La última legión (de título original The Last Legion) es una película estrenada en el año 2007 y dirigida por Doug Lefler, basada en la novela homónima de Valerio Massimo Manfredi.
La película, al igual que la novela, está libremente inspirada en un acontecimiento del siglo V: la caída del Imperio romano de Occidente al ser depuesto su último emperador, Rómulo Augústulo. A partir de este hecho histórico se incorporan elementos legendarios ubicados en la provincia, ya abandonada, de Britania que se inspiran en los relatos sobre el origen del rey Arturo.
La historia es narrada por Ambrosino, un anciano druida de origen Británico y miembro de una hermandad secreta. Comienza en 460, cuando Rómulo está a punto de ser coronado emperador. Su padre, Flavio Orestes, es el general en jefe del ejército romano y en la noche previa a la ceremonia, Odoacro, líder del ejército federado gótico, le demanda la entrega de tierras en Italia, pedido que es rechazado. Al mismo tiempo, Rómulo conoce a Aureliano Cayo Antonio, llamado Aurelio, comandante de la legión Nova Invicta, un destacamento entrenado en las antiguas tácticas romanas.
Después de la coronación, Roma es atacada por los godos, los cuales matan a Orestes y toman prisionero a Rómulo junto a su tutor Ambrosino. La mayoría de los hombres de la legión, comprometidos a proteger al emperador, mueren, pero Aurelio sobrevive.
Odoacro, ahora gobernante de Occidente, planea matar a Rómulo, pero Ambrosino lo persuade de enviarlo prisionero a la isla de Capri bajo la vigilancia de su lugarteniente Wulfila. Una vez en Capri, en la villa Jovis construida por Tiberio, Rómulo con la ayuda de su tutor encuentra la antigua espada de Julio César; esta había sido forjada por un herrero cálibe y un epígrafe, en el pedestal de la estatua de César, proclama: "Un filo para defender, otro para vencer. En Britania fui forjada para ser empuñada por aquel que esté destinado a reinar". La misma espada tiene grabada una inscripción, poco legible, que dice: CAI(us) • IVL(ius) • CAES(sar) • '''E'''N'''S'''IS '''CALIBVR'''NVS. Rómulo se queda con el arma por consejo de Ambrosino.
Ambos son liberados por el leal Aurelio, acompañado de Vatreno, Batiato y Demetrio, tres legionarios supervivientes de la Nova Invicta. A ellos se les suma Mira, una guerrera bizantina de origen keralí que ha sido enviada para llevar al joven emperador a Constantinopla. Los fugitivos se dirigen hacia Fano por sugerencia del senador Nestor, viejo amigo de Aurelio, pero pronto descubren que se trata de una trampa urdida por Odoacro con la aprobación del Emperador de Oriente.
Ambrosino persuade a Rómulo para que busque refugio en Britania, donde la Novena Legión (llamada Legión Dragón) sigue siendo leal al Imperio. Los fugitivos, comandados por Aurelio y con Mira, quien ha decidido acompañarlos cruzan los Alpes y atraviesan la Galia hasta el Canal de la Mancha. Son perseguidos por Wulfila y sus hombres; pues el godo codicia la espada de César. Finalmente, el grupo llega al Muro de Adriano, pero no encuentran evidencias de la legión hasta que un granjero se acerca y revela que él era su comandante general. Con la retirada de Imperio de Britania, la legión había decidido disolverse y establecerse como agricultores. La mayoría de los hombres de la legión se habían casado y tenían familias. Tampoco querían enemistarse con el poderoso señor de la guerra Vortgyn. Durante su estancia en el pequeño pueblo celta, Rómulo conoce y se hace amigo de una joven llamada Igraine. Aurelio y Mira practican la lucha con espadas y se acercan el uno al otro. Ambrosino le muestra a Rómulo una cicatriz en su pecho, similar al diseño en la empuñadura de la espada, que recibió de Vortgyn después de que se negó a decirle dónde estaba la espada de César, quien la pretendía para poder gobernar toda Britania.
