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Guerra civil ecuatoriana de 1859-1860



La guerra civil de 1859 a 1860 fue un conflicto civil ecuatoriano que enfrentó a las fuerzas del gobierno liberal del presidente Francisco Robles contra el bando de los rebeldes conservadores católicos liderados por el abogado, escritor y periodista Gabriel García Moreno por el gobierno de la República del Ecuador.

El golpe de Estado militar acaudillado por el general José María Urbina en 1851 contra el presidente conservador Diego Noboa produjo la ascensión de los liberales a la presidencia de la República del Ecuador.

José María Urbina posesionado de la presidencia en 1852 molestó al sentimiento religioso mayoritariamente católico de la población al expulsar a la Compañía de Jesús del territorio ecuatoriano.

En este contexto aparece la figura de Gabriel García Moreno como principal principal opositor al régimen mediante la prensa escrita. García Moreno comienza la tarea de denunciar los atropellos cometidos por el régimen urbinista; principalmente de los Tauras.[1]

El presidente José María Urbina al decretar la abolición de la esclavitud en el Ecuador, había utilizado a los libertos para conformar una élite de soldados incondicionales a su persona y gobierno. Urbina utilizaba a los Tauras como los encargados de intimidar a los opositores a su gobierno y como los encargados de ejecutar los destierros que decretaba.[2]

García Moreno y su círculo periodístico (entre ellos Rafael Carvajal) fueron desterrados del territorio ecuatoriano debido a su oposición al presidente Urbina. En el exilio García Moreno decide embarcarse a la ciudad de París para completar sus estudios en la Sorbona.[3]

Terminado el periodo presidencial en 1856 se realizan las elecciones presidenciales resultando vencedor el candidato oficialista Francisco Robles. El nuevo presidente decide indultar a los desterrados durante el régimen de su predecesor y de este modo, Gabriel García Moreno regresa al Ecuador entrando en la vida política de la nación al resultar ser electo senador por la provincia de Pichincha.[4]

En 1857 el gobierno del presidente Francisco Robles había cedido a los acreedores ingleses la explotación de una parte del territorio ecuatoriano de la región amazónica con el objetivo del pago de la deuda inglesa. Enterado de este acontecimiento, el presidente peruano Ramón Castilla, basándose en una errónea interpretación de la Real Cédula de 1802, protestó por aquella cesión aludiendo que ese territorio que se pretendía entregar aún se encontraba en litigio limítrofe entre Ecuador y Perú. De esta forma el gobierno peruano a través de su diplomático en Quito, Juan Celestino Cavero, forzó a romper relaciones diplomáticas.[5]

En las sesiones del senado de 1858 se entregaron las facultades extraordinarias al presidente para que este lograra contener las amenazas de guerra de parte del Perú. Pero todo tomó otro rumbo cuando el presidente peruano declaró que en realidad no quería la guerra con el Ecuador, sino más bien la caída del poder de Robles y Urbina. Esta noticia fue tomada en buen tono por parte de la mayoría de personas que eran opositores al gobierno central por los excesos que este había cometido (como por ejemplo en la manera de reclutar gente y recolectar fondos) y además se sumaban los rumores de una supuesta venta de las islas Galápagos a los Estados Unidos.[6][7]

El 26 de octubre de 1858 el gobierno de Castilla ordenó el bloqueo pacífico de toda la costa ecuatoriana. El presidente Robles ante tal situación traslada la capital de la República a la ciudad de Guayaquil.

El senador García Moreno, junto con Pedro Moncayo, fue el mayor opositor del presidente Robles. A su vez el senado, en su mayoría contraria también al presidente, quitó las facultades extraordinarias a Robles. Ante esta situación, por petición de Urbina, los senadores gobiernistas se ausentaron del senado para lograr así interrumpir las reuniones de esta cámara por falta de quórum.[8]

El traslado de la capital a Guayaquil acabó siendo el hecho el punto de conflicto para que varias personas se sublevaran contra el gobierno.[9]​ El municipio de Quito protestó por este hecho y imprimió una protesta solemne; sin embargo el gobierno decretó el destierro de sus autores. El impresor Vicente Valencia que había intentado escapar de la escolta que lo conducía, fue atrapado nuevamente y fusilado.[10]

Los opositores Gabriel García Moreno y Pedro Moncayo recibieron la orden de destierro por parte del gobierno.

