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Historia de Texas



La historia del territorio de Texas que forma parte de los Estados Unidos comenzó en 1845, aunque el asentamiento humano en la región data de finales del periodo Paleolítico Superior, alrededor del año 10.000 a. C. Texas, nombre del territorio cuyo origen es el idioma español,[1]​ ha sido parte de seis países independientes: España, Francia, México, la República de Texas, los Estados Confederados de América y los Estados Unidos. Desde la década de 1820, inmigrantes estadounidenses y europeos comenzaron llegar al área; unidos por algunos texanos hispanos, se sublevaron contra México en 1836, alcanzando la independencia. Después de una década como país independiente, Texas se integró a la Unión (los Estados Unidos) en 1845. La frontera oeste del estado se caracterizó por una ganadería vacuna a gran escala y cultivo de algodón. En el siglo XX creció rápidamente, convirtiéndose en el segundo estado más poblado en 1994, y volviéndose muy diversificado económicamente, con una creciente base en alta tecnología. El estado ha sido moldeado por las interacciones de las culturas sureña, tejana de evidente carácter hispánico, amerindia, afroamericana y tejana alemana.[2]

Las tribus americanas nativas que alguna vez habitaron dentro de los actuales límites de Texas incluyen a los apache, atakapa, bidai, caddo, comanche, cherokee, choctaw, karankawa, kikapú, kiowa, tonkawa y wichita. Un remanente de la tribu choctaw en el este de Texas aún habita en la comunidad de Mt. Tabor cerca de Overton, Texas. Hoy en día hay tres tribus nativas americanas reconocidas federalmente que residen en Texas: las tribus alabama-coushatta de Texas, la tribu tradicional kikapú de Texas y la tribu ysleta del sur pueblo de Texas.

El conquistador español Álvar Núñez Cabeza de Vaca fue el primer europeo que pisó territorio texano el 6 de noviembre de 1528.

Aunque los españoles habían enviado previamente un ejército simbólico a la frontera sur de lo que ahora es Texas, los primeros europeos establecidos en la parte principal y corazón de Texas fueron los franceses. No obstante, la presencia colonial de Francia fue breve. Después de explorar el interior del actual territorio de los Estados Unidos, René Robert Cavelier de La Salle regresó a la zona con una gran expedición diseñada para establecer una colonia francesa en el golfo de México, en la desembocadura del río Misisipi. Salieron de Francia en 1684 con cuatro barcos y 300 colonizadores. La expedición fue atacada por piratas, indios hostiles y tuvo una mala navegación. Un barco desapareció a causa de los piratas en las Antillas, otro se hundió en la entrada de la bahía de Matagorda, mientras que un tercero encalló. Lograron establecer el Fuerte de San Luis de Texas, cerca de la actual ciudad de Victoria, Texas.

La Salle dirigió un grupo a pie hacia el este en tres ocasiones para tratar de encontrar la ruta más corta entre Texas y el Misisipi. Durante la última de las búsquedas sus 36 seguidores restantes se amotinaron, y fue asesinado por 4 de ellos cerca del sitio de la actual Navasota, Texas. La colonia existió hasta 1688, cuando un grupo de indios karankawa masacró a los 20 adultos restantes y tomó 5 niños como prisioneros. Henri de Tonti envió algunas misiones de búsqueda en 1689 cuando se enteró de la suerte de la expedición, pero no logró llegar a ningún fuerte donde hubiera sobrevivientes.

A pesar del fracaso de su colonia en Texas, los franceses continuaron reclamando el territorio, incluso después de que los españoles llegaran y lo colonizaran. El periodo francés de la historia tejana es conmemorado en el Sello del estado de Texas y como la primera (o a veces segunda) de las tradicionales "Seis banderas sobre Texas".

