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Itauguá



Itauguá es una ciudad que pertenece al Departamento Central, situada a 30 km de la ciudad de Asunción capital del Paraguay, formando parte de la aglomeración urbana de esta, conocida como Gran Asunción. Se encuentra ubicada al Noreste del Departamento, siendo sus límites al norte: el Lago Ypacaraí y Areguá al sur: Itá y Pirayú, al este: Ypacaraí, y al oeste: Capiatá y Julián Augusto Saldívar.

Fue fundada en 1728 por el barón Martín de Barúa, y es en la actualidad una de las ciudades con mayor índice de crecimiento demográfico y expansión urbana del Departamento Central, ubicándose en la 6º posición entre las ciudades más pobladas del departamento y el 14º lugar a nivel país, según las proyecciones estimadas por la DGEEC en el año 2017. También es una de las más extensas a nivel departamental, solamente superada en ese ámbito por Villeta, Nueva Italia, Luque e Itá.

Es reconocida a nivel nacional e internacional por su exquisito y peculiar arte del ñandutí, del cual recibe la denominación de «Ciudad del Ñandutí». Itauguá también se destaca por su patrimonio arquitectónico, su música folclórica y su entorno natural, siendo además es sede de importantes instituciones tales como el Hospital Nacional, el Centro Educativo Itauguá (correccional de menores) y el emblemático Museo San Rafael, entre otras.

Por medio de la ordenanza departamental 12/04 fue declarada oficialmente «Capital del Ñandutí y Cuna de la Artesanía Departamental».

No se ha llegado a un consenso con respecto al origen del nombre patronímico «Itauguá», aunque queda claro que es proveniente del guaraní. Tres autores han elaborado sus hipótesis respecto al tema, las cuales se mencionan de acuerdo al año de su publicación:

Un punto de coincidencia de los autores, es que el origen de la palabra Itauguá se encuentra en el vocablo guaraní "itá" (piedra). Ciertamente, la zona es un tanto pedregosa, destacando el afloramiento rocoso de El Cerrito, que se encuentra a unos 600 m al norte de la iglesia Virgen del Rosario y el cerro Patiño en la compañía del mismo nombre.

La ciudad de Itauguá se encuentra ubicada en una región privilegiada donde interactúan dos sistemas relevantes:

• un sistema ecológico conformado por la cuenca del Lago Ypacaraí, con recursos naturales y paisajísticos muy significativos

• un sistema social técnico como es el que conforma la Gran Asunción.

Esto hace que Itauguá presente una diversidad de ambientes: el urbano, el rural productivo y el natural; lo cual lo distingue de otros distritos (o totalmente urbanos o predominantemente rurales) y en donde radica su fortaleza.

114 km² (126 km² incluidas aguas distritales en el Lago Ypacaraí).

Predominantemente cálido, húmedo, y un invierno templado, pueden darse heladas en esta estación. La temperatura media anual es de 23ºC, con una precipitación pluvial anual de 1500mm aproximadamente.

Topografía accidentada compuesta por zonas altas, marcados por los límites de la Cuenca del Lago Ypacaraí y zonas bajas, en el área que rodea al lago. Su cota es de un promedio de 140 ms. con respecto al nivel del mar, siendo su elevación más notable el Cerro Patiño, con 246 metros de altura.

Forma parte de la cuenca hidrográfica del Lago Ypacaraí, cuya superficie es de 1100 km², lo cual hace que sea la mayor cuenca hidrográfica del Departamento Central. La extensión costera sobre el lago es aproximadamente de unos 4km.

El distrito está atravesado por cauces tributarios del mismo, los principales son el arroyo Jukyrymí y sus afluentes el Mboi’y y el Pasopé. Otros arroyos son Ybyraty, Lima, Estrella y Plata. Algunas lagunas y humedales completan el sistema hidrográfico.

Previo al descubrimiento del Paraguay y el advenimiento de la conquista española, el actual territorio itaugueño se encontraba bajo el dominio de la etnia karió guaraní, los cuales habitaban en un área geográfica de topografía accidentada, sin campos abiertos, con ondulaciones y abundantes cauces de aguas; propicias para una exuberante vegetación y variada fauna.

