Francesc Xavier Butinyà i Hospital cumple los años el 16 de abril.
Francesc Xavier Butinyà i Hospital nació el día 16 de abril de 1834.
La edad actual es 190 años. Francesc Xavier Butinyà i Hospital cumplió 190 años el 16 de abril de este año.
Francesc Xavier Butinyà i Hospital es del signo de Aries.
Francisco Javier Butiñá (Bañolas, 16 de abril de 1834 – Tarragona, 18 de diciembre de 1899) fue un profesor, escritor, fundador y misionero jesuita catalán.
Su familia regentaba un establecimiento de una industria tradicional, la de hilos, oficio que ejercía en Bañolas desde que se establecieron, procedentes del Rosellón, a inicios del siglo XVIII. Él era el hijo mayor, pero a los veinte años ingresó en la Compañía de Jesús. El 24 de octubre de 1854 entró en la casa de Loyola donde empezó sus primeros años de formación como jesuita. Después de un periodo en el exilio en Mallorca debido al fuerte corriente anticlerical que existía en aquel periodo en la península ibérica, vuelve a Loyola para continuar sus estudios de teología y filosofía.
En terminar el curso del año 1859, Francisco Javier Butiñá fue destinado en la Habana para ejercer una labor docente e investigadora en el colegio Belén. Ejerció como profesor de matemáticas, física y ciencias naturales, y trabajó al observatorio astronómico que el colegio tenía y que él mismo llegó a dirigir.
El 15 de agosto de 1863 se embarcó de nuevo hacia España. Su destino era León, donde terminó sus estudios de teología, materia en la que se doctoró en la facultad que recientemente se había abierto en el magnífico edificio del antiguo hospital de san marco. Además de sus estudios, pudo realizar investigaciones arqueológicas al lado de su admirado profesor, el padre Fidel Fita.
El 29 de julio de 1866 fue ordenado sacerdote, un paso muy importante en su vida como creyente y como jesuita. Su estancia en León, se gestó el que posteriormente fueron sus ejes transversales de su historia. Fueron años de apasionamiento y energía. Visitó incontables pueblos predicando, se entusiasmaba con sus investigaciones científicas, y mantenía una fluida y próspera correspondencia con familiares y amigos.
Poco a poco, fue anhelando en él, una inquietud que lo marco profundamente, la necesidad de convertir la experiencia cristiana en una respuesta significativa y comprensible para la dura vida al campo y al mundo obrero y empieza a buscar una manera de dar respuesta creyente a todos aquellos y aquellas que se tenían que ganar el pan con el sudor en el frente, apostando por una experiencia de fe que los animara sus esperanzas.
Durante sus estadas en Salamanca como catedrático en la Universidad de Salamanca, Francisco J. Butiñá se implicó juntamente con sus compañeros de comunidad a programar actividades y a potenciar grupos en la iglesia.
Fue aquí donde conoció a Bonifacia Rodríguez Castro, una joven artesana que juntamente con Francisco J. Butiñá fueron posible una aportación tremendamente profética y atrevida por su época que fue la fundación en el año 1874 de las Siervas de San José, y el que más tarde se acabarían convertirse con una congregación religiosa con el objetivo de la evangelización del mundo obrero pobre.
Después que Francisco J. Butiñá i Hospital tuviera que pasar un tiempo en el exilio en Francia, cuando vuelve visita Gerona, donde continuó la obra que había iniciado en Salamanca. En febrero de 1875 fundó una nueva Congregación religiosa en Calella de la Costa, con el nombre Hijas de San José y que se ganaban el pan con el oficio de artesanas, colaborando en la construcción de un mundo diferente, una utopía encarnada en medio de las grandes cuestiones de su tiempo y de los conflictos proletarios.
Hasta su muerte, Francisco J. Butiñá i Hospital trabajó para explicar y dar a conocer la realidad de estas dos nuevas Congregaciones Religiosas, conocidas popularmente por monjas butiñanas. Todas las hermanas son “religiosas obreras”, explica en una de sus cartas y, aunque sean pobres y sin instrucción, son protagonistas de su propia liberación y son una semilla de una nueva forma de trabajar y de vivir.
Francisco J. Butiñá murió en Tarragona el 18 de diciembre de 1899. Sus restas mortales descansan en la Cripta de la Casa Madre de la Congregación de las Hijas de San José en Gerona.
El mes de febrero de 1984 los consejos generales de las Hijas de San José y de las Siervas de San José se pusieron de acuerdo para promover conjuntamente la causa de canonización de su fundador Francisco J. Butiñá i Hospital. El 1990 las dos superioras generales se entrevistaron con el superior general de la Compañía de Jesús, Peter Hans Kolvenbach, para comunicarles la decisión, recibiendo su soporte y ánimo.
Unos años más tarde, el enero del año 2004, las dos Congregaciones Religiosas, las Siervas de San José y las Hijas de San José, iniciaron los tramitos para introducir conjuntamente la causa de canonización a la diócesis de Gerona.
El 15 de noviembre de 2006, se obtuvo el visto bueno de la Congregación para las Causas de los Santos (Roma) para poder iniciar el proceso de canonización.
El 12 de febrero de 2007, tuvo lugar la apertura del proceso de canonización en la iglesia parroquial de Santa María dels Turers de Bañolas.
Breve guion de las principales obras pastorales, literarias y científicas de Francisco J. Butiñá i Hospital. Algunas de estas incluyen cánticos construidos sobre modelos populares, la cual cosa también hizo Jacinto Verdaguer. Nos deja, pues, además de la producción en prosa y teatro, una breve pero estimable aportación poética:
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