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Festival Nacional de Folclor de Cosquín



El Festival Nacional de Folclore de Cosquín es el festival más importante de música folclórica de Argentina.[1][2]

Debido a su origen, la Novena por la Virgen del Rosario (patrona de la ciudad), el Festival dura nueve noches y se realiza en la última semana de enero, en la ciudad de Cosquín, en el turístico Valle de Punilla de la provincia de Córdoba. La tradición acostumbra a hacer referencia a las Nueve Lunas de Cosquín (o Nueve Lunas Coscoínas).

El escenario de este festival, llamado Atahualpa Yupanqui, se halla situado en la gran plaza Próspero Molina (Plaza Nacional del Folklore) de la ciudad de Cosquín.

La primera edición del Festival de Cosquín se realizó entre el 21 y el 29 de enero de 1961 sobre la ruta nacional 38 cortando la misma con un escenario de material. La iniciativa provino de un grupo de habitantes de la ciudad,[3][4]​ que decidieron organizar un espectáculo folclórico durante las vacaciones de verano, con el fin de promover el turismo e incentivar la economía local.[5]

En las primeras décadas del siglo XX, la tuberculosis azotó al país y muchos enfermos decidieron trasladarse al Valle de Punilla para sanar debido a las bondades del clima de la zona. Por este motivo, durante mucho tiempo permaneció el estigma, sobre todo en la ciudad de Cosquín: los turistas pasaban de largo por la localidad serrana. Por todo esto, nace la idea de crear un festival que rompiera con este prejuicio y el turista llegara a disfrutar y pernoctase en la zona.

La convocatoria dio resultado rápidamente, los creadores fueron vecinos con renombre en la ciudad como el Dr Santos Sarmiento, Reynaldo Wisner, Germán Cassenave y Gerardo Barrera, entre otros. Se convocó la presencia de artistas de renombre de todo el país –como Jaime Dávalos y el oriental Aníbal Sampayo y Alberto Lona– estos y otros superaron todas las expectativas y el festival se transformó en el acontecimiento folclórico anual más importante del país.

En los años 1960 y 1970, el Festival de Cosquín desencadenó un «boom del folclore», por referencia a la música característica del denominado «Interior» de la Argentina, es decir de todo el país con excepción de la Ciudad de Buenos Aires (cuya música típica característica ha sido tradicionalmente el tango). Cosquín impulsó una renovación de la música folclórica de gran alcance popular, especialmente entre los jóvenes, que tuvo su correlato en toda Argentina, y que ha persistido en el gusto musical argentino desde entonces. En esa época inicial se destacaron Atahualpa Yupanqui, Ariel Ramírez, Los Chalchaleros, Los Fronterizos, Jorge Cafrune, Alfredo Zitarrosa y se dieron a conocer Mercedes Sosa (presentada sin el aval de la organización del Festival, ya que pertenecía a una lista de artistas que eran censurados por el gobierno de la época) [1] [2] y Horacio Guarany entre otros que también supieron constituir el Nuevo Cancionero de los 1960.

Sus organizadores tuvieron entonces el acierto de organizar el Festival de Cosquín, no solo como un encuentro nacional musical, sino como una vivencia folclórica integral, con centro en las famosas peñas folclóricas fuera del evento oficial, en las que músicos de todas las procedencias y libremente cantan toda la noche «hasta que las velas no ardan».

Desde la segunda edición del festival en 1962, la importante Radio Belgrano de Buenos Aires y una red de emisoras en todo el país, comenzaron a transmitir las Nueve Lunas de Cosquín en directo, haciendo que millones de personas oyeran a los artistas folclóricos y participaran de las incertidumbres de la competencia.

Luego del éxito de la tercera edición, el presidente José María Guido, por Decreto 1547/63 instituyó la última semana del mes de enero como Semana Nacional del Folclore, y estableció que la sede de su celebración anual sería la ciudad de Cosquín.

Desde entonces el Festival de Cosquín fue creciendo en repercusión nacional e internacional. La Organización de Estados Americanos (OEA) decidió patrocinanarlo por su importancia para la cultura de América. El Museo del Hombre de París ha filmado y grabado las expresiones populares multifacéticas del festival. En Alemania, la ciudad de Stuttgart le ha puesto el nombre de Cosquín a una de sus plazas. A partir de 1981 la ciudad japonesa de Kawamata comenzó a realizar anualmente en octubre un festival denominado «Cosquín en Japón».[6]

En 1967 Atahualpa Yupanqui obtuvo el primer premio del festival y en 1972 se decidió ponerle su nombre al escenario de Cosquín.

A partir de 1984, en ocasión del 24.º Festival de Cosquín, el canal de televisión estatal ATC (Argentina Televisora Color), actualmente Canal 7, comenzó a transmitir en directo a todo el país las dos primeras horas de cada Luna, aumentando así más aún su difusión.

A lo largo de su historia, Cosquín ha sido el lugar definitivo para catapultar al éxito a los más importantes artistas de la música folclórica argentina, como Los Cantores del Alba, Mercedes Sosa, Ramona Galarza, Coco Díaz, Los de Salta, Gustavo Cuchi Leguizamón, Víctor Heredia, Daniel Toro, Soledad Pastorutti, Abel Pintos, Los Nocheros, Los Tekis, Bruno Arias. También han sido invitados artistas folclóricos de otras nacionalidades, como por ejemplo, Alfredo Zitarrosa, Los Kjarkas, Illapu, Inti Illimani entre otros.

