pizarra electrónica, área de servicios médicos, cabinas para la transmisión por televisión y radio, lavandería y gimnasio, entre otros. Debido a las exitosas campañas recientes del equipo local Tigres de Aragua y su cada vez más creciente popularidad, el estadio ha sido sometido en años recientes a considerables mejoras y remodelaciones, haciéndolo apropiado para servir, entre otros, como lo fue, de la sede -compartida con la ciudad de Valencia- del evento beisbolistico más importante de la región caribeña, la Serie del Caribe 2006.

En la actualidad el JPC, gracias a esas remodelaciones, es uno de los mejores parques deportivos del país. Ofreciendo entre otras cosas:

El techo de las tribunas, fue diseñado por el Ingeniero civil falconiano Ibrahim López García, está hecho de láminas de concreto armado de gran luz y mínimo espesor. Su diseño surge como una optimización de la forma de la hoja de la palma real.

La construcción del recinto, comenzada en el año 1963, fue concluida en 1965, mismo año en el que fue inaugurado, siendo el primer evento una serie internacional de béisbol organizada en homenaje al presidente estadounidense John Fitzgerald Kennedy, ilustre visitante de la ciudad en el año de 1960. Inmediatamente después el estadio se convirtió en el hogar de los Tigres de Aragua, franquicia recientemente creada con ocasión de la expansión de la Liga Venezolana de Béisbol Profesional durante la temporada 1965-1966.

El estadio lleva el nombre de José Pérez Colmenares, honrando así la memoria de uno de los más reconocidos peloteros amateur de Venezuela. El Terrible Pérez, como era conocido, nació en la ciudad aragüeña de Villa de Cura y llegó a ser un insigne bateador y un gran jardinero. Apoyado por sus extraordinarios números, se integró al grupo de venezolanos que conquistó en Cuba la Serie Mundial Amateur en octubre de 1941. En ese torneo, Pérez Colmenares fue uno de los puntales del elenco venezolano, al promediar.275 puntos, con once carreras anotadas y cinco impulsadas. En su carrera beisbolística, además de la selección nacional venezolana, vistió los uniformes de Magallanes, Vargas, Cardenales, Valdés, Princesa y Cervecería Caracas (actuales Leones del Caracas). Su trágica e inesperada muerte se produjo el 25 de julio de 1944, al incendiarse -en el aeropuerto de Barcelona- el avión en el cual viajaba.

Lo que se ha visto en los últimos años en el estadio José Pérez Colmenarez de la Ciudad Jardín de Venezuela son cosas de admiración. El primero de los hechos comienza el 7 de febrero de 2006; los representantes de Venezuela en la Serie del Caribe Maracay-Valencia 2006, los Leones del Caracas, habían destrozado a los superfavoritos Tigres de Aragua para tomar ese derecho en la cita caribeña; luego de ganar los 5 partidos disputados en la SDC, Maracay y el "Teatro de los sueños" estaban listos para albergar la final de la competición contra los Tigres del Licey, representantes de República Dominicana.

Partido intenso, los dominicanos, heridos en su orgullo y derrotados por los Leones en el primer encuentro entre ambos, buscaban ganar el partido para obligar el juego extra, pero el destino y el Caracas tendrían su lugar reservado en la historia de la Serie del Caribe. El Licey llegó ganando en el 9.º inning 4 carreras por 3, pero en el cierre del mismo una remontada del Campeón venezolano devuelve el título a nuestro país después de 17 años: Ramón Hernández, uno de los mejores jugadores venezolanos de los últimos tiempos y el más valioso de esta SDC, bateó de hit ante el cerrador Jorge Sosa iniciando así el asalto final, luego el mánager venezolano Carlos Subero sustituye a Hernández por William Bergolla, buscando velocidad en las bases y viniendo Franklin Gutiérrez con la misión de colocar esa potencial carrera en 2.ª base tocando la bola, teniendo éxito; Álex González batea hit impulsor para empatar el juego a 4 y en ese instante, lo atrapan entre primera y segunda, pero errores mentales de la defensa dominicana hace que González se mantenga en las bases... aquí es donde viene lo increíble, lo inimaginable. Henry Blanco tuvo en su bate la gloria y un elevado inofensivo al left field hacía pensar que era out. Edgar Aybar, el short stop, sale a la búsqueda del elevado y midiendo entre tomar la bola y no chocar con Napoleón Calzado, el jugador que cubría el left field, hace un mal cálculo y la bola increíblemente cae en su cabeza viniéndose Álex González con la histórica carrera de la victoria dejando en el terreno a su ilustre rival (más de 10 títulos del Caribe para los Tigres del Licey) terminando con la hasta esa fecha interminable sequía de títulos venezolanos y desatando la locura en toda la nación. Caracas logró la hazaña de ganar el clásico caribeño de forma invicta, primer equipo de estas tierras que lo logra e iguala a las Águilas del Zulia y los Navegantes del Magallanes con 2 títulos cada uno y a su vez hace que Venezuela empate a México en el 3.er lugar histórico con 6 títulos cada uno.

