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Juan Martín Barrundia



¿Qué día cumple años Juan Martín Barrundia?

Juan Martín Barrundia cumple los años el 17 de diciembre.


¿Qué día nació Juan Martín Barrundia?

Juan Martín Barrundia nació el día 17 de diciembre de 1845.


¿Cuántos años tiene Juan Martín Barrundia?

La edad actual es 178 años. Juan Martín Barrundia cumplirá 179 años el 17 de diciembre de este año.


¿De qué signo es Juan Martín Barrundia?

Juan Martín Barrundia es del signo de Sagitario.


¿Dónde nació Juan Martín Barrundia?

Juan Martín Barrundia nació en Ciudad de Guatemala.


Juan Martín Barrundia y Flores (Ciudad de Guatemala, 17 de diciembre de 1845[2]​ - Puerto de San José, 28 de agosto de 1890) fue un militar y político liberal de Guatemala que era hijo del influyente político liberal guatemalteco José Francisco Barrundia y Cepeda.[2]​ Fungió como Ministro de la Guerra durante el período constitucional del gobierno del general Justo Rufino Barrios, hasta la muerte de este, ocurrida el 2 de abril de 1885. Tras la muerte de Barrios no pudo alzarse con el poder como lo esperaba pues cayó víctima de un ardid del Jefe Político de Quetzaltenango, general Manuel Lisandro Barillas Bercián quien resultó quedándose con la presidencia.

Tras salir al exilio a México estuvo atacando al gobierno de Barillas y fue acusado de ser el responsable de todos los desatinos que hubo durante el gobierno del fallecido general Justo Rufino Barrios. Murió en agosto de 1890 cuando la policía guatemalteca lo intentó capturar a bordo del buque norteamericano «Acapulco» cuando este estaba atracado en el Puerto de San José.

En su artículo La Penitenciaría de Guatemala, el escritor guatemalteco Guillermo F. Hall —de origen británico, y a quien la prohibición de golpear a los extranjeros le salvó la vida mientras estuvo prisionero en la Penitenciaría—[3]​ describe a uno de los encargados generales de los presos en dicho reclusorio durante el gobierno de Justo Rufino Barrios de la siguiente forma: «"Tata Juan" era el decano de la penitenciaría, había permanecido en ella desde su fundación. Había sido verdugo de los tiempos de Rufino Barrios y Barrundia. Era la conversación favorita de este rufián el referir a sus admiradores los crímenes que había cometido, tanto por cuenta propia, como en su carácter de verdugo. [...] Hacía alarde de haber [asesinado] por su propia cuenta a veintiséis individuos; no recordaba a cuantos había dado muerte a palos en las bóvedas de la penitenciaría por orden de Barrunda y de Barrios -¡eran tantos![4]​ Contaba [...] el modo cómo procedía a cumplir las órdenes de sus amos; cómo después de propinar a sus víctimas doscientos o trescientos palos, se acostaba un rato a descansar al arrullo de los ayes de su "paciente" [para luego reanudar] la tarea con más encarnizamiento, dándole palos sobre los ojos para deshacérselos, porque [...] "así gritaban menos".[5]​»

Cuando falleció el Presidente de la República, el general Justo Rufino Barrios en la Batalla de Chalchuapa el 2 de abril de 1885, Alejandro M. Sinibaldi Castro asumió la Presidencia Interina de Guatemala, ratificado por el Consejo de Ministros. Sin embargo, renunció el 6 de abril de 1885, presionado por Barrundia quien quería la presidencia para sí.[7]

A raíz de la renuncia del Presidente Sinibaldi Castro, la Asamblea Nacional declaró que el segundo designado a la presidencia de la República asumiera el poder. El segundo designado era el general Manuel Lisandro Barillas Bercián, jefe de político de Quetzaltenango, quien llegó en el instante del sepelio del general Justo Rufino Barrios y exigió a Barrundia que le fuera entregado el poder, aduciendo que un número regular de tropa venía con él y que necesitaba alimentación y albergue para ellos. La tropa de la cual hablaba Barillas no existía, pero eso no lo sabía Barrundia, y así fue como logró asumir la primera magistratura de la Nación.[7]

Cuando Barrundia comprendió su error, ya era tarde; fue acusado de apropiarse de una gran cantidad de fondos públicos y se le abrieron numerosos casos por abuso de autoridad por las víctimas y familiares de las personas que fueron torturadas bajo sus órdenes durante el gobierno de Barrios.[8]​ Barrundia decidió alejarse del país por un tiempo, ya que disponía de los medios necesarios para ello, aunque regresó a Guatemala a finales de 1888,[9]​ pero el sentimiento hacia él no había disminuido, y le fue imposible llegar a la Ciudad de Guatemala, teniendo que regresar a México dado el trato hostil con que lo recibieron en los poblados a donde llegaba.[9]

