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Isabel Oyarzábal



¿Qué día cumple años Isabel Oyarzábal?

Isabel Oyarzábal cumple los años el 12 de junio.


¿Qué día nació Isabel Oyarzábal?

Isabel Oyarzábal nació el día 12 de junio de 1878.


¿Cuántos años tiene Isabel Oyarzábal?

La edad actual es 145 años. Isabel Oyarzábal cumplirá 146 años el 12 de junio de este año.


¿De qué signo es Isabel Oyarzábal?

Isabel Oyarzábal es del signo de Geminis.


Isabel Oyarzábal Smith (Málaga, 12 de junio de 1878-Ciudad de México, 28 de mayo de 1974) fue una traductora, periodista, escritora, actriz y diplomática española.[1]

Fue la tercera hija del matrimonio formado por el malagueño de origen vasco Juan Oyarzábal Bucelli (1835-1903) y de la escocesa Ana Smith-Guthrie (1846-1930), de cuya unión nacieron cuatro mujeres y tres hombres. Perteneció a una familia burguesa, lo que le permitió gozar de una vida acomodada y acceder a una formación intelectual profunda. Comenzó sus primeros estudios en el Colegio la Asunción de la capital y fue educada en el seno de la religión católica.[2]

Debido a sus orígenes británicos, la malagueña tuvo un contacto permanente con las costumbres y la cultura de aquella sociedad, a través de los continuos viajes a Gran Bretaña, tanto en la infancia como en la edad adulta. Estos viajes hicieron de Oyarzábal una mujer adelantada a su tiempo, independiente e inconformista con las costumbres más castizas de España, que no permitían el avance social y cultural de la población.

En 1905, años después de la muerte de su padre, abandonó su Málaga natal y se trasladó a Madrid para trabajar como actriz teatral en la compañía de María Tubau y Ceferino Palencia con el sobrenombre de Isabel Aranguren. Esta oportunidad le permitió convertirse posteriormente en una admirable crítica teatral e, incluso, llegó a escribir algunas piezas teatrales.

Gracias a este trabajo, conoció a Ceferino Palencia Álvarez-Tubau -abogado, pintor y diplomático- con quien se casó el 6 de julio de 1909 y con quien llegó a tener dos hijos: Ceferino (1910) y María Isabel (1914). El matrimonio se trasladaba continuamente de residencia por motivos laborales; así, llegarían a vivir en Suecia, Finlandia o EE. UU., Nueva York, y, por último en México, donde tuvieron que exiliarse en 1939 por formar parte del bando republicano. En la capital de aquel país moriría Isabel el 28 de mayo de 1974 a los 96 años de edad.

Nunca llegó a distanciarse totalmente de su ciudad natal, aunque antes del exilió pasó la mayor parte de su vida en Madrid por cuestiones profesionales. Su marcha a la capital de España le permitió participar en el agitado ambiente cultural de la época y llegó a participar en tertulias, actos culturales y a conocer a importantes nombres de las artes y las letras españolas. Todo ello dio la oportunidad a Isabel de poner en común sus intereses culturales, sociales y políticos.

En 1940, una editorial norteamericana publicó sus memorias, escritas en inglés, que no serían editadas en castellano hasta 2011, con el título de 'Hambre de libertad. Memorias de una embajadora republicana', Granada, Almed, D. L. 2011. Traducción de Andrés Arenas y Enrique Girón).[3]

Isabel fue una mujer muy culta y profundamente formada, lo cual le permitió trabajar en distintos campos sin problemas de adaptación. Era considerada una mujer enormemente válida, de modo que desarrolló diferentes profesiones: desde la de profesora de español o labores periodísticas pasando por el oficio teatral o la escritura literaria y puestos políticos, entre otros menesteres.

Sus conocimientos de lengua inglesa le permitieron trabajar como profesora de español en Sussex, Inglaterra; ser corresponsal de revistas inglesas como Laffan News Bureau o el periódico The Standard; convertirse en traductora de obras literarias como Silas Marner, de George Eliot; y ser intérprete en organismos como el Instituto Internacional de Estadística.

En 1907 fundó la primera revista exclusivamente femenina de España, junto a su hermana Ana y su amiga Raimunda Avecilla: La Dama y La Vida Ilustrada[4], que llegó a sobrevivir cuatro años. A partir de esta primera experiencia, Isabel, inició una fructífera carrera periodística y llegó a colaborar en las revistas y diarios más importantes de la prensa nacional[5]​, tales como Blanco y Negro, El Heraldo, Nuevo Mundo, La Esfera, El Sol, El Día, Elegancias, La Voz de Madrid o Cosmópolis, entre otras. En sus artículos trataba sobre numerosos temas, siendo los más recurrentes aquellos relacionados con el papel de la mujer en la sociedad, la reivindicación de sus derechos (especialmente, el derecho al sufragio) o cuestiones sociales, como el estado de la sanidad y la educación españolas. Normalmente, firmaba con el pseudónimo de Beatriz Galindo o como Isabel de Palencia o Isabel O. de Palencia[6]​. Sin duda, sus artículos fueron el mejor instrumento que tuvo Isabel para difundir sus ideas e intentar que la sociedad tomase en cuenta sus opiniones y avanzase, como sucedía en otros países más avanzados socialmente.

Gracias a sus vastos conocimientos tuvo la oportunidad de impartir numerosas conferencias tanto en España como en el extranjero (EE. UU. Francia, Suiza, Reino Unido, Noruega, Suecia, Finlandia, México). Sus conferencias estaban dedicadas a dos temas fundamentales: el estudio aspectos de la cultura española (para su mejora) y la defensa de los derechos de la mujer y los de los más desfavorecidos. Las opiniones de Isabel eran muy apreciadas en los círculos progresistas y consideradas como demasiado avanzadas en los más conservadores.

