Escudo
El Imperio purépecha o tarasco fue un imperio del México precolombino, que abarcaba parte tanto de la región mesoamericana como de la aridoamericana y una extensa área geográfica del actual estado mexicano de Michoacán, partes de Jalisco, sur de Guanajuato, Guerrero, Querétaro, Colima y Estado de México. En el momento de la conquista española fue el segundo estado más grande de Mesoamérica. Su gobierno era monárquico y teocrático. Como la mayoría de las culturas prehispánicas, los purépechas eran politeístas.
El estado purépecha fue fundado cerca del inicio del siglo XIV y perdió su independencia ante los españoles en 1521. Los habitantes del imperio eran en su mayoría purépechas, pero también se incluían otros grupos étnicos como los nahuas, otomíes, matlatzincas y chichimecas. Estos grupos étnicos fueron asimilados gradualmente por el grupo mayoritario.
El estado estaba constituido por una red de sistemas tributarios y poco a poco se fue centralizando bajo el control del gobernador del estado al que se llamó cazonci. La capital tarasca se encontraba en Tzintzuntzan a orillas del lago de Pátzcuaro, Michoacán; según la tradición oral tarasca fue fundada por el primer cazonci Tariácuri y dominado por su linaje, los Uacúsecha ('águilas').
El estado purépecha fue contemporáneo y enemigo del Imperio Mexica, contra el que luchó muchas veces; bloqueó la expansión de aquella nación hacia el oeste y suroeste, y, a través de una serie de fortificaciones, protegían sus fronteras; lo que dio lugar, posiblemente, al desarrollo del primer estado verdaderamente territorial de Mesoamérica y Aridoamérica. Entre 1476 y 1477 los tarascos derrotaron a los mexicas comandados por el tlatoani Axayacatl y lograron invadir su territorio en numerosas ocasiones, teniendo éxito en varias de ellas, conquistando importantes ciudades como Xicotitlán, Tollocan y Oztuma.
En cuanto a la manera en que se debe denominar este Estado hay discusión entre antropólogos, historiadores y arqueólogos.
En adelante, nos referiremos a los tarascos para diferenciarlos del estado prehispánico multiétnico de los contemporáneos purhépechas que actualmente habitan en Michoacán.
El territorio que eventualmente formaba la configuración del estado tarasco es parte de la zona volcánica transversal, y se ubica en su prolongación occidental, entre dos grandes ríos: el Lerma (perteneciente a la zona Áridoamericana) y el Balsas. Incluía zonas de clima templado, subtropical y tropical, que están dominadas por montañas volcánicas del Cenozoico y sistemas lacustres por encima de dos mil metros de altitud, pero también incluye zonas más bajas, como las regiones costeras del suroeste. Los tipos de suelos más comunes en la meseta central son volcánicas jóvenes o andosoles, luvisoles y los menos fértiles acrisoles. La vegetación es conformada principalmente por pinos, pino-encinos y abetos. La ocupación humana se ha centrado en las cuencas de los lagos, que son abundantes en recursos. En el norte, cerca del río Lerma, hay recursos como la obsidiana y fuentes termales. El estado tarasco se centraba en la cuenca del lago de Pátzcuaro.
El área tarasca ha estado habitada al menos desde principios del período Preclásico. Existe evidencia de sociedades agrícolas tempranas desde antes del 1800 a. C. como la cultura hacedora de tumbas de "el Opeño". Las fechas más tempranas de radiocarbono en los sitios arqueológicos del preclásico caen alrededor del año 1800 a. C.; la cultura del preclásico más conocida en Michoacán es la cultura Chupicuaro que habitaron entre el 800 a. C. al 100 d. C. La mayoría de los sitios Chupícuarenses se encuentran en la cuenca del lago de Cuitzeo. A principios del periodo Clásico, juegos de pelota, arquitectura monumental y cerámica demuestran una influencia de Teotihuacan en la región.
La fuente etnohistórica más importante ha sido la Relación de Michoacán, escrita entre 1539-1540 por el fraile franciscano Fray Jerónimo de Alcalá, contiene relatos traducidos y transcritos de nobles tarascos. Esta relación contiene partes de la "historia oficial uacúsecha", que lleva a través de la tradición oral: una parte se centra en la religión del estado tarasco, el segundo en la sociedad tarasca, y el último en la historia tarasca y la conquista española. Por desgracia, la primera parte solo se conserva una foja. Otras fuentes incluyen una serie documentos manuscritos y pictóricos, como lo son el Lienzo de Jicalan de 1566, el Escudo de Armas de Tzintzuntzan de 1595 ,el corpus de los títulos primordiales de Carapán, entre otros documentos.
A inicios del periodo Posclásico, existieron varios grupos étnicos no p'urhépechas que vivían en el actual estado de Michoacán; grupos de Otomíes, Matlatzincas, grupos "Toltecoides" y nahuas, abarcaban la mayor parte del territorio y una tribu "prototarasca" llamada ziranbanecha que habitaba Naranján.