Esta abundancia de recursos y la estratégica ubicación en torno a la laguna Tapirakuai (hoy en día Lago Ypacaraí), el cerro Ybytypané (Cerro Patiño) y el arroyo Jukyrymí con sus afluentes, ofrecieron inmejorables condiciones para establecimiento de grupos humanos. Por eso se afincaron allí algunos grupos de avanzada, descendientes de la gran familia de parcialidades guaraníes provenientes del este, de la cuenca del río Paraná y el litoral del océano Atlántico.

Si bien los mismos eran de naturaleza nómada, dejaron tras de sí rastros de su presencia, principalmente en las urnas de cerámica empleada en sus ritos funerarios, cuyos ejemplares son exhibidos en el Museo Parroquial San Rafael.

Al igual que con los orígenes de su patronímico, existen posturas divergentes en torno al hecho histórico del poblamiento temprano y fundación de Itauguá. En rigor, la instalación espontánea de los vecinos en suelo itaugueño se realizó varios años antes de fuera documentada su fundación por las autoridades españolas.

Según Pedrozo (1994), el nacimiento de la ciudad fue el resultado de tres procesos históricos:

Luego de la conquista y colonización por parte de la corona española, los grupos nativos asentados cerca del arroyo Itay pasaron a formar parte del sistema de encomiendas o mitas; el cual los nucleaba en tierras propias y con vida social autónoma. Por disposición del gobernador Domingo Martínez de Irala, quedaron establecidas las "Mitas de Itay", que permanecían al cuidado de los gobernadores, y eran llamados a trabajar en grupos a la ciudad de Asunción, temporalmente; para luego volver a sus hogares con el correspondiente pago consistente en ropas o alimentos, ya que no había moneda circulante.

Por su parte, la Orden Misionera Franciscana fue estableciendo varias reducciones indígenas en zonas cercanas a Asunción, como por ejemplo la de Yaguarón. Desde allí partieron grupos de misioneros con el objetivo de catequizar a los "silvícolas itaugueños", logrando que, a principios del siglo XVIII, el catecumenado aborigen se estableciera en torno a una rústica capilla erigida en honor a la Virgen del Rosario, formando un primitivo núcleo poblacional; que no habrán sido más que mejoras del tapyi o choza indígena.

La fundación oficial efectuada por la autoridad española, por ende, se cimentó sobre el poblamiento previo resultante de la actividad misionera y la presencia de estas mitas, que para ese momento ya contaba con un importante número de pobladores. Es por ello que no se cuenta una fecha de fundación precisa, siendo señalado como fundador de la ciudad el Gobernador Martín de Barúa Picaza; en la fecha convencional del 28 de junio de 1728.

Otra posible razón por cual se estableció la población en ese lugar, se debe a que en la época colonial existía un puesto de control o especie de aduana interna, en un lugar llamado Mba’e Pirungá, (es una degeneración del apellido del dueño original) que según referencias estaba ubicado entre el arroyo Mboi’y (víbora del agua) y otro arroyo (actualmente es el km 25 sobre la Ruta Mcal. Estigarribia), y por el otro lado un campo con bosquecillos que en ese entonces se llamaba Guazú Virá (ciervo de los pantanos), que se extendía hasta el cerro Caacupé. La entonces capilla de Itauguá estaba ubicada entre los dos puestos de control de Mbae Pirungá y Guazú Virá, y dichos puestos eran custodiados en el camino o calle que empezaba en el km 24 hasta entroncar con la ciudad de Pirayú, el cual era denominado «Camino Real».

En contrapartida Caballero (2015), afirma que la población tuvo un origen netamente mestizo, sin que hubieran en la zona significativa presencia indígena, salvo de aquellos fugados de las reducciones o de las encomiendas. A éstos se habrían sumado unos pocos negros y pardos libres, provenientes de Areguá.

Los primeros pobladores habrían sido campesinos pobres y algunos granjeros, de mayores recursos, quienes se dedicaban a la agricultura y en menor medida, a la ganadería. Su arribo, presumiblemente, se habría producido a fines del siglo XVII o principios del XVIII, motivados por la posibilidad de acceder a tierras, bien fuera propia o arrendadas de la Corona o de los latifundistas. En ellas formaron familias aisladas, habitando en rústicos ranchos bajo duras condiciones.

A diferencia de Pedrozo, este autor sostiene que Itauguá no se originó en un aglomerado de viviendas en torno a una capilla, sino en parajes periféricos que con el transcurrir del tiempo habrían de constituirse un núcleo urbano. Sus habitantes provendrían, probablemente, de comunidades limítrofes, como Areguá (fundada en 1538) Itá (1539), Capiatá (1640), Caacupé, Atyrá y Altos (1538).