El fracaso de la colonia Francesa fue conocida en todo el mundo. Un año después de lo sucedido, los españoles entraron en Texas, deseosos de mantener a los franceses en Luisiana, lejos de la riqueza de la Nueva España. Texas se convirtió en una zona de separación importante pero escasamente poblada entre los reclamos de las potencias de Francia y España. El Texas español duró de 1690 a 1821 cuando Texas fue gobernada como colonia española separada de la Nueva España, conocida como el "Reino de Texas". Este periodo inicia con la expedición del gobernador de Coahuila para destruir las ruinas de la colonia francesa del Fuerte de San Luis y establecer una presencia española en el área, y termina con la Independencia de México en 1821, creando el Texas mexicano. Durante este periodo, Texas fue parte de cuatro provincias en el Virreinato de la Nueva España (México Colonial): el área de El Paso estaba bajo la jurisdicción de Nuevo México, las misiones fundadas cerca de La Junta de los Ríos bajo la de Nueva Vizcaya, la región costera desde el río Nueces hasta el río Bravo y de ahí río arriba hacia Laredo bajo la jurisdicción de Nuevo Santander después de 1749, y Texas estaba inicialmente bajo una jurisdicción conjunta con la provincia de Coahuila. Poco más de tres siglos transcurrieron entre la época en que la costa de Texas fue vista por primera vez por un español en 1519 y el 21 de julio de 1821, cuando la bandera de Castilla y León fue izada por última vez en San Antonio. Esos 300 años se pueden dividir en tres etapas: la era de la exploración inicial, en la que hubo una evaluación preliminar de la tierra y sus recursos; el periodo de la absorción cultural, en el que los indígenas de Texas comenzaron a adquirir elementos culturales de España, al principio indirectamente de intermediarios indios y después directamente de los españoles en sí; y la época de la ocupación defensiva, en la que la presencia española en Texas estaba más dictada por las consideraciones internacionales que causada por el impulso de un imperio en expansión.

Durante la mayor parte del periodo del Texas español, el área asumió una importancia geopolítica enormemente desproporcionada a su lugar demográfico o económico dentro del Imperio español. Durante el periodo inicial de la expansión española en Texas, el Imperio comenzó a fundar una serie de misiones para establecer un punto de apoyo en esta tierra fronteriza. Debido a que los entornos tejanos eran relativamente desconocidos o no estudiados más allá de los reportes hechos durante el periodo conquistador temprano, la expansión española sirvió tanto para delimitar la extensión de su poder como para colonizar el área. Un sistema de misiones-presidios fue establecido en las actuales zonas de San Antonio, La Bahía, Los Adaes, El Paso, Loredao, Nagodoches y San Luis de las Amarillas. La expansión inicial a comienzos del siglo XVIII se encontró con contratiempos inmediatos, cuando durante la Guerra de la Cuádruple Alianza en Europa las hostilidades se propagaron hasta el Nuevo Mundo y las tropas francesas de Natchitoches (en Luisiana) capturaron brevemente la capital de Texas, Los Adaes, en lo que actualmente es el noroeste de Luisiana. Después de estos inconvenientes, el Presidio fue San Luis de las Amarillas, aunque fortalecido y mantenido por varios años, tuvo que ser abandonado en 1770 debido a las depredaciones indígenas y la viabilidad económica. Así, los esfuerzos españoles por la expansión en Texas durante los años de 1731 a 1762 fallaron, excepto en La Bahía, San Antonio de Béxar, y a lo largo del río Grande. Las misiones y los presidios, a pesar de todo, habían fracasado claramente al norte de San Antonio.

El Texas español fue consolidado sobre tres centros primarios. La más antigua y mayor de las comunidades coloniales en Texas fue San Antonio de Béxar. En sus ochenta años de historia el asentamiento había evolucionado de un complejo misión-presidio al primer municipio cartografiado y finalmente a la capital provincial. Su población de aproximadamente 2.000 habitantes estaba compuesta principalmente por colonos mexicanos de Coahuila, Nuevo León y otras provincias fronterizas mezclados con un pequeño número de personas de las Islas Canarias. Después de que Estados Unidos adquiriera Luisiana, un refuerzo de la presencia militar española en Texas resultó en la transferencia de la Segunda Compañía de San Carlos de Parras (la compañía del Álamo de Parras) a San Antonio, donde fue establecida en 1803 en la misión de San Antonio de Valero, que había sido previamente cerrada. Otras unidades procedentes de Nuevo Santander y Nuevo León incrementaron la población a más de 3.000 habitantes para 1810.