Los uacúsecha llegan a la región alrededor del año 1200 desde algún lugar en el norte, estos se asientan en el cerro Uringuarapexo (actual cerro El Tecolote), y le exigen al cacique de los Ziram Bénecha que practiquen culto al dios Curicaveri (Dios del fuego) y les rindan tributo, el cacique de estos (Ziraziracámbaro) se indignó por las exigencias de Ireti Ticatame, líder de los purepechas, sin embargo la superioridad militar de los Uacúsecha impidió a los Ziram Bénecha dar una ofensiva, estos le entregaron a Ireti tributo y a la hermana de su líder, Pispérama quien tuvo un hijo con él; a su hijo lo nombraron Sicuirancha.
Posteriormente los Zirambénechas y Purépechas entraron en conflicto, los segundos tuvieron que dejar el cerro donde yacían para emigrar a un pueblo cerca de Patzcuaro llamado Zichaxucuaro, ahí se mantuvieron durante el resto del reinado de Ireti Ticatame quien murió en una guerra contra los señores de Cumachen, quienes también incendiaron el pueblo. Cuando Sicuirancha y otros hombres llegaron de la cacería encontraron la aldea incendiada, este entonces junto con sus guerreros atacan Cumachen y los destruyen, los vencidos son sometidos, la capital es renombrada a Huayameo.
Sicuirancha muere alrededor de los 90 años, le hereda el poder a su hijo Pauácume.
El cacicazgo de los purépechas entonces entra en un periodo estable y de prosperidad en el que reinaron cinco cazonci.
Un líder visionario de los P'urhépecha llamado Tariácuri, hijo del señor de Patzcuaro Tzetahcu, decidió reunir a las comunidades de alrededor del lago de Pátzcuaro creando el reino Tarasco. Alrededor del 1300 se llevaron a cabo las primeras conquistas y ya durante su vejez puso a tres de sus descendientes en el poder, dividiendo el reino en tres grandes fracciones: Señorío de Huiquingaje (Hijo de Tariácuri) en Pátzcuaro, Señorío de Hiripan (Sobrino de Tariácuri) en Ihuatzio y el Señorío de Tongaxoan I (Sobrino de Tariácuri) en Tzintzuntzan. Con la muerte de Tariácuri (alrededor del 1350), su linaje mantuvo el control de los principales centros a los alrededores del lago de Pátzcuaro. Su sobrino Tangaxoan I continuó la expansión en la zona de los alrededores del Lago de Cuitzeo y su hijo Tzitzipandacuare, tiempo después reunificó los tres señoríos formando así el imperio.
Tzitzipandacuare empezó a institucionalizar el sistema tributario y a consolidar la unidad política del imperio. El creó una burocracia administrativa y las responsabilidades divididas de los tributos de los territorios conquistados entre señores y nobles. En los años siguientes la primera sierra tarasca y luego el río Balsas fueron incorporados al Estado, cada vez más centralizado.
Durante el reinado del cazonci Tzitzi Pandáquare se conquistó varias regiones, fue el punto de auge del estado Tarasco, ya que Tzitzipandacuare lograría expandir el territorio hasta los actuales estados de Jalisco, partes de Guanajuato, Querétaro, Estado de México, Colima y Guerrero. En Guanajuato logró vencer a las tribus chichimecas Áridoamericanas de "Pames", "Jonaces", "Guamares" y "Tecuexes" estableciendo un imperio que abarcaba 2 regiones la Mesoamérica y Áridoamerica (sur), estableciendo los señoríos de Kuanasii Ato (Guanajuato), Yuririapundaro, entre otros. Tzitzipandacuare también logra derrotar a los Tecos de Jalisco y los cacicazgos aledaños formando así los señoríos de Chapala, Tuxpan y Sayula que abarcaron gran parte del actual estado de Jalisco. En 1460 el estado tarasco llegó a la costa del Pacífico conquistando la región de Zacatula.
