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Eustaquio Díaz de Rada y Landivar



Eustaquio Díaz de Rada y Landívar (Andosilla, Navarra, 20 de septiembre de 1815 - Madrid, 2 de febrero de 1890)[1]​ fue un general español que participó en las Guerras Carlistas.

Nació en Andosilla, Navarra, el 20 de septiembre de 1815 como Eustaquio Díaz de Rada Recart de Landívar. Hijo del segundo matrimonio de Manuel Díaz de Rada Zalduendo con María Antonia Recart de Landívar Gurrea. Era, por tanto, sobrino del liberal isabelino, José María Recart de Landívar, representante en las Cortes de Navarra y diputado del Reino de Navarra en 1834.[2][3]

Al comenzar la Primera Guerra Carlista, a la muerte de Fernando VII, ingresó en las filas carlistas como cadete, perteneciendo a uno de los batallones que en los últimos tiempos de la lucha acaudillaba el general García, uno de los generales fusilados en Estella, por orden de Rafael Maroto, el 18 de febrero de 1839.[4]

No se adhirió al convenio de Vergara y emigró a Francia para luego acogerse a una amnistía. Volvió a la península y solicitó y obtuvo, por Real orden de 4 de mayo de 1847, la revalidación del empleo de capitán, grado de comandante y una cruz de San Fernando, honores que había alcanzado en el ejército de Don Carlos María Isidro.

Al poco tiempo fue destinado en su empleo al regimiento de Zamora; después se le nombró ayudante de órdenes del comandante general de Córdoba; en 1849 quedó en situación de reemplazo, y dos años más tarde fue destinado a las inmediatas órdenes del general Anselmo Blaser, a la sazón capitán general de Navarra, en cuyo puesto continuó hasta febrero de 1853.[4]

Perteneció luego a la plantilla de la Inspección general de los Carabineros; tomó parte en la acción de Vicalvarada (1854), al lado de las tropas del gobierno con lo cual el general O´Donnell le concedió en julio de 1856 lo confirmó en el grado de teniente coronel que le había otorgado, por méritos en la citada jornada, el general Blaser, habiendo sido antes nombrado comandante segundo y primero, merced a la protección de este mismo general, por reales órdenes de 20 de agosto y 20 de diciembre de 1853.

Mandó un batallón del regimiento de Borbón; en 1858 el de cazadores de Arapiles; luego fue destinado a los regimientos de Gerona y de Toledo, y en febrero de 1863 se le dio el grado de coronel, confiándosele al mismo tiempo el mando del regimiento de la Constitución.

En el año siguiente, hacia el mes de febrero, y a consecuencia de cierta irregularidad en que incurrió, fue objeto de una severa amonestación por parte del director general de infantería, y por real orden de 7 de febrero de 1865 se dispuso, como medida gubernativa, que pasase a situación de reemplazo, por la parte que tuvo en ciertos actos de indisciplina que ocurrieron en el cuartel de la Montaña, donde entonces se hallaba alojado el regimiento de la Constitución.[4]

En seguida entró en relaciones políticas con el general Prim, a quien estuvo unido durante el largo periodo de la conspiración liberal contra el trono de doña Isabel II.

Por decreto de 27 de octubre de 1868, se le concedió el grado de brigadier,y luego fue nombrado por el general Prim comandante general de Burgos, cuando era capitán general de Castilla la Vieja el señor Martínez Tenaquero, carlista procedente del convenio de Vergara: ambos se hicieron sospechosos al gobierno y fueron separados de sus respectivos mandos antes que estallase la conspiración fraguada a favor de Carlos María Isidro.

Asistió el 18 de abril de 1870 a la Asamblea de Vevey, en la que se trató del "caso Cabrera" y de la preparación de un nuevo levantamiento. En dicha reunión apareció como el segundo responsable militar del carlismo, después de Francisco Javier de Elío y se le responsabilizó como jefe de las fronteras vascas y catalanas. Díaz de Rada dirigió las tropas de voluntarios cuando éstas penetraron por un portillo montañoso cercano a Vera de Bidasoa y tuvieron que retroceder rápidamente apercibidas de la traición del comandante en jefe de carabineros, Escoda, en agosto de 1870.

Eustaquio Díaz de Rada y Landivar (como se lo conoció) enseguida huyó al extranjero, y se declaró resueltamente defensor de la bandera carlista.

El 14 de abril de 1872[5]​ el pretendiente al trono carlista Carlos de Borbón y Austria-Este escribe desde Ginebra a Eustaquio Díaz de Rada, jefe de las fuerzas carlistas de la frontera:

A principios de abril Don Carlos había publicado un manifiesto en Suiza donde marcaba claramente sus derechos al trono español. Una semana más tarde, el 21 de abril, y como general en jefe de Vascongadas y Navarra, encabeza el primer levantamiento de la Tercera Guerra Carlista. En esta ocasión, Díaz de Rada penetró otra vez por Vera de Bidasoa y repasó la frontera algo más tarde antes del desastre de Oroquieta. En el segundo levantamiento de este mismo año, que logró desencadenar la segunda guerra, Díaz de Rada fue sustituido en la comandancia de Navarra y Vascongadas por Antonio Dorregaray; algunos achacaron este cambio a acusaciones de traición hacia su persona y otros a que Díaz de Rada era partidario de Ramón Cabrera. De todas formas, Rada siguió trabajando al servicio del pretendiente carlista hasta que Cabrera y sus seguidores, entre los cuales Rada, reconocieron a Alfonso XII.

La prensa de la época dio la noticia de su fallecimiento en Madrid el 2 de febrero de 1890.[1]​ Sin embargo, algunos medios dan otras versiones: quienes le confunden con su contemporáneo, el célebre “Radica”, dicen que fue en la batalla de San Pedro de Abanto, en 1874, como afirma la Enciclopedia Vasca (Auñamendi)[6]​ o la Gran Enciclopedia Catalana.[7]​ Antonio M. Moral Roncal dice que falleció en Pamplona en 1877.[8]​ En la Gran Enciclopedia de Navarra se dice que “falleció oscuro y olvidado” en 1885,[9]​ mientras que Iñaki Egaña sitúa su muerte en 1894.[10]



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