El centro secundario del poder colonial español, La Bahía (hoy en día Goliad), era el segundo asentamiento más antiguo en la provincia. Fue originalmente establecido en 1721 en el sitio del Fuerte de San Luis de La Salle, después fue trasladado en 1749 al río San Antonio, donde el presidio y dos misiones tenían la tarea de proteger la costa de Golfo tejana contra las invasiones extranjeras. En 1803 la población del asentamiento de aproximadamente 618 soldados y civiles continuó viviendo bajo jurisdicción militar.

El tercer centro de poder español y el que tenía el control español más limitado estaba al noreste, cerca de la frontera con Luisiana. El noreste de Texas había sido tradicionalmente una comunidad de colonos ingleses, franceses y españoles que habían establecido el Presidio de Las Adaes como la primera capital de Texas. Sin embargo, esta zona estaba incluso más alejada de la Ciudad de México que San Antonio de Béxar. Consecuentemente, el área fue degradada en el estatus colonial y por un edicto Imperial se les ordenó a los colonizadores abandonarla. El virrey eventualmente permitió el reasentamiento del este de Texas, pero no consentía la construcción cerca de Natchitoches, Luisiana. Aun así, los refugiados en San Antonio tomaron cualquier concesión como algo alentador. En agosto de 1774 fundaron el asentamiento de Bucareli en el río Trinidad, en el sitio del actual Condado de Madison. El pueblo había atraído 347 habitantes para 1777, pero fue azotado por las inundaciones y las incursiones comanches. Sin autorización, la población se movió de nuevo en 1779 a Nacogdoches. El nuevo poblado comenzó a ser guarecido en 1795 por un destacamento de Béxar como señal de la futura consolidación de los intereses de San Antonio sobre la provincia. Para los inicios del siglo XIX, el establecimiento estaba atrayendo un creciente número de inmigrantes, legales o no, de la frontera angloamericana.

Para finales del siglo XVIII Texas permaneció como un territorio escasamente poblado, muy dependiente de las fuerzas militares y continuamente expuesto a los ataques de los indígenas que se resistían a la soberanía española en la región. Los esfuerzos de la Corona durante gran parte del siglo XVIII para incrementar la pequeña población y de esta forma mejorar la viabilidad de la provincia en general resultaron infructuosos. La población se mantuvo como una mezcla de indígenas hispanizados concentrados en las misiones, soldados españoles y novohispanos con sus familias, oficiales coloniales españoles y sus familias, y varias comunidades de colonizadores franceses, británicos, italianos, alemanes y estadounidenses que habían sido asimilados dentro del sistema español. Después, en los primeros años del siglo XIX, España se enfrentó de nuevo a los esfuerzos conjuntos de sus rivales, ahora incluyendo a los Estados Unidos, para arrancarle partes importantes de su imperio norteamericano. Las relaciones con los Estados Unidos se habían vuelto peligrosamente cercanas a la guerra sobre los derechos de navegación en el río Misisipi y la expansión de los asentamientos fronterizos angloamericanos hacia las Floridas españolas. La adquisición obligada de Luisiana por parte de Napoleón en 1800 y la subsecuente venta del vasto territorio a los Estados Unidos en 1803 dejó a la Norteamérica española dividida y vulnerable.

La información de censos más completa para el Texas español a principios del siglo XIX data de 1804, el primer año después de la venta de Luisiana a los Estados Unidos. Es posible que esta cuenta sistemática resultara de la necesidad de evaluar la fuerza y números de los españoles y la población hispanizada frente a los agresivos estadounidenses del este. Las siguientes cifras de población fueron compiladas entre enero y diciembre de 1804:

Aunque la población hispanohablante incluía comerciantes y unos pocos artesanos tales como sastres y herreros, la gran mayoría de los tejanos eran ganaderos y pequeños agricultores. Estas cifras no incluyen a los indígenas no asentados ni a los esclavos de raza negra; como Randolph B. Campbell ha demostrado, prácticamente no había gente de raza negra en Texas en la víspera de la Guerra de Independencia de México.