Respecto a la fecha fundacional, fue Félix de Azara quien, más de medio siglo después, atribuyó tal hecho a Martín de Barúa; aunque con dudas por la inexistencia de documento que avalara tal acontecimiento. El mismo Azara dijo: “parece que se fundó en 1766 a pedido de los vecinos, que son 2250 esparcidos según costumbre”. Esto basándose en una inscripción que observó en una viga de la capilla, la cual rezaba: "construida en 1766".

En relación a la fecha 27 de junio, la misma fue establecida en la década de 1960, a fin de que la comunidad pudiera festejar el aniversario fundacional. Propulsores de esta idea fueron los Srs. Porfirio Aguilera, presidente de la Junta Municipal año 1965-1970, Hermenegildo Aguilera, director de cultura de la Municipalidad y Don Miguel Ángel Ortigoza autor de la canción "Itauguá querido".

En su etapa temprana, el pueblo de Itauguá apenas establecido, no pudo sustraerse de los caldeados acontecimientos surgidos en torno de las Revueltas Comuneras, pues fue foco de acciones antirregalistas. En 1733, un grupo de vecinos asuncenos y lugareños acaudillados por Ramón Saavedra, se organizó en una «Junta del Pueblo» en Mbocajaty, para alzarse en contra la autoridad española, como reacción ante lo que se percibía como un atropello a los intereses del pueblo en favor de la poderosa Compañía de Jesús. Fue el mismo Saavedra quien tomó el mando de un contingente armado, que presentó combate en Guajaibity a las fuerzas del Gobernador Agustín de Ruiloba, el cual fue ultimado en el entrevero. Posteriormente, en 1735, los refuerzos del Virrey Baltazar García Ros habrían de imponerse a los comuneros en Tavapy (actual San Roque González de Santacruz), poniendo fin a la revuelta. Varios de cabecillas fueron encarcelados, exiliados o ejecutados como en el caso de Saavedra.

Son pocas las referencias que se tienen del poblado en años posteriores. Hacia 1761 sus habitantes ya alcanzaban un millar, con predominancia étnica indígena guaraní, con unos pocos españoles y criollos; a los que se añadieron algunos pardos libres, manumitados por el Gobernador Pedro Melo de Portugal en 1782.

En 1769, fue declarado vice parroquia de Pirayú por disposición del Obispo De la Torre, con lo que se dio inicio al remozamiento de la primigenia capilla y a la posterior edificación de un nuevo templo, que concluyó en 1795. Para ese año, la población era de 2235 habitantes, y seis años después, sumaba 2.796.

Por tanto, la tasa de crecimiento en aquella época podría ser estimada en 50 nuevos pobladores por año, en contraste con las localidades de los alrededores, como Itá, Yaguarón e Ypané, que sufrieron una recesión demográfica motivada por varios factores, como el éxodo de los indígenas ante el abuso del sistema de las "mitas".

Los albores de la gesta de mayo de 1811 encontraron a Itauguá asumiendo su «mayoría de edad» como población, con el establecimiento de elementos que definirían su carácter urbano, tales como:

• La apertura de calles circundantes a la plaza del templo parroquial.

• La división en cuadrículas de las manzanas, con el trazado de dichas calles, que no existía con anterioridad pues solo se utilizaban caminos de trazado irregular.

• La construcción de unidades habitacionales seriadas, para solares familiares.

El periodo de la dictadura francista supuso para al Paraguay el aislamiento y el nulo contacto con elementos extranjeros. Esto favoreció el auge de la manufactura artesanal, cuyo punto culminante sería, aproximadamente en esa época, el nacimiento del ñandutí, símbolo cultural de la ciudad y del país.

Otro evento trascendente se dio en 1830, a cien años de la fundación, cuando el templo parroquial fue totalmente refaccionado, con el agregado de «diez lances con sacritía» y el aporte de «ornamentos trasladados desde Areguá» y «una campana proveniente de Itapúa».

Hacia 1850 Itauguá administraba hasta la parroquia de la ciudad de Areguá y toda la actual ciudad de Ypacarai, y extendía la población al oeste en la zona de Mba'e Pirungá (actualmente Mboi'y), donde estaba el puesto aduanero. Desde la independencia hasta la época de López la autoridad estaba a cargo de un «jefe político» que cumplía la función de todos los poderes políticos. Recién hacia 1851 se nombró un Juez de Paz en la zona.

