Guillermo de Jesús Buitrago Henríquez (Ciénaga, Magdalena; 1 de abril de 1920 - ib. 19 de abril de 1949), conocido como "El jilguero de la Sierra Nevada de Santa Marta", fue un compositor, músico y cantante colombiano. Es además considerado uno de los principales pioneros de la popularización del vallenato. También fue con Bovea uno de los primeros íntérpretes de las canciones de Rafael Escalona.
Era hijo del comerciante marinillo Roberto de Jesús Buitrago y de la cienaguera Teresa Mercedes Henríquez.
Su instrumento musical era la guitarra con la que recorrió el litoral norte de Colombia.
En Santa Marta conoció a un joven peluquero, Julio César Bovea (1934 - 2009), con el cual fundó un dúo y llegaron a ser los primeros intérpretes de las canciones de su contemporáneo Rafael Escalona (1927 - 2009). El dúo duró poco por el fallecimineto de Buitrago, y entonces Bovea fundó el trío "Bovea y sus Vallenatos".
Buitrago también interpretó canciones de Tobías Enrique Pumarejo, Andrés Paz Barrios y Emiliano Zuleta. Tuvo también, como Rafael Escalona, el honor de ser mencionado por el Nobel de Literatura Gabriel García Márquez en una de sus crónicas de 1983. El escritor dice de él:
Los años cuarenta vieron nacer en Colombia a las más importante figuras de la música popular colombiana del siglo XX. Guillermo de Jesús Buitrago Henríquez fue el pionero del vallenato en el interior del país.
En 1943, para inaugurar sus estudios de grabación y de prensaje de discos que fueron los primeros del país, el propietario de las emisoras Fuentes de Cartagena, el músico y empresario Antonio Fuentes "Toño" (1907-1985), invitó a Buitrago y sus acompañantes (Ángel Fontanilla, Efraín Torres y Carlos "El Mocho" Rubio) quienes eran muy populares en la costa Atlántica por sus presentaciones en teatros y emisoras locales, para que participaran en la primera grabación hecha totalmente en Colombia. El 12 de marzo de ese año, en la calle de la Universidad, en la ciudad Amurallada, en el tercer piso de la emisora, se grabaron "Las mujeres a mí no me quieren" y "Compae Heliodoro", una canción de Buitrago dedicada a su amigo de toda la vida, Heliodoro Egüis Miranda.
"Las muchachas se volvían locas por Buitrago", dice Aurora de Fontanilla, esposa de Ángel Fontanilla, segunda guitarra del conjunto, ya fallecido. "Su porte, cabello rubio y ojos azules, lo hacían muy atractivo. La gente se agolpaba en los radioteatros de las emisoras para verlo cantar". Entre 1943 y febrero de 1949, Buitrago grabó unas cincuenta canciones para discos Fuentes. En algunas de ellas, tales como La gota fría (que Buitrago grabó con el nombre Qué Criterio) y "Grito vagabundo", de Buenaventura Díaz quien sufrió una enfermedad que le destruyó parte de la boca y la nariz (los dientes quedaban expuesto y por eso hizo la canción), fue acompañado por el conjunto Los Trovadores de Barú, que dirigía José Barros. El compositor barranquillero Juancho Esquivel, quien hacía los arreglos musicales de este grupo, aún recuerda (a sus 79 años) la noche en que grabaron "La víspera de año nuevo": " Buitrago se vestía siempre impecable, de blanco. Como la energía fallaba mucho durante el día, tenía sus bajonazos, don Antonio Fuentes prefería siempre grabar de noche. Buitrago me mostró un poema que había compuesto Tobías Enrique Pumarejo a su novia Doris del Castillo Altamar. Le hicimos algunos cambios a la letra y le hice el arreglo musical en ritmo de merengue. Yo mismo toqué el clarinete que suena cuando empieza la canción".
