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Ioánina



Ioánina, también conocida como Yánena, Yánina o Jánina (en griego Ιωάννινα, Γιάννενα o Γιάννινα), es una localidad y un municipio de Grecia, capital de la unidad periférica de Ioánina y de la periferia de Epiro.[1]​ La población de la ciudad era de 112.486 habitantes en 2011.[2]

La ciudad de Ioánina se encuentra a una altitud de 480 msnm y está construida en la costa occidental del lago Pamvótida o de Ioánina.[3]​ Constituye el centro comercial, administrativo y cultural más importante de la periferia de Epiro y del noroeste de Grecia. Está situada a 466 km de Atenas a través del Peloponeso y el Puente de Río-Antirio y a 533 km a través de Tríkala y Métsovo. Del puerto de Igumenitsa, en el mar Jónico, la separan 104 km y de la frontera albanesa, 65 km.

No se conoce la fecha exacta de la fundación de Ioánina ni el origen de su topónimo. Una teoría ampliamente aceptada dice que fue fundada a principios del siglo VI por iniciativa del emperador bizantino Justiniano I, que habría trasladado hasta las orillas del lago Pamvótida a los habitantes de la antigua ciudad de Eurea. Su nombre derivaría, pues, del que su fundación corriera a cargo de alguien llamado Ioánnis (Ιωάννης, «Juan») o de la existencia en sus cercanías de un monasterio dedicado a san Juan Bautista. Se basa esta hipótesis en un testimonio del historiador Procopio de Cesarea, pero lo cierto es que la primera mención de la ciudad con el nombre de Ioánina es muy posterior: en las actas de un concilio celebrado en Constantinopla en el año 879 se hace referencia a un tal «Zacarías, obispo de Ioánina». Se menciona a Ioánina de nuevo en el año 1020, en un documento del emperador Basilio II Bulgaróctono. Al parecer, durante esta época la extensión de la ciudad se limitaba al interior de la fortaleza.

Los normandos, al mando de Bohemundo, férreo enemigo del Imperio bizantino, tomaron la ciudad en 1082. En el año 1185 hay posibles indicios de una destrucción de la ciudad por el ejército normando, al mando de Guillermo II de Sicilia. En 1204 fue Miguel I Comneno Ducas el que tomó la ciudad y quien, tras la disolución del Imperio bizantino por efecto de la Cuarta Cruzada, fundó el despotado de Epiro, estableciendo la capital en Arta. El despotado se extendía desde Durrës hasta Lepanto y constituía un bastión del feudalismo bizantino contra las sucesivas incursiones de los latinos, los venecianos, los albaneses y los serbios. Durante este periodo, Ioánina conoció un gran crecimiento y prosperidad. De acuerdo con las fuentes históricas, se concentraron en ella políticos y literatos que habían huido de Constantinopla tras la ocupación de los cruzados.

En el 1318 el control de la ciudad volvió a manos de los bizantinos. Terminaron así el Despotado y la dinastía Comneno. Pero poco después, en 1339, la soberanía bizantina quedó interrumpida por la ocupación serbia. En 1431, tras la muerte de Carlos I Tocco, conde de Cefalonia y Zante y entonces soberano de la ciudad, ésta se sometió a los turcos, bajo el mando de Sinán Pachá. Al parecer, fueron los propios habitantes los que se la entregaron, obteniendo a cambio notables privilegios. Comenzó así el periodo de dominación turca, que se prolongó 482 años, hasta 1913.