A partir de la segunda mitad el S. XIX, la zona tuvo un crecimiento económico y poblacional muy grande, en especial durante el gobierno de Carlos A. López, cuando se construyeron los módulos de viviendas seriadas, un gran adelanto para la época, de las que se conservan hasta hoy día edificaciones emblemáticas como el Museo San Rafael, la recova (galería) ubicada sobre la calle Tte. Esteban Martínez y otros. La inauguración del servicio regular del tren hasta las estaciones de Patiño y Guazú Vira (hoy Ypacarai) el 27 de marzo de 1862, estableció un hito en la modernización de la infraestructura pública del trasporte.

Durante la Guerra contra la Triple Alianza, la vida comunitaria prosiguió con relativa normalidad, pero tras la ocupación de Asunción por el ejército brasileño, en enero de 1869, su población debió ser evacuada, siguiendo la retirada de las tropas hacia Cerro León. Luego de ese evento, Itauguá corrió la misma suerte que la capital y ciudades vecinas, ya que los desenfrenados invasores perpetraron todo tipo de vandalismo y pillajes en el poblado desierto. Muchos de sus habitantes ya no volverían al terruño, víctimas del enemigo, el agotamiento, las enfermedades y el hambre que acompañaba los restos del ejército paraguayo

Una vez concluida la hecatombe, la reorganización poblacional y social fue lenta. A fines del siglo XIX e inicios del siglo XX se produjo el arribo de grupos de inmigrantes provenientes de Europa y Medio Oriente que contribuyeron a dinamizar la vida de la comunidad.

En 1887, su territorio sufrió la desmembración de la estación de Tacuaral, que luego pasó a ser la ciudad de Ypacaraí, a causa de un pedido efectuado por los vecinos, ante el gran movimiento progresista que alcanzó la misma gracias a la infraestructura de la vía férrea. Esta no sería la única intervención relacionada con su integridad territorial, puesto que años más tarde, en 1906, un decreto del Poder Ejecutivo lo integraría al Departamento de Paraguarí junto a los partidos de Carapeguá, Tavapy, Caballero, Escobar, Yaguarón, Pirayú e Ypacaraí. Por último, en 1945, otro decreto habría de ubicarlo definitivamente en el Departamento de la Asunción o Central.

El 23 de diciembre de 1892, bajo la iniciativa del cura párroco Andrés Avelino Insaulrralde, se conformó una «Asociación Popular» destinada a movilizar a la población para la reconstrucción del templo parroquial Virgen del Rosario, el cual se encontraba el ruinoso estado desde la post guerra del 70. Los trabajos se iniciaron en 1896 y culminaron doce años después, requiriendo ingentes esfuerzos de la comunidad para costear las obras, las cuales alcanzaron un costo global de 78.972,90 pesos fuertes de la época. La consagración de la nueva iglesia se realizó el 4 de octubre de 1908, con un solemne acto que contó con la presencia del presidente de la república, Dr. Emiliano González Navero.

Las primeras décadas del siglo pasado en Itauguá se caracterizaron por el estancamiento del orden económico, social y cultural comunitario. Las causas de esta decadencia fueron, entre otras, la sequía y la plaga de langostas que produjeron una carestía general entre 1917 y 1919, las Guerra Civil de 1922 entre facciones liberales (los "saco puku" y los "saco mbyky") y finalmente, el estallido de la Guerra del Chaco.[3]

Luego culminada la guerra, en 1938, la Comuna Municipal itaugueña fue declarada Intendencia, siendo su primer intendente Don Virgilio Rolón por un corto tiempo, ya que volvió a su estado anterior, a causa de que la escasa población urbana no podría sostener un presupuesto acorde al rango de ciudad, además que la infraestructura precaria.[4]

Fue a partir de 1940 comenzó a registrarse una sostenida expansión urbana, con la apertura de la ruta internacional “Mariscal Estigarribia”. Las extensas fincas privadas fueron dando paso a nuevos loteamientos inmobiliarios, primero en los alrededores del casco histórico, para lugo expandirse hacia las compañías (Cañadita, Mbocajaty del Sur, Potrerito).

Algunos hechos resaltantes de la segunda mitad de siglo:

• La instalación de las primeras fábricas aceiteras: Bittar y Matteucci Hnos.