En todo el país se ha hecho famoso el grito «¡Aquí Cosquín, capital nacional del folklore!», con que se inicia cada edición del festival. El creador del mismo fue Ricardo Shmider locutor cordobés, y luego. Julio Márbiz, por años presentador del festival, le sumo su impronta y quedó grabado en los argentinos.

Los locutores con el paso de los años fueron Ricardo Shmider, Carlos Uro Gutiérrez, Clidis Suares, Miguel Ángel Gutiérrez, Mabel Lema , Liliana López Foresi, Carlos Franco, Esteban Gómez, Maia Sasosvsky, Marcelo Simón, Marcelo Iribarne, Fabián Palacios. Desde 2016 se ha apostado por voces locales, siendo el Maestro de Ceremonias Claudio Juárez y acompañando en la locución Pablo Bauoffer y Nathalie Allende.

En 2001 se construyó un nuevo escenario, con una boca de 50 metros de largo, 6 de alto y 830 de superficie. El escenario está dotado con un plató que puede girar 180° para hacer más rápido la sucesión de los artistas.

Con esta infraestructura, Cosquín posee uno de los escenarios más grandes de América Latina. En total, el anfiteatro tiene una capacidad de casi 10 000 espectadores, de los cuales 7.800 permanecen sentados en las butacas del campo central y 2.000 personas se ubican en las dos tribunas laterales.

El escenario lleva el nombre de Atahualpa Yupanqui, máximo folclorista argentino y gran animador del festival desde sus inicios, y la plaza en que se realiza lleva el nombre de Próspero Molina (1827-1889), hombre perteneciente a una familia histórica de Cosquín quien donara el terreno a los coscoinos.

Previo a las nuevas lunas del Festival Mayor de América se realiza el Pre Cosquín Certamen de nuevos valores con sedes dispuestas en cada provincia que realizan un selectivo en las siete noches de certamen se elige a quienes actuaran en el festival en cada rubro como solista vocal femenino/femenino vocalista de tango pareja de danzas tradicional y estilizada y la canción inédita que será la que Cosquín aportara al nuevo cancionero popular.Las Nueve Lunas de Cosquín están organizadas como una experiencia que tiene su centro en el festival, pero que va más allá del mismo para convertirse en una auténtica experiencia folclórica integral.

Algunas de las actividades que se realizan durante los nueve días son:

Ese espíritu folclórico que caracteriza a Cosquín en los nueve días y nueve noches que dura el festival ha sido denominado como el «Duende Coscoíno».

En la actualidad se rompió la estacionalidad del visitante con la propuesta "En Cosquín el folklore está de fiesta todo el año", teniendo como principales actividades durante las vacaciones de invierno el "Cosquín de Peñas", en el mes de octubre "La fiesta del Duende", "La Peña de Cosquín" un evento al mes donde confluyen artistas a presentarse ante el público en el formato de peña y "El Fogón", peña diurna los días viernes, sábado y domingo.

César Perdiguero alguna vez definió a Cosquín como "el lugar de la Gran Coincidencia Nacional".

Cosquín cuenta con un himno llamado Cosquín empieza a cantar[7]​ compuesto por Zulema Alcayaga y Waldo Belloso. La versión original y más conocida de esta canción fue interpretada por el grupo Los Cantores del Rosario.

La letra del himno fue:

Hoy es el día del canto va a comenzar la cosecha.

Una cosecha de coplas que en nueve noches se siembra.

Apaga el fuego río cantor, que es una hoguera mi corazón. Siega la copla río cantor, para que crezca nombrando al amor. Para que crezca nombrando al amor.

A la huella a la huella, Cosquín te llama, A la huella del canto que nos hermana. cuatro rumbos nos llevan por esta huella, cuatro rumbos la cruzan, cuatro la besan.

En la cruz del camino, nació una estrella, para alumbrar el canto de nuestra huella.

A la huella a la huella Cosquín te llama, A la huella del canto que nos hermana.

Este es un triunfo de todos porque es un triunfo de paz, porque es un triunfo de paz.

Triunfo de todos porque es un triunfo de paz, porque es un triunfo de paz.

Enarbolemos el canto que maduró en libertad, que maduró en libertad.

Triunfo de todos porque es un triunfo de paz, porque es un triunfo de paz.

Vengan del sur y del norte de Cuyo y del litoral, de Cuyo y del Litoral.

Triunfo de todos porque es un triunfo de paz, porque es un triunfo de paz.

Vengan a ver el milagro que en nueve noches se da, que en nueve noches se da.

Escuche América toda, Cosquín empieza a Cantar, Cosquín empieza a cantar.

Triunfo de todos porque es un triunfo de paz, porque es un triunfo de paz.

Cosquín tiene en su nombre una campana, templada con el canto de las guitarras. Cosquín, Cosquín, Cosquín, Cosquín.

Cosquín tiene en su nombre una campana y un corazón que late cuando nos llama. Cosquín, Cosquín, Cosquín, Cosquín.

De pie que las campanas ya están tañendo y el canto de la tierra viene creciendo.

Ya vuelan las campanas buscando el cielo y el nombre que nos une van repitiendo: Cosquín, Cosquín, Cosquín, Cosquín, Cosquín, Cosquín.

Vengan a ver el milagro, Cosquín empieza a cantar.

También han realizado sus versiones:

En 1995 la Fundación Konex le otorgó una Mención Especial por su invaluable aporte a la Música Popular Argentina.[8]




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