La situación del Texas español a inicios del siglo XIX no lucía prometedora. Invasiones extranjeras, asaltos indígenas y actividades insurreccionales contribuyeron a un colapso demográfico y económico. Al final, las desesperadas autoridades españolas autorizaron la colonización angloamericana en un intento de poblar la provincia y así produjo una nueva serie de problemas para las autoridades mexicanas que pronto las reemplazarían. En los años que siguieron a la Compra de Luisiana y la adquisición de Nueva Orleans por los Estados Unidos, los pobladores estadounidenses habían comenzado a moverse hacia el oeste dentro del territorio reclamado por los mexicanos. Algunos eran filibusteros activos, que buscaban una anexión a largo plazo del área por parte de los Estados Unidos. En 1812 y 1813, la expedición Gutiérrez-Magee intentó separar a Texas de Imperio español. En respuesta, el virrey español en México ordenó el envío del regimiento de Veracruz y de Extremadura a derrotar a los insurgentes tejanos y estadounidenses que fueron derrotados completamente en la batalla de Medina, la batalla más sangrienta ocurrida en el territorio de Texas hasta la actualidad, aniquilando al ejército rebelde de tejano-estadounidense. El resultado fue la pacificación y reconquista de Texas, lo que lo dejó las fronteras del territorio a los de principios del siglo XVIII, disputadas por el gobierno de los Estados Unidos de América que alegaban la compra hecho de Luisiana a Napoleón Bonaparte también incluía supuestamente Texas.

La ininterrumpida ocupación española de Texas (1716-1821) duró solamente 105 años. No obstante, los legados del Texas español aún son duraderos y significantes. En reflexión parecen fuera de proporción al relativamente bajo número de españoles e indígenas hispanizados que se convirtieron en la nación mexicana en 1821. Tal vez más evidente, aunque superficial en importancia, es el uso de nombres españoles por cientos de pueblos, ciudades, condados y zonas geográficas en Texas. San Antonio, el primer municipio formal en Texas, es una de las diez ciudades más grandes en los Estados Unidos. Cuarenta y dos de los 254 condados en Texas tienen nombres o españoles o derivaciones anglicanizadas tales como Galveston, o mal deletreados como Uvalde. Los nombres de algunos accidentes geográficos como Llano Estacado, Montañas Guadalupe e Isla Padre sirven como recordatorio de los exploradores y conquistadores españoles que cruzaron porciones de Texas mucho antes de que los ingleses se establecieran en la costa del Atlántico de Norteamérica. Los españoles introdujeron numerosos cultivos europeos, la irrigación en San Antonio y otros sitios misioneros, además del ganado y técnicas de crianza de este. La agricultura, inicialmente practicada por algunos grupos de indígenas en Texas, fue de la misma forma expandida y mejorada por los misioneros y colonos españoles. Las misiones restauradas en San Antonio y Goliath permanecen como perdurables monumentos para los franciscanos que trajeron la religión católica a los indígenas tejanos. Con la excepción de aquellos hallados en California, los más finos ejemplos de arquitectura misionera española en los Estados Unidos se encuentran en Texas.

Texas mexicano es el nombre dado por los historiadores tejanos al breve periodo entre 1821 y 1835 cuando Texas fue parte de México, como parte del Estado de Coahuila y Texas. El periodo comienza con la victoria de México sobre España en su Guerra de Independencia en 1821 y termina con la Declaración de Independencia de Texas sobre México en 1836, formando la República de Texas.

Un problema del Texas mexicano era el de la reducida población tejana y la hostilidad de los indígenas tejanos a ser parte de los mexicanos, cuya acción eran los diversos movimientos independentistas de los mexicanos tejanos. Las zonas del río Bravo y el Sur de Texas han tenido una larga y turbulenta historia de movimientos independentistas por la población mexicana local, a causa de prácticas anticonstitucionales y dictatoriales por parte del gobierno central mexicano. El norte y este de Texas, mientras tanto, permanecieron en manos de las tribus nativas americanas, algunas de las cuales eran hostiles ante los españoles y más tarde ante el gobierno mexicano.