"Buitrago, dice Diaz-Granados, pegó un gran 'hit' musical con el picaresco paseo sobre un episodio de la vida indómita de una muchacha del barrio París, de Ciénaga, de familia muy conocida, llamada Josefa, quien en la temporada de carnaval se ponía el tradicional y encubridor capuchón. Pero a sus hermanos les disgustaba, al extremo de que uno de ellos cuando Josefa llegaba a la finca de cocos, la echaba de la 'coquera', una vez que pisara el 'quitipón', una puerta rústica hecha generalmente de varas de uvito o trupillo. Ahí surgió la canción de "La capuchona"
Buitrago fue la primera estrella de la música popular colombiana. También fue una especie de mecenas de muchos compositores sin los que hoy no podría ser concebido el folclore del país. Sacó del anonimato a Rafael Escalona, a Emiliano Zuleta, a Abel Antonio Villa -de quien fue gran amigo-, a Tobías Enrique Pumarejo, a Chema Gómez, a Luis Pitre y a Eulalio Meléndez, el compositor de "La piña madura".
Cierta noche, en la casa de Godofredo Armenta, en Ciénaga, los asistentes observaron que la mayoría de los invitados al baile admiraban el tamaño y hermosura de una piña que había sido colocada en el 'seibó', una especie de mueble de comedor, y que estaban más pendientes de la fruta que de la belleza de las mujeres. A Meléndez se le ocurrió ahí mismo una letra y melodía, que Buitrago modificó cuando grabó "La piña madura".
Una semana antes de morir, el 19 de abril de 1949 (unos dicen que fue envenenado, otros que falleció de cirrosis, algunos más que lo afectó una neumonía extrema) Buitrago le pidió el favor a Abel Antonio Villa para que lo acompañara a comprar una cuna para su hijo recién nacido, Gregorio. Según entrevista que dio Villa al periodista colombiano Bernardo Vasco, en el año 2005: "Ya estaba muy enfermo y fue la última vez que lo vi; éramos compadres". '"En el cuarto donde fue velado su cadáver, rodeado de amigos y demás seres queridos, se encontraba arrinconada y triste su inseparable guitarra de sus amores. Fue muy llorado nuestro cantor"', precisa Díaz-Granados. Buitrago murió muy joven, de 29 años, pero más de sesenta años después de su fallecimiento, es uno de los cantantes que más vende discos en Colombia. Por esas paradojas del destino, el mismo día cuando falleció, llegó de La Habana el propietario de Discos Fuentes. Traía un contrato para que Buitrago cantara e hiciera algunas grabaciones con la Orquesta Casino de la Playa, que dirigía el pianista Anselmo Sacasas.
Al desintegrarse el conjunto de Buitrago, otro músico cienaguero, Julio Bovea, convoca a Fontanilla y al cantante Alberto Fernández Mindiola, todos de su región, para conformar el más famoso conjunto de música costeña: Bovea y sus vallenatos, que se radicó entre 1967 y 1975 en Argentina y popularizó allí los versos de Rafael Escalona.
El mismo año de la muerte de Guillermo Buitrago, Discos Fuentes realiza un concurso radial para encontrar el sucesor con la voz más parecida a la de Buitrago, encontrando en Julio César Sanjuán Escorcia un estilo artístico y una voz que le hizo merecedor del seudónimo de "Buitraguito". Julio César (Buitraguito), quien hiciera parte del trío de Bovea y sus Vallenatos en Argentina y que llevó en alto este género musical por más de 60 años, creando su propia historia, es un icono de la Navidad y un represente del vallenato de cuerda que inmortalizó la música de Buitrago, Bovea y su propia historia en la música.
Sus grabaciones oscilan entre las 100-150 canciones sin embargo solo un aproximado de 60 canciones todavía existen, estas fueron distribuidas en discos de 78 RPM.
