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Gerardo Machado



¿Qué día cumple años Gerardo Machado?

Gerardo Machado cumple los años el 28 de septiembre.


¿Qué día nació Gerardo Machado?

Gerardo Machado nació el día 28 de septiembre de 1869.


¿Cuántos años tiene Gerardo Machado?

La edad actual es 154 años. Gerardo Machado cumplirá 155 años el 28 de septiembre de este año.


¿De qué signo es Gerardo Machado?

Gerardo Machado es del signo de Libra.


Gerardo Machado y Morales (Camajuaní, Cuba, 28 de septiembre de 1869Miami Beach, Estados Unidos, 29 de marzo de 1939) fue un militar y político cubano, que fungió como general a favor de su país en la Guerra de Independencia contra España y fue el quinto presidente de la República de Cuba (1925–1933).

Machado ingresó a la presidencia con una amplia popularidad y apoyo de los principales partidos políticos. Cabe destacar que durante su administración se realizaron obras que perduran hasta el día de hoy: el Capitolio de La Habana y la Carretera Central. Aquellas obras públicas y otras «menores» caracterizaron su gestión dado a que puso énfasis en la impulsión de ellas para absorber el desempleo que entonces azotaba a la isla. Sin embargo, su apoyo disminuyó con el tiempo, puesto que reformó la Constitución de 1901 para perpetuarse en el poder. A medida que las protestas y rebeliones se volvían más estridentes debido al impacto del crac del 29 en Cuba, su administración redujo la libertad de expresión y recrudeció la represión, cosa que significó por parte de su mandato la lenta transición a una dictadura. Finalmente, en 1933, fue obligado a dimitir a favor de un gobierno provisional encabezado por Carlos Manuel de Céspedes y Quesada (hijo de su homónimo padre a quien se considera padre de la patria)[1]​ y mediado por el embajador estadounidense Sumner Welles.[1]

Fue admirador confeso de Benito Mussolini, dictador de la Italia fascista,[2]​ lo cual junto a la utilización de cuerpos paramilitares amparados por el Estado mientras gobernaba, hizo que fuese catalogado como un «fascista tropical» o un «Mussolini tropical».[3][4]

Nació el 28 de septiembre de 1869 en Camajuaní, una localidad ubicada en la Provincia de Las Villas (hoy la Provincia de Villa Clara). Su familia era de origen canario y al no poseer grandes fortunas esta se ubicaba en un estrato medio. Pasó su infancia en la pequeña granja de ganado de su familia.[5]​ Llegada su edad adulta, se casó con su prima Elvira Machado.

Durante la Guerra de los Diez Años contra España (1868–1878), el padre de Machado se unió al bando de los rebeldes cubanos liderados por Carlos Manuel de Céspedes del Castillo, donde alcanzó el rango de mayor. En 1895, a la edad de veinticuatro años, al igual que su padre, esta vez Machado se une a la causa cubana contra el debilitado Imperio español que en 1898 fue definitivamente derrotado por Cuba con el apoyo de Estados Unidos. No obstante, este último país fue ambivalente dado que estaba interesado en poder tener una hegemonía en el mercado del Caribe, ante lo cual Cuba era estratégica.

Esta derrota para España fue dura, ya que perdería sus provincias de ultramar: Cuba y Filipinas. Resultado del interés mencionado de EE. UU sobre el Caribe, fue la Enmienda Platt, la cual futuramente Machado como presidente se habría comprometido a intentar de retirar de la Constitución de Cuba de 1901.[6]​ Dicha enmienda fue incrustada en la carta magna cubana una vez constituidos como república y hacía legal la intervención de tropas del gobierno estadounidense si la situación lo ameritaba según su arbitrio de acuerdo a lo estipulado en el artículo III de aquel tratado bajo el pretexto de salvaguardar la independencia cubana.[7]

Durante la ocupación estadounidense de Cuba mientras se hacían preparativos para que Cuba fuese una república, Machado fungió como alcalde de Santa Clara en 1899.[5]

Una vez terminada la guerra, Machado vuelca sus acciones a la política y los negocios. Durante la administración del presidente General José Miguel Gómez (1909–1913), fue nombrado como inspector de las Fuerzas Armadas (que estaban en formación) y participó en varios puestos de gobierno.[5]​ Poco después, se dedicó a la agricultura y cargos gerenciales. Estuvo involucrado en una serie de empresas como la del ingenio azucarero The Central Carmita o la Compañía Cubana de Electricidad.[5]

En 1917, Machado — que militaba en el Partido Liberal — estuvo involucrado en la Guerra Chambelona. El nombre de este conflicto fue conocido con el nombre de «Chambelona» debido a una tonada con ese título que identificaba a los liberales cubanos de la década de 1910. Este conflicto fue producto de que el entonces presidente conservador, el general Mario García Menocal, se presentaba como candidato presidencial en las elecciones presidenciales de 1916 para postular su reelección, y al conocerse de forma preliminar la victoria del candidato liberal Alfredo Zayas, el gobierno decidiera violentar las elecciones mediante el fraude y proclamar la reelección del presidente Menocal.