En la década de 1820, la población de Texas era muy escasa y el gobierno mexicano tenía dificultades para atraer mexicanos al área. De esta forma, a fin de poblar y desarrollar la zona, México buscó pobladores en Europa y especialmente en el vecino país de Estados Unidos. Cuando México llegó a un acuerdo con Stephen F. Austin, permitió que varios cientos de familias estadounidenses se mudaran a la región. Miles de pobladores adicionales pronto llegaron a Texas. Cuando México abolió la esclavitud en todo el país, algunos inmigrantes de los Estados Unidos se negaron a cumplir la ley. Esto se sumó a las quejas acerca del tenso control político y económico sobre el territorio por el gobierno central en la Ciudad de México, que esperaba que sus ciudadanos fueran miembros de la Iglesia Católica, mientras que los pobladores estadounidenses eran protestantes.

En 1835, el presidente de México Antonio López de Santa Anna abolió la Constitución de 1824 y buscó centralizar el poder nacional en la Ciudad de México. Esto causó muchos conflictos políticos a través de México, un ejemplo de esto fue la rebelión y masacre resultante en Zacatecas. Como resultado, los esfuerzos del nuevo gobierno por endurecer el control político y económico sobre el territorio de Texas sólo despertaron los ánimos de los pobladores tejanos extranjeros y locales, ocasionando la Revolución de Texas.

La primera declaración de independencia para el Texas moderno, tanto por pobladores anglo-tejanos como por tejanos locales, fue firmada en Goliad el 20 de diciembre de 1835. La Declaración de Independencia de Texas fue promulgada en Washington-on-the-Brazos el 2 de marzo de 1836, creando efectivamente la República de Texas.

Cuatro días después, la Batalla de El Álamo, de dos semanas de duración, terminó cuando las fuerzas del general mexicano Antonio López de Santa Anna derrotaron a los cerca de 200 tejanos que defendían la pequeña misión que eventualmente se convertiría en el centro de la ciudad de San Antonio. "Remember the Alamo!" ("¡Recuerden El Álamo!") se convirtió en el grito de guerra de la Revolución de Texas. La Batalla de San Jacinto se realizó el 21 de abril de 1836 cerca de la localización actual de la ciudad de Houston. La fuerza entera del General Santa Anna de 1600 hombres murió o fue capturada por el ejército del General de Texas Sam Houston, de 800 hombres; sólo 9 tejanos murieron. Esta decisiva batalla resultó en la independencia de Texas sobre México. Sam Houston, nativo de Virginia, fue presidente de la República de Texas por dos periodos separados, de 1836 a 1838 y de 1841 y 1844. También fue gobernador del estado de Texas de 1859 a 1861 cuando este ya se había incorporado a los Estados Unidos.

El primer Congreso de la República de Texas se reunió en octubre de 1836 en Columbia (ahora West Columbia). Stephen F. Austin, conocido como el "Padre de Texas", murió el 27 de diciembre de 1836, después de servir por dos meses como Secretario de Estado para la nueva República. Ese mismo año, cinco sitios sirvieron como capitales temporales de Texas (Washington-on-the-Brazos, Harrisburg, Galveston, Velasco y Columbia) antes de que Sam Houston trasladara la capital a Houston en 1837. En 1839, la capital fue reubicada al nuevo pueblo de Austin.

Las políticas internas de la República estuvieron basadas en los conflictos entre dos facciones. La facción nacionalista, encabezada por Mirabeau B. Lamar, abogaba por la continua independencia de Texas, la expulsión de los nativos americanos y la expansión de Texas hacia el Océano Pacífico. Sus oponentes, encabezados por Sam Houston, peleaban por la anexión de Texas a los Estados Unidos y la coexistencia pacífica con los nativos americanos. La primera bandera de la República fue la "Bandera Burnet" (una estrella dorada sobre un campo azul), seguida poco tiempo después por la adopción oficial de la "Bandera de la Estrella Solitaria". La República recibió reconocimiento diplomático de los Estados Unidos, Francia, el Reino Unido, los Países Bajos y la República de Yucatán.

