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Jorge Castriota



Jorge Castriota (en albanés: Gjergj Kastrioti), más conocido como «Skanderbeg» (Krujë, 6 de mayo de 1405 - Lezhë, 17 de enero de 1468) fue un aristócrata y militar albanés, considerado como el héroe nacional de Albania. Recibió su apodo Skanderbeg de los otomanos, que significa príncipe Alejandro (en turco İskender Bey, transliterado al albanés como Skënderbeu).

Nació en el distrito de Dibër y era descendiente de los Kastrioti, una de las familias más importantes de Albania. Su padre, Gjon Kastrioti, era un príncipe hereditario de un pequeño distrito de Epiro, que incluía Mat, Krujë, Mirditë y Dibër. Su madre Voisava era una princesa de la familia de los "Tribalda" hija de Dominicus alias Moncinus,[1]​ proveniente de Macedonia. Gjon Kastrioti fue uno de los máximos exponentes contra la acometida turca lanzada por el sultán Beyazid I contra Albania, pero su resistencia fue infructuosa. Beyazid aceptó las sumisiones albanas mediante pago de tributo por parte de los gobernantes locales. Jorge Castriota y sus tres hermanos además fueron conducidos a la corte otomana en calidad de rehenes. Allí se convirtió al islam y asistió a la escuela militar de Edirne, lo que supuso que fuera mandado como líder al frente de batalla, en donde destacó en las victorias turcas. Por sus victorias recibió el título de Arnavutlu İskender Bey, príncipe Alejandro el albanés, en turco, (en albanés: Skënderbeu) en referencia a su parecido en el campo de batalla a Alejandro Magno.

El 28 de noviembre de 1443 vio la oportunidad de rebelarse contra los turcos en una batalla que libraban estos contra los húngaros liderados por el conde Juan Hunyadi en Niš. Cambió de lado junto con 300 albaneses del ejército turco. Después de una penosa caminata hacia Albania consiguió conquistar la ciudad de Krujë y desde allí mandar una carta al sultán diciéndole que aquel territorio era suyo ahora. Una vez establecido en el castillo de Krujë, Castriota apostató de la fe musulmana y juró que vengaría a su familia y a Albania mientras alzaba su estandarte con el águila bicéfala (más tarde la bandera de Albania). Se alió con Gjergj Arianit Komneni y se casó con la hija de este, Andronika (nacida Marina Donika Arianiti).

Logró reunir a todos los príncipes albaneses en la ciudad de Lezhë, creando la Liga de Lezhë. Con lo aprendido en las escuelas militares otomanas, Castriota construyó fortalezas en lugares estratégicos y organizó una defensa móvil que obligaba a las expediciones otomanas a dispersarse, además de desarrollar una guerra de guerrillas utilizando las escarpadas montañas a su favor. Castriota continuó su resistencia contra los turcos hasta su muerte, y su ejército nunca sobrepasó los 20.000 efectivos.

Aunque se ha dicho que Castriota participó en la Segunda Batalla de Kosovo (1448), en realidad nunca llegó. Fueron interceptados por la retaguardia turca en las montañas de Serbia. En dicha batalla Hunyadi mandaba un ejército húngaro, el cual fue derrotado por las fuerzas del hijo del sultán Murat II, Mehmet, aunque produjo gran número de bajas otomanas.

En junio de 1450 un ejército otomano de 150.000 hombres a las órdenes de Murat II sitió Kruje. Con una guarnición de 1.500 albaneses al mando de Vrana Konti, Skanderbeg (Castriota) hostigó a los otomanos por los campos de alrededor de Kruje y atacó a la caravana de provisiones del ejército de Murat. En septiembre la moral turca se hundió por no conseguir los objetivos y por las enfermedades contraídas. Murat reconoció que no podía tomar el castillo de Kruje por las constantes escaramuzas de Skanderbeg que le provocaban numerosas bajas, y decidió marcharse a la conquista de Edirne. Murat murió en el invierno de 1450-1451 y le sucedió en el sultanato su hijo Mehmet II.

Los cinco años siguientes fueron para Albania una etapa sin ataques otomanos, ya que el nuevo sultán se dedicó a conquistar los últimos vestigios del Imperio bizantino. El primer enfrentamiento real entre el sultán Mehmet y Skanderbeg fue en 1455 durante el sitio de Berat, siendo una de las derrotas más desastrosas del militar albanés. Skanderbeg había acosado el castillo de la ciudad durante meses, causando la desmoralización de los turcos. Viendo Castriota que el castillo se podría conquistar fácilmente, marchó junto con la mitad de su caballería hacia Vlore (cerca del río Osam). En ese momento llegaron los refuerzos de Mehmet II, unos 38.000 soldados, que sorprendieron a los albaneses que se hallaban en Vlore. Estos fueron masacrados, muriendo 5.000 de ellos, incluidos 500 guerreros enviados como ayuda por el Reino de Nápoles. Skanderbeg no tomó parte en la batalla, ya que se hallaba inspeccionando al sudoeste las rutas hacia Vlore para entorpecer cualquier ataque sorpresa desde allí. Una de las razones de la derrota fue la traición de uno de los oficiales de caballería, Hamza Kastrioti, quien era además el propio sobrino de Castriota; Hamza se pasó al bando otomano con otros albaneses proporcionando además a los turcos información sobre la localización y la organización de las fuerzas albanesas. Más tarde Hamza fue capturado en el campo de batalla por el mismo Skanderbeg, siendo encarcelado en el castillo de Krujë.