• La apertura de la Escuela Normal N° 18, hoy colegio nacional E.M. “Itauguá", en el predio que ocupaba el mercado municipal (1957).

• Es establecido el servicio energía eléctrica (1972)

• Se construyen los primeros pavimentos pétreos en el casco urbano (1975,1978,1985)

• La Junta de Saneamiento de Itaguá inicia la provisión del servicio de agua potable (1980)

• Itauguá obtiene el rango de Intendencia (1980)

• Es inaugurado el Gran Hospital Nacional en la compañía Itauguá Guazú (1991)

• Una grave crisis financiera provoca cierre de empresas tales como la Aceitera Itauguá, Prime Cotton, Matteucci Hnos, Filcotton (1995).

• La selección itaugueña de fútbol se consagra campeona del Interligas por primera vez (1998).

• El gobierno ordena el traslado de la cárcel de menores "Panchito Lórpez" a las afueras de la ciudad, con el nombre de "Centro Educativo Itauguá", lo cual genera protestas de los pobladores ante lo que consideraban era una medida improvisada e inconsulta (2000).[5]

Itauguá cuenta con 109.203 habitantes, de los cuales 54.115 son varones y 55.088 son mujeres, según proyecciones de la Dirección General de Estadísticas, Encuestas y Censos para 2019.

Esta se distribuye de forma irregular a lo largo del territorio, ocupando el 46% de la superficie municipal. Podemos dividir al municipio en tres grandes áreas de concentración poblacional:

Concentra los mayores índices de densidad habitacional y las principales instituciones de la comunidad. Es también el motor económico del municipio.

En él se resguarda el importante patrimonio arquitectónico y las pautas culturales que definen la idiosincrasia itaugueña. Contiene a los barrios tradicionales, los cuales son principales y frecuentes protagonistas de las actividades realizadas en la comunidad.

Comprende principalmente una franja sobre la Ruta Mcal. Estigarribia, que se extiende en dirección este-oeste por 3 kilómetros aproximadamente. Allí predomina la población proveniente de diversos puntos del país, atraída por la facilidad de acceso a la tierra y la cercanía de la gran Asunción. Incluye a las compañías Mboiʼy, Mbocajaty Norte y Sur, las villas Conavi y en los últimos años a los asentamientos o «territorios sociales» tales como Gaspar R. de Francia, Virgen de Caacupé, Sarita, etc.

Se destaca por un sistema de vida que está relacionado con la producción agropecuaria a pequeña y mediana escala. En algunos compañías como Potrerito o Guajaibity, se encuentra en transición entre el ambiente rural productivo y el urbano. En los últimos años ha acusado una significativa disminución en el porcentaje habitantes, según los datos arrojados por el censo de población del año 2002.

Históricamente, el área urbana de Itauguá estaba comprendida en un radio de 1 km. medido desde la iglesia Virgen del Rosario, limitado principalmente por grandes propiedades privadas o terrenos anegadizos en la zona del arroyo Jukyrymí. Actualmente este radio no condice con la realidad, siendo de esta manera mucho más extenso la zona que abarca.

Posteriormente, el crecimiento de la población con la consiguiente conformación de nuevos barrios, especialmente a partir de la década del 50 del pasado siglo, extendió el área a ambos lados de la Ruta 2, consolidándose como el espacio de mayor densidad habitacional del municipio.

En el año 2008, la Junta Municipal aprobó la extensión del ejido urbano a 1842 hectáreas, permitiendo así que importantes sectores de las compañías quedasen integrados al mismo. Esta medida tuvo como finalidad la de obtener mayor información acerca de los inmuebles y lotes, para el ordenamiento del catastro. Sin embargo, aún se deben reglamentar sus alcances, especialmente a lo que respecta a las delimitaciones barriales, imposiciones tributarias, servicios básicos y otros.

Al principio, las Compañías habrían sido lugares o parajes informales de prolongación del Centro urbano, para su uso, residencia o por su labranza, como parte no urbanizada. Se tiene como referencia convencional a la Ruta Nº 2 «Mcal. Estigarribia» que atraviesa longitudinalmente el municipio dividiéndolo en partes casi iguales.

Estanzuela: a orillas del lago, es reconocida por la tradicional producción de frutilla.

Patiño: donde se encuentra la estación del ferrocarril.

Guayaibity: histórico escenario de una batalla durante las Revueltas Comuneras.

Mbocajaty del Norte: asiento de importantes industrias.

