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Ich bin ein Berliner



Ich bin ein Berliner (trad. del alemán: «Soy berlinés» o «Soy ciudadano de Berlín») es una famosa cita realizada por el presidente de Estados Unidos John F. Kennedy el 26 de junio de 1963 en Berlín Occidental en el balcón del edificio del 'Rathaus Schöneberg' con motivo del decimoquinto aniversario del bloqueo de Berlín impuesto por la Unión Soviética con el consecuente levantamiento del muro de Berlín (13 de agosto de 1961), indicando la solidaridad hacia los habitantes de Berlín.[1]

La capital de Alemania, Berlín, estaba dentro de la zona controlada por la Unión Soviética tras la Segunda Guerra Mundial. Inicialmente gobernada en 4 sectores controlados por las potencias aliadas (Estados Unidos, Gran Bretaña, Francia y la Unión Soviética), las tensiones de la Guerra Fría escalaron hasta que las fuerzas soviéticas implementaron el Bloqueo de Berlín, el cual los aliados occidentales aliviaron mediante un puente aéreo. Después del bloqueo, los sectores controlados por los países de la OTAN se convirtieron en un exclave de Alemania Occidental rodeado completamente por territorio de Alemania Oriental. A partir de 1952, Berlín era el único punto de la frontera entre el este y el oeste que no estaba cerrado. Miles de alemanes orientales emigraron a Occidente a través de Berlín, amenazando a la RDA con el colapso económico.

En 1961, el gobierno de Alemania Oriental erigió una barrera alambrada alrededor de Berlín Occidental, llamada oficialmente antifaschistischer Schutzwall (Barrera de protección antifascista). Las autoridades de la RDA argumentaron que estaba diseñada para evitar que espías y agentes de Alemania Occidental cruzaran hacia el este. Sin embargo, el verdadero propósito del Muro de Berlín era evitar que ciudadanos de Alemania Oriental escaparan hacia el oeste. En cuestión de meses, la barrera fue reconstruida usando concreto, y los edificios aledaños fueron demolidos para crear una "zona de muerte" en la mira de los guardias de Alemania Oriental, dotados de ametralladoras. El muro cerró la última rendija de la Cortina de Hierro, y Berlín pasó de ser uno de los lugares más fáciles para cruzar de Europa del este hacia Europa occidental a ser uno de los más difíciles.[2]

Los países occidentales fueron acusados de no responder con el uso de la fuerza a la construcción del muro. Oficialmente, Berlín estaba bajo ocupación conjunta de las 4 potencias aliadas, cada una responsable de una zona determinada. El discurso de Kennedy marcó la primera ocasión en que Estados Unidos reconoció que Berlín Oriental era parte del bloque soviético junto con el resto de Alemania Oriental. El 25 de julio de 1961, Kennedy insistió a través de un discurso que Estados Unidos defendería Berlín Occidental, haciendo valer sus derechos acordados en la Conferencia de Potsdam, al mismo tiempo que hacía claro que no era posible desafiar la presencia soviética en Alemania.

El discurso de Kennedy fue considerado uno de los más notables de la época de la Guerra Fría, no obstante se hacen en el discurso dos veces referencia a "Ich bin ein Berliner", una al comienzo, tras la felicitación al alcalde de la ciudad Willy Brandt y al gobernador americano el General Lucius D. Clay (ambos presentes en el balcón del discurso), menciona:

La traducción al castellano de esta parte inicial del discurso es:

En el discurso tras acabar menciona como final:

Y su traducción:

a pesar de las dos referencias nativas al idioma alemán (y una al latín): Lasst sie nach Berlin kommen (Dejad que vengan a Berlín) y Ich bin ein Berliner (Soy un ciudadano de Berlín), el nombre del discurso se hizo popular internacionalmente con la última frase.

En los Estados Unidos ha quedado como leyenda urbana que las palabras en idioma alemán no eran correctas y que hubiera sido más correcto decir "Ich bin Berliner" (sin artículo indeterminado) y por esta razón puede que la gente haya interpretado incorrectamente "Ich bin ein Berliner" (Berliner Pfannkuchen) y al final queda como "soy un dónut cremoso". Gramaticalmente sería correcto, ya que cada ciudadano de Berlín puede decir: Ich bin ein Berliner (con el empleo del artículo indeterminado), además no puede ser entendida de otra forma por el contexto debido a que en Berlín se suele pedir en las pastelerías el Berliner Pfannkuchen mencionando sólo la palabra Pfannkuchen (sólo en Berlín y alrededores, en el resto de Alemania Pfannkuchen es un tipo de pastel similar), además no pudo haber un error tan simple ya que el texto fue leído anteriormente por el periodista Robert Lochner y Willy Brandt. Las sonrisas que hubo en su momento hacen referencia al comentario que hace Kennedy sobre su traductor cuando le menciona en la primera parte de su discurso agradeciendo la traducción al alemán. No obstante la leyenda se ha hecho famosa y circula internacionalmente a pesar de que los orígenes de la misma hoy en día sean oscuros.

Kennedy se tuvo que apoyar en consejeros para poder pronuciar las frases en idiomas no maternos; tenía acento de Boston y por eso tuvo que escribir en sus notas de mano "Ij bin ain Bearleener" para poder hacer una lectura adecuada por fonética.

Durante el conflicto en Kosovo en la extinta Yugoslavia durante los años 1990 la Secretaria del Estado de los Estados Unidos Madeleine Albright empleó estas palabras del discurso de Kennedy haciendo un paralelismo mencionando en su discurso en la ciudad de Sarajevo: „Ja sam Sarajevka!“

Firma de Kennedy en el libro de visitas de la ciudad de Berlín

Notas fonéticas de Kennedy (para poder pronunciar correctamente el discurso): Ish bin ein Bearleener – kiwis Romanus sum – Lasd z nack Bearleen comen

Memorial de John F. Kennedy en frente del 'Rathaus Schöneberg' lugar donde dio el discurso.

Coordenadas: 52°29′06″N 13°20′40″E / 52.484932, 13.344395



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