En 1457 un ejército otomano de 80.000 soldados invadió Albania con la esperanza de acabar con la resistencia albanesa de una vez por todas. Este ejército estaba liderado por Isa beg Evrenoz, uno de los oficiales que derrotó a la caballería de Castriota, y por el sobrino de este, Hamza Kastrioti. Después de haber evitado la batalla con los turcos durante meses, Skanderbeg atacó a los otomanos entre Lezhë y Krujë en septiembre y los derrotó.

En 1461 Mehmet II propuso términos de acomodación con Skanderbeg y se firmó la paz entre ellos el 22 de junio. Al año siguiente Skanderbeg lanzó un ataque contra los nobles angevinos y sus aliados, quienes habían intentado desestabilizar al rey Fernando I de Nápoles. Por sus servicios, Castriota recibió el título de Duque de San Pedro en el Reino de Nápoles. Después de asegurar al reino napolitano, un crucial aliado en su lucha, regresó a casa. En 1464 Skanderbeg encontró y derrotó a Ballaban Badera, un albanés al servicio de los turcos que había capturado a varios comandantes albaneses, incluidos Moisi Arianit Golemi, comandante de caballería, Muzaka de Angelina, sobrino de Skanderbeg, y otros 18 nobles y capitanes más. Estos hombres fueron enviados inmediatamente a Estambul, siendo torturados durante 15 días. La petición de Skanderbeg para que fueran liberados fue desatendida.

En 1466 Mehmet II se puso personalmente a la cabeza de un ejército que entró en Albania y sitió la ciudad de Kruje. La ciudad estaba defendida por 4.000 hombres, al mando del príncipe Tanush Topia. Después de angustiosos meses, Mehmet vio, al igual que su padre Murat II, que era imposible conquistarla personalmente. Avergonzado, regresó a Estambul, pero dejó a Ballaban Pasha para que mantuviera el asedio y construyera un castillo, el cual fue llamado El-basan (moderno Elbasan), para ayudar a los sitiadores. Gracias al apoyo marítimo de los napolitanos, Skanderbeg consiguió romper el asedio y en la batalla que supuso la retirada otomana murió Ballaban Pasha.

A pocos meses del final del año 1467 Mehmet, frustrado por no poder someter a Albania bajo el yugo turco, preparó otro gran ejército. De nuevo sitió Krujë, pero esta vez con más potencial. Mientras un contingente guardaba la ciudad, las fuerzas otomanas venían a toda prisa desde Bosnia, Serbia y Macedonia entorpeciendo toda lucha por parte de los soldados de Skanderbeg, cortando toda ruta y limitando la movilidad albanesa. Durante el conflicto Skanderbeg cayó enfermo de malaria en la ciudad de Lezhë, controlada por los venecianos, muriendo el 17 de enero de 1468, justo cuando un ejército bajo el mando de Leke Dukagjini derrotaba a los otomanos en Shkodra.

La resistencia albanesa siguió por diez años después de la muerte de Skanderbeg bajo la nueva dirección de Leke Dukagjini. En 1478, en el cuarto sitio de Kruje, los otomanos consiguieron tomar finalmente la ciudad; desmoralizados y debilitados seriamente por el hambre y la carencia de provisiones, los defensores se entregaron a Mehmed que les había prometido irse sin ningún percance. Sin embargo, los otomanos no cumplieron esta promesa y mataron a los hombres y esclavizaron a las mujeres y a los niños. La resistencia albanesa continuó de forma esporádica hasta alrededor de 1500.

Los éxitos militares de Skanderbeg fueron evocados con mucho interés y admiración por el papa, Venecia y Nápoles, que se veían ellos amenazados por la energía cada vez mayor del otomano a través del mar Adriático. Skanderbeg recibió de los tres Estados en varias ocasiones ayuda, gracias a su habilidad diplomática, en forma de dinero, provisiones y soldados. Uno de sus partidarios más destacados y constantes fue Alfonso V el Magnánimo, rey de Aragón y de Nápoles, quien decidió tomar a Skanderbeg bajo su protección como vasallo en 1451. Poco después este último consiguió su segunda victoria contra Murad II. Además de ayuda financiera, el rey de Nápoles proveyó al líder albanés de tropas, equipo militar y de un refugio para él y su familia si se presentara tal necesidad. Como defensor activo de la causa cristiana en los Balcanes, Skanderbeg también estuvo implicado de cerca con la política de cuatro papas, uno de ellos Pío II, humanista renacentista y diplomático.

Consternado por la caída de Constantinopla en 1453, Pío II intentó organizar una nueva cruzada contra los turcos, y a tal efecto hizo lo que estuvo en su mano para ayudar a Skanderbeg, al igual que sus precursores Nicolás V y Calixto III. Esta política fue continuada por su sucesor, Pablo II. Al albanés se le concedió el título de Athleta Christi o Campeón de Cristo.

