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Idioma chaná



El chaná es una lengua charrúa que fue hablada por los chanás en regiones de lo que hoy es Argentina y Uruguay, a lo largo de los ríos Uruguay y Paraná.[1][2]

La documentación sobre el chaná es limitada. Existe una pequeña gramática escrita por Dámaso Antonio Larrañaga[3]​ y unas cuantas listas de palabras. El chaná fue incluido por la Unesco en el Atlas de lenguas del mundo en peligro en el año 2010.[4]

A mediados de 2005, Blas Jaime, un habitante de la ciudad argentina de Paraná nacido en Nogoyá dio a conocer que conservaba por transmisión oral de su madre la lengua chaná. Se considera a Blas Jaime un semihablante del chaná. Su conocimiento de esta lengua ha sido estudiado por el lingüista argentino J. Pedro Viegas Barros, quien llevó a cabo diversos estudios de morfosintaxis, fonética y fonología. Viegas y Blas Jaime hicieron un inventario de más de 250 vocablos y frases, entre ellas todas las palabras charrúas y chanás conocidas, ayudando a elaborar un diccionario del idioma.[5][6][7][8][9][10][4][11]

Blas Wilfredo Omar Jaime (en chaná: Agó Akoé Inó, lit. "perro sin dueño") o simplemente Blas Jaime, nació la ciudad de Nogoyá en la Provincia de Entre Ríos el 2 de febrero de 1934. En la actualidad, vive en la ciudad de Paraná y es su único hablante nativo.[12][8][13]

El idioma históricamente lo hablaban los pueblos chaná, que habitaban en torno a los grandes ríos de la región (el Paraná y el Uruguay), el norte de la ahora provincia de Buenos Aires, el centro y sur de las provincias de Santa Fe y Entre Ríos, y el suroeste de la "Banda oriental" del Uruguay, actualmente estado de Uruguay.[13]

El primer europeo en ingresar por el Paraná y publicar sus aventuras, Ullrico Schmidl, participante de la expedición de Pedro de Mendoza (1535), dice que chanás, timbúes, corondás y quiloazas compartían el idioma y las principales costumbres.

Ha sido catalogado como idioma «en situación crítica» por el Atlas interactivo Unesco de las lenguas en peligro en el mundo.[14]

La teoría que autores como Bauzá, de la Sota, Ameghino y Araújo sostenían sobre la filiación lingüística guaraní de las lenguas indígenas de la región del Plata, Olaf Blixen la consideró completamente desacreditada. Sixto Perea y Alonso sugirió la tesis sobre la filiación arahuaca de las lenguas indígenas de la región —entre las cuales estaba el chaná—, aunque esta tesis la desestimó Blixen por carecer de valor científico. Benigno Ferrario propuso la vinculación del chaná con las lenguas matacas.[15]


Según Viegas Barros (2015), los sonidos /tr/, /q/, /dr/, /w/ y /j/ solo tuvo registros en el chaná antiguo, mientras que /Ʒ/, /ʃ/, /x/ y /ɲ/ aparecen en el chaná moderno. Si bien /r/ y /ʔ/ tiene registros solo en el chaná moderno, el autor presume que estos dos sonidos estaban presentes también en el chaná antiguo.[17]

Citando a Larrañaga (1923), expresa que en el chaná antiguo no existían consonantes fricativas sordas labiales o interdentales ni laterales palatales.[18]​ Esto también se observa en el chaná moderno.[17]​ En el chaná antiguo, según Larrañaga, habían consonantes geminadas («las letras duplicadas (...) tienen toda la fuerza de su duplicación»),[19]​ pero esta característica fonológica no está presente en el chaná moderno.[17]

Para Viegas Barros, la falta de algunas consonantes como /ɲ/, /ʃ/, /r/ y /ʔ/ en el chaná antiguo quizá sea aparente debido al corpus lingüístico reducido de la muestra que tomó Larrañaga en el siglo XIX.[17]​ Por otra parte, algunas de las diferencias fonológicas podrían deberse a la evolución fonética de la lengua durante los dos siglos transcurridos desde la muestra de Larrañaga a la de Blas Jaime.[17]

El chaná antiguamente habría carecido de un sistema de escritura.[20]​ En su trabajo de recopilación del idioma chaná, Dámaso Antonio Larrañaga utilizó el alfabeto latino para escribir el vocabulario chaná. En el chaná contemporáneo de Jaime y Viegas Barros, el chaná utiliza un sistema de escritura basado en el alfabeto latino, que consta de veintiséis caracteres; cinco vocales y veintiún consonantes: a, b, c, ch, d, e, g, i, j, k, l, ll, m, n, ñ, o, p, r, rr, s, t, u, v, x, y, .[16]

El uso de los sustantivos ocurre como determinantes del verbo representando el sujeto o como objeto directo. Además, también pueden funcionar como núcleo de predicado.[21]​ En el chaná actual el número del sustantivo no se indica salvo en dos casos: cuando un término se refiere a una parte del cuerpo añade un sufijo que podría indicar dual o plural, aunque no ha sido documentado en otros casos; y un sufijo de colectivo -át que significa «grupo de». Por ejemplo:[21]

Sin embargo, en el chaná antiguo el plural se señalaba añadiendo al sustantivo el sufijo -guát. Por ejemplo:[22]

