Juan Francisco de Farías (1807, San Pedro de las Colonias, Coahuila, Nueva España - 1870, Laredo, Texas, Estados Unidos de América) fue un importante terrateniente y político coahuilense, alcalde de Laredo (Texas), así como Secretario de Estado interino de la efímera República del Río Grande.
Juan Francisco de Farías y Sánchez de Uribe nació el 9 de enero de 1807 en San Pedro de las Colonias, Coahuila. Fue hijo del alférez real don José Andrés de Farías, alcalde mayor de Laredo y teniente oficial de la Tercera Tropa de Caballería del Nuevo Santander, y de doña Guadalupe Sánchez de Uribe, a su vez nieta del capitán don Tomás Tadeo Sánchez de la Barrera y de la Garza, fundador de la ciudad de Laredo, entonces parte la Nueva España, así como descendiente de Bartolomé de Medina, entre otros.
El teniente de caballería don José Andrés de Farías, padre de Juan Francisco, fue un militar realista, miembro de una de las familias más connotadas del norte de la Nueva España, quien en su fidelidad a la monarquía participó en la Batalla de Medina, así como en los sucesos de Monclova, donde fueron capturados los insurgente Miguel Hidalgo y Costilla, bajo las órdenes del general Joaquín de Arredondo.
Su padre fue el último representante novohispano de la descendencia del capitán portugués don João de Faria, alcalde mayor de Monterrey y alcalde ordinario de Saltillo, dueño de múltiples haciendas, cuya familia enlazó con los Sosa, descendientes de Lope de Sosa, gobernador de Islas Canarias y de Castilla del Oro, proveniente de los señores de Guadalcázar y de Rabanales.
Una vez proclamada la independencia de México, el país se vio envuelto en sangrientas guerras entre los diferentes grupos de poder y sus intereses. El derrocamiento del emperador Agustín de Iturbide y la posterior Constitución de 1824 generó una enorme incertidumbre entre las antiguas familias terratenientes y las autoridades eclesiásticas, quienes perdían influencia en favor de los masones guiados por Poinsett.
En 1831, el poderoso terrateniente don José Lázaro de Benavides y Soberón, fue nombrado alcalde de Laredo, y junto con él Farías fue nombrado regidor de la ciudad. En 1832, Farías contrajo matrimonio con doña Inocente de Benavides, hija del alcalde. En 1836, el general Antonio López de Santa Anna reconocía la independencia de la antigua provincia de Texas a través del Tratado de Velasco, el cual no fue reconocido por el gobierno mexicano, pero igualmente trajo graves consecuencias consolidadas con el Tratado de Guadalupe Hidalgo en 1848. Ese mismo año, el nuevo gobierno texano de Thomas Jefferson Rusk expulsó a las antiguas familias españolas terratenientes de Texas, incluyendo a las familias Farías, Benavides, entre otras.
En el año de 1839, tras infructuosas negociaciones con el presidente Anastasio Bustamante, y al ver el resto de sus posesiones en juego, un grupo de militares y terratenientes norteños tomaron las armas liderados por el general don Antonio Canales. El 7 de enero de 1840, los opositores se reunieron en el Rancho de Oreveña, en las cercanías de Laredo, y proclamaron su independencia de México con el nombre de República del Río Grande, la cual componía los actuales estados de Coahuila, Tamaulipas, Nuevo León y parte de Texas, tierras que disputaban con la República de Texas. El gobierno, presidido por don Jesús de Cárdenas y Duarte, fue formado por el anterior gobernador de Coahuila y Texas Francisco Vidaurri y Villaseñor, el anterior gobernador de Nuevo León don Manuel María de Llano, el general Antonio Canales, el coronel José Antonio de Zapata, el futuro gobernador de Nuevo León Santiago Vidaurri, entre otros. Juan Francisco de Farías fue invitado como secretario de Estado provisional para la efímera República.
Tras infructuosas batallas con los estadounidenses y el gobierno de México, el 6 de enero de 1840 fue firmado un tratado de reconciliación entre el general Antonio Canales y el general Mariano Arista, devolviendo los territorios rebeldes a la República Mexicana.
Una vez habiendo fracasada la independencia del Río Grande, Farías se retiró a sus posesiones familiares en San Pedro de las Colonias, donde se dedicó a la administración de sus tierras y las de la familia de su esposa, doña Inocente de Benavides y García-Dávila, hija del anterior alcalde de Laredo, don Lázaro de Benavides y Soberón, y de doña Nicolasa García-Dávila y Martínez-Guajardo (hija del también alcalde de Laredo don José Antonio García-Dávila y González-Hidalgo), siendo viuda de don Cayetano de la Garza, quien había sido asesinado por los indígenas. El matrimonio procreó once hijos, a los que se unieron otros dos que doña Inocente aportaba de su anterior matrimonio.
Los hijos de Juan Francisco e Inocente realizaron enlaces matrimoniales con algunas de las principales familias de Coahuila, siendo al día de hoy ancestros de algunas de las familias más prominentes de esa región. La ya establecida relación con los Benavides se vio fortalecida con subsecuentes matrimonios entre ambas familias, en ocasiones entre primos hermanos. La hija menor del matrimonio, María Manuela de Farías y Benavides, casó con el gobernador de Coahuila, don Evaristo Madero, abuelo del presidente Francisco I. Madero.
En 1846, las tensiones entre México y Estados Unidos se encrudecieron con la Intervención Estadounidense en México, resultando en la pérdida del 55% del territorio nacional, y con ello, el resto de las tierras que los Farías poseían al norte del río Nueces. Por ello, en 1851 un grupo de militares que anteriormente habían formado parte de la República del Río Grande se alzó nuevamente en armas para intentar un nuevo proyecto soberanista con el nombre de República de la Sierra Madre, la cual fue rechazada por el propio general Canales, quien había sido uno de los precursores del primer proyecto fallido.
En los años siguientes a la intervención, se encrudecieron las tensiones entre liberales y conservadores, dando lugar a fuertes episodios de violencia, precursores a la Guerra de Reforma, y agravándose tras la Constitución de 1857, de marcado corte liberal, antirreligioso y beligerante contra la clase terrateniente. En ese mismo año, la familia Farías abandonó México y volvió a la ciudad de Laredo, ya entonces en poder de Estados Unidos, consiguiendo un pasaporte de dicho Estado para evitar ser expulsados como lo habían sido en 1836.
Al estallar la Guerra de Secesión en 1860, Farías no pudo ver más que un paralelo con lo que sucedía en México con la Guerra de Reforma. Al poco tiempo de empezar la guerra, Laredo se pronunció a favor del bando Confederado. En 1861, Farías fue elegido como alcalde de Laredo, mismo cargo que había ostentando su padre, su bisabuelo y dos miembros de la familia de su esposa.
Farías aceptó y ocupó el cargo durante la guerra, distinguiéndose en la defensa de la ciudad durante el asedio por parte de las tropas unionistas.
Don Juan Francisco de Farías murió en Laredo en el año de 1870.
La escuela pública Francisco Farías Elementary School está nombrada en su honor, al igual que el proyecto para el Juan Francisco Farías Military Museum, museo proyectado por veteranos el ejército estadounidense en una antigua casa de la familia Farías.
Entre los descendientes directos de Juan Francisco de Farías, se encuentran:
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