El 4 de abril de 1859 el general Manuel Tomás Maldonado ordena al ejército al mando del comandante Francisco Darquea arrestar al presidente Francisco Robles que se encontraba en su domicilio y llevarlo al cuartel. Guillermo Franco Herrera sería quien frustró el golpe militar al asesinar a Darquea. Maldonado al conocer el fracaso de la sublevación y al presentarse la oportunidad de obtener amnistía general para sí y todo su ejército acepta someterse al gobierno.[11]

El 1 de mayo de 1859 en la ciudad de Quito, el gobernador de la provincia de Pichincha, Manuel Tobar, publicó un manifiesto convocando al pueblo quiteño con el objetivo de manifestarse contra los peligros que amenazaban al país. El ministro Marcos Espinel que residía en la ciudad de Quito se dirigió a los cuarteles a exigir al ejército la lealtad al gobierno constituido, sin embargo el ejército abandonó el bando gobiernista.[12]

En la Universidad Central del Ecuador se habían reunido las personalidades más influyentes de la ciudad al escuchar el llamado del gobernador. La muchedumbre congregada decide pronunciarse contra el presidente Robles y declarar su deposición. Como nuevo gobierno provisional se formaría un triunvirato formado por: Gabriel García Moreno, Jerónimo Carrión y Pacífico Chiriboga (como suplentes se nombró a Manuel Gómez de la Torre, José María Avilés y Rafael Carvajal). El gobierno provisional se fortificó, con la adhesión de la provincia de Imbabura y la provincia de Chimborazo a su gobierno.[13]

El gobierno provisional de Quito enviaría una carta al presidente Robles que se encontraba domiciliado en Guayaquil exigiéndole la renuncia. Sin embargo el presidente decide declarar a la ciudad de Quito como rebelde y enviar al ejército para aplastar la sublevación, hecho que desencadena la guerra civil.[14]

Gabriel García Moreno recibió la noticia del cambio efectuado en Quito mientras se encontraba en la capital peruana (Lima) y regresa a la capital ecuatoriana para liderar el gobierno provisional. En esos momentos el general Urbina en su calidad de general en Jefe del ejército ecuatoriano avanza a la capital para sofocar la sublevación. El 3 de junio de 1859 se produce la batalla de Tumbuco entre el ejército rebelde comandado por Gabriel García Moreno y el coronel Ignacio de Veintimilla contra el ejército gobiernista al mando de los generales José Maria Urbina y Fernando Ayarza. La derrota de los rebeldes permitió a Urbina conquistar la ciudad de Quito.[15]

Los miembros del gobierno provisional decidieron escapar a la vecina Confederación Granadina (actual República de Colombia) para escapar de la persecución urbinista. García Moreno decide embarcarse al vecino Perú a entrevistarse con el presidente peruano Ramón Castilla a pedirle ayuda para continuar con la sublevación.[16]

El presidente Francisco Robles aprobó y publicó un decreto que imponía una contribución de cien mil pesos a las poblaciones que habían estado con el triunvirato.

En la ciudad de Guayaquil, García Moreno que había regresado con armas y municiones del Perú para combatir contra Urbina-Robles, conferenció con el general Guillermo Franco Herrera que ejercía como jefe de la guarnición de Guayaquil para convencerlo de firmar un armisticio con el jefe de la escuadra naval peruana. Este se efectúa el 24 de agosto de 1859 y la provincia del Guayas queda el libertad de elegir mediante sufragio electoral un gobierno provisorio.[17]

Rafael Carvajal como miembro suplente del gobierno provisional de Quito había conseguido en Pasto un grupo de voluntarios y mercenarios (entre ellos se encontraba como mercenario Faustino Rayo) para invadir la capital de la República. Derrotan a las fuerzas gobiernistas en la provincia de Imbabura lo que le permite conquistar Quito el 10 de septiembre de 1859. En la capital el gobierno provisional es restaurado.[18]

Mientras tanto en las poblaciones de la provincia del Guayas, se realizaban las elecciones para elegir gobierno entre los candidatos: Gabriel García Moreno y Guillermo Franco Herrera. En las ciudades de Babahoyo, Baba y Daule los votos favorecieron a García Moreno. En la ciudad de Guayaquil una escasa mayoría favorecía a Guillermo Franco. La victoria de Franco en Guayaquil en las elecciones realizadas el 14 de septiembre de 1859 le permiten auto proclamarse Jefe Supremo de la República. El ahora Jefe Supremo del Guayas Guillermo Franco obtiene el apoyo y beneplácito del contraalmirante peruano Ignacio Mariátegui y Tellería para sostener su dictadura.[19]