Los sustantivos en el chaná moderno poseen dos géneros, masculino y femenino. El género cada sustantivo es el correspondiente de aquel en el idioma español. La marca de género femenino solamente se indica mediante un sufijo -a en el caso de tratarse de seres animados; en el resto de los casos —el género masculino en todos los casos y el femenino para el caso de los seres inanimados— no se marca. Por ejemplo:[21]

En el chaná del siglo XIX para señalar la hembra de una especie se añadía el sufijo -kai (derivado de la palabra ukái, hembra) al sustantivo. Por ejemplo:[23]

Por lo general los adjetivos se colocan después del sustantivo, aunque también pueden precederlo.[24]​ Esta característica ya se observaba en el chaná antiguo.[25]​ Algunos adjetivos admiten la marca de género, añadiendo el sufijo -a para marcar el femenino.[24]​ Respecto del número gramatical, en el chaná atestiguado por Larrañaga este se conservaba invariable y con la misma terminación tanto en el singular como en el plural, ya que esta característica era señalada por el sustantivo.[25]

La siguiente información corresponde al chaná antiguo, es decir, al registrado por Dámaso Antonio Larrañaga (1771-1848) en su informe Compendio del idioma de la nación chaná de 1815 en Santo Domingo de Soriano, al sur del Río Negro, Uruguay.[26][27]

Hay cuatro verbos auxiliares usados con frecuencia:

Ti es artículo, los verbos rigurosamente son: ten, len, na, do.

Los verbos son inconjugables, los tiempos se determinan por los auxiliares, así todos tienen la misma terminación. Esta regla tiene la excepción de la terminación dan que denota el pretérito. Ejemplos:

Cuando al verbo se añade el auxiliar, es para darle más fuerza. Entonces en el pretérito la terminación dán va agregada al auxiliar:

(está sembrando)

(estuvo sembrando)

Tienen otra terminación común: mar.

Se aplica a los verbos y a los sustantivos; sirve para dar a la expresión fuerza, gracia o ponderación, sin determinar tiempo.

Hay tres tiempos verbales: presente, pretérito y futuro. El presente del infinitivo sirve a todos los presentes de este modo. Quitado el al presente del infinitivo, e iniciado con la persona o pronombre, se hace presente de indicativo:

El presente del modo subjuntivo no tiene modo de explicarse. Se varía la frase de modo que se exprese con el modo indicativo.

El modo imperativo se explica y determina por el infinitivo sin la menor alteración. La gesticulación, el tono, la acción y actitud del cuerpo completarían el valor de la expresión para evitar confusiones.

En cuanto al pretérito con la terminación dán, significan todos los pretéritos, imperfectos, perfectos y pluscuamperfecto de indicativo. La terminación do denota comúnmente la tercera persona de singular de los pretéritos.

La voz chané es una terminación suelta destinada a significar la tercera persona de plural de todos los tiempos, pospuesta al verbo.

Para el futuro usa solamente lo que vendría a ser en español "he de", con dos voces: madde (antepuesta) y marán (pospuesta), de igual fuerza aplicables indistintamente a todos los verbos:

El verbo queda en su terminación de infinitivo.

No tienen en el infinitivo más que el presente, ni pretéritos o gerundios, ni estando o habiendo. Parafrasean las oraciones y les dan sentido con precisión.

Hay pocas voces que puedan confundirse, generalmente cada cosa tiene su voz.

Son lacónicos, a veces suprimen y subentienden el verbo, por ejemplo para decir "yo tengo hambre" usan Y hueiekás (Yo hambre); Y gueés (Yo sed).

En la regla 26, se expresaba que los verbos algunas veces se "dimidian" colocando el pronombre en el medio. Se utiliza generalmente en las frases familiares:

Hay tres verbos simples negativos:

Aunque el autor no encontrado el motivo de esta regla, en las cláusulas interrogantes del último verbo que cierra la oración, y debe concluir en i:

kei-sai-solai

tei-lei-egei-moi

Generalmente los verbos se posponen a todo, lo que daría a entender que el chaná antiguo en una lengua cuyo orden de oraciones es del tipo SOV (sujeto objeto verbo):

Yo miro: Y solá

Tu miras: em sol

Aquel mira: huát sol

Es decir que solamente en la primera persona esta la á.

El sistema de numerales funciona tanto como cardinal como ordinal, con las siguientes unidades:

A partir de este punto, algunos numerales se forman combinados con otros numerales en sintagmas que funcionan como numerales propios:

A continuación, un mensaje de un padre a su hijo de 13 años que, según la cultura chaná, está entrando en la adultez. Fue conservado oralmente por don Blas Jaime y llevada a escrito por Viegas Barros.[28]

Ote tato a'a tato'e:

Banati amit tato'e

Kaley angu uhe nantu ug baté tihwi

Welkaymar hili kaley baté nantú

Oyenden uhe okó ug dyoi opa bate ititi reta

Oyenden opa uga pite'e ug bate tihwi

Ita'i wa oté oblí baté nderé

Ngan amit aywa

Npen baté uga Tihwinem


Hacer hombre al hombrecito:

Hijo mío, hombrecito:

Recibe hoy el último castigo de tu padre

En adelante sólo recibirás tu (propio) castigo

Recuerda este castigo durante toda tu vida como un hombre

Para que mejores tu viaje (por este mundo)

Tienes mi bendición;

Gana tú la de Tihwimen (diós chaná)



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