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Guerra anglo-española (1585-1604)



¿Qué día cumple años Guerra anglo-española (1585-1604)?

Guerra anglo-española (1585-1604) cumple los años el 15 de mayo.


¿Qué día nació Guerra anglo-española (1585-1604)?

Guerra anglo-española (1585-1604) nació el día 15 de mayo de 604.


¿Cuántos años tiene Guerra anglo-española (1585-1604)?

La edad actual es 1419 años. Guerra anglo-española (1585-1604) cumplirá 1420 años el 15 de mayo de este año.


¿De qué signo es Guerra anglo-española (1585-1604)?

Guerra anglo-española (1585-1604) es del signo de Tauro.


La guerra anglo-española (1585-1604) fue un conflicto bélico entre los reinos de Inglaterra, gobernada por Isabel I de Inglaterra, y de España, donde reinaba Felipe II. La guerra comenzó con victorias inglesas como la de Cádiz en 1587, y la pérdida de la Armada Invencible en 1588, pero diversas victorias españolas como la de la Contraarmada en 1589, así como la enorme mejora en la escolta de las flotas de Indias y la rápida recuperación de España ante las pérdidas acabaron por debilitar definitivamente a Inglaterra y desembocaron en la firma de un tratado de paz favorable a España[6]​ en Londres en 1604.

Los motivos que llevaron a Felipe II a la guerra fueron económicos, políticos y religiosos:

La guerra comenzó en 1585. En octubre de ese año Drake navegó por la costa oeste ibérica, saqueando Vigo y Santiago de Cabo Verde, además de intentar hacer lo mismo en La Palma, donde el asalto no tuvo éxito; cruzó a las Indias Occidentales capturando Santo Domingo y Cartagena de Indias, por cuya devolución exigió a las autoridades españolas el pago de un rescate, y San Agustín (en la Florida). Irritado por estos ataques, Felipe II mandó armar una gran flota con la misión de invadir Inglaterra.

La ejecución de María I de Escocia en febrero de 1587 ultrajó a los católicos de la Europa continental. Su reivindicación al trono fue heredada por Felipe, que era viudo de María I de Inglaterra. En julio del mismo año, Felipe recibe autorización del papa Sixto V para deponer a Isabel, que ya en 1570 había sido excomulgada por Pío V.

En abril de 1587 Drake llevó a cabo una exitosa expedición militar en las costas de la península ibérica: atacó la flota amarrada en la bahía de Cádiz, desembarcó en el Algarve destruyendo varias fortalezas, atacó la flota de Álvaro de Bazán amarrada en Lisboa, y poniendo rumbo a las islas Azores capturó la carraca portuguesa San Felipe, que procedente de las Indias Orientales llegaba a la península cargada de riquezas. En el transcurso de la expedición la flota inglesa consiguió hundir 27 barcos españoles, retrasando los planes españoles de invasión más de un año.

En agosto de 1588 los planes españoles de invasión de Inglaterra se hicieron efectivos: la Armada Invencible española, dirigida por el duque de Medina Sidonia atacó a la flota inglesa liderada por Charles Howard en el canal de la Mancha. Las condiciones climatológicas adversas y los enfrentamientos con la flota inglesa provocaron la derrota en la que realmente los ingleses solo provocaron el hundimiento de un solo navío español.[6]​ El resto lo hicieron la circunstancias climatológicas y la mala cartografía.

El fracaso de la Gran Armada permitió a Inglaterra continuar sus ataques marítimos a los territorios españoles, a la vez que continuar la ayuda a los Países Bajos y Francia.

En 1589 las fuerzas inglesas bajo el mando de Francis Drake y John Norreys atacaron La Coruña, de donde fueron rechazadas, y siguieron hacia Lisboa, donde fracasaron en su intento de provocar un levantamiento portugués a favor de don Antonio.

El fracaso de la Contraarmada inglesa, que desplegó más de 150 naves de distintos tipos y perdió más de 40 navíos entre hundimientos y capturas durante el desarrollo de sus operaciones, causó grandes pérdidas financieras en el tesoro isabelino, y permitió a Felipe reconstruir la flota española del Atlántico, que volvió rápidamente a tener supremacía.

Un sistema sofisticado de escolta y de inteligencia frustraron la mayoría de los ataques corsarios a la Flota de Indias a partir de la década de 1590: las expediciones bucaneras de Martin Frobisher y John Hawkins en el comienzo de dicha década fueron derrotadas. Asimismo, el navío Revenge (Venganza) uno de los más importantes de su marina fue apresado cerca de las Azores en la batalla de Flores (1591), cuando una flota inglesa pretendía capturar la Flota de Indias.

En 1592 el marino Pedro de Zubiaur dispersaba un convoy inglés de 40 buques incendiando la nave capitana y capturando otros tres barcos; al año siguiente en la batalla de Blaye derrotaba a una pequeña flota de seis buques ingleses (hundiendo sus dos unidades principales) y escapaba de una flota aún mayor enviada para capturarle.