Estos acontecimientos precipitan la salida del país del presidente Francisco Robles y el general José María Urbina. El general Fernando Ayarza como segundo general en Jefe del ejército ecuatoriano decide respaldar la dictadura regional de Franco.[20]

La ciudad de Loja el 18 de septiembre de 1859 decide reconstituirse como estado federado al mando de Manuel Carrión Pinzano; la ciudad de Cuenca imitando a Loja decide reconstituirse como estado federado al mando de Ramón Borrero. De ese todo el territorio ecuatoriano se encuentra fraccionado en una tetrarquía: Quito, Guayaquil, Loja y Cuenca.

Por otra parte, el gobierno del Perú ya había urdido su conspiración contra el Ecuador. El general Tomás Cipriano de Mosquera recibiría ayuda económica y bélica del Perú para conseguir la secesión del Estado Soberano del Cauca de la Confederación Granadina y apoyar la eventual conquista de las provincias limítrofes del Ecuador; a cambio el Perú recibiría las provincias de Guayas y Loja que se anexionarían a su territorio. Este tratado firmado en la ciudad de Popayán el 16 de septiembre de 1859 se conoció internacionalmente como el Tratado Mosquera-Zelaya[21]

En esos momentos el gobierno provisional de Quito mantiene bajo su autoridad a las principales ciudades de la Sierra ecuatoriana. Guillermo Franco Herrera decide contactar con varios jefes de la guarnición de la ciudad de Riobamba para convencerlos de sublevarse contra el gobierno provisional de Quito. Gabriel García Moreno llegado a la ciudad el 7 de noviembre de 1859 es apresado por los soldados que lo intimidan a renunciar a su cargo en el gobierno provisional. La negativa de García Moreno a renunciar provoca su encarcelamiento en el cuartel.

Apresado en el cuartel, García Moreno es capaz de convencer a su carcelero para dejarlo en libertad a cambio de amnistía por su traición al gobierno provisional de Quito. Afuera de su prisión García Moreno se dirige a Calpi donde se encontraban sus partidarios dispuestos a enfrentarse contra la soldadesca amotinada. Los rebeldes que se encontraban en Riombamba y Mocha, fueron encarcelados, otros jefes como el capitán Teodomiro Palacios fue juzgado en un consejo de guerra y fusilado.

El presidente peruano Ramón Castilla decidió partir personalmente hacia el Ecuador, al frente de una expedición de 15 buques y con 6.000 soldados a bordo. La escuadra peruana se presentó en la ría de Guayaquil y Castilla exigió que se permitiera el desembarco de sus tropas, lo que fue aceptado. Las tropas peruanas se posesionaron de las alturas de Mapasingue, desde donde se dominaba Guayaquil y sus accesos.[17]

Llegada la noticia a Quito del tratado Mosquera-Zelaya, Gabriel García Moreno y el gobierno provisonal de Quito al sentir la impotencia de no poder hacer nada mientras el Ecuador se resquebrajaba ante la división política interna, la invasión peruana y la tentativa de repartirse el territorio ecuatoriano por parte de gobiernos extranjeros, desarrolló un proyecto de intervención europea por medio de un protectorado del Segundo imperio francés. El pedido se hizo por medio de tres cartas a Emilie Trinité, encargado de negocios de Francia con sede en Guayaquil, y en ellas se solicitaba una asociación con el imperio dirigido por Napoleón III, similar a la que tenían Canadá con el Reino Unido en aquella época.[22]

Mientras tanto el gobierno peruano había despachado cartas a los cuatro gobiernos regionales del Ecuador para invitarlos a una conferencia para resolver la cuestión de límites territoriales.

El 1 de enero de 1860 se verificó en Guayaquil la reunión de los representantes de los cuatro gobiernos. Acordaron estos autorizar al general Guillermo Franco Herrera para reunirse con el presidente peruano Ramón Castilla como representante del Ecuador unificado, bajo condición que el Ecuador no aceptaría enajenar su territorio a otro país extranjero bajo ningún pretexto. Pero Franco rechazó aceptar condiciones y ordenó arrestar a los representantes de Quito y luego los expulsó.[23]

Castilla solicitó a Franco que se le dieran cuarteles en la misma Guayaquil, pedido que le fue concedido. Mientras tanto el jefe Supremo del Guayas, ordenó al coronel Matías León dirigir un ejército de mil hombres para aplastar el gobierno provisional de Quito.