En 1611 hubo un intento de levantamiento contra el poder otomano, encabezado por Dionisio el Filósofo, apodado "Skylosofos" (Σκυλοσόφος, del griego σκυλί, skylí «perro» y σοφός, sofós, «sabio»), pero fracasó y como consecuencia de ello la clase pudiente de Ioánina perdió sus privilegios y los habitantes cristianos fueron expulsados del castillo, en el que se establecieron los turcos. Fue entonces cuando la ciudad comenzó a desarrollarse fuera de la fortaleza. Con ello, se intensificaron las actividades comerciales y artesanales, así como los contactos con importantes centros comerciales europeos, como Venecia, Livorno y Viena. Además, el progreso favoreció el desarrollo cultural. Los grandes comerciantes, influidos por las ideas de la Ilustración europea y continuando una tradición cultural que se remontaba a época bizantina, financiaron la creación de nuevas escuelas, que hicieron de Ioánina «la ciudad de las letras», uno de los más importantes centros culturales del neohelenismo y de la Grecia anterior a la independencia.

El periodo de mayor esplendor coincide con el gobierno de Alí Pachá, entre 1788 y 1822.[3]​ Este controvertido personaje, famoso por su crueldad, consiguió levantar un reino cuyos dominios se extendían por todo el noroeste de Grecia, pero también por Tesalia y el Peloponeso. Estableció contactos diplomáticos con los líderes más importantes de la Europa del momento y su corte se convirtió en un polo de atracción para viajeros (entre ellos el poeta Lord Byron). Creó también una escuela militar con profesores franceses, por la que pasaron algunos de los que luego serían protagonistas de la Guerra de independencia de Grecia (Georgios Karaiskakis, Odysseas Androutsos, Markos Botsaris, etc.). La ciudad debía de contar entonces con más de 40.000 habitantes, incluyendo a las comunidades turca y hebrea. Alí Pachá reforzó también las murallas de la ciudad.

Alí Pachá rompió, pues, con el Imperio otomano en marzo de 1820 y creó su propio reino, lo que le llevó a enfrentarse con el sultán,[3]​ cuyas tropas pusieron fin a su vida el 5 de febrero de 1822 en el monasterio de Pandeléimon, en la isla del lago Pamvótida.[3]​ Mientras el sur de Grecia se independizaba tras la Guerra de independencia de Grecia, Ioánina entró en un periodo de decadencia. En 1869 una parte de la ciudad quedó destruida por un incendio, aunque se reconstruyó con prontitud.

La adhesión al Estado griego se produjo el 21 de febrero de 1913, en el marco de la Primera Guerra de los Balcanes. Tras la Guerra Greco-Turca (1919-1922) y a raíz de los intercambios de población que se sucedieron, el elemento turco desapareció totalmente de la ciudad y llegaron algunos refugiados de Asia Menor. En 1944, durante el periodo de ocupación nazi, los alemanes deportaron a la comunidad judía de la ciudad, y la mayoría de sus miembros fueron asesinados en los campos de exterminio.[4]

Según el censo del año 2001, la población del municipio de Ioánina era de 70.203 habitantes. En el año 2010, con la introducción del plan Calícrates y la reorganización del mapa administrativo de Grecia, al municipio de Ioánina se unieron los colindantes de Pérama, Anatolí, Pamvótida y Bizani, así como la comunidad de la isla del lago Pamvótida. De este modo, el nuevo municipio de Ioánina tiene una extensión de 401,98 km² y una población de 97.657 habitantes.[5]

Ioánina es una típica ciudad de servicios, con especial desarrollo de los sectores de sanidad, educación, comercio y administración pública. Es importante también la ganadería, con una pujante industria láctea y de producción de carne, especialmente pollos. La unidad periférica de Ioánina se encuentra entre los primeros productores de queso y de carne en Grecia. En los últimos años ha avanzado mucho la producción de mármol para decoración, sin olvidar la platería tradicional, que floreció e hizo famosa a la ciudad en los siglos XVIII y XIX. Desde las últimas décadas del siglo XX ha aumentado considerablemente el turismo.

La Universidad es una de las más importantes de Grecia, con diecisiete departamentos y más de diez mil estudiantes.[6]​ Hay también en Ioánina algunos departamentos del Instituto de Educación Tecnológica de Epiro, que tiene la sede en Arta y otros en Agrinio pero la mayoría se encuentran en Ioannina.[7]



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