Quizá una de las más grandes hazañas del béisbol venezolano ocurrió el 28 de enero de 2007. La final de la Temporada 2006-2007 ente los Navegantes del Magallanes y los Tigres de Aragua prometía batallas épicas gracias a que eran los 2 mejores equipos durante toda la temporada (serie igualada a 4) y el Round Robin (serie igualada a 2). Lo que parecía algo totalmente equilibrado, los Tigres se encargaron de destrozar esa teoría en los 3 primeros juegos: 2 victorias en Valencia y otra en el primer juego en Maracay hacía presagiar que los favoritos y locales Tigres tenían todo servido para sacar la escoba y barrer la serie en casa en el 4.º juego, pero no debemos olvidar porque llegó el Magallanes a la final y una reacción en este juego paró por momentos la algarabía desatada en Maracay y extendió su plazo de vida para tratar de lograr algo único en las finales del béisbol venezolano: lograr una remontada de un déficit 0-3; e incluso, ningún equipo ha pasado del quinto juego luego de haber perdido los 3 primeros juegos y haber ganado el cuarto. Ya logrado el primer triunfo, los bucaneros buscaban el segundo triunfo para ir en contra de la historia por todos los frentes (así que de todas todas, este juego iba a ser histórico).

Un rally de 3 carreras frente al abridor bengalí Cory Bailey en el mismo 1.er inning, hacía ver que el Magallanes, si perdía, seria peleando y no regalando nada; pero los Tigres venían dispuestos a ganar en el último partido en su casa para celebrar la corona y responde con 2 carreras en el cierre de ese 1.er inning; más adelante en el 5.º, el Magallanes amplía la ventaja con un racimo de 3 y los Tigres responden con una, colocando el juego en ese momento 6-3.

Un 9.º inning sin palabras (realmente no las hay para describirlo) empezaba con el Magallanes hinchándole la cara a los Tigres con 4 carreras más y ya pensando en el retorno a Valencia, liquidando hasta ese momento el juego 10-3; y aquí es donde comienza la más grande remontada hecha por equipo alguno en una final. Los felinos se empezaban a parecer al mismísimo Rocky Balboa: Se necesita la grandeza del género humano para retener el aplomo al recibir 4 bofetadas sentenciadoras al inicio de un episodio y responder luego con 8. Mucha gente ya estaban saliendo del estadio cuando Ronny Cedeño suena hit de apariencia intrascendente contra Jean Machi, la mayoría no volvió cuando Romero (el posterior super-héroe del partido) recibió boleto; algunos, por si acaso, se asomaron a retornar cuando Luis Maza dio hit impulsor de una y coloco el juego 10-4. Un infield-hit del emergente Alexis Nuñez trajo a Romero para poner el juego 10-5 e hizo creer en algo a quienes estaban presentes, y también volvieron algunos que se habían ido; pues esa creencia en remontar se hacía más grande y quienes se fueron ya definitivamente estaban regresando cuando Gregor Blanco recibe un boleto y el empate se veía por binoculares. Falla Luis Rodríguez con un fly-out y Pedrique, el mánager del Magallanes, trae a Paul Estrada para sacar los 2 out faltantes frente al imponente Miguel Cabrera, pero los nervios traicionaron al lanzador y le da un boleto al toletero y trae la sexta, colocando el juego 10-6 con las bases llenas y 1 out. Lo impensable se volvía realidad: tanto da el agua al cántaro hasta que lo revienta y los Tigres ya tenían el empate en el home con el bate de Ramón Hernández (el mismo de la Serie del Caribe, párrafos antes). Estrada tampoco osó retar a Hernández y le da otro boleto, trayendo la séptima y colocando el juego 10-7; al acercarse Randall Simón al cajón de bateadores, Pedrique trae a José Rodríguez y con más nervios que brazo, da otro boleto a Simón y el juego se coloca 10-8 y el estadio parecía más un manicomio que un cementerio al comienzo del 9.º; La gente ya veía que estaban ante algo grande y volcaron todo su apoyo al posterior campeón. El próximo bateador, Ronny Cedeño, es puesto out y el libro de historia le da una de sus hojas a Álex Romero: con la carrera del empate en 2.ª base y la del campeonato en 1.ª, Romero batea un doble entre el center y right field para que anotara Cabrera, Hernández y José Martínez, quien entró a correr por Randall Simón, colocando el juego 11-10. Hubo toda una simbología detrás de esta anotación de Rodríguez, de 21 años, ya que ese equipo estaba construido sobre la base de jóvenes y de esa forma tan increíble, mitológica, épica, legendaria, los Tigres de Aragua ganaron el título de 2006-2007 y fueron por 6.ª vez Campeones de Venezuela.