Finalmente, los representantes de Castilla y Franco firmaron el Tratado de Mapasingue, el 25 de enero de 1860. El tratado se basó en una interpretación de la real cédula de 1802, que separó la jurisdicción religiosa de los territorios orientales de la Presidencia de Quito y la subordinó al Virreinato del Perú. Con esa base, el tratado reconocía la soberanía peruana sobre las tierras que Ecuador pretendía ceder.

El gobierno provisional de Quito decide contraatacar a las fuerzas del gobierno de Guayaquil: aplasta los ejércitos de Matías León y de Manuel Cerda que intentaban conquistar la capital.[24]

Cuenca que había perdido su autonomía al ser sometida por las fuerzas franquistas de Guayaquil fue rodeada por el ejército del gobierno provisional de Quito comandado por el general Manuel Tomás Maldonado y el coronel Secundino Darquea. El general Fernando Ayarza que defendía la ciudad sufrió la deserción de su ejército y fue capturado por el general Maldonado. Fue conducido a la ciudad de Quito y declarado en libertad bajo condición de absoluta lealtad al gobierno provisional de Quito.[25]

El 23 de marzo de 1860 se firma un convenio entre el gobierno federal de Loja y Gabriel García Moreno como líder del gobierno provisional de Quito. El acuerdo ratifica el ingreso de Loja al gobierno de Quito; a cambio Quito reconocería la autonomía de Loja para elegir sus autoridades locales hasta la reunión de una asamblea constituyente que reorganice la república.[26]

El general Fernando Ayarza valiéndose de su influencia sobre el ejército ecuatoriano desde los días de la Revolución Marcista de 1845 decide conspirar contra el gobierno provisional de Quito. Descubierto el complot, Gabriel García Moreno como líder del gobierno provisional decide castigar al traidor mediante la flagelación.[27]

Mientras tanto el general Juan José Flores regresaba al Ecuador después de su exilio forzado al término de la Revolución Marcista. Inmediatamente ofreció su apoyo al gobierno provisional; y este agradecido por el ofrecimiento del general Flores, lo nombró general en Jefe del ejército ecuatoriano.

Desde la ciudad de Guaranda (principal campamento del ejército del gobierno provisional de Quito) el ejército comandado por el general Juan José Flores y Gabriel García Moreno se dirigen a aplastar a las fuerzas controladas por Guillermo Herrera Franco en la costa ecuatoriana.[28]

En una campaña relámpago las fuerzas del gobierno provisional de Quito ocupan la ciudad de Babahoyo. El 24 de septiembre de 1860 finaliza la guerra civil al resultar vencedor el ejército de Quito en la batalla de Guayaquil. Inmediatamente la ciudad de Guayaquil decide integrarse al gobierno provisional de Quito, finalizando la guerra civil con el triunfo de los rebeldes conservadores y logrando la unión de la república.

Re unificada la república, Gabriel García Moreno como el nuevo Jefe Supremo de la República cambió mediante decreto del 26 de septiembre de 1860 la bandera bicolor celeste y blanca (impuesta en la Revolución Marcista), por el tricolor amarillo, azul y rojo de la bandera grancolombiana, siendo desde aquel año el símbolo nacional que representa a la República del Ecuador.[29]

García Moreno en el ejercicio de su poder absoluto emitió dos decretos: el primero rehabilitaba al general Juan José Flores y su familia, le devolvía sus propiedades confiscadas y le confirmaba el cargo vitalicio de general en Jefe del ejército ecuatoriano; el segundo permitía el libre ingreso de los miembros de la Compañía de Jesús y otras comunidades católicas en el territorio ecuatoriano.[30]

Convocadas las elecciones a la asamblea constituyente para restaurar la estabilidad constitucional e institucional del país, Gabriel García Moreno es elegido Presidente Constitucional de la República por la asamblea constituyente para un período de cuatro años. La elección de García Moreno comenzó la etapa de dominio conservador o garcíanismo que duraría hasta 1875.



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