Como consecuencia de lo hecho por el gobierno de Menocal, el 12 de febrero de 1917, ocurrió el estallido de la guerra que se conocería como La Chambelona.[8]​ En Oriente y en Camagüey esta fue encabezada por elementos del ejército regular. Los liberales alzados en armas lograron dominar el territorio de la provincia de Camagüey, así como la ciudad de Santiago de Cuba. El expresidente y Gral. José Miguel Gómez se puso al frente de los alzados y marchó contra las fuerzas gubernamentales hacia La Habana. En apoyo del gobierno salió el embajador estadounidense William Elliott Gonzales, quien lanzó una proclama en la que se anunciaba a los alzados que el gobierno de su país los consideraría sus enemigos y no reconocería su victoria, aferrándose así al pie de la letra según lo establecido en la Enmienda Platt. Esta proclama debilitó el alzamiento liberal del que Machado formaba parte. No debe pasar desapercibido que en esta guerra se decía que los liberales eran proalemanes (cuando estos no tenían nada que ver con los germanos en guerra con estadounidenses),[8]​ lo cual fue ocupado como pretexto por las fuerzas de Menocal. Cabe destacar que siguiendo las pautas de las autoridades estadounidenses, el gobierno conservador declaró la guerra al Imperio alemán el 7 de abril de ese mismo año,[9]​ lo cual fue una declaración meramente testimonial dado a que no existió enfrentamiento entre ambas naciones.

El propio presidente Menocal asumió la dirección de la campaña militar, trasladando los altos mandos del ahora constituido Ejército y la Marina de Guerra al Palacio Presidencial. En menos de tres meses fueron vencidos los liberales. Prisioneros de guerra quedaron el General Gómez, Machado, Zayas y sus hombres. Sin embargo, sin estar aun sofocado el levantamiento se realizaron las elecciones complementarias. Las tropas regulares ocuparon los colegios electorales y aseguraron el triunfo de Menocal.

Su camino a la presidencia está ligado con la alianza entablada con Zayas, su congénere liberal y compañero de armas en la Chambelona, quien finalmente fue presidente para el período 1921–1925. En las elecciones de 1924 logró derrotar a Menocal que volvía a postularse a la presidencia. El lema de campaña de Machado fue «Agua, Caminos y Escuelas».[10]

Tras ser finalmente electo presidente de la república, asumió el cargo el 20 de mayo de 1925. Se destaca por decir que al final de su mandato pediría la abrogación de la Enmienda Platt.[6]​ Llegó al poder en un momento que los precios mundiales del azúcar caían, pero pese a eso su primer mandato coincidió con un período de prosperidad dado que la inversión de Estados Unidos en la industria azucarera aun así se expandió. Dada la bonanza, el gobierno de Machado se embarcó en un ambicioso programa de obras públicas. Quería hacer de su país la «Suiza de las Américas». Esto permitió que Machado tuviese una opinión favorable de parte de los cubanos.[11]

Entre las obras públicas realizadas durante la administración de Machado, se encontraba la Carretera Central de Cuba que hoy recorre prácticamente toda la isla, desde Pinar del Río al oeste hasta Santiago de Cuba, una distancia de 1.139 kilómetros. Machado también fue responsable de la construcción de El Capitolio, el elegante hogar del Congreso cubano de 1929 a 1959. El nuevo edificio, diseñado por Raúl Otero y Eugenio Rayneri Piedra y construido entre 1926 y 1929, tenía un diseño neoclásico que poseía elementos prestados del edificio del Capitolio de los Estados Unidos y del Panteón de París. Su propósito era retratar el optimismo, la confianza y la elegancia de la nueva democracia.

Además, en este periodo se realizó la ampliación de la Universidad de La Habana y la expansión de sus instalaciones de salud. Otros edificios clave construidos bajo su administración fueron el Hotel Nacional de Cuba, el Centro Asturiano (hoy Museo Nacional de Bellas Artes de La Habana), el Edificio Bacardí y el Hotel Presidente. También patrocinó un proyecto de ley de reforma arancelaria en 1927 que brindaba protección a ciertas industrias cubanas. A pesar de estas obras y logros económicos corolarios, la dependencia de Cuba sobre el azúcar continuó y la influencia e inversiones de los Estados Unidos aumentaron.

Cosme de la Torriente y Peraza, presidente cubano de la Liga de las Naciones en la década de 1920 declaró:

Sus detractores afirmaron que se volvió despótico y forzó su camino hacia un segundo mandato. A lo largo de su campaña durante las elecciones generales de 1924, Machado declaró en numerosas ocasiones que no aspiraba a ser reelegido, pero solo dos años después de su presidencia cambió de opinión. En 1927, Machado impulsó una serie de enmiendas constitucionales para permitirle buscar la reelección, que obtuvo en las elecciones presidenciales de 1928. Este acto de continuismo, junto con la creciente depresión económica causada por un descenso relativo de los precios del azúcar a partir de 1925 que tuvieron su agravación debido al crac de 1929 generaron un gran descontento popular y movilizaciones, las que Machado intentó reprimir severamente. Este panorama condujo a una inestabilidad política, social y económica significativa.