Felipe envió tropas a Bretaña en el noroeste de Francia en 1590 para ayudar a la Liga Católica contra Enrique IV, el nuevo rey protestante de Francia. Felipe también ordenó a Alejandro Farnesio, duque de Parma, su gobernador general en los Países Bajos, invadir el norte de Francia y romper el asedio de París. Temiendo que una toma española de puertos franceses en el canal de la Mancha pudiera conducir a una invasión de Inglaterra, Isabel acordó proporcionar a Enrique asistencia militar.

En noviembre de 1594, los ingleses obtuvieron una gran victoria en Crozon. Aunque Inglaterra había perdido a miles de hombres en Francia y había agotado severamente sus recursos financieros, las campañas de Bretaña tuvieron éxito porque frustraron los esfuerzos españoles en Francia, paralizaron las operaciones españolas en los Países Bajos y limitaron las oportunidades españolas para intervenir en Irlanda.

Entre 1595 y 1596, una expedición inglesa contra los asentamientos españoles en el Caribe, comandada por Drake y Hawkins, fue derrotada primero en Las Palmas de Gran Canaria y luego en sucesivos enfrentamientos frente a fuerzas españolas muy inferiores en número en diferentes localizaciones caribeñas. Las defensas españolas se adelantaron a los atacantes, sufriendo los ingleses grandes pérdidas, incluyendo la muerte de ambos marinos.

En 1595, cuatro galeras españolas comandadas por Carlos de Amésquita desembarcaron en Cornualles, al oeste de Inglaterra. En dos días los españoles saquearon las poblaciones de Newlyn, Paul, Penzance y Mousehole. La expedición de Amésquita fue una de las pocas veces en que soldados españoles desembarcaron en Inglaterra.

En julio de 1596, una expedición anglo-neerlandesa dirigida por el Robert Devereux, II conde de Essex capturó Cádiz, destruyendo la flota española fondeada en la bahía; en octubre de ese mismo año la flota española bajo el mando de Martín de Padilla se desbarató por una tormenta frente a las costas de Galicia cuando se dirigía a Irlanda. Esta armada fue reorganizada y los ingleses no pudieron atacarla por otra tormenta en las costas gallegas. Entre junio y agosto de 1597, la flota inglesa organizó la expedición Essex-Raleigh a Ferrol y las Azores, donde no consiguió imponerse a la flota española de regreso de las Indias. Una nueva expedición española contra Inglaterra en octubre del mismo año fue desbaratada por un temporal en el canal de la Mancha. Sin embargo, siete navíos llegaron a Falmouth y de ellos desembarcaron 400 soldados, que se atrincheraron en la zona en posición de combate hasta que, transcurridos unos días, comprobaron que la invasión se había frustrado y reembarcaron.

Tras la muerte de Felipe II en 1598, su sucesor Felipe III de España proseguiría la guerra contra Inglaterra. En mayo de 1600 se iniciaron conversaciones de paz en Boulogne-sur-Mer, que resultaron fallidas.[8]

En octubre de 1601 Juan del Águila desembarcó al frente de sus tercios en Kinsale, en la costa sur de Irlanda, para apoyar a las fuerzas irlandesas que en aquella época sostenían contra Inglaterra la guerra de los Nueve Años. Las tropas españolas serían derrotadas a comienzos de 1602 en la batalla de Kinsale, con la coalición perdiendo 1200 hombres, entre ellos 90 españoles, forzando así su regreso a España y dejando como prioritaria la consecución de sus objetivos en Flandes. En febrero de 1603 ocurrió la batalla de Puerto Caballos.

Tras la muerte de Isabel I en 1603, su sucesor Jacobo I de Inglaterra firmó en 1604 el Tratado de Londres con Felipe III, mediante el cual ambos países acordaban el fin de la guerra.[9]

El resultado para España fue más positivo.[cita requerida] Fue la principal potencia europea en el siglo XVII, hasta que las derrotas contra Francia en la guerra de los Treinta Años y el ascenso del poderío naval neerlandés acabaron reduciéndola a una potencia más.[cita requerida]

Ruta de la expedición en la que participó Francis Drake, que partió de Plymouth en 1585 y regresó a Portsmouth en 1586.

Ataque de Francis Drake a Cartagena

La Armada Invencible

El capitán del galeón español Nuestra Señora del Rosario se rinde a Francis Drake de la Venganza

Cuadro de la derrota de la Armada Invencible, por Loutherbourg (1796).

El paso de la Armada Invencible alrededor de Gran Bretaña

El Venganza combatiendo en las Azores

Recorrido aproximado de la expedición de Francis Drake y de John Hawkins de 1595-1596 (en rojo) y del seguimiento y final ataque naval de la flota de Bernardino de Avellaneda y Juan Gutiérrez de Garibay (en azul)

Entierro del almirante Drake

Galeón español disparando su cañón



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