Valle Karê: uno de los enclaves productores del Ñandutí.

Cañadita:

Ybyraty: notable por la explotación de sus canteras de caolín.

Mboiʼy: posee las mayores características urbanas entre las demás compañías.

Aldama Cañada: debe su nombre a la hacienda «Aldama» antiguamente establecida allí.

Mbocajaty del Sur: cuna del insigne vate Don Félix Fernández, autor de la canción «Cerro Corá».

Huguã Potí: cubierta por importantes remanentes boscosos

Itauguá Guasú: sede del Gran Hospital Nacional.

Potrerito: es una zona de transición urbana-rural.

Guasuvirá: antaño la compañía más extensa, que incluía a las actuales ciudades de Ypacaraí y Pirayú.

Potrero Guasú: importante zona de producción agrícola y ganadera.

Ñu Poʼi: allí se encuentra la naciente del arroyo Jukyrymí.

El territorio de Itauguá está conformado por un total de 46 barrios urbanos y suburbanos.

Producción frutihortícola para renta y autoconsumo (lechuga, berro, frutilla, tomate, locote, melón, sandía), algodón, batata, caña dulce, coco, mandioca, maní, maíz, plantas medicinales, poroto, sésamo, zapallo. Floricultura

Avicultura y cría de bovinos, equinos y porcinos a pequeña escala. Tambos lecheros. Piscicultura.

Alimentaria, de la Construcción, Químicas, Sidero-Metalúrgicas, Textil, Autopiezas.

Calzados, Curtiembres, Aserraderos, Mataderos, Olerías.

El ñandutí es un encaje de agujas que se teje sobre bastidores en círculos radiales, bordando motivos geométricos o zoomorfos, en hilo blanco o en vivos colores.

Preferentemente se realizan detalles para vestimentas, ornamentos religiosos, sombreros, abanicos, todo tipo de artículos ornamentales. Es el símbolo de la ciudad de Itauguá, y es considerada como la reina de toda la artesanía de la República del Paraguay.

La producción del mismo sirve de fuente de ingresos a varias tejedoras, ya es exportada a países europeos principalmente y ofrecido a los turistas, a modo de souvenir.

Bancos, financieras, casas de cambio, cooperativas, importante actividad comercial se genera en torno al Mercado Municipal, de cobertura local y regional.

Sobre la Ruta II Mariscal José Félix Estigarribia se desarrolla la principal franja comercial, donde se destacan los destinados a venta de artesanía, principalmente del Ñandutí. Los demás comercios forman parte del centro de abastecimiento local, tales como: farmacias, supermercados, ferreterías, talleres mecánicos, y otros tipos de negocios como almacenes de suela, carnicerías, mercerías, librerías, boutiques, herrerías, etc.

La energía eléctrica es proveída por la Administración Nacional de Electricidad (Ande) para lo cual posee su propia sub estática.

El agua potable es distribuida en la zona urbana a través de la Junta de Saneamiento, en tanto las compañías y barrios circundantes cuentan con aguateras privadas. Esto complementa a los demás servicios básicos (recolección de desechos, transporte interno, unidades de salud, etc).

Algunas instituciones de la comunidad son:

En 2015, el Ministerio de Obras Públicas y Comunicaciones (MOPC), dio inicio a la construcción del sistema de alcantarillado sanitario del casco urbano.[6]

Itauguá destaca por sobre todo en el ámbito de la música folclórica paraguaya y latinoamericana. Varios artistas oriundo de la ciudad han ganado importantes trofeos y reconocimientos a nivel regional. Entre los más destacados se encuentran Vocal Dos, Grupo Evolución, Grupo Surgente, Trova Bohemia, las Guitarras de Itauguá, Los Moyanos, Karai Tereré, el dúo de guitarras Richer Palma, Isidro Benítez.

Con respecto a música clásica, cuenta con una filial del Conservatorio Nacional de Música y la Asociación Filarmónica de Itauguá (AFI), con su Orquesta de Cámara «Fernando Centurión», los cuales frecuentemente realizan presentaciones tanto en el país como en el extranjero.

El rock en los últimos años ha experimentado un importante crecimiento de la mano de grupos como Los Profanos, Aborto de la Patria, Pandemia, Palosanto, Karma, Radio Base, Reacción Adversa, Vinilo`s y Mándala. Los Profanos es considerada la primera banda de rock de Itauguá, seguida por Aborto de la Patria, banda de rock punk que influenció el nacimiento de más bandas desde principios del año 2006.