Machado también se enfrentó a la reacción de los estudiantes universitarios de la Universidad de La Habana (prácticamente la única del país) después de la formación del Directorio Estudiantil Universitario en 1927. Después de varias protestas, y la muerte de los miembros de DEU (siendo la más impactante la del dirigente estudiantil Rafael Trejo) Machado cerró aquella universidad en 1930. También es digno de destacar que durante este mandato fue asesinado el joven dirigente comunista Julio Antonio Mella, quien se tornó en un ferviente activista anti-Machado. El asesinato, no esclarecido, fue llevado a cabo en Ciudad de México por desconocidos, mientras el joven cubano se encontraba con su novia italomexicana Tina Modotti.[13]

El Secretario de Estado de los Estados Unidos, Cordell Hull, escribió el 1 de mayo de 1933, en un telegrama al entrante Embajador de los Estados Unidos en Cuba, Sumner Welles, con respecto a las reformas constitucionales de Machado de 1927:

Machado sobrevivió a varios intentos de asesinato. El más famoso fue orquestado por un grupo de oposición violento: el ABC (conocidos coloquialmente como «abecedarios»), que primero asesinó al presidente del Senado cubano, Clemente Vázquez Bello. Luego de aquel evento, calculando que Machado asistiría al funeral, habían construido un túnel para llegar a la cripta de la familia Vázquez en el cementerio Colón de La Habana y plantaron allí un artefacto explosivo. El plan fracasó cuando la familia decidió enterrar a Vázquez en su natal Santa Clara, donde Machado fuese alcalde.[14]

Hubo numerosos asesinatos y asesinatos cometidos por la policía y el ejército bajo la administración de Machado. El alcance de su participación en estos aún se discute. Escribiendo al Secretario de Estado de los Estados Unidos, el 5 de enero de 1933, el embajador de los Estados Unidos en Cuba, Harry Frank Guggenheim señaló lo siguiente:

Al día siguiente, Harry Frank Guggenheim informó al Secretario de Estado de EE. UU.:

Escribiendo al Secretario de Estado de EE. UU., el 8 de abril de 1933, el cónsul estadounidense en Cuba, Edward Reed, señaló:

La anarquía ya se había desatado en todo el país, y la venganza contra los machadistas así como la represión de su gobierno fueron totales. Ante esto, Machado, sin nada de apoyo, dimitió. Después de esto se creó un gobierno provisional pactado entre el ABC y el intervencionismo estadounidense representado por el embajador Welles, que tuvo a Carlos Manuel de Céspedes y Quesada (hijo del héroe nacional homólogo) como presidente.

Pese a los esfuerzos por estabilizar la situación, el gobierno de coalición nacional apenas duró un mes, y el 4 de septiembre de 1933 un grupo de sargentos liderados por Fulgencio Batista dieron un golpe de Estado, haciéndose con el control del Ejército. El Directorio Estudiantil Universitario vio en esta insubordinación su gran oportunidad y pactó con los sargentos la formación de un nuevo gobierno. Entre ambos no había afinidad ideológica o de clase (unos eran campesinos y los otros intelectuales y universitarios), pero sí generacional, lo que unido a su afán de alcanzar el poder y establecer una democracia nacionalista les convirtió en compañeros de viaje.

El catedrático universitario en medicina de la Universidad de la Habana, Ramón Grau San Martín, fue elegido presidente del nuevo gobierno, mientras que Batista fue ascendido a general y nombrado nuevo jefe de las Fuerzas Armadas.

El dirigente comunista y destacado intelectual cubano Rubén Martínez Villena lo llamó «Asno con Garras», pues su formación académica fue casi nula, calificativo con el cual se le conoció posteriormente. Por su parte, el estadounidense Langston Hughes lo llamó «a nice fat president» al interpretar según sus planteamientos el intervencionismo de su país así: «la dominación yanqui/ mantiene a un gordo y lindo presidente/ en una pequeña nación muerta de hambre».[18]​ El 28 de noviembre de 1932 el hermano visitador Antonio Flecha, llegado de Cuba, hizo una exposición de la situación por la que atravesaba el país en la logia masónica Constancia n.º 16 de Zaragoza, refiriéndose en tono condenatorio al gobierno dictatorial y la deplorable situación económica a la que había sido conducido por su presidente, «de quien dijo que, para vergüenza de todos, era Masón».[19]​ Por último, Alejo Carpentier se inspiró en él para escribir su Retrato de un dictador en 1933.

Sin volver a figurar en política, murió en Miami Beach el año 1939. Sus restos fueron sepultados en el Caballero Rivero Woodlawn Park North Cemetery and Mausoleum.




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