En Londres, Inglaterra, la Embajada original de la República de Texas aún existe. Justo frente al Palacio de St. James, la Embajada original de Sam Houston de la República de Texas para la Corte de Su Majestad es actualmente una tienda de sombreros, pero se encuentra claramente señalada con una gran placa.

El 28 de febrero de 1845, el Congreso de los Estados Unidos aprobó la ley que autorizaría a los Estados Unidos la anexión de la República de Texas y el 1 de marzo el presidente John Tyler firmó esta misma ley. La legislación estableció la fecha de la anexión para el 29 de diciembre de ese año. El 13 de octubre del mismo año, la mayoría de los votantes en la República aprobaron una constitución propuesta que específicamente endosaba la esclavitud y el tráfico de esclavos. Esta constitución más tarde fue aceptada por el Congreso de los Estados Unidos, convirtiendo a Texas en un estado de los Estados Unidos de América el mismo día que la anexión tomó efecto (de esta forma saltándose un estatus previo como territorio). Uno de los motivos primarios de la anexión fue que el gobierno de Texas había incurrido en grandes deudas que los Estados Unidos habían aceptado asumir en la anexión. En el Acuerdo de 1850, a cambio de esta adquisición de la deuda de $10 millones, una gran porción del territorio reclamado por Texas, ahora partes de Colorado, Kansas, Oklahoma, Nuevo México y Wyoming fue cedido al gobierno federal.

La resolución de la anexión ha sido el tema de algunas creencias históricas incorrectas — principalmente, que la resolución fue un tratado entre estados soberanos, y otorgó a Texas el derecho explícito de separarse de la Unión. Este fue un derecho argumentado por algunos de ser implícitamente poseído por todos los estados de esa época, y hasta la conclusión de la Guerra Civil. Sin embargo, tal derecho no estaba explícitamente enumerado en la resolución. Habiendo dicho esto, la resolución incluía dos propuestas únicas: primero, le dio al nuevo estado de Texas el derecho de dividirse a sí mismo hasta en cinco estados (una propuesta que nunca fue considerada seriamente). Segundo, Texas no tenía que entregar sus tierras públicas al gobierno federal. De esta forma las únicas tierras que son propiedad del gobierno federal en Texas han sido compradas por este, y los vastos descubrimientos de petróleo en las tierras del estado han proveído un gran flujo de ingresos para las universidades del Estado.

Texas se separó de los Estados Unidos el 1 de febrero de 1861, y se unió a los Estados Confederados de América el 2 de marzo de ese mismo año. Texas era básicamente una "estado de abastecimiento" para las fuerzas Confederadas hasta mediados de 1863, cuando la toma del río Misisipi por parte de la Unión hizo que grandes movimientos de hombres, caballos o ganado fueran imposibles. Los regimientos tejanos pelearon en cada disputa importante durante la Guerra.

La última batalla de la Guerra Civil, la Batalla de Palmito Ranch, se llevó a cabo en Texas el 12 de mayo de 1865.

Clampitt (2005) sugiere que los soldados Confederados del Ejército de Trans-Misisipi en Texas después del colapso de la Confederación en abril de 1865 eran indisciplinados. Debido a la baja moral, falta de disciplina, y un gran número de deserciones, los regimientos disueltos y desertores saquearon al gobierno y a la propiedad privada de regreso a sus hogares. Además, una escasez de participación en las campañas más largas de la guerra, un sentimiento de que su sacrificio había sido un desperdicio, y el hecho de que no se les había pagado en más de 16 meses hicieron que los antiguos soldados se sintieran con el derecho de tomar la propiedad del gobierno (no obstante, la mayoría de los soldados tejanos, siendo de un "estado abastecedor", se comportaron bien en los ejércitos tal como el Ejército de Virginia del Norte de Lee).