Los aztecas en 1470 bajo comandancia de Axayacatl capturaron una serie de ciudades Matlatzincas en la región poniente del actual Estado de México provocando un éxodo pirinda/matlatzinca hacia Michoacán, quienes fueron acogidos por el Cazonci. Los Aztecas invadieron territorio Tarasco siendo detenidos en la frontera, en la ciudad de Taximaroa, en donde ambos ejércitos protagonizaron la batalla más grande del México precolombino donde finalmente el ejército Tarasco salió victorioso, provocando una de las derrotas más dolorosas del imperio Azteca. Tzitzipandacuare pronto realizó una contraofensiva e invadió el territorio controlado por los Aztecas, tomando ciudades como Xicotitlan, Temascaltepec, Ixtalhuaca y Tollocan (Toluca). Esta experiencia hizo que el gobernante tarasco fortaleciera aún más la frontera con los aztecas, conformando centros militares a lo largo de la frontera, como en Cutzamala (Estado de Guerrero), donde el cazonci tarasco creó una guarnición de guerreros a la que llamó Apatzingani. Como la mayoría de las guerras de ese tiempo, los conflictos entre mexica y tarascos eran también batallas religiosas, durante este periodo los guerreros tarascos en Cutzmala tenían la obligación de hostigar a los mexicas fortificados en Oztuma, y lo hacían obligatoriamente pintados de color negro para honrar al dios Apatzi (Dios de la muerte). También permitió a otomíes y matlatzincas que habían sido expulsados de sus tierras por los aztecas instalarse en la zona fronteriza con la condición de que ellos participaran en la defensa de las tierras tarascas. A partir de 1480 el gobernante azteca Ahuizotl intensificó el conflicto con los tarascos, principalmente en tierra caliente. Apoyó los ataques a las tierras tarascas con otros grupos étnicos aliados o subyugados por los aztecas como los Matlatzincas, Chontales y Cuitlatecos. Los tarascos, dirigidos por el cazonci Zuangua, repelieron los ataques comandados por el Tlatoani Moctezuma Xocoyotzin, quien mando un ejército comandado por el Tlaxcalteca "Tlahuicole". La expansión tarasca se interrumpió hasta la llegada de los españoles.
Ante la presión mexica los tarascos conformaron una serie de señoríos sumamente poderosos que estaban al servicio de la capital Tzintzuntzan que el padre Beaumont identifica con la extensión total del imperio purépecha, siendo esta afirmación errónea al incluir los reinos de Collimán y Xalisco; las fronteras que cita el padre Beaumont en su mapa "Plano itnográfico del Reino de Michuacan y estados del Gran Caltzontzin" corresponden con las de dicha confederación; sus fronteras eran las siguientes: Comenzaba al sur del actual estado de Guerrero pasando por Atoyac, Tepecuacuilco e Iguala, en el actual estado de México pasando por Temascaltepec, Tlapujahua e Ixtlahuaca, luego hacia el norte pasando entre Querétaro y San Juan del Río, por la sierra de Xalpa, dando vuelta al noreste de Xichú hasta Apaseo, luego por el río Lerma hasta Papasquiaro, de ahí hasta el noroeste hasta Rosario y Chiametla en Sinaloa.
Después de escuchar acerca de la caída del imperio mexica, el cazonci Tangaxoán II envió emisarios a los vencedores españoles. Algunos españoles se fueron con ellos a Tzintzuntzan, donde se presentaron y se intercambiaron regalos. Ellos regresaron con muestras de oro y el interés de Cortés en el estado tarasco se despertó. En 1522 un grupo de españoles bajo el mando de Cristóbal de Olid fueron enviados al territorio tarasco y llegaron a Tzintzuntzan en cuestión de días. El ejército tarasco contaba con muchos miles, tal vez hasta 80 000 guerreros, pero en el momento crucial decidieron no luchar. Tangáxoan entregó el señorío a la Corona española, lo que le permitió mantener el trono y cierta autonomía. Esto dio lugar a una extraña disposición en la que tanto Cortés como Tangaxuán eran considerados propios gobernantes de Michoacán en los años siguientes: la población de la zona rendían homenaje a los dos. Años después, en 1529, Cortés fue despojado de la gobernación de la Nueva España y viajó a España a resolver el asunto. En tanto, Nuño de Guzmán, presidente de la Primera Audiencia de México, se había hecho del poder. En 1529, ante la noticia de que Cortés volvía a México, Nuño de Guzmán partió hacia occidente, lo que lo llevaría a pasar por Michoacán y realizar justicia contre el cazonci. Allí Nuño de Guzmán se alió con un noble tarasco Don Pedro Panza Cuinierángari, el resultado fue la muerte de Tangaxuán. Se inició un período de violencia e inestabilidad. Durante las próximas décadas, los gobernantes títeres tarascos fueron instalados por el gobierno español, cuando Nuño de Guzmán había caído en desgracia el obispo Vasco de Quiroga fue enviado a la zona a evangelizarlos. Se ganó rápidamente el respeto y la amistad de los nativos que dejaron las hostilidades contra la hegemonía española.
Se dedicaban a la alfarería, escultura, arquitectura, pintura, orfebrería y notablemente la pesca fue y sigue siendo una actividad primordial para los purépechas. También eran los únicos que manejaban el bronce por lo que era uno de sus secretos.
A la máxima autoridad se le denominaba Cazonci (en purépecha irecha, en náhuatl caltzontzin). Destacan algunos gobernantes:
Ciudad sagrada: Pátzcuaro, que significa "Lugar donde tiñen de negro".
Centro de poder: Tzintzuntzan, Pátzcuaro e Ihuatzio.
Cuna mítica: Zacapu
Bosque sagrado: Uruapan lugar donde se ocultó el último emperador Tarasco
Los tarascos eran politeístas, su dios principal era Tiripeme Curicaueri ("Precioso que es Fuego"), sin embargo también era la deidad principal de recolectores, cazadores y de la guerra. También destacan:
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