Los 25 años de resistencia de Skanderbeg contra el Imperio Otomano consiguieron proteger la península italiana de la amenaza de invasión turca.

Otro de los aliados de Castriota fue Vlad III Draculea, príncipe de Valaquia, con el cual mantuvo durante 25 años una ayuda mutua para luchar contra los invasores turcos. Para Vlad, Castriota era el modelo de líder para un país.

Durante su reinado Skanderbeg publicó muchas leyes (censo de la población, impuestos, etc.) basados en la Ley romana y bizantina. Después de morir por enfermedad en 1468 en la ciudad de Lezhë, sus soldados se opusieron a los turcos durante los 12 años siguientes. En 1480 Albania fue conquistada finalmente por el Imperio otomano. Cuando los turcos encontraron el sepulcro de Skanderbeg en la iglesia de San Nicolás de Lezhe, lo abrieron e hicieron amuletos con sus huesos, creyendo que éstos conferirían poder y valor al portador. El mismo año, invadieron Italia y conquistaron la ciudad de Otranto.

Skanderbeg es hoy el héroe nacional de Albania. Muchos museos y monumentos se levantan en su honor en Albania, entre ellos el museo de Skanderbeg, al lado del castillo, en Krujë.

La lucha de Skanderbeg contra el imperio otomano ha sido extremadamente significativa para el pueblo albanés, que consolidó su solidaridad, lo hizo más consciente de su identidad nacional y sirvió en adelante como fuente de inspiración en su lucha por la unidad, la libertad y la independencia nacionales.

Fue considerado no solo un defensor de Albania, sino también del cristianismo.

Las plazas principales de las ciudades de Tirana y Pristina tienen su nombre y están decoradas con sendas estatuas ecuestres del héroe.

El KF Skënderbeu Korçë lleva el nombre Skënderbeu en su honor.

La familia de Skanderbeg vivió en adelante en el sur de Italia mientras duró la dominación turca. Allí obtuvieron en feudo el ducado de San Pietro di Galatina. Una rama ilegítima de la familia se asentó posteriormente en el sur de Italia utilizando el nombre Castriota Scanderbeg por siglos, siendo parte de la baja nobleza de Italia. La línea legítima de Jorge Castriota por parte masculina se extinguió tras algunas generaciones, pero la familia continúa al parecer a través de una rama de Sanseverino. Hubo también un noble español con el nombre de Juan Pedro Aladro y Kastriota que contribuyó mucho a la lucha de Albania por la independencia.

Su nombre ha sido escrito de muy diferentes maneras: Jorge, Gjergj, Giorgio; Castriota, Kastrioti, Castrioti, Caprioti, Kastriotes, Castriot, Kastriot, Skanderbeg, Scanderbeg, Skenderbeg, Skanderbeu, Scander-Begh, o Beg Iskander.

Scanderbeg se había hecho con una buena reputación post mortem en la Europa occidental en los siglos XVI y XVII. Con todos los Balcanes prácticamente bajo dominio otomano y con los turcos en las mismas puertas de Viena en 1683, nada habría podido cautivar más a los lectores del mundo occidental que un cuento de acción sobre la heroica resistencia cristiana a los ataques de las hordas musulmanas. En la Europa occidental comenzaron a aparecer a principios del siglo XVI libros sobre el príncipe albanés. Una de las primeras de estas narraciones sobre los hechos heroicos de Scanderbeg fue Historia de vita et gestis Scanderbegi, Epirotarum Principis (Roma ca. 1508- 1510), publicado tan solo cuatro décadas después de la muerte de Scanderbeg. Esta historia fue escrita por el historiador albanés Marinus Barletius Scodrensis (ca. 1450 - ca. 1512), conocido en albanés como Marin Barleti, que después de experimentar la ocupación turca de su Shkodër natal, donde era rector de la iglesia de San Esteban. Fue adaptado a numerosos idiomas de Europa: en alemán por Johann Pincianus (Augsburgo, 1533), en italiano por Pietro Rocca (Venecia 1554, 1560), en portugués por Francisco D'Andrade (Lisboa 1567), en francés por Jaques De Lavardin (París 1576) y español por Juan Ochoa de la Salde (Sevilla 1582). En inglés fue publicado por un caballero tras traducirlo del francés.

La fama póstuma de Skanderbeg, como se ha visto, no fue solo en su propio país. Voltaire pensó que el Imperio bizantino habría sobrevivido si hubiese poseído un líder de su calidad. Poetas y compositores también se han inspirado en su carrera militar. El poeta francés del siglo XVI Ronsard escribió un poema sobre él, al igual que el poeta americano del siglo XIX Henry Longfellow. El compositor veneciano Antonio Vivaldi compuso en 1718 una ópera dedicada a Skanderbeg, llamada Scanderbeg, el compositor francés Francois Francoeur compuso Scanderberg, estrenada en 1735 y el compositor albanés Prenke Jakova compuso Skenderbeu, estrenada en Albania en 1968.



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