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Hematita



La hematita, hematites, oligisto o acerina es la forma mineral del óxido férrico, cuya fórmula es Fe2O3. Su nombre se remonta a los años 300-325 a. C. cuando Teofrasto la denominó «αιματίτις λίθος» (aematitis lithos), en griego ‘piedra de sangre’. Traducido en el año 79 por Plinio el Viejo como haematites (‘parecida a la sangre’), en alusión al vívido color rojo de su polvo; es posiblemente el primer mineral cuyo nombre lleva el habitual sufijo -ita. La forma moderna de su nombre evolucionó simplificando su ortografía, excluyendo la primera «a» (hematites).[1]

La hematita tiene una apariencia muy variable: color pardo rojizo, masas ocres, masas oscuras de color gris plateado, cristales de color gris plateado a negro o masas de color gris oscuro. Todas tienen en común la raya color rojo teja. Presenta brillo submetálico, metálico, apagado o terroso.[1]​ Con luz reflejada adquiere coloración blanca o blanca-grisácea, con un tinte azulado y reflexiones internas color rojo sangre.[2]​ Posee dureza entre 5 y 6 en la escala de Mohs y densidad de 5,27 g/cm³. Se disuelve lentamente en ácido clorhídrico.[3]

La hematita cristaliza en el sistema trigonal, clase hexagonal escalenoédrica. Es polimorfo de la luogufengita y de la maghemita, mineral este último que cristaliza en el sistema cúbico. En estado puro la hematita contiene un 69 % de hierro,[4]​ pudiendo contener trazas de titanio, aluminio, manganeso y agua. Es el miembro principal de un grupo mineralógico que lleva su nombre (grupo de la hematita),[5]​ siendo el análogo férrico de corindón, eskolaíta y karelianita.[1]

Forma cristales generalmente tabulares {0001}, raramente prismáticos [0001] o escalenoédricos; ocasionalmente también romboédricos {1011}, dando lugar a cristales pseudo-cúbicos. A menudo se encuentra en crecimientos subparalelos en {0001} o como rosetas («rosas de hierro»). Otras veces se presenta en masas de micáceas o laminares. Dichas masas pueden ser columnares compactas o fibrosas, a veces radiantes, reniformes, botrioidales o estalácticas.[1]

La hematita aparece en depósitos de metasomatismo de contacto, puede tener origen hidrotermal, ser un mineral accesorio en rocas ígneas o ser un producto de la meteorización de rocas ferruginosas. También puede formar parte de oolitos de origen sedimentario.[6]

La hematita constituye la mena más importante de hierro.[6]​ Tiene además varios usos industriales: la variedad roja se usa como pigmento y también se emplea como agente para pulido. En la antigüedad se usaba la variedad «especular» para la fabricación de espejos; se ha encontrado gran número en tumbas egipcias. La variedad terrosa se usaba para marcar el ganado, aparte de como pigmento. También era conocida como la piedra de los peregrinos, ya que los que llegaban a Santiago de Compostela solían llevarse como recuerdo una piedra de un gran yacimiento que había cerca.[7]

Presenta un color gris a plateado de brillo metálico a submetálico. Se ve como pequeños espejos, de ahí su nombre «especular» (es un mineral producto de la alteración de pirita y magnetita). Se puede presentar en hábito hojoso o tabular, o como cristales anhedrales.[1]

Tiene color rojizo, además de tener la característica de que mancha la piel al tocarla. Se observan contenidos de otros minerales dentro de ella, si son cristales blancos y transparentes, probablemente son minerales de zinc, tales como hemimorfita o calamina y smithsonita, carbonatos de zinc que se pueden identificar mediante tratamiento con ácido clorhídrico. Al atacar una muestra de hematita terrosa con este ácido, se observa que esta es ligeramente soluble en el ácido, obteniéndose una coloración amarilla.

La hematita es un mineral muy extendido. Son notables los cristales procedentes del desfiladero Cavradi (Grishun, Suiza), de la mina Rio Marina (isla de Elba), y de Minucciano, Pietrasanta y Vagli Sotto (Toscana, Italia). Igualmente, en el monte Salza (Piamonte), se han descubierto agregados de cristales de hematita en forma de rosa de hierro cuyo diámetro alcanza los 3-4 cm.[8]​ En Francia hay también importantes depósitos en Pontgibaud (Auvernia-Ródano-Alpes), Sainte-Marie-aux-Mines (Gran Este) y minas Saint-Maime (Provence-Alpes-Côte d'Azur).[1]

España cuenta con yacimientos de hematita en las minas de Alquife (Granada) —donde aparece cristalizando sobre su mismo ocre y con calcita—, en El Pedroso (Sevilla)[6]​ y en la provincia de Jaén. Asimismo, se han encontrado ejemplares muy interesantes en El Llagú (Asturias) así como en Tierga (Zaragoza).

A nivel gemológico, destacan los depósitos de Bawpadan (Mandalay, Myanmar) y de Jos (Nigeria); en este último enclave se extraen zafiros que se hallan asociados a hematita, goetita y gibbsita.[9]

La firma espectrográfica de la hematita pudo verse en el planeta Marte mediante el espectrómetro de infrarrojos a bordo de las sondas Mars Global Surveyor y Mars Odyssey de la NASA en órbita alrededor del planeta.[10]​ El mineral fue visto en abundancia en dos lugares[11]​ del planeta: en Terra Meridiani, cerca del ecuador marciano en la longitud 0°, y en Aram Chaos, cerca de Valles Marineris.[12]​ En otros lugares también apareció, en especial en Aureum Chaos.[13]

Debido a que la hematita terrestre es un mineral que se forma típicamente en entornos acuosos o debido a alteraciones debidas al agua, esta detección fue suficientemente interesante a nivel científico que el segundo de los dos Mars Exploration Rover fue enviado a un lugar de la región de Terra Meridiani denominada Meridiani Planum. Investigaciones in situ realizadas por el rover Opportunity mostraron una cantidad significante de hematitas, mucha de la cual estaba en la forma de pequeñas esférulas marcianas que fueron llamadas informalmente «blueberries» por el equipo científico. El análisis indica que estas esférulas son, aparentemente, concreciones formadas por una solución de agua.



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