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Invasión calderonista de 1955



El 7 de enero de 1955 se realiza en Costa Rica un intento de invasión con la finalidad de derrocar al gobierno democráticamente electo de José Figueres por parte de fuerzas cercanas a su enemigo, el Dr. Rafael Ángel Calderón Guardia. La misma se dio desde Nicaragua y contaba con el apoyo de los dictadores Anastasio Somoza, Marcos Pérez Jiménez de Venezuela y Rafael Leónidas Trujillo de República Dominicana.

La tensa situación en la década de los cuarentas entre el gobierno de Rafael Ángel Calderón Guardia y sus aliados comunistas bajo el liderazgo de Manuel Mora Valverde que realizaron osadas reformas sociales y la oposición, junto con una serie de situaciones como acusaciones de corrupción, represión de los opositores, la persecución de minorías étnicas como italianos y alemanes tras la declaración de guerra al Eje por parte del gobierno de Calderón y las mutuas denuncias de fraude electoral entre oficialismo y oposición tras las elecciones presidenciales de 1948 en que Calderón buscó la reelección, provocaron el estallido de la Guerra Civil de Costa Rica. De la cual, Calderón y sus aliados salieron derrotados y la mayoría debieron exiliarse en otros países. Calderón se exilia en Nicaragua asilado por su aliado Anastacio Somoza. Algunos meses después del triunfo figuerista, Calderón y varios de sus incondicionales intentan invadir Costa Rica con apoyo de las fuerzas somocistas, pero esta invasión es repelida dándose por terminada definitivamente la guerra.[1]

José Figueres, líder del bando ganador, asume la presidencia de facto del país por 18 meses y luego le entrega el poder a Otilio Ulate en 1949, quien se supone ganó legítimamente las elecciones del 48. En 1953 se convocan a nuevas elecciones (aunque el calderonismo y el comunismo estaban proscritos) y esta vez resulta elegido por medio de las urnas Figueres quien era presidente en 1955.

Calderón Guardia, con apoyo de diversos gobiernos como el de Somoza, Pérez Jiménez, Trujillo y Carlos Castillo Armas de Guatemala, pensaba que podría derrocar fácilmente al gobierno constitucional de Figueres a través de un ataque militar. Figueres había abolido el ejército en 1949 por lo que Costa Rica no tenía fuerzas armadas. Además Calderón pensaba que el pueblo se uniría a su lucha en una revuelta popular contra la "dictadura figuerista". Sin embargo, eso no sucedió. Aún sin ejército, las fuerzas de gobierno contaban con capacidad bélica para repeler una invasión y además el segundo gobierno de Figueres fue mediante un proceso electoral normal, así que era un presidente constitucional.[2]

Según reporta el periódico La Nación el 12 de enero de 1955 los rebeldes Miguel Ruiz Herrero, Carlos Lara Hine, Carlos Tinoco Castro, Víctor Ml. Cartín y Gerardo Díaz Villalobos toman el Edificio de Resguardo en Villa Quesada. Según Figueres, aviones militares de Venezuela serían enviados desde Nicaragua para dar refuerzos humanos, armamentistas y de víveres a los sublevados.

Frank Marshall Jiménez, comandante de la brigada Unión Cívica Revolucionaria, fundada por él en 1951 ataca la zona y logra liberar Villa Quesada haciendo que las fuerzas calderonistas se replieguen y retrocedan a Nicaragua.[3]​ San José es atacado por un avión que dispara fuego de metralla, según el gobierno de Costa Rica se trataba de un avión venezolano.[4]​ Rapidamente en varios sectores del pais incluyendo el actual Museo de los Niños armamento anti-aéreo con el que se logra derribar al avión.

Las batallas continúan concentrándose en Guanacaste, especialmente en La Cruz y Puerto Soley, hasta que las fuerzas gubernamentales, comandadas por Domingo García, hacen retroceder al ejército invasor, curiosamente, hasta Santa Rosa, donde se libró la histórica batalla contra los filibusteros de William Walker. Aviones comerciales convertidos temporalmente en aviones militares (ya que el ejercito y la fuerza aérea fueron abolidos 6 años antes.) además de la compra inmediata de 5 aviones Mustang-p51 atacan las bases enemigas en La Cruz y El Amo, poniendo fin así a la invasión.[5][6]

Los medios de prensa y el gobierno señalan como autores intelectuales de la invasión a los hermanos Calderón Guardia (Rafael Ángel y Francisco), Luis Paulino Jiménez, Rodolfo Quirós, Rodrigo Perera, Rodrigo Musmani y el hijo de Teodoro Picado. No pudiéndose comprobar la participación de Teodoro Picado mismo.

Poco después se acusó al entonces diputado y líder de la oposición Mario Echandi de ser uno de los aliados de Calderón y de haber sido escogido como uno de los posibles ministros del futuro gobierno golpista. Acusación que Echandi negó pero que causó que fuera levantado su fuero parlamentario para ser investigado, a pesar de las protestas de la oposición.

Los comunistas de Vanguardia Popular, antiguos aliados de Calderón, no apoyaron el intento de invasión y lo condenaron.[7]

Abel Pacheco de la Espriella, futuro presidente del país por el Partido Unidad Social Cristiana, participó en la misma con 20 años de edad, hecho que salió a relucir durante su presidencia.[8]



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