Cuando las noticias acerca del colapso de la Confederación llegaron a Galveston, el 19 de junio de 1865, los esclavos liberados se regocijaron, creando la celebración del Juneteenth, también conocida como Día de la Libertad o Día de la Emancipación. El Estado había sufrido poco durante la Guerra pero el comercio y las finanzas estaban estancados. Los furiosos veteranos que regresaban se hicieron con la propiedad del Estado y Texas atravesó un periodo de extensiva violencia y desorden. La mayoría de estas atrocidades tuvieron lugar en el norte de Texas y fueron cometidas por forajidos que tenían sus cuarteles en el Territorio Indio y saqueaban y asesinaban sin distinción de bando. El presidente Andrew Johnson designó al General de la Unión A. J. Hamilton como gobernador provisional el 17 de junio de 1865. Hamilton había sido un político prominente antes de la guerra. Le otorgó la amnistía a los ex-Confederados si prometían apoyar a la Unión en el futuro, asignando a algunos ciertos cargos. El 30 de marzo de 1870, aunque no cumplía con todos los requisitos, el Congreso estadounidense readmitió a Texas en la Unión.

La creación del Territorio de Nuevo México en 1850 estableció la frontera con el estado de Texas en el río Bravo. Entre ese año y 1912, cuando Nuevo México pasó a ser un Estado, el curso del río había cambiado. Un caso de disputa fronteriza fue presentado ante la Suprema Corte de los Estados Unidos en 1913. La Corte resolvió el asunto en 1927 determinando el curso que tenía el río en 1850, lo que concordaba en gran medida con los reclamos de Texas.

Anthony Francias Lucas, un experimentado ingeniero minero, excavó el primer gran pozo petrolero en Spindletop, la mañana del 10 de enero de 1901, en la pequeña colina al sur de Beaumont, Texas. El Campo Petrolero del Este de Texas, descubierto el 5 de octubre de 1930, se localiza en la parte centro-este del estado, y es la más grande y prolífica reserva de petróleo en los Estados Unidos. Otros campos petroleros fueron descubiertos más tarde en el oeste de Texas y bajo el golfo de México. El "Boom Petrolero" resultante transformó permanentemente la economía de Texas, y llevó a la primera expansión económica significante posterior a la Guerra Civil.

La economía, que había experimentado una importante recuperación desde la Guerra Civil, fue atacada por un doble golpe por parte de la Gran Depresión y el Dust Bowl (Tazón de polvo). Después de la quiebra del mercado de acciones en 1929, la economía sufrió reveses significativos y miles de trabajadores de las ciudades se vieron desempleados, muchos de los cuales dependían de programas de ayuda federales como el FERA (Federal Emergency Relief Administration, Administración Federal de Ayuda de Emergencia), el WPA (Work Progress Administration, Administración del Progreso del Trabajo) y el CCC. Los agricultores y ganaderos se vieron especialmente dañados, ya que los precios del algodón y el ganado cayeron estrepitosamente. Comenzando en 1934 y hasta 1939, un desastre ecológico de vientos severos y sequías causó un éxodo de Texas y Arkansas, la región occidental de Oklahoma y las llanuras circundantes, en las que más de 500.000 personas se encontraban sin hogar, con hambre y desempleadas. Miles dejaron estas regiones para siempre a fin de buscar oportunidades económicas en la Costa Oeste. Inmediatamente antes de y durante la Segunda Guerra Mundial, las bases militares existentes en Texas fueron expandidas y numerosas nuevas bases de entrenamiento fueron construidas, especialmente para el entrenamiento en aviación. Cientos de miles de soldados, marineros y pilotos estadounidenses (y de los países aliados) se entrenaron en este estado. Todos los sectores de la economía se desarrollaron ya que el frente civil prosperó.

Desde 1950 y a través de los años 1960, Texas se modernizó y expandió dramáticamente su sistema de educación superior. Bajo el mandato del Gobernador John B. Connally, el estado produjo un plan a largo plazo para la educación superior, una distribución más racional de los recursos, y un equipo estatal que manejara las instituciones estatales con gran eficiencia. Debido a estos cambios, las universidades de Texas recibieron fondos para la investigación y el desarrollo durante las administraciones de John F. Kennedy y Lyndon B. Johnson.



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