De retorno en México, Barrundia imprimió varios panfletos contra el gobierno de Barillas, presentándose como demócrata incorruptible e insultando al presidente indicando que estaba dispuesto a ser el líder una revuelta contra Barillas.[10]​ Esta circunstancia fue utilizada por el gobierno liberal guatemalteco para culparlo de todos los desaciertos y excesos de la administración del general Barrios, y así mientras se exaltaba cada vez más la figura idealizada del fallecido expresidente, más se demonizaba la figura de Barrundia;[11]​ he aquí, como ejemplo, como se expresa de ambos el escritor oficialista Joaquín Méndez:

Y luego de los escritos, intentó invadir Guatemala desde México; cuando el gobierno guatemalteco supo del intento de la primera invasión en marzo de 1890, el ministro de Relaciones Exteriores de Guatemala fue a la embajada mexicana para informarles al respecto y sobre la base de esto las autoridades mexicanas,[10]​ el 13 de marzo las autoridades de Chiapas confiscaron las armas y municiones del general Barrundia.[12]

Tras el derrocamiento del presidente salvadoreño Francisco Menéndez Valdivieso por el general Carlos Ezeta en El Salvador, el designado a la presidencia salvadoreña, Camilo Álvarez, y numerosos enemigos del nuevo régimen se refugiaron en Guatemala y solicitaron ayuda al presidente Barillas para que detuviera a los ejércitos de Ezeta, aduciendo que éste pretendía invadir a Guatemala; sin embargo, la verdadera intención era recuperar el gobierno en su país valiéndose del ejército guatemalteco. Convencido por los rumores, las tropas se movilizaron hasta la frontera, con Camilo Álvarez entre ellos, quien incluso había nombrado a sus ministros. Las tropas guatemaltecas ya no siguieron avanzando. Incluso, el ejército de Ezeta se dio el lujo de regresar a la capital salvadoreña a sofocar un levantamiento. Ya de regreso a la frontera, Guatemala siguió sin mover sus tropas; y el asunto terminó con la intervención de los miembros del Cuerpo Diplomático, que firmaron un arreglo de paz, el 21 de agosto de 1890.[7]​ Con ironía, los guatemaltecos llamaron a esta la «guerra del Totoposte», ya que sólo sirvió para movilizar grano de maíz molido totoposte para alimentar tropas que nunca combatieron, lo que dañó gravemente la economía del país.[7]

Durante la guerra, no obstante, se desencadenaron una serie de hechos que resultaron en el fallecimiento del general Barrundia, cuando intentaba unirse a las fuerzas de Ezeta en El Salvador:[13]

Al mismo tiempo, el general Cayetano Sánchez - jefe de operaciones- impartió sus órdenes para que el 21 la brigada Barillas Castilla atacase Atescatempa por el camino de Coatepeque: las brigadas Ramos y Portillo, el batallón de Canales y un batallón de Jutiapa, verificaran un ataque similar por el lado de Asunción Mita; y el batallón de Palencia los secundara por el lado del Jícaro.[16]

Pero una enérgica reacción ofensiva del centro guatemalteco, la prolongación del flanco izquierdo y un ataque de flanco en la derecha por las fuerzas de Jutiapa que estaban en el Pinal, hicieron que a las 2:30 p. m. se decidiera la victoria a favor de los guatemaltecos.[17]​ Pero a las 3:30 p. m. Sáchez se retiró hacia Chingo Abajo, evacuando durante la noche hacia Papaturro.[17]

Barrundia y sus seguidores fueron dejados en libertad, aunque sus armas quedaron en poder del gobierno mexicano.[20]

Barrundia se puso en movimiento y salió de San Benito hacia Acapulco, para embarcarse hacia El Salvador.[20]

En marzo de 1891, su esposa Tránsito Hurtarte vda. de Barrundia, a nombre propio y de sus seis hijas y su cuñado Ramón Bengoechea, esposo de su hermana Teresa, solicitaron ante el Secretario de Estado de los Estados Unidos que se les otorgara un millón de dólares por concepto de reparaciones por la muerte de Barrundia en el vapor «Acapulco».[28]​ El gobierno estadounidenses desestimó la demanda con base en que esta fue solicitada por ciudadanos extranjeros sin el apoyo del gobierno de su país de origen.[28]



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