La Asociación de Jinetes Pioneros Itaugueños desde hace más de quince años viene realizando una destacada labor en la preservación y difusión de las tradiciones propias del campo, así como de la música denominada «sortijera».

En la ciudad de Itauguá se han rodado algunos largometrajes tales como:

• Paraguay (1945), documental estadounidense producido por Julien Bryan.

La sangre y la semilla (1960), coproducción paraguayo-argentina dirigida por Alberto du Bois.

• Novena (2009), de Enrique Collar.

Costa Dulce (2013), de Enrique Collar.

Es el deporte más practicado, tanto en su modalidad de campo como de sala.

Históricamente, el equipo más importante de la ciudad ha sido el Club 12 de Octubre, que milita actualmente en la Primera División del Fútbol, con un total de 14 temporadas en la categoría de élite. Fundado en 1914, pasó la mayor parte de su vida institucional en categorías regionales, hasta que 1994 tuvo su primera experiencia en el profesionalismo, la cual fue breve. Posteriormente compitió ininterrumpidamente entre las temporadas 1998 y 2009, año en el cual se produjo su primer descenso. Nuevamente logró ascender en 2014, pero los malos resultados le impidieron sostenerse más de un año en la categoría. Para la temporada 2020, selló su reingreso a la Primera División tras obtener el vicecampeonato en la División Intermedia el año anterior.

Los mayores logros de la institución fueron la obtención del campeonato Apertura 2002 y de dos clasificaciones a la Copa Libertadores de América. Del mismo modo, es uno de los clubes más ganadores de la Liga Itaugueña, con trece títulos en total.

Su estadio Luis Salinas Tanasio es el de mayor aforo en la ciudad, con aproximadamente 10 000 localidades.

Otro club itaugueño que participó en los torneos de la APF fue el Nikkei Bellmare, fundado en 2006. Con sede en la compañía Guazú Virá, militó en la Primera División C (cuarta y última categoría del fútbol paraguayo) entre 2008 y 2012, temporada en la que terminó último en la tabla de promedios, por lo que fue desprogramado por un año. No obstante, su reingreso fue denegado repetidas veces por la matriz del fútbol paraguayo.

Luego de varios años de inactividad, en 2018 el exfutbolista Casiano Delvalle anunció un plan gerenciamiento, cuyo objetivo a mediano plazo es volver a la Primera C.[7]

La Liga Itaugueña de Fútbol fue fundada en 1924, y congrega en la actualidad a 26 clubes de todas las compañías, en las divisiones de Honor y Ascenso. Su palmarés incluye Campeonato Nacional de Interligas y de la Copa San Isidro Labrador en 1998, además de los vicecampeonatos del Interligas en 1937, 1966 y 2014.

Frecuentes animadores de los campeonatos, son tradicionales equipos de Olimpia, Carlos Antonio López (Chocalí), Sudamérica y San Rafael, entre otros.

Se destaca sobre todo en su modalidad femenina,.

Prueba de ello es la Selección Itaugueña de Handball, la cual ha obtenido varios campeonatos a nivel nacional (2006, 2011, 2017).

Por su parte, el Itauguá Handball Club (Ñandutí Club), compite en la División de Honor y ha logrado un campeonato (2019) y un vice campeonato (2017). Asimismo, son destacables sus logros en las categorías U18 y U19.

De origen reciente (2017), el Itauguá Rugby Club "Los Ñandúes", compite en la categoría de ascenso de la Unión de Rugby de Paraguay (URP), tanto en su rama masculina como femenina. Su campo de deportes se halla situada en la compañía Patiño, en el área recreativa de la antigua terminal ferroviaria, cercana al Lago Ypacaraí.

Fundado el 5 de abril de 1975, actualmente el Yacht Club Ypacaraí cuenta con 140 embarcaciones particulares y 16 propias, lo que representa cerca 90 % de los barcos a vela en Paraguay. En 1983, se instalaron en la compañía Patiño, en un área superior a 3000 m², en la que dispone de un club house, una guardería de embarcaciones de 400 m², piscina, canchas de tenis, voleibol y fútbol y otras facilidades. Todo ello con el propósito de incentivar la práctica de la navegación a vela en el Paraguay.

Uno de los torneos más importantes, organizados por la entidad, fue el Sudamericano de Vela en su edición 1992.



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