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Iglesia Católica en Costa Rica



La Iglesia católica está presente en Costa Rica (también conocida como Iglesia Católica en Costa Rica), donde según los datos de monseñor Oscar Fernández Guillén, obispo de Puntarenas y presidente de la Conferencia Episcopal en Costa Rica un 62% de los Costarricenses pertenecen a la Iglesia católica, mientras que de ese porcentaje un 42% es practicante.[1]

En 1531 se crea la Diócesis de Nicaragua y Costa Rica (con sede en España), hasta 1850 cuando se crea la Provincia eclesiástica de Costa Rica.

Entre los misioneros de este tiempo, destaca la labor de los frailes franciscanos, entre ellos Antonio Margil de Jesús, Lorenzo de Bienvenida y Juan de Estrada Rávago y Añez.

El primer sacerdote nacido en Costa Rica fue el padre Baltazar de Grado, quien fue cura de Cartago en el siglo XVII (y probablemente sería el mismo durante los sucesos de hallazgo de la imagen de la Virgen de los Ángeles.

El catolicismo costarricense ha tenido un papel preponderante en labores y luchas sociales del país. Un ejemplo inicial fue el padre Florencio del Castillo quien fue elegido por Costa Rica como su representante en las Cortes de Cádiz, tomando posesión de su curul en 1811. Destacó tanto que fue nombrado presidente de dichas Cortes.También se puede mencionar al padre Juan de los Santos Madriz y Cervantes ,firmante del Acta de Independencia de Costa Rica, benefactor del Hospital San Juan de Dios, presidente del Consejo Representativo, y primer rector de la Universidad de Santo Tomás de Costa Rica, cargo que desempeñó hasta 1850.[2][3]​ El padre Francisco Calvo asoció a varios obreros en una caja de ahorros y socorros mutuos, fundando así en 1874 la Sociedad de Artesanos de San José, primer gremio costarricense y lo que marcaría el inicio del Seguro Social del país.[4][5]​En 1893 el obispo Bernardo Augusto Thiel toma parte del despertar social costarricense con su "Carta Pastoral sobre el Justo Salario", donde denuncia las injusticias laborales de la época.[6][7]​ Se destaca también la figura del arzobispo Víctor Sanabria Martínez (1898-1952), cuyo pensamiento influyó en la promulgación del Código de Trabajo. Su apoyo a las luchas sociales de la clase obrera se dio incluso en abierta cooperación con el partido comunista nacional.[8]

En obras y proyectos caritativos, hay que mencionar que el primer hospital del país se creó en 1784[9]​ gracias a la ayuda del obispo Esteban Lorenzo de Tristán,[10]​ (además fundador de Alajuela[11]​).También sobresale la labor de la Iglesia en fomentar las Juntas de Caridad[12][13]​ (actual Junta de Protección Social de San José),[14]​ y las acciones de varios sacerdotes y monjas, donde destacan los nombres de: Manuel Antonio Chapuí de Torres,[15]​ Félix Velarde Umaña,[16]​ Cecilio Umaña Fallas ,[17][18]Carlos María Ulloa ,[19]Fray Casiano de Madrid,[20]​ la salesiana María Romero Meneses.,[21]​ las Hermanas de la Caridad de Santa Ana [22][23]​ y las Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl.[24]

En materia educativa y cultural, la Iglesia católica fundó la primera escuela del país, siendo el padre Diego Aguilar en 1594 el primer maestro de Costa Rica. En 1814 el obispo Nicolás García Jerez funda la Casa de Enseñanza de Santo Tomás (futura Universidad de Santo Tomás) y su primer rector el sacerdote Manuel Alvarado.[25]​ A fray Juan Garita Guillen (1859-1912), se le considera fundador de la literatura costarricense .[26][27]​ Durante el siglo XX, resaltan la labor formativa de los sacerdotes Benjamín Núñez Vargas, cofundador, primer rector y profesor de sociología de la Universidad Nacional de Costa Rica (esto, entre muchas obras más) ,[28]​ y del padre Armando Alfaro Paniagua, quien crea en Heredia una escuela para preparar un grupo de jóvenes limpiabotas, y dirige un colegio vocacional en Desamparados . Entre sus varios proyectos también están el presidir el Colegio de Periodistas de Costa Rica, la fundación de una editorial e imprenta, la colaboración en la fundación de la Cámara Nacional de Radio, la iniciación y dirección ejecutiva del Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS); etc .[29][30][31]​ También, en el aporte cultural de las monjas, resalta los trabajos de la religiosa del Buen Pastor sor María de la Salette Quirós: educadora, periodista, psicóloga, poetisa, pintora y música.[32]

El sacerdote jesuita Franz Tattenbach Quadt fue pionero de la educación radiofónica para adultos en Costa Rica, para lo cual fundó el Instituto Costarricense de Educación Radiofónica (ICER), en Lourdes de Montes de Oca, y fue un introductor de las novedosas ideas de Paulo Freire al ambiente pedagógico costarricense.[33]

Basados en la encíclica del papa Juan Pablo II, que hace referencia al «capitalismo salvaje»,[34]​ el clero católico costarricense adoptó durante algunos años una postura crítica ante el libre comercio y sus efectos sobre las clases pobres, expresada a través de los cuestionamientos al acuerdo comercial con Estados Unidos conocido como CAFTA.Sin embargo, la Conferencia Episcopal de Costa Rica resaltó: «La Iglesia tiene el deber de orientar al pueblo en decisiones de tanta importancia como el CAFTA basándose en los principios y valores del evangelio pero no de parcializar hacia ninguna tendencia o postura particular. Es el pueblo quien —haciendo uso de su criterio y tomando en cuenta la ya mencionada orientación de sus pastores— debe decidir».[35]​Así, el clero del país asumió públicamente una postura imparcial (con especial énfasis en lo que a orientación del pueblo se refiere).[36]​ Siendo cosa aparte la opinión o tendencia de cada clérigo en particular.[37]

La iglesia católica costarricense tuvo que enfrentar el desprestigio por una ola de escándalos:

Estos y otros escándalos[41]​ pueden ser una de las causas de la reducción de fieles católicos de las últimas décadas, aunque también deben tenerse en cuenta el crecimiento de congregaciones protestantes y la secularización social que propicia el indiferentismo religioso.

La iglesia Católica ha enfrentado activamente este reto realizando una «nueva» evangelización de la población y enfocando mucha de su acción en lo que denomina pastoral juvenil ,[42]​ además de mantener numerosas instituciones de bien social, como por ejemplo la pastoral social Caritas Costa Rica ,[43]​ y el CEDES Don Bosco.[44][45][46][47][48][49][50][51]​El catolicismo sigue siendo la religión predominante en Costa Rica, prueba de ello es la popular "romería", peregrinación hacia la Basílica de Nuestra Señora de los Ángeles (Cartago), patrona del país, realizada cada año entre el 1 y 2 de agosto por cerca de 2 millones de personas.

El Hogar de Ancianos de Montes de Oca, fundado por el sacerdote jesuita Luis Martinez Arnaiz, es la principal entidad encargada de la atención a la persona adulta mayor en el importante cantón capitalino de Montes de Oca, y posterior al fallecimiento del Padre Martínez Arnaiz fue presidida entre otros por el Padre Julián González Barrio, S. I., fallecido a su vez el 6 de abril de 2020.[52]



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