Después de reunirse con los godos, Vortgyn decide capturar o matar a Rómulo como un gesto hacia Odoacro. Después de enfrentarse a Igraine fuera del pueblo, él la convence de que les diga a todos en el pueblo que entreguen a Romulus y hace que varios de sus hombres maten a la esposa y los hijos del herrero. Cuando un lloroso Igraine les cuenta a los aldeanos lo que ha sucedido, Aurelius confiesa que Romulus es el emperador de Roma. El herrero luego exige venganza por la muerte de su esposa e hijos, y Aurelius y sus hombres deciden conducir un ejército al Muro de Adriano para enfrentar a los ejércitos de Vortgyn en una batalla final.
Antes de dejar el pueblo, Rómulo recibe de Igraine una armadura romana que perteneció a su hermano, que desde entonces se le ha quedado pequeño. Aurelius, empuñando la espada de César, lidera a sus hombres y a un pequeño número de guerreros celtas contra las fuerzas de Vortgyn en el Muro de Adriano. Mira, Batiatus, Demetrius, Romulus y los arqueros arrojan flechas a la infantería, mientras que Aurelius, Vatrenus y varios soldados celtas luchaban por mantener al enemigo que cargaba en la puerta abierta. A pesar de sus bajas, los soldados de Vortgyn comenzaron a abrumar lentamente a la pequeña fuerza en la pared. La batalla parece desesperada hasta que el resto de la Novena Legión, habiendo tomado sus viejas armas y uniformes romanos, aparece en la línea de la cordillera cercana y cambia el rumbo de la batalla. Los dos bandos en guerra cesan sus hostilidades al ver a Ambrosinus sosteniendo en alto la máscara dorada de Vortgyn, después de enfrentarlo y quemarlo vivo en un árbol santuario de su hermandad secreta cerca del campo de batalla.
Después de haber luchado y herido gravemente a Aurelius, Wulfila se enfrenta a Romulus, que está armado con la espada de César. Romulus apuñala a Wulfila en el pecho, diciendo "eso es para mi madre", hace una pausa y lo empala aún más, diciendo "eso es para mi padre". Le dice a Aurelius que luchó como un dragón, a lo que Aurelius responde que Romulus luchó como el hijo de un dragón.
Repulsado por las muertes en la batalla, Romulus arroja su espada que perfora notablemente una gran roca y se aloja allí. Muchos años después, Ambrosinus, ahora conocido por su nombre de druida, Merlín, lleva a un niño al campo de batalla para describir los ahora legendarios eventos. Merlín, que ha envejecido visiblemente poco desde la batalla, dice que Aurelius se casó con Mira y los dos criaron a Romulus como su propio hijo. Se convirtió en un gobernante sabio, tomó a la niña Igraine como su esposa y adoptó el nombre de "Pendragon". El niño, Arthur, reconoce a Romulus como su padre y a Igraine como su madre.
En una escena final, la espada de Julio César se muestra incrustada en la piedra, con musgo creciendo en la hoja, cubriendo la inscripción original, dejando solo las letras latinas que, al leerse como una sola palabra, dicen "Excalibur".
Al final de la película, Aurelio y Mira sobreviven a la batalla y adoptan a Rómulo como su hijo. Rómulo termina siendo el rey Pendragon, padre del rey Arturo. Igualmente se descubre que Ambrosino era el mago Merlín.
Los hechos narrados por la película y la novela del mismo nombre son fruto de la imaginación del autor. Lo mismo ocurre con los personajes que participan en él y con la Novena Legión; excepto el último emperador Rómulo Augustulo, el magister militum Flavio Orestes y el jefe de los hérulos Odoacro, que sí son personajes reales. Si, por un lado, los recientes descubrimientos sobre la historicidad del Rey Arturo indicarían que este personaje épico era en realidad un líder romano-británico de los siglos V-VI, por otro lado no hay evidencias de relación entre la figura del Rey Arturo y Rómulo Augustulo.
A continuación se muestra una lista de los principales aspectos en los que la película se diferencia de la historia real:
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