Idolatría es un concepto religioso para describir al conjunto de cultos que están en oposición a una autoridad religiosa. Se define como: "la adoración de un ídolo como dios". La entrada en el Diccionario de la lengua española es: Adoración que se da a los ídolos.
En las religiones abrahámicas —judaísmo, cristianismo e islam— la idolatría connota la adoración de algo o alguien que no sea Dios como si lo fuera. En estas religiones monoteístas, la idolatría ha sido considerada como la "adoración de dioses falsos", está prohibida y se describe en los Diez Mandamientos. Otras religiones monoteístas aplican reglas similares. Debido a las ramas de las religiones abrahámicas, la interpretación de lo que se constituye idolatría varía entre ellas, esto ha estado acompañado durante mucho tiempo por la violencia entre los grupos religiosos que prohíben el culto a los ídolos y aquellos que han aceptado íconos, imágenes y estatuas para su veneración.
En muchas religiones indias, como el hinduismo, el budismo y el jainismo, los ídolos (murti) se consideran un simbolismo del absoluto pero no son el absoluto, o solo representan ideas espirituales, o la encarnación de lo divino. Es un medio para enfocar las propias búsquedas religiosas.
En las religiones tradicionales del antiguo Egipto, Grecia, Roma, África, Asia, América y otros lugares, la reverencia a una imagen o estatua ha sido una práctica común, y las imágenes de culto han tenido diferentes significados.
Qué imágenes, ideas u objetos constituyen idolatría a menudo es objeto de considerables disputas. La evitación del uso de imágenes por razones religiosas es llamado aniconismo. La destrucción de imágenes religiosas dentro de una sociedad es llamado iconoclasia.
La interpretación del concepto ha sido parte de grandes divisiones entre distintas denominaciones cristianas, en especial entre el protestantismo y el catolicismo. En la historia del cristianismo encontramos diferentes posiciones de las autoridades civiles y religiosas frente al tema de la adoración de imágenes. La expansión del cristianismo en los primeros siglos, se acompañó de imágenes de mártires y santos, a los que se sumaron las imágenes de María después del Concilio de Éfeso.
La palabra idolatría proviene por haplología de las palabras griegas εἰδωλολατρία eidololatria, parasíntesis de εἰδωλολάτρης, de εἴδωλον eidolon, "imagen, figura", y λάτρις latris "devoto" o λατρεύειν latreuein "adoración", de λάτρον latron "tributo".
Aunque el origen griego parece ser una traducción griega de la frase hebrea avodat elilim encontrada en la literatura rabina (e.g., bChul., 13b, Bar.), mientras que el término griego no es encontrado en sí mismo en Septuaginta, Filón de Alejandría, Flavio Josefo u otros escritos judíos helenos. Tampoco es encontrado en la literatura griega pre-cristiana. En el Nuevo Testamento, la palabra griega solo es encontrada en las cartas de Pablo, Pedro, Juan y Revelaciones, donde tiene un sentido despectivo, como uno de los vicios. También se encuentra en el Didaché y el Concilio de Jerusalén incluye una prohibición de la «contaminación de los ídolos». Términos hebreos para la idolatría incluyen avodah zarah (adoración extranjera) y avodat kochavim umazalot (adoración de los planetas y las constelaciones).
La idolatría está prohibida en la Torah y es, junto con la ira, el asesinato y el incesto, pecados que no deben cometerse ni siquiera para salvar la vida. Aun así, de acuerdo al Tanaj la idolatría persistió en el antiguo Israel; ejemplos de ello son el culto a Baal, a Astarot, a Moloch, a los astros y la prostitución sagrada. Los rabinos prohibieron todo contacto con los idólatras, inclusive compartir alimentos con ellos.
El punto de vista cristiano de la idolatría puede ser dividido de manera general en dos categorías: la postura católica-ortodoxa, que acepta el uso de iconos religiosos y otras imágenes, y la interpretación protestante. Protestantes fundamentalistas a menudo acusan a los otros cristianos de idolatría, iconolatría e incluso paganismo; en la Reforma Protestante tales términos fueron comunes a todos los protestantes. Los grupos puritanos adoptaron una posición similar a aquellas del judaísmo y el islam, condenando todas las imágenes religiosas, ya se trate de figuras en tres o dos dimensiones, e incluyendo también a la cruz plana.
En el protestantismo suele criticarse el uso que la Iglesia católica hace de imágenes para relacionarse con una serie de personas distintas a Dios, venerándolas, basándose, por vía de exégesis, en algunos versículos de la Santa Biblia. Entre las formas de veneración existentes en el catolicismo destacan:
El Catecismo de la Iglesia católica afirma:
Además señala lo siguiente:
El magisterio católico ha definido formas distintivas de culto hacia dichas personas, no asociadas a su imagen y no permitiendo en ningún momento la adoración fuera de Dios. Respecto del culto referido a la Virgen María, los padres conciliares señalaron:
En la Biblia hay varios ejemplos de la presencia de imágenes realizadas por mano humana:
Dios manda a Moisés a fabricar una serpiente de bronce:
David entregó a Salomón, su hijo, un plano en donde se detallaba: para el altar del incienso, oro acrisolado según el peso; asimismo el modelo de la carroza y de los querubines que extienden las alas y cubren el arca de la alianza de Dios:
El profeta Ezequiel describe imágenes grabadas en el Templo de Jerusalén:
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