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Jubaea chilensis



Jubaea chilensis. Baill., es la única especie viviente del género monotípico Jubaea, que se incluye dentro de la familia Arecaceae.

Endémica de Chile central, crece entre los 30° y 35° de latitud sur, correspondiente a las regiones de Coquimbo, Región de Valparaíso, donde es más abundante, Región Metropolitana, Región de O'Higgins y en la provincia de Curicó, Región del Maule.

La palma chilena crece en la zona de clima mediterráneo Chilena con inviernos lluviosos y fríos y veranos secos y calurosos.

En la actualidad se conocen 25 poblaciones, con un total aproximado de 103.000 palmas, repartidas desde la quebrada Las Palmas, comuna Canela, region de Coquimbo, por el norte; 31°15'1.11" S, hasta el palmar del estero Las Palmas de Tapihue, comuna de Pencahue, región de Maule, por el sur; 35°11'40.88" S.

Árbol de hasta 30 m de alto. Tronco de 0,8 a 1,1 m de diámetro, recto, columniforme, cilíndrico, desnudo, más angosto hacia la parte superior, corteza cenicienta, delgada, dura, cubierta de cicatrices foliares rómbicas; Hojas perennes, numerosas, agrupadas en el extremo del tronco, de 2-4 m de largo y 50-60 cm de ancho, verde oscuras a amarillentas, pinnado- compuestas; pinnas alternas, 110-120 por lado, de longitud variable, coriáceas, sésiles, márgenes plegados en forma de "V" invertida; raquis triangular, con la cara adaxial plana o levemente convexa y la cara abaxial de sección triangular, de consistencia leñoso-flexible; pecíolo corto, con numerosos filamentos pilosos, enrollados; vaina ensanchada, fibrosa; Inflorescencia en espádice ramificado, denominado régimen, hasta 142 espigas en forma de ramas, el cual nace en las axilas de las hojas inferiores, envuelto por 2 espatas, una fibrosa, membranosa, caduca, y otra leñosa, de 1,2 m de largo (promedio) en forma de canoa; Flores unisexuales, diclino-monoicas, dispuestas sobre las ramas del régimen, tortuosas, cuya base lleva flores de ambos sexos, estas ubicadas en pares, una masculina con una femenina y en el extremo solamente masculinas. Flor masculina pedicelaa perigonio rojo-amarillento, imbricado, 3 sépalos externos, angostos, de 2-3 mm de largo, 3 tépalos internos, aovado-oblongos, obtusos, de 8-9 mm de largo por 4-5 mm de ancho. Estambres 14-22 dispuestos en 2 series, del mismo largo que los tépalos internos, anteras versátiles, de 6 mm de largo y 2 mm de ancho, agudas en el ápice. Flor femenina sésil mayor que la masculina, tépalos externos ovalados, de 8 mm de largo; los internos de 10 mm de largo por 20 mm de ancho. Ovario súpero, 3-locular, 3-carpelar; ovario solitario, erecto; Fruto una drupa esférica a levemente cónica, de 4 cm de diamro, amarilla, con el perigonio persistente de color castaño. Semilla (coquito), esférica, lisa, de 2-2,5 cm de diámetro, con 3 poros germinativos elípticos o circulares, ubicados hacia la parte superior; suturas carpelares notorias.

Se encuentra protegida bajo el Decreto Ley N° 701 de 1974, que establece que la tala o explotación debe ejecutarse según un plan de manejo, aprobado por la Corporación Nacional Forestal (CONAF). Hoy en día bajo la ley del bosque nativo, se prohíbe la tala de la palma para cualquier índole, incluso productiva, por lo que desde el año 2007 ninguna palma es derribada para la producción de la miel de palma, ésta se extrae actualmente de pie, mediante el lento goteo de una poda entre sus hojas que le permite seguir viviendo.

Su fruto se llama "coquito", el cual esta formado por un coco de pequeño tamaño rodeado de una cubierta carnosa, y es utilizado en confitería y como ingrediente de la tradicional "miel de palma", que es un almíbar o savia dulce, tradicional chileno, a base de jugo de coquitos, savia de palma y azúcares, utilizado principalmente en postres o con fruta.

Sus hojas también fueron ampliamente utilizadas en la antigüedad para construcciones habitacionales junto al adobe, también eran utilizadas para techumbres y artesanías, tejiendo sus ramas para elaborar sombreros, y decoraciones. Para las artesanías también se utilizaban las cáscaras de sus coquitos confeccionando anillos, pipas y otros adornos pequeños. Para extraer la savia de la palma, y elaborar su miel, antiguamente, se talaba la planta sin regulación, lo cual se realizaba de manera artesanal por cualquier persona que quisiese obtener su miel, lo cual tuvo una gran repercusión en sus poblaciones hace centenares de años atrás, esto, en conjunto con el crecimiento urbano, la falta de regulación de la especie, y las plantas papeleras de la época, ya que de la palma también es posible elaborar papel, colaboraron con una fuerte disminución de la palma chilena en aquella época, la cual, debido a su lento crecimiento, y poca conciencia de la época, repercute hasta el día de hoy, particularmente en zonas que han quedado despobladas de palmas.

Cabe destacar que los únicos 2 palmares productivos de miel de palma, son justamente los palmares más grandes y mejor conservados de Jubaea chilensis, descartando el hecho de que la elaboración de miel de palma de manera industrial, haya sido la causante de dicha disminución.

Desde los años 80 Conaf reguló la extracción de su savia de manera sustentable, a través de planes de manejo, plantando palmas alrededor de cada palma volteada, lo que multiplicaría la población considerablemente, con una rotación de 40 años (edad promedio para su extracción).

En la actualidad, debido a la ley del bosque nativo, está prohibida su tala incluso para fines productivos. Desde el año 2008 que su savia se extrae exclusivamente por el goteo de una minuciosa poda entre sus hojas, sin derribar la palma, la cual continúa su crecimiento normal luego del proceso, y se continúa multiplicando significativamente en el sector productivo, VI región, labor sustentada gracias a la venta de su miel. Esta nueva forma de extracción de savia, junto a la considerable multiplicación de la palma Chilena en el sector, ha contribuido a que la palma chilena no haya sido declarada en estado de extinción el año 2017, siendo considerada sustentable, protegida y quedando calificada como especie “vulnerable” en la última convención de clasificación de especie de la palma chilena.

En el Perú el fruto se le denomina «coquito chileno», y es utilizado en postres tradicionales como el ranfañote o el arroz zambito.[4]

En la actualidad, es centro de la extracción desmedida de semillas, para la venta en mercados asiáticos, en las que se considera como afrodisíaca, por lo que se prohibió la extracción de semillas desde el parque nacional La Campana en 2017. [5]

En naturaleza, la regeneración natural es casi nula, debido principalmente a la intervención humana y saqueo de coquitos en lugares de acceso público; adicionalmente, la presencia de conejos y grandes cantidades de animales de pastoreo puede afectar las nuevas germinaciones en crecimiento. [6]

Jubaea chilensis fue descrita por (Molina) Baill. y publicado en Histoire des Plantes 13: 397. 1895.[7]

Jubaea: nombre genérico otorgado en honor del rey Juba II de Mauritania (52 a 50 a. C. - 23).[8]

Chilensis: epíteto geográfico que alude a su localización en Chile.

Es conocida como palma chilena, palma de coquitos o palma de miel. Antiguamente, su nombre en mapudungún era lilla, y el nombre de su fruto cancán o llilla.[10]



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