En el plano político, sus ideas progresistas y republicanas le permitieron obtener diversos cargos en el seno de la II República española[7]​. Se afilió al PSOE y a UGT, y en 1931 fue candidata socialista a las Cortes constituyentes y dos años después se convirtió en la primera mujer inspectora de trabajo en España, gracias a que superó las oposiciones convocadas para el puesto. Quizás sus cargos más destacados sean el de representante del país en la Liga de Naciones (1933)[8]​ y el de embajadora de España en Suecia, y Finlandia después, (1936-39) –fue la primera mujer embajadora española.

Al comenzar la Guerra Civil completó una gira de conferencias por 42 ciudades de los Estados Unidos y Canadá en 53 días para recabar apoyos a la República. En Nueva York llegó a congregar a 25 000 personas en el Madison Square Garden. En 1939, tras el fin de la Guerra Civil española, se exilió junto a su familia a México, donde vivió y siguió escribiendo hasta su muerte,4 que tuvo lugar el 28 de mayo de 1974 en México D. F.5

En el ámbito artístico, Isabel trabajó corto tiempo en la compañía del matrimonio Tubau-Palencia, antes de su enlace con el hijo de la pareja. Realizó papeles en obras de teatro, como Mater Dolorosa, Echar la lleve o La Vicaría o Las alegres comadres, entre otras. Tuvo contacto con actores y actrices inglesas, lo que le permitió dar una serie de conferencias en España sobre el teatro en Gran Bretaña. Dentro de la producción literaria, podemos encontrar cuentos, libros folclóricos, biografías, piezas teatrales y novelas. Además, gracias a su labor como traductora llegaron a España numerosas obras escritas en inglés, como las de Sir Henry Irving, Jane Austen, George Elliot o Conan Doyle, entre otros.

Fue una mujer muy comprometida con la lucha feminista. Sin duda, el contacto continuo con las feministas británicas fue un gran aliciente para sus reivindicaciones en el territorio nacional, entre otras Eunice Murray o Mrs. Despard. Tal llegó a ser su compromiso con la causa que fue miembro de numerosas asociaciones feministas, tales como la Asociación Nacional de Mujeres Españolas (ANME), que llegó presidir; el Consejo Supremo Feminista de España; la Liga Femenina Española por la Paz y la Libertad; la Agrupación Femenina Socialista; el Comité Nacional de la Asociación de Mujeres Antifasctistas (AMA); o el Lyceum Club de Madrid, que fundó en 1926, junto a otras grandes figuras del feminismo español.

Su lucha feminista y social tuvo gran trascendencia, tanto en el plano nacional como internacional, lo que le permitió que sus ideas fuesen propagadas a través de publicaciones y conferencias en numerosos países. Dedicó todo su empeño a que la sociedad reconociese el papel de la mujer, sus derechos y libertades, su inteligencia y su capacidad para el trabajo. Reivindicó con ahínco el sufragio femenino, junto a figuras tan relevantes como Clara Campoamor.

En 1926 tuvo la oportunidad de conocer un ateneo obrero cuando la invitaron a dar una conferencia sobre la educación de las mujeres en la Casa del Pueblo, sorprendiéndose de la inteligencia natural de la clase trabajadora. En 1930 se convirtió en la única mujer de la Comisión Permanente sobre Esclavitud de las Naciones Unidas. Destacó por su lucha feminista y sus reivindicaciones laborales, de forma que acudió al congreso de la Alianza por el Sufragio Universal en Ginebra y en 1935 fue delegada sindical de UGT en la XIX Conferencia Internacional de la Organización Internacional del Trabajo.

El activismo feminista de Oyarzábal no puede entenderse sin observar el contextos social en el que la malagueña vivía en su edad adulta, rodeada de mujeres intelectuales que buscaban reivindicar la valía y los derechos de todo su género, tales como Clara Campoamor, María de Maeztu, Carmen de Burgos o Margarita Nelken. Isabel, junto a sus compañeras Julia Peguero y Benita Asas Manterola llegó a reclamar personalmente a Primo de Rivera el sufragio femenino en el año 1923.[9]

Obras traducidas

Obras inéditas

En los últimos años las investigaciones acerca de la vida y obra de Oyarzábal han ido en aumento, como se puede observar en la bibliografía mínima que aparece en el siguiente apartado. Uno de los hitos en la recuperación de su figura fue la inclusión de una página dedicada a ella en el catálogo de autores de la Biblioteca Virtual Cervantes. A cargo de la misma estuvo la profesora de literatura de la Universidad de Málaga, Amparo Quiles Faz, una de las investigadoras que más ha estudiado la figura de la malagueña.

En esta página encontramos abundante información sobre Isabel Oyarzábal, enlaces directos a gran parte de sus obras, una línea cronológica explicada al detalle sobre la vida personal y profesional de Oyarzábal, una galería de imágenes y, una amplia y actualizada bibliografía sobre los trabajos que se han realizado en torno a su figura.

Asimismo, en el año 2017 la directora teatral Blanca Baltés llevó al escenario del Teatro María Guerrero la obra Beatriz Galindo en Estocolmo, en la que pretendió rescatar y homenajear a Isabel Oyarzábal, como representante de una época dorada en la intelectualidad femenina de la España de las primeras décadas del siglo XX.[10]

En julio de 2018 la Asociación “Herstóricas. Historia, Mujeres y Género” y el Colectivo “Autoras de Cómic” creó un proyecto de carácter cultural y educativo para visibilizar la aportación histórica de las mujeres en la sociedad y reflexionar sobre su ausencia consistente en un juego de cartas. Una de estas cartas está dedicada a Oyarzábal.[11][12]



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