Discos Fuentes ha recopilado muchas de estas canciones en Lps y CDs más recientemente, siendo las recopilaciones más significativas:
Este LP fue editado por Discos Fuentes mezclando dentro de las 12 canciones del disco unas 4 canciones que no pertenecen a Guillermo Buitrago y que son interpretadas por otro cantante llamado Julio C. Sanjuan alias "Buitraguito" un imitador de Guillermo Buitrago, muchas personas tienden a confundir a ambos cantantes y es más que justo, debido a la mezcla de esos temas, aun hoy en día Discos Fuentes sigue editando erradamente esas canciones que son interpretadas por "Buitraguito" en algunos CD de Guillermo Buitrago.
Las canciones con asterisco pertenecen a Buitraguito:
Entre otros temas de su repertorio se encuentran los siguientes que están prácticamente extintos y solo coleccionistas los poseen:
Los temas siguientes han desaparecido totalmente:
Discos Fuentes posee la mayor parte de sus canciones y grabaciones aunque muchas de ellas dejaron de salir a la luz pública desde hace décadas y han desaparecido a tal punto que ni siquiera Discos Fuentes sabe que hizo con ellas. Odeón Argentina y Chile editaron algunos de sus temas, los cuales difícilmente se pueden encontrar, y solo coleccionistas pueden tener sus grabaciones en 78 rpm.
Otras grabaciones fueron cuñas radiales como:
Existen más cuñas radiales y aquellas con asterisco son las únicas que se han redescubierto.
Uno de los últimos CDs que se encuentran en el mercado, otra recopilación de las canciones más populares. En este CD algunos temas han sido restaurados y unos bongós han sido añadidas en esos temas que originalmente no las tenían, también un parte temas han sido "mutilados" recortándole parte del punteo inicial. Aquellos con (*) han sido complementados con bongos (Nótese especialmente "El brujo de Arjona"):
Primero un poema y luego una canción, La Víspera de Año Nuevo, es la composición más popular de Buitrago. Es un himno para despedir al año que termina. La noche del 22 de diciembre de 1945, Tobías Enríque Pumarejo estaba a punto de "sonsacarse" de su finca a una morena que había conocido semanas atrás -Doris del Castillo Altamar- y de la cual estaba perdidamente enamorado. El plan era sencillo: con la complicidad de un vecino iría hasta la puerta de su casa y se la llevaría para su finca de El Copey, Cesar.
Pero en el transcurso de la huida, Toba se mostró muy nervioso y en un momento dado creyó que los hermanos de Dorys lo perseguían con perros; y hasta le pareció escuchar que le hacían disparos, lo que los obligó por un buen rato a mantenerse escondidos en una ceiba hueca que encontraron en el camino. Los enamorados empezaron a hacer planes para el futuro. Sin embargo, en la noche del 31 de diciembre, Toba se fue a parrandear con unos amigos a Los Venados, población cercana a Caracolí, Cesar, pero en el fragor de la parranda, y para pedirle el perdón a Dorys, a quien había dejado sola y triste en la finca, compone unos versos para contentarla.
Al retornar a la finca, donde estaba Dorys esperándolo, Toba introduce la mano en su bolsillo, saca el papel donde escribió el poema, le dice que quiere el desagravio y que le va a dedicar unos versos que fueron inspirados en esa aventura. Cuando la familia de Dorys supo que ella se había escapado, justo en la Nochebuena, quedó muy triste. Don Toba, en cambio, estaba feliz de la dicha. Aquí es preciso hacer un comentario: cuando Buitrago grabó la canción -en febrero de 1949 - le pareció indecente el último verso y lo cambió por "contigo allá en las sabanas", según lo constatan y ratifican el compositor Emiliano Zuleta (el autor de La Gota Fría y los señores Rafael y Álvaro Gutiérrez y José Domingo Pumarejo, primos de don Toba.
El homenaje a las sabanas del Diluvio y Camperucho tiene dos interpretaciones: por una parte, eran -y siguen siéndolo- tierras muy bellas y productivas; por otra, en ellas transcurrieron los amoríos de don Toba con Dorys y su posterior fuga. El párrafo final fue una premonición que el compositor tenía: "si los hermanos de Dorys me llegan a encontrar, me matan". De ahí, la alusión a la muerte.
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