Al día siguiente, muchos periódicos tildaron a estos Tigres (así como a los Leones en la Serie del Caribe 2006) como increíbles, milagrosos, inolvidables: Campeones del Retorno y del Recuerdo, campeones del retorno porque sacaron el juego de más abajo del sub-suelo, campeones del retorno porque devolvieron el título a Maracay después de haberlo ganado consecutivamente en la 2003-2004, 2004-2005 y haberlo perdido contra los Leones del Caracas (a quienes mencione arriba) en la temporada 2005-2006, y campeones del recuerdo porque todos los fanáticos de los Tigres de Aragua recordarán en demasía este triunfo. La lección que deja los de Maracay es que el juego de béisbol se acaba en el out 27, nunca antes. A partir de ahí, todos los seguidores del 3.er equipo más grande del béisbol profesional venezolano nunca abandonan el estadio hasta el último out.

En la temporada 2010-2011, en el 5.º desafío (último juego de la serie final disputado en este estadio), los Tigres estaban perdiendo el juego 8 carreras por 2 al cierre del 9.º inning. En su último turno al bate casi logran la remontada finalizando el juego 8 carreras por 7. Posteriormente, sus seguidores se quedaron en el estadio pidiendo que el equipo saliera para despedirlos y darles una última ovación por esa buena temporada, aparte premiar el esfuerzo de nunca rendirse. Al entrevistar a jugadores del equipo Caribes de Anzoátegui (ganador del juego y posteriores campeones) muchos recordaron aquella victoria de los Tigres vs Navegantes del Magallanes, comentaban que "ya se veían perdidos y repitiendo la historia frente a sus ojos".

Una de las premisas de la gerencia del club es adecuar año a año la infraestructura del José Pérez Colmenares para los cada vez más numerosos fanáticos, con el objetivo de ser tomado en cuenta como uno de los mejores parques de pelota en Venezuela y el Caribe. Para ello, fue objeto de remodelación la fachada, en la que ahora se observan tablillas que dan la sensación de estar llegando a cualquiera de los emblemáticos estadios de las Grandes Ligas. Además de ello se le abrió espacio a las áreas verdes y se acondicionó el terreno de juego para que el campo se asiente rápidamente los cada vez más frecuentes días lluviosos en Maracay.

Ya en temporadas pasadas se había remozado la zona de clubhouses, ofreciendo tanto al equipo de casa como al visitante un espacio digno de comparar con los que se ven en la gran carpa. Posee oficina para el mánager, baño privado, oficina para los técnicos con su baño privado, todo esto construido en una nueva mezanina completa con conexión a través de una escalera de caracol. Asimismo se ampliaron los vestuarios y remodelaron totalmente el área de ducha e instalación de nuevos urinarios, pocetas, lavamanos, tuberías de aguas negras y blancas totalmente nuevas. Al finalizar cada campaña se presta atención a todos y cada uno de los sectores que hacen vida en las instalaciones, que en la medida en la cual el equipo ha ido sumando lauros, han aumentado significativamente su presencia en este coso. Es así como se ideó un palco de prensa con mayor número de puestos disponibles para que los periodistas den cobertura a los encuentros del equipo al igual que a la zona de fotógrafos y el Tigre Lunch, espacio para el esparcimiento y alimentación especialmente ideado para los representantes de los medios de comunicación.

El techo de la tribuna central fue reemplazado por un material conocido como termopánel, el cual sirve de aislante térmico. Las sillas de las tribunas central y laterales cuentan con portavasos lo cual se tradujo en mayor comodidad para el fanático pese a la reducción del aforo a 12.647. Siendo el José Pérez Colmenares el estadio en Venezuela que recibe la visita del mayor número de damas para el disfrute de los juegos de béisbol, los baños recibieron una remodelación, luciendo cerámica, televisores, pocetas con fluxómetro, lavamanos y espejos totalmente nuevos. Por último pero no menos importante, ahora el asistente al José Pérez Colmenares puede disfrutar de videos exhibidos en la pantalla que se situó a un lado de la pizarra de anotación. Finalmente, ya está hecho el proyecto y maqueta de nuevas gradas de concreto, agrandamiento del palco de terreno, reubicación de los bullpens, mejor alumbrado y nueva grama bermuda. Se espera que con el apoyo del ejecutivo nacional y regional esto pronto sea un hecho.

En el año 2010[2]​ se convirtió en una de las sedes del IV Campeonato Mundial de Béisbol Femenino, donde participaron delegaciones de 11 países.

En el año 2010 el sistema de alumbramiento del estadio fue mejorado y remplazado a uno de mejor calidad.

En 2015, antes del inicio de la temporada, se recuperó el sistema de drenaje, y se renovó la grama del terreno de juego, entre otras cosas.[3]​Al finalizar la temporada 2015-2016, se comenzará la construcción de las nuevas gradas, con la finalidad de aumentar la capacidad de espectadores de 12.650 a 17.614 personas.


El estadio sirvió como sede durante varios años al Aragua Fútbol Club (no confundir con el equipo de nombre homónimo fundado en 2002), antiguo Tiquires Flores. El 22 de julio de 1979 en el estreno de la Segunda División de Venezuela, Aragua Fútbol Club empató 1-1 con Polisport Lara. Barrios (m20) anotó por los locales y Fonseca (m52) por la visita.[4]





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