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Exposición Universal de París (1878)



La Exposición Universal de París de 1878 (en francés, Exposition universelle de 1878) tuvo lugar del 1 de mayo al 10 de noviembre de 1878 en París, Francia. En esta tercera Feria Universal, cuyo tema era Agricultura, Artes e Industria, se celebraba la recuperación de Francia después de su aplastante derrota en la Guerra Franco-Prusiana de 1870-1871.

Los edificios y el recinto ferial estuvieron prácticamente inacabados hasta el día de la inauguración, ya que complicaciones políticas impidieron al gobierno francés prestar más atención a la exposición hasta seis meses antes de su apertura. Sin embargo, los esfuerzos hechos en abril fueron sorprendentes, y el 1 de junio, un mes antes de la inauguración oficial, la exposición estaba definitivamente acabada.

Se dispusieron solamente de diecinueve meses de trabajo para preparar el evento. La exposición se celebraría en ambas orillas del Sena, y comprendería unas 75 hectáreas[2]​ entre el Champ de Mars y la colina de Chaillot. El puente de Jena se ampliaría y mejoría para conectar fácilmente ambas riberas (donde se elevarían el Palacio de Champ de Mars y el el Palacio de Trocadero).

Para servir el sitio, se rehízo la estación Champ-de-Mars.[3]​ Cuatro vías servían la estación y se construyó un bufé e a lo largo de avenida de Suffren. Las obras del edificio de pasajeros se encomendaron al arquitecto Juste Lisch, quien diseñó una estructura metálica con cerramientos de ladrillo y grandes vidrieras. Al final de la Île aux Cygnes, se construyó una pasarela peatonal conocida como pasarela de Passy.[4]

Esta exposición fue, a gran escala, mucho mayor que ninguna otra acontecida antes en cualquier otro lugar del mundo. Ocupó 66 acres (267 000 m²); el edificio principal situado en el Campo de Marte ocupaba 54 acres (219.000 m²). Los expositores franceses coparon la mitad del espacio expositivo, ocupando los 36 países asistentes el restante espacio. Alemania fue el único país importante que no estuvo representado, muy reciente la guerra, pero algunas pinturas germanas si fueron exhibidas. El Reino Unido, la India británica, Canadá, Victoria, Nueva Gales del Sur, Queensland, Australia del Sur, la Colonia del Cabo y algunas de las colonias de la corona británica ocuparon cerca de un tercio del espacio destinado a las naciones extranjeras. Los gastos del Reino Unido fueron costeados aparte de los ingresos consolidados; cada colonia británica sufragó sus propios gastos. La exhibición del Reino Unido estuvo bajo el control de una comisión real, de la que era presidente el príncipe de Gales. La delegación de los Estados Unidos estuvo encabezado por una serie de comisarios, entre los que se encontraba Pierce M. B. Young, un antiguo miembro del congreso estadounidense y mayor general en el Ejército de los Estados Confederados, junto a otros generales, políticos y famosos.

La exposición de artes plásticas y nueva maquinaria tuvo lugar a gran escala, y la avenida de las Naciones, una calle con 730 m de longitud, se dedicó a mostrar ejemplos de la arquitectura doméstica de casi todas las ciudades de Europa y algunas de Asia, África y América. La “Galería de las Máquinas” fue un escaparate industrial de bajos arcos transversales, diseñados por el ingeniero Henri de Dion (1828-1878). Muchos de los edificios y estatuas fueron hechos de staff, un material de construcción de bajo coste inventado en París en 1876, compuesto por fibra de yute, yeso de París y cemento.

En la ribera norte del río Sena, se construyó para la exposición un elaborado palacio, el palacio del Trocadero, en la punta de la plaza del Trocadero. Era una preciosa estructura árabe con torres de 76 m de altura flanqueadas por dos galerías. El edificio estuvo en pie hasta 1937. El 30 de junio de 1878, la cabeza de la Estatua de la Libertad fue mostrada en el jardín del palacio del Trocadero, mientras otras piezas se mostraban en los Campos de Marte.

Entre los numerosos inventos expuestos estaba el teléfono de Alexander Graham Bell. La luz eléctrica había sido instalada a lo largo de la avenida de la Ópera y de la plaza de la Ópera, y en junio, se encendió un interruptor y toda la zona se iluminó con bombillas eléctricas, inventadas por Pável Yáblochkov y alimentadas por el generador de Zénobe Gramme. El diseño de las bombillas fue posteriormente mejorado por Thomas Edison, que por aquel entonces sólo tenía en la exposición un megáfono y un tocadiscos. Jurados internacionales consideraron los objetos expuestos otorgando medallas de oro, plata y bronce. Una de las atracciones más populares fue un zoo humano, llamado “pueblo negro”, compuesto por 400 indígenas. Por lo que respecta a la participación española, el pintor Francisco Pradilla y Ortiz logró con su cuadro Doña Juana la Loca la primera medalla de oro para España en una exposición universal.

Más de 13 millones de personas pagaron por asistir a la exposición, convirtiéndola en un éxito financiero. El coste de la empresa para el gobierno francés, que suministraba todos los fondos para la construcción y la explotación, fue de poco menos de un millón de libras inglesas, después de deducir el importe de la venta a la ciudad de París de los edificios permanentes y del palacio del Trocadero. El número total de personas que visitaronó París durante el tiempo que duró la exposición fue de 571.791, 308.974 más de los que visitaron la ciudad francesa en 1877, y 46.021 visitantes más que en la anterior exposición de 1867 en la capital. Además del impulso general dado al comercio francés, los ingresos procedentes de impuestos de los visitantes extranjeros aumentaron en unos tres millones de libras esterlinas en relación al año anterior.

De manera simultánea a la exposición, se celebraron una serie de encuentros y de conferencias para conseguir consenso sobre normas internacionales. El escritor francés Víctor Hugo dirigió el «Congreso para la Protección de la Propiedad Literaria», que condujo a la consiguiente formulación de las leyes internacionales del copyright. Igualmente, otros encuentros condujeron a normalizar el flujo de correo de un país a otro. El Congreso Internacional para la mejora de las condiciones de los ciegos llevó a la adopción mundial del sistema de lectura táctil Braille.

Desde mediados de la década de 1860, en la colina de Chaillot se habían realizado «travaux de terrassement et de nivellement» para servir de panorama de las instalaciones de la Exposición Universal de 1867 situadas en la rive gauche y de constituir el parque del Champ-de-Mars[5]​ El lugar, que entonces todavía se llamaba «place du roi de Rome» estaba conectado al puente de Jena por una escalera de granito.[5]

Desde 1876 se empezó a hablar de desarrollar el sitio para la Exposición Universal de 1878. Se proyectó a continuación, en el programa del Concours pour l'exposition universelle de 1878 edificar una «formidable salle de réunions publiques et de solennités».[5]​ El palacio fue concebido por los arquitectos Gabriel Davioud y Jules Bourdais, inspirados en la Giralda de Sevilla,[6]​ en el Palazzo Vecchio de Florencia[7]​ y, sobre todo, en un proyecto del barón Haussmann que databa de 1864, una sala de 10 000 personas, el Orphéon, que debería haber sido construido en la plaza del Château d'Eau.[8]​ Resultó en un concurso, cuyos requisitos eran la presencia de una sala con 10 000 plazas y galerías de exposiciones; se presentaron 94 equipos, pero el proyecto Davioud-Bourdais ya había sido de hecho retenido.[9]​ Tenía dos alas en forma de semicírculo, conectadas por una parte central, circular, y flanqueada por dos torres, en estilo morisco o neobizantino; en el lado de la plaza, el piñón era «à la flamande»[10]​ aunque otros comentaristas evocaban menos el orientalismo del proyecto que un estilo fantasioso ahora propio de todas las exposiciones mundiales desde The Crystal Palace de Londres, en 1851.[11]

Las obras del palacio de Trocadero tuvieron lugar entre noviembre de 1876 y junio de 1878;[12]​ en 1877 el lugar pasó a llamarse «place du Trocadéro»[5]​ mientras que en julio del mismo año, «le portique à deux étages du corps central est achevé tandis que l'érection des murs délimitant les hautes fenêtres est en cours» [el pórtico de dos pisos del cuerpo central esta acabado mientras la erección de los muros que delimitan las altas ventanas está en curso][12]​ Los medios de la época todavía obligaban a los trabajadores a maniobrar en «échafaudages de bois montés en charpente».[12]​ En octubre, se comenzó a colocar el techo y se excavó el lecho de la cascada en la mina (esta cascada descendía desde el cuerpo central hacia los jardines en forma de una fuente).[13]

El palacio, también llamado palacio de Piedra (Palais de pierre), fue donde el presidente Mac Mahon recibió con fasto a los embajadores y príncipes extranjeros.[14]​ El palacio tenía una sala de fiestas y una gran sala de conciertos. Los frisos superiores del escenario se deben al talento de Charles Lameire[15]​ La ventilación de la sala estaba garantizada por cinco mil[16]​ bocas de aspiración de aire viciado dispuestas entre cada una de los asientos y que rechazan el aire al exterior. El aire fresco se extraía del depósito natural de aire templado que constituían las cinco hectáreas de las antiguas canteras bajo el palacio.

Aristide Cavaillé-Coll construyó un gran órgano para el palacio del Trocadero. Este órgano le valió a Cavaillé-Coll la distinción de Oficial en la Orden de la Legión de Honor.[17]

El ingeniero Jean-Charles Alphand, especialista en jardines parisinos y en escenografías con cascadas, fue el responsable de los espacios al aire libre.[18]

El palacio de Trocadero no tenía vocación de durar más allá de la etapa de exposición,[19]​ pero finalmente se mantuvo, debido a que su costo fue mucho mayor que las previsones iniciales (costó doce millones de francos de oro en lugar de siete millones y medio, lo que posteriormente había llevado a la Ciudad de París a desvincularse de las obras, en beneficio del Estado).[20]​ Verá pasar las exposiciones universales de 1889 y de 1900, cuyas instalaciones se distribuirán principalmente sobre el Campo de Marte (será la más notable fue la Torre Eiffel, también construida inicialmente para ser efímera). El 15 de abril de 1889, un suplemento de Le Figaro señalaba:

En la exposición de 1900, los pabellones de las colonias y de los protectorados franceses fueron instalados en los jardines del palacio[21]​ y el puente de Jena fue «élargi au moyen de trottoirs en bois»[22]​ (fue de nuevo completamente ampliado en 1935, pasando de una anchura de 14 a 35 m).[22]​.

Las estatuas de los continentes que adornaban la fachada del Palacio de Trocadero se han reubicado y hoy están delante del Museo de Orsay.

L'Amérique du Sud, obra de Aimé Millet

L'Amérique du Nord, obra de Ernest Hiolle

L'Asie, obra de Alexandre Falguière

L'Afrique obra de Eugène Delaplanche

L'Europe, obra de Alexandre Schoenewerk

L'Océanie, obra de Mathurin Moreau

Algunas estatuas monumentales de animales también han encontrado su lugar en la explanada de Orsay. El rinoceronte, El caballo en el rastrillo, El joven elefante caído en la trampa, presentados en los jardines del colina del Trocadero, fueron un pasaje durante muchos años en la puerta de Saint-Cloud. El buey, el cuarto animal presente, ahora está en Nîmes. Dos Toros se presentaban en el campo de Marte, no lejos de la cabeza de la Estatua de la Libertad de Bartholdi. Uno de ellos está instalado frente a la entrada principal de los antiguos mataderos de Vaugirard, ahora parque Georges-Brassens, con otra reproducción casi similar.

Le rhinocéros, obra de Henri-Alfred Jacquemart

Jeune éléphant pris au piège, obra de Emmanuel Fremiet

Le cheval à la herse, obra de Pierre Louis Rouillard

Taureau del parque Georges-Brassens, obra de Isidore Bonheur

El palacio de la Exposición, también conocido como palacio de Hierro, ocupaba casi todo el Champ-de-Mars. Recibía los envíos de todas las naciones. Comparable a un largo invernadero en damero, ocupaba un área de 420 000 m2. Era un gran rectángulo que daba al norte y al sur en un vestíbulo: el primer vestíbulo de honor se llamaba «vestíbulo de Jena», el segundo era el «vestíbulo de la escuela militar».

El ingeniero responsable de las construcciones metálicas fue Henri de Dion, que murió antes del final de la construcción y el arquitecto Léopold Hardy. Los fabricantes que obtuvieron el encargo fueron las empresas Fives-Lille y Schneider.

La «rue des nations», con sus fachadas típicas de cada uno de los países expositores, ocupaba uno de los lado del edificio.[23]​ El otro lado quedó reservado para los productos franceses y coloniales. El centro del edificio estaba dedicado a las bellas artes y al stand de la ciudad de París.

La «Galerie du Travail» exponía toda las riquezas del conocimiento humano y permitía la observación de los obreros en el trabajo. El mundo de los juguetes presentaba los juguetes sabios, pequeñas máquinas de vapor, trenes de cuerda, juegos de construcción y ya muñecas animadas.

Una sección de Antropología mostraba una serie de cráneos de asesinos, en paralelo con la celebración de un «Congrès international des sciences anthropologiques».[24]

Gran vestíbulo

La galería de las máquinas francesas

La galería del trabajo manual

la sección italiana

Sala militar de la sección española

Entrega de premios en la sala principal de exposiciones del Palacio de la Industria

La Exposición recompensaba los mejores productos de las artes, de la artesanía y de la industria. Las medallas otorgadas en el contexto de las Exposiciones Universales eran específicas de cada una de las Exposiciones. Las medallas representaban los valores universales de la amistad de los pueblos, del trabajo y eran a la gloria de la República Francesa. El escultor Eugène André Oudiné[32]​ fue el elegido para realizar la medalla de recompensa, declinada en tres colores, oro, plata y bronce.

Frédéric Auguste Bartholdi presentó el modelo en yeso a escala 1/3 del león de Belfort, que lleva a la ciudad a comprarlo. Así adquirió en 1880 la réplica reducida en cobre que todavía hoy está colocada en la plaza Denfert-Rochereau en el XIV Distrito.

También expusieron Gustav Schönleber y